lunes, 30 de noviembre de 2009

Recuperación económica y conflcito social en México

La economía mexicana ha sido una de las más afectadas por la recesión económica mundial. Para el 2009 se prevé una contracción del PIB de entre 6,5 y el 7,5%. La dependencia de la economía mexicana de las exportaciones hacia Estados Unidos es determinante para explicar las razones de este derrumbamiento. Además, hay que tener en cuenta la incapacidad del gobierno para gestionar la crisis y poner en marcha las medidas adecuadas para limitar los costes sociales provocados por el desempleo y la pobreza, que ya afecta a más de la mitad de la población. Las tímidas señales de recuperación económica aún no se traducen en beneficios para el empleo. En este sentido, las impopulares decisiones del gobierno han repercutido en la opinión pública, cada vez más hostil hacia la administración de Calderón, como se demostró en las elecciones para el Congreso, donde en julio el partido del gobierno perdió la mayoría.

México y la dependencia de Estados Unidos
A partir de la mitad de los años 80, México comenzó a abrirse a la economía mundial para convertirse en uno de los mercados más abiertos al mundo. La cercanía geográfica con Estados Unidos hace que éste sea el socio comercial natural del país. Desde que el TLC (Tratado de Libre Comercio de América Latina) entró en vigor, las economías norteamericanas se han ido integrando hasta llegar a ser interdependientes. Gracias a la mano de obra a bajo coste que el país hispanohablante más poblado del mundo (104 millones de habitantes) podía ofrecer, se trasladaron procesos productivos internos al sur de la frontera, estimulando la apertura de fábricas del sector automobilístico y de la electrónica, que producen para los mercados más ricos del norte. El TLC desde su creación ha alimentado la tradicional disputa entre los liberalistas y los nacionalistas, y muchos consideran que se trata de un tratado asimétrico. Según este punto de vista, los beneficios se reparten de manera desproporcionada a favor de Estados Unidos, sobre todo en el sector agrícola: si por una parte existen datos sobre un aumento del volumen de las exportaciones por parte de México, por otra se ha registrado que alrededor de dos millones de agricultores mexicanos han perdido su trabajo a causa de la fuerte y repentina competencia del maíz y de otros productos que en Estados Unidos se encuentran subvencionados. Inicialmente el presidente Obama anunció que Estados Unidos estaba dispuesto a volver a negociar el TLC, pero por ahora su administración ha dejado en segundo lugar los asuntos relacionados con el comercio exterior. Se había hablado de volver a tratar la cuestión agrícola y de introducir los asuntos defendidos por los democráticos estadounidenses, como son la base laboral y medioambiental. La economía mexicana es bastante dependiente de las exportaciones hacia Estados Unidos, suponiendo un cuarto del PIB del país. Otro componente importante es el representado por las Inversiones Extranjeras Directas de EE.UU, las cuales representan el 47% del total recibido por México.

Los efectos de la crisis en México
Dada la anteriormente referida relación de interdependencia, las consecuencias de la crisis se han manifestado de manera particularmente directa y violenta en México. En 2007 el 87% de las exportaciones mexicanas fueron compradas por EE.UU. La brusca caída del consumo de los ciudadanos estadounidenses ha provocado el cierre de numerosas fábricas en los procesos productivos más integrados: en la industria automovilística, la industria de los electrodomésticos y las maquiladoras. Se ha registrado una cantidad de 600.000 despidos hasta este momento del 2009, aunque se calcula que se pueda llegar a los 735.000 para finales del año. Sin embargo, la crisis no ha sido la causa de todos los problemas del país sino que ha empeorado una situación que ya era complicada. Desde los años 80 el país se ha preocupado por la adopción del libre mercado, algo que no ha favorecido las estructuras productivas de las regiones rurales donde se concentra la pobreza y donde prácticamente no hay inversiones por parte del sector privado. En los últimos años los pobres se han visto apoyados por las subvenciones del gobierno y por los envíos procedentes de los emigrantes a sus propios familiares. Pero con la crisis los envíos han caído un 12% y los últimos datos indican que entre el 2006 y el 2008 el número de personas bajo el umbral de la pobreza ha pasado de 44,7 millones a 50,6 millones suponiendo casi la mitad de la población total. Estudios independientes, por el contrario, manifiestan que son 80 millones las personas bajo el umbral de la pobreza, dato mucho más preocupante. Otros factores agravan la situación mexicana, como por ejemplo su dependencia de las ingresos del petróleo. De hecho, en los primeros seis meses del 2009, las renta petrolíferas han caído un 41% con respecto al año precedente. El turismo, otro punto importante para la economía mexicana, ha perdido 2.000 millones de dólares a causa de la gripe A (H1N1).

Muchos son los que opinan que México debería llevar a cabo profundas reformas estructurales para ampliar la base tributaria y hacerla menos dependiente de los ingresos ligados al petróleo, que se encuentran en constante declive por la disminución de la producción y por la falta de nuevos hallazgos. El deterioro de la industria del petróleo refleja la falta de inversiones. En 2010 entrará en vigor un aumento de los impuestos, algo que según algunos críticos podría suponer un peligroso aumento de la inflación para la economía porque podría impedir la recuperación del consumo y la reactivación de los créditos bancarios por la inclinación al ahorro.

En el tercer trimestre de 2009, la economía mexicana ha crecido un 3% con respecto al trimestre precedente, registrando un dato positivo por primera vez en el año. Ésto podría dejar ver que México ha superado la peor fase de la crisis, aunque para este año la reducción total del PIB vaya a ser superior al 7%.

A las dificultades económicas hay que añadirles las de naturaleza social, derivadas de algunas decisiones del gobierno de Calderón, como la de la liquidar la compañía estatal de energía eléctrica “Luz y Fuerza del Centro”. El sindicato de la empresa, viendo en tal iniciativa un intento de privatización que podría favorecer a multinacionales como Repsol, Techint e Iberdrola, ha organizado protestas, mientras 44.000 personas han perdido su trabajo provocando gran malestar en la sociedad civil. El gobierno ha mostrado dificultades para combatir la crisis, como demuestra el resultado de las elecciones para el Congreso del pasado mes de julio, donde fue premiado el Partido Revolucionario Institucional (PRI), partido que se encuentra actualmente en la oposición y que ha conquistado la mayoría relativa (38% de los voto), mientras que el PAN (Partido de Acción Nacional), cuyo líder es Calderón, perdió apoyo frenándose en el 28% y la perdida de popularidad del presidente en más de un 40%, cifra que se corresponde además con la de aquellas personas que no confían en él ni en su eqipo para reflotar al país.

Previsiones
A pesar de que sean tímidas las señales de recuperación económica, México posee otras problemáticas sociales muy serias. El porcentaje de población bajo el umbral de la pobreza es muy elevado y las perspectivas que existen no son muy optimistas. En el mes de septiembre el desempleo alcanzó el nivel más alto desde hace 14 años, y la decisión de Calderón de liquidar Luz y Fuerza del Centro aumentó la agitación social, en un momento de fuerte crisis económica. Si por una parte se prevé para el 2010 un crecimiento económico de en torno al 3%, por otra parte existe la necesidad de poner en marcha profundas reformas estructurales que permitan la creación de puestos de trabajo y la lucha contra la pobreza. De hecho, la pobreza y el malestar social son el núcleo de donde proliferan los fenómenos de trasfondo criminal, como el narcotráfico, que ha asumido una dinámica que muchos comparan con la situación colombiana. La violencia aumenta las preocupaciones relacionadas con la seguridad e impide la creación de nuevas actividades económicas. El debate político, en el interno del cual el PRI obtendrá muy probablemente un peso mayor como consecuencia del resultado de las elecciones legislativas, se centra en la necesidad de reformar el sistema fiscal y el sector energético para liberar recursos que destinar a la educación. La crisis ha demostrado la fuerte vulnerabilidad de México frente a las oscilaciones de la economía estadounidense. Según las previsiones, el 2009 terminará con un crecimiento negativo de entre el 6,5 y el 7,5%, que el propio Banco de México ha atribuído al “aumento de la dependencia del país del ciclo económico de Estados Unidos”. Tal caída vuelve a abrir la cuestión de la renegociación del TLC y de la diversificación de los socios comerciales, que resultará decisivo si el país quiere adoptar un camino de desarrollo económico independiente de la dinámica económica estadounidense”.

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