miércoles, 4 de noviembre de 2009

Venezuela y Colombia: una relación en crisis

El acuerdo entre Colombia y Estados Unidos para la concesión de siete bases militares para la cooperación en la lucha contra el narcotráfico, ha aumentado las tensiones entre la Colombia de Uribe y la Venezuela de Chávez. A las ya delicadas relaciones entre los dos países, se una la decisión de Chávez de aplicar unilateralmente una represalia comercial. La interrupción total del comercio entre los dos países aparece difícil de llevar adelante, dada el alto grado de interdependencia económica. Si las relaciones diplomáticas no se normalizan en breve, consecuencias importantes podrían evidenciarse a medio plazo. En caualquier caso, Venezuela pierde fiabilidad en su papel de socio comercial, dado el alto riesgo ligado a las relaciones bilaterales, las se caracterizan por un alto grado de arbitrariedad.

Relaciones diplomáticas
Colombia y Venezuela, desde hace algunos años, viven relaciones diplomáticas tensas. El motivo es, sobre todo, ideológico: Venezuela es protagonista de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA), la cual representa un proyecto de integración regional, declaradamente opuesta al proyecto neoliberal asociado a Estados Unidos. La Colombia de Uribe es uno de los pocos países de la región que no tiene un gobierno de izquierdas y no ha renegado nunca de sus lazos con Washington, convirtiéndose en uno de los principales interlocutores de Estados Unidos en el subcontinente. Estas divergencias en el plano ideológico tienen una serie de consecuencias que repercuten en las relaciones entre los dos estados. Venezuela es repetidamente acusada por los vecinos colombianos de dar apoyo a la guerrila colombiana de extrema izquierda, o bien a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y al Ejército de Liberación Nacional (ELN), que desde los años '60 representan junto a los paramilitares (grupos armados de extrema derecha) y a los cárteles del narcotráfico, actores principales de la conflictividad social y política interna en Colombia, la cual está caracterizada por una dimensión extremadamente violenta, que, en ocasiones, se explicita en forma de una auténtica guerra civil. La Colombia representa para algunos países del del área sudamericana, la avanzadilla militar de Estados Unidos en América del Sur, y constituye un importante antagonista del proyecto político chavista. La colaboración con Washington ha tomado una forma consistente con la implementación del Plan Colombia (en 1998), un plan de lucha contra el narcotráfico que hace uso de métodos que han sido ampliamente criticados por los países confinantes, qn cuanto se hace uso de sustancias tóxicas para la erradicación de las plantaciones de coca, y porque se basan sobre una acción netamente militarista. El temode de Venezuela y de sus aliados es que, tras esta cooperación militar, se escondan las miras hegemónicas de Estados Unidos sobre el área circundante y la Amazonoa en sentido estricto, sobre la cual se juegan una gran cantidad de recursos naturales, y sobre toda América del Sur. Tales sospechas se reafirmaron cuando se conoció la noticiade la consolidación de la cooperación Colombia-USA a través de la concesión de siete bases colombianas a las Fuerzas Armadas estadounidenses. (ver América Latina: el Consejo Sudamericano de Defensa frente a nuevos escenarios de tensión). Las bases, en un contexto estratégico-militar, podrían consentir a la aviación estadounidense el desarrollo de operaciones en buena parte de la región. Estas preocupaciones llevaron al presidente brasileño Lula – que durante su administración desarrolló un importante rol de moderación entre Colombia por una parte y Venezuela y Ecuador por otra- a pedir explicaciones. El presidente de Colombia Uribe junto a Obama, garantizaron el uso de las bases para operaciones exclusivamente en territorio colombiano, pero ello no evitó que se rompiesen las relaciones entre Colombia y Venezuela. La cuestión de la territorialidad ha sido, frecuentemente, motivo de choque entre Colombia y Venezuela. La frontera entre ambos estados es muy amplia (unos 2200km), y en dicha área el monopolio de la fuerza por parte del Estado es ejercitado con poca intensidad: ello permita actividades ilegales, desded la microcriminalidad al contrabando, el narcotráfico, u operaciones de grupos armados de varios tipos. Las acusaciones recíprocas sobre el inadecuado control sobre las áreas fronterizas se han subseguido en los últimos años. Las últimas se dieron en octubre, tras la enésima controversia ligada al control del área fronteriza. A causa de que se encontrasen algunos cuerpos de ciudadanos colombianos en territorio venezolano. Venezuela anunció el arresto de tres agentes del DAS(Departamente Administrativo de Seguridad), la agencia colombiana de los servicios secretos, acusados de desarrollar actividades de espionaje y corrupción. En Colombia, el pasado mes, se habló del desmantelamiento del DAS, por un escándalo ligado a la intercptación telefónica que habría implicado a adversarios políticos de Uribe, magistrados alto rango y periodistas. Oficiales del DAS están bajo investigación por colaborar con paramilitares colombianos.

Relaciones comerciales
Tras la firma del acuerdo militar entre Colombia y Estados Unidos (cuyos términos específicos serán hechos públicos en los próximos días), el Presidente Chávez anunció su intención de adoptar sanciones económicas , sustituyendo las Importaciones provenientes de Colombia. Bogotá y Caracas tienen un volumen de intercambio aproximadamente de 7 mil millones de dólares, 6 de los cuales representan las importaciones colombianas en Venezuela. Entre ellas, productos provenientes de la industria manufacturera (75,3%) y de la industria agroalimentaria (20%), pero también productos farmacéuticos y servicios. Al anuncio de la represalia económica venezolana siguió una efectiva disminución de las exportaciones colombianas a Venezuela, pero en realidad, desde hacía tiempo el gobierno venezolano quería alcanzar una menor interdependencia económico con Colombia. Se aumentaron por parte de las autoridades venezolanas los requisitos para las actividades comerciales entre ambos países, aumentando notablemente la complejidad burocrática del comercio bilateral. A través de los mecanismos no tarifarios bloquearon de hecho las importaciones de muchos productos colombianos, provocando reacciones en la OMC, por parte de Colombia. Las exportaciones colombianas desde agosto a octubre cayeron un 40$, preocupando a os organismos bilaterales de comercio y de las asociaciones de empresarios de ambos países. Además se suspendió el programa que preveía la venta subsidiada por parte de Venezuela de carburante en las áreas fronterizas.

Las relaciones diplomáticas entre ambos países son poco estables. A principios de 2009 se hablaba de medidas para combatir la crisis, y ahora de interrupción de las relaciones comerciales. Venezuela no está en condiciones de reducir las exportaciones colombianas ilimitadamente, ya que no es un país autosuficiente en alimentación, aunque sí de recursos naturales. También para Colombia, Venezuela es importante, y una interrupción del comercio puede resultar dañino. Los aspectos más preocupantes giran en torno a la frontera común que podría ser ahora más permeable para acciones ilícitas. Es improbable que el comercio se interrumpa totalmente, pero podría tener, aun así, importantes costes para ambos. Además, la probable admisión de Venezuela en el MERCOSUR, podría aumentar las importaciones desde otros estados miembros. Colombia podría, así, proseguir su política de libre cambio con Estados Unidos y profundizar en los países centroamericanos, caribe y el área pacífica, como testimonia la voluntad de entrar en el APEC. En noviembre debería entrar en vigor un TLC con Guatemala, Honduras y El Salvador. De este modo, lograría diversifica sus exportaciones, amenazadas por las relaciones con Venezuela

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