viernes, 13 de noviembre de 2009

Panamá: balance de la nueva administración

En los últimos años Panamá ha obtenido uno de los más altos ritmos de crecimiento de América Latina. En las pasadas elecciones de mayo, eligieron al candidato conservador Ricardo Martinelli, quien aún goza de un gran consenso a pesar de no haber respondido todavía a las principales propuestas de la población. Panamá ha demostrado una buena resistencia ante la crisis que se debe a las grandes inversiones en infraestructuras, las cuales han atenuado los efectos. La actividad económica de Panamá ha atraido las críticas de los países de la OECD a causa de los beneficios fiscales de los que goza, puesto que cuenta con el amparo de la evasión fiscal y el blanqueo de dinero negro. Las preocupaciones ligadas al blanqueo se justifican con la posición del país ante el trafico ilegal de diversa naturaleza.

Los cien primeros días de Martinelli
Veinte años después de la operación “Just Cause”, donde los militares estadounidenses depusieron el gobierno de Manuel Noriega, el pueblo panameño expresó en mayo sus preferencias electorales a favor de Ricardo Martinelli, magnate de supermercados, empresario ligado a encargos gobernativos. Martinelli, lider del partido por el Cambio Democrático ha sido elegido como jefe de la coalición electoral compuesta por los partidos conservadores panameños, logrando arrebatar el puesto al anterior presidente Martín Torrijos, candidato de una coalición progresista. Cien días después de la entrada al cargo en el ejecutivo el presidente gozaba de un índice de aprobación del 67%. Martinelli, no se identifica con claros mensajes ideológicos, ha traido a Panamá un estilo nuevo de hacer política catalizando los consensos en ambientes conservadores panameños. Sin embargo ha sido elegido como “el hombre del cambio”, opuesto a la élite política panameña acusada de ser responsable de la corrupción y los crímenes organizados. El partido más importante al que ha apoyado Martinelli, el Partido Panameñista (PP), es en realidad un partido muy arraigado a la política del país. Los analistas reconocen que el nuevo presidente tiene una gran capacidad de acción caracterizada por una buena dosis de improvisación. La oposición le ha criticado por su implicación en algunas operaciones policiales de gran impacto mediatico, por llevar a cabo un papel fuera de las funciones institucionales del propio mandato presidencial. La política interna se basa en el modelo socialdemócrata, como distribución de subsidios, fuertes inversiones en infraestructuras públicas y la lucha hacia los beneficios fiscales. En política exterior ha sido clave la salida del país del Parlamento Centroamericano (Parlacen), considerada por el ejecutivo como una institución costosa e ineficaz. Permanece como una prioridad la estipulación del TLC con los Estados Unidos, todavía a la espera de la aprobación del Congreso americano por concebir Panamá como paraiso fiscal y por respeto a los derechos de los trabajadores. También ha sido declarada como una de las principales prioridades de Barack Obama. El primer viaje oficial de Martinelli ha sido Italia, donde tuvo un encuentro con el papa Benedicto XVI y el Presidente del Consejo Silvio Berlusconi. Las modestas acciones emprendidas en los encuentros de las principales publicaciones de la agenda electoral del presidente son la seguridad y coste de vida, los cuales están relacionados con los problemas principales que afligen a la población panameña, la criminalidad y la pobreza.

El impacto de la crisis en Panamá
Panamá ha representado en los últimos años un verdadero milagro económico. El crecimiento porcentual del PIB alcanzó en 2007 el 11,5% y en 2008 el 9,1%. Aunque estos valores están destinados a sufrir las consecuencias de la crisis, el crecimiento previsto es entre el 1,8% y el 3%. El boom panameño del periodo anterior a la crisis ha sido atribuido al grado de apertura comercial y financiera que por muchos años caracteriza al país ístmico, del cual ha proliferado una próspera industria de servicios gracias, también, a su posición estratégica. Los servicios tienen una proporción del 80% sobre el PIB panameño y comprenden la actividad ligada al Canal de Panamá, relativas al Área de Libre Cambio de Colón, a los servicios bancarios, portuarios y marítimos, las aseguraciones y el turismo. El país ha demostrado una buena resistencia a la crisis, en tales propósitos han sido decisivas las inversiones confluidas en los trabajos de ampliación del canal. Basta pensar que en dicho proyecto, aprobado por referendum en 2006 e inaugurado un año después, se destinaron cinco mil trescientos millones de dólares. Sin embargo, el último año fiscal (del 1 de octubre de 2008 al 30 de septiembre de 2009) ha concluido con una bajada del 3,4%, respecto al año anterior, en mercancias transitadas por el canal. La economia panameña se ha basado sobre todo en los servicios, esta puede ser considerada la causa de que Panamá ocupe el segundo puesto en latino américa con respecto a la gran desigualdad de rentas. Una reciente publicación de las Naciones Unidas ha evidenciado una importante mejora en la lucha contra la pobreza, pero en el 2007 el porcentaje de población por debajo del índice de pobreza continuaba en un 29%. La inflación, que en 2008 había alcanzado el 10% ha vuelto a los niveles moderados que caracterizan la economia panameña. La tasa de inflación debería certificarse al 4% sobre la base anual en el cierre del 2009, y disminuir en 2010. El anclaje de la divisa nacional al dólar (en el país hay un régimen de currency board) no permite reparaciones de política monitaria para contener la inflación.

La posición estratégica de Panamá
Panamá, además de unir el Océano Atlántico con el Océano Pacífico, también conecta los dos subcontinentes americanos. No es por casualidad que Panamá haya sido admitida para participar en el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), la asociación comercial que comprende numerosos países asiáticos y latinoamericanos que se asoman al Pacífico. Además, el país ístmico está situado en las proximidades de los mayores países productores de cocaína. Tal posición hace al país más vulnerable a todo tipo de tráficos, ya que encuentran un ambiente idóneo dadas las particulares facilidades financieras que crean un paraíso fiscal. Panamá representa un punto estratégico para las actividades relacionadas con el narcotráfico, el tráfico de armas y personas, y el contrabando. La incidencia de la criminalidad es alta aunque inferior a la de otros países de América Central, y aumentan las preocupaciones en respecto al uso de las armas de fuego. Sobre estos problemas hay un escaso control del territorio y de las aguas, a lo que se está intentando poner remedio con cuatro nuevas estaciones de vigilancia aérea y marítima en la costa del Pacífico. Además, a menudo se le recrimina a Panamá su condición de “paraíso fiscal”, sobre todo a la luz de los acontecimientos relacionados con el mercado financiero que han desencadenado los desequilibrios económicos mundiales. De hecho, Panamá forma parte de la “lista gris” de la OCDE, es decir, de los países que han declarado su disponibilidad para cooperar en el intercambio de informaciones pero que hasta ahora no lo han hecho efectivamente. Aunque se han realizado progresos en la vigilancia de los servicios bancarios, la OCDE quiere poner en marcha medidas más severas para la prevención de la evasión fiscal. Para salir de la lista, Panamá debería firmar tratados bilaterales relativos al intercambio de informaciones fiscales con al menos 12 países de la OCDE. Se han enviado algunas delegaciones panameñas a países de la OCDE, pero los escasos resultados obtenidos hasta ahora alimentan el escepticismo. Panamá sigue siendo un país fértil para las llamadas shell companies, las cuales no pagan impuestos por las transacciones internacionales y pueden afectar incluso en economías donde utilizan el dólar con óptimos resultados. Además, la zona de libre intercambio ofrece óptimas oportunidades para el blanqueo de dinero procedente del narcotráfico y de otras actividades ilegales. Precisamente el blanqueo de dinero sería el responsable del boom inmobiliario de Panamá de los últimos años. También aumentan las preocupaciones relacionadas con el desarrollo del mercado de diamantes en el país. Parece inminente la decisión de abrir una bolsa de mercado de diamantes en Panamá con el status de zona de libre intercambio. Con tal propósito el país ha manifestado su voluntad de adoptar el Proceso de Kimberley, un protocolo internacional con el que se compromete a no comercializar con diamantes que puedan alimentar determinadas dinámicas políticas y sociales de carácter violento. Sin embargo, se teme que Panamá, pasando a formar parte del Proceso de Kimberley, pueda convertirse en el centro de blanqueo ilegal de diamantes sudamericanos.

Previsiones
Panamá es considerado un país económica y políticamente estable. Algunas consultoras están valorando el promover los bonos del Estado panameño a nivel de inversión. Ésto se debe a un consistente y estable crecimiento económico, que previsiblemente seguirá siendo positivo aunque con las lógicas repercusiones de la crisis económica mundial, pero es probable que continue creciendo en niveles parecidos en los próximos años. La ampliación del Canal de Panamá aumenta las perspectivas económicas del país tanto por los puestos de trabajo generados como por las beneficios fiscales (que ya suman un tercio del total), a parte de que el flujo de mercancías tenderá a aumentar. Con la globalización de los flujos comerciales, aumentará la importancia estratégica del país, que representa un punto de conexión entre los mercados del Pacífico y los mercados del Atlántico, además del punto de articulación entre los dos subcontinentes americanos. Ésto hace que el país sea particularmente sensible a todo tipo de actividades ilegales, facilitadas por una regulación fiscal bastante floja. Será decisiva la acción del gobierno en la transparencia de las operaciones financieras. Los países occidentales, dada la repercusión de la crisis, se encuentran particularmente sensibles a estos temas. Panamá se encuentra a la espera de firmar el TLC con Estados Unidos y Canadá, pero los dos países norteamericanos difícilmente podrán llevar a término los tratados sin una actitud orientada claramente a poner fin a las facilidades que hacen de Panamá un refugio para los evasores fiscales y un importante centro de blanqueo de dinero ilegal. Los resultados positivos en economía se contraponen al aumento de la violencia urbana en el país, la cual puede tener efectos negativos sobre la industria del turismo en caso de que no se combata de forma adecuada.

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