lunes, 23 de noviembre de 2009

Paradojas en las relación indo-chinas

En los últimos meses, las relaciones entre India y China se han ido desarrollando entre momentos de fuerte colaboración y momentos de tensión. A pesar de la cuestión limítrofe, los dos países han conseguido incrementar una cooperación en diversos campos, sobre todo en el económico y el comercial. La visita del Dalái Lama en Arunachal Pradesh ha llevado, sin embargo, las relaciones entre los dos países al borde de la crisis; situando, en primer plano la cuestión limítrofe como el problema principal en las relaciones bilaterales.

La cuestión tibetana y la visita del Dalái Lama a Tawang
El límite entre India y China no ha sido nunca definido de manera institucional a través de acuerdos entre alguno de los dos gobiernos, la cuestión permanece como el problema principal en las relaciones entre estos dos países ya desde los años 50. Ni la guerra que ha afectado a los dos estados en 1962, ha conseguido cambiar las cosas. El límite establecido a lo largo de la La línea actual de control (Line of Actual Control – LAC), no tiene el apoyo suficiente de los dos países que continúan a acusarse de violación del territorio. Tras la guerra Sino-India, el gobierno chino propuso resolver esta latente controversia con un intercambio de territorio, según el cual, Aksai Chin, región situada en la confluencia entre las fronteras, cuyo límite comparte con Cachimira reivindicada por India, pero ocupada por China, se cedería a esta última, mientras la región de Arunachal Pradesh sería concedida a India, a excepción del distrito de Tawang. Ya que este distrito ha sido reivindicado por el gobierno chino, como integrante del territorio tibetano (esto es, chino) en base a la demanda de 1947 de las autoridades tibetanas al gobierno indio, en la división de las fronteras. Para la región de la India, en cambio, el problema no existe ya que todo el territorio de Arunachal Pradesh, comprendiendo también el distrito en cuestión, es un estado de India y por lo tanto parte integrante del territorio indio. La problemática con Arunachal Pradesh está ligada a la cuestión tibetana, ya que Tawang acoge la sede de uno de los más importantes monasterios budista del mundo (después de Lhasa), es la meta de muchos de los refugiados que abandonaron el Tibet en busca de asilo en India. Así, se sitúa también como el primer refugio del Dalái Lama después de fugarse del Tibet en 1959, tras la conquista del país por manos chinas. Desde entonces, los tibetanos han realizado diversas campañas de protesta contra el gobierno central de Pekín, pidiendo su independencia; a lo que el gobierno chino ha respondido con la fuerza, para suprimir todo tipo de movimiento separatista, con el miedo de que tales manifestaciones pudieran difundirse hacia otras regiones del país amenzando la estabilidad interna del régimen comunista. Aunque la petición encabezada por el líder tibetano exiliado, ha sido reorganizada sobre demandas de mayor autonomia en el interior de China, el gobierno ha intentado siempre anular toda tentativa de acuerdo. Por estos motivos, el anuncio de la visita del Dalái Lama en Tawang ha sido acogido con gran hostilidad por los medios de comunicación chinos. Estos han desencadenado una dura campaña contra el gobierno indio, acusado de colusión con el Dalái Lama contra el gobierno chino. El gobierno central de Pekín ha expresado también, su firme oposición a la visita del jefe espiritual, ya que sostiene que este tenga como fin político fomentar las protestas en Tibet y ha hecho presión sobre el gobierno indio hasta revocar el permiso concedido al Dalái Lama. Sin embargo, el gobierno indio ha respondido que el Dalái Lama, en calidad de jefe espiritual supremo budista, es un invitado libre para dirigirse a cualquier parte del territorio indio. El Dalái Lama, por su parte, ha dicho que el objetivo de su viaje era puramente religioso en cuanto que prevé encuentros destinados a la práctica de la oración, sesiones para el aprendizaje del budismo y la inauguración de un hospital. Con el fin de no avivar nuevas tensiones con Pekín, el gobierno de Nueva Delhi ha anulado las licencias concedidas inicialmente a los periodistas extranjeros que querían seguir de cerca la visita del Dalái Lama en Tawang. Es preciso remarcar que, a pesar de que India ha acogido siempre a los refugiados tibetanos, nunca ha permitido que estos promovieran campañas políticas directas contra el régimen chino.La región de Arunachal Pradesh presenta una importancia también estratégica para China, ya que es el lugar donde se podría desencadenar más facilmente un ataque militar por parte de India. Además, es rica en recursos naturales y minerales, en particular, carbón, cobre, cinc, oro y grafito, que favorecen al desarrollo económico de China, y es la sede de una de las más importantes centrales hidroeléctricas indias. Como causa de un aumento de las tensiones, India ha intentado mantener un alto grado en la defensa de los límites, con la alineación de dos divisiones del ejército en Arunachal Pradesh y con el despliegue de algunos modernos cazas polivalentes (Su-30MKl) en el estado indio de Assam.

Cachemira y Pakistán

Además de la problemática relativa con Arunachal Pradesh, existe otra cuestión aún sin resolver sobre la frontera entre India y China que acade a Aksai Chin, extensión de la parte india de Cachemiera, ocupado por China, pero reivindicado por India. Como sucede con Arunachal Pradesh, su confín se rige por la LAC, que divide Aksai Chin del estado indio de Jammu y Cachemira, sin embargo los dos países no tienen el mismo reconocimiento. En el territorio ocupado por China, se ha desarrollado una gran red de infraestructuras, un ejemplo es la China National Highway 219, que une los territorios del noroeste pakistaní con el Tibet, pasando por Aksai Chin. Permitiendo la mejoría y la rapidez de los trasportes. Inicialmente, India estaba en contra de la construcción de infraestrucutras en las zonas cercanas a la LAC, pero una vez que ha visto los progresos y los desarrollos chinos, ha decidido empezar, ella misma, con una serie de proyectos que ayuden a no perder los derechos sobre la zona que hasta ahora no ha sido considerada por el gobierno de Nueva Delhi. También en la región de Cachemira, ya objeto de controversias entre India y Pakistán, las disputas entre China e India influyen a la parte del Jammu y a la parte septentrional de Cachemira, ocupada desde el inicio de los años 60 por Pakistán, pero reivindicada por India. A partir del acuerdo sobre la frontera sino-pakistán (Sino-Pakistán Frontier Agreement, 1963), Pakistán cedió al gobierno chino la parte norte de Cachemira. Las relaciones entre Pakistán y China han tenido un cordial desarrollo desde los años 50, momento en el que Pakistán se sitúa entre los primeros países reconocedores de la República Popular China. Tras la guerra sino-india de 1962 estos se han reforzado gracias a la creación de una alianza contra el “enemigo común”. Desde entonces, China siempre ha abastecido a Pakistán con su propia asistencia en el campo económico, tecnológico y militar. Entre las infraestructuras construidas por los chinos en territorio pakistaní, se encuentran algunas instalaciones nucleares y el puerto de Gwadar, programado en los años 90 y finalizado en 2008. La construcción de este puerto tiene una importancia fundamental para la economía china ya que permite a las empresas de este país transportar las mercancias provenientes de Oriente Medio –en particular, petroleo- directamente desde el Mar Arábigo a territorio chino, pasando por territorio pakistaní, evitando así el estrecho de Malaca, el cual es protagonista de numerosos ataques piratas. Los contactos entre Islamabad y Pekín y la colaboración entre sus dos gobiernos, siendo esto una gran preocupación para el gobierno de Nueva Delhi, que lo ve como una grave amenaza, ya que se trata de una cercanía entre sus dos peores enemigos. La aprehensión de Nueva Delhi con la potencia china deriva también por las estrechas relaciones que esta última ha instaurado con otros países limítrofes con India. De hecho, China ha desarrollado buenas relaciones también con Bangladesh y con Sri Lanka, gracias al soporte dado para la construcción de infraestructuras y el sustento para el desarrollo militar; además, sostiene también al partido comunista y al movimiento maoísta en Nepal y es el principal apoyo del régimen autoritario en el poder, en Myanmar. Con estos países ha creado ciertos contratos para la construcción de nuevas infraestructuras y para el desarrollo de redes de autopistas y ferroviarias útiles como canales comerciales.

La competición por los recursos energéticos y la cuestión nuclear

China e India son dos países que han sido protagonistas de un gran crecimiento económico en las últimas décadas. Su importancia en el escenario mundial deriva, entre otros, de la conspicua entidad de sus poblaciones, de hecho, los dos gigantes cuentas, entre los dos, con más de un tercio de los habitantes del planeta, un total de casi 1,5 mil millones. El crecimiento económico se dio gracias a la transferencia de algunos sectores productivos de los países industrializados en sus economías y del paso de conocimientos tecnológicos que han permitido un desarrollo sin precedentes. El ensanchamiento del sector productivo conlleva, en consecuencia, un incremento en el consumo de energía necesaria para la producción. Sus mayores fuentes energéticas derivan del carbón, del cual son los principales productores y consumidores del mundo. En los últimos años, la demanda de hidrocarburos, también ha registrado un aumento en ambos países. Ambas potencias están, por tanto, convirtiéndose en dependientes de las importaciones de petróleo y están proyectando aumentar la exploración de sus territorios para encontrar nuevas reservas de gas natural y petróleo. Con el incremento de la producción y del consumo de energía, aumenta la competición entre los dos países para asegurarse los recursos energéticos, sobe todo en lo concerniente al desarrollo de las relaciones con los países desde los cuales importan el petróleo, principalmente los medio orientales. En particular, India depende en la mayor parte del suministro de petróleo precisamente de la región medio oriental, en un 79%. China ha logrado, en cambio, diversificar las importaciones de productos petrolíferos, gracias a su penetración en las economías africanas, entre las cuales, Angola que se ha convertido en su segundo suministrador. También India está intentando diversificar la proveniencia de las materias primas, necesarias para la industria energética, focalizando la atención sobre la importancia del petróleo desde Irán y de gas natural desde países del Asia Central. El problema principal, para las exportaciones indias se debe al transporte y la construcción de oleoductos o de gaseoductos, que desde Irán o desde Asia central deberían alcanzar la India, pasando, inevitablemente, sobre territorio pakistaní. Hasta que las relaciones entre los dos países sigan tensas, será difícil para Nueva Delhi alcanzar un acuerdo para el desarrollo de infraestructuras adecuadas para el transporte de hidrocarburos. Pekín, en cambio, logra desarrollar un mayor número de infraestructuras adaptadas a talas necesidades, como los ya citados de Gwagar, en la región del Belukistán en Pakistán y la National Highway 219. India se encontraría, pues, en desventaja respecto a China en la carrera a las provisiones energéticas, pudiendo contar casi únicamente sobre trazados que desde el Mar Arábigo llegan directamente a sus territorios a través del Océano Índico.Para superar la escasez de los recursos energéticos y en el intento de lograr fuentes de energía limpias, las dos potencias están, además, intentando ampliar el desarrollo de centrales hidroeléctricas, nucleares y de promover el sector de las energías renovables. En cuanto a la energía nuclear, no se puede no tener en consideración que los dos países en cuestión han desarrollado diversas plantas de producción, algunos de los cuales albergan reactores que tienen la capacidad de producir materiales para la construcción de cabezas nucleares. Mientras el estado chino ha decidido ratificar los tratados para la no proliferación nuclear (NPT) y para la prohibición de cualquier tipo de test nuclear (CTBT) y aceptó entrar en la International Atomic Agency (IAEA) en 1984 -aceptando implícitamente la posibilidad se permitir en sus sitios nucleares inspecciones de control- la India no ha ratificado ningún tratado que pudiese prever la limitación de los experimentos nucleares o la construcción de nuevas armas atómicas. Es por este motivo que China se opone firmemente al acuerdo alcanzado entre Estado Unidos e India en 2008, que prevé una mayor colaboración entre la industria estadounidense e india para la creación de energía nuclear con finalidad civil, con la disponibilidad del gobierno india de poner bajo inspección de la IAEA dieciséis de los veinticuatro reactores nucleares actualmente activos. Los otros reactores exentos de la inspección, tiene, sin embargo, capacidad de producción de material útil para la construcción de armas nucleares y ello permite a la India quedar fuera del NPT y del CTBT. La llegada a la presidencia de Estados Unidos de Barack Obama, vencedor del Premio Nobel de la Paz, gracias a sus declaraciones a favor de un mundo desnuclearizado, podría cambiar las condiciones del tratado indo-americano. Estados Unidos podría iniciar presiones sobre India para que entre en los tratados. Sin embargo, Nueva Delhi considera la firma de los acuerdos un compromiso inaceptable que inhibe su capacidad de para perfeccionar sus armas y asegurar su propia seguridad.

A pesar de las tensiones que surgen entre las dos potencias asiáticas. India y China han aumentado la colaboración en las temáticas internacionales más importantes, como las medidas necesarias para activar la recuperación de la crisis global o para contrastar el riego del cambio climático. El último encuentro entre los dos primeros ministros Manmohan Singh y Wen Jiabao llegó con Hua Hin en Tailandia, por la cumbre del ASEAN, a la vigilia de la visita del Dalái Lama en Tawang. A pesar de la dura campaña mediática de los medios de comunicación chinos contra India, el líder chino Jiabao declaró que las relaciones entre los dos estados no son tensas y que están preparados para mejorar la cooperación, dejando las cuestiones fronterizas, que ha juzgado fácilmente resolubles a través de negociaciones entre dos gobiernos.En las relaciones entre los dos gigantes tiene un papel fundamental la postura de Estados Unidos. India ha intentado siempre poner de su parte la potencia americana para equilibrar la creciente potencia china. El reciente viaje del presidente estadounidense a Pekín podría poner en alarma al gobierno chino, especialmente tras sus declaraciones. El presidente Obama declaró que Estados Unidos no seguirá una política de contención de China, si no de estrecha colaboración con la potencia asiática sobre las temáticas regionales más importantes, como la recuperación económica, el cambio climático o la proliferación nuclear. El nuevo rol que Estados Unidos ha dado a China amenaza la seguridad de India. El próximo encuentro oficial entre Obama y el primer ministro indio Singh servirá para aclarar eventuales divergencias.

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