martes, 29 de septiembre de 2009

Afganistán: fraude electoral y nueva estratégica estadounidense

Las acusaciones de Gerry Mandering debilitan la victoria de Karzai mientras que la Comisión de Quejas Electorales busca una solución. Mientras tanto, Estados Unidos, trabaja en una nueva estrategia que no le conduzca al fracaso de la misión.

Según los primeros resultados definitivos de las elecciones afganas, Karzai, el Presidente saliente, ha resultado ganador otra vez con el 54,6% de los votos, seguido por el 27,7% de su adversario Abdullah Abdullah. Desafortunadamente, durante los primeros días de escrutinio ya llegaron las primeras acusaciones de fraude contra varios candidatos. Cuando la victoria de Karzai empezó a delinearse como casi segura, las denuncias de manipulación de votos aumentaron, incluso por parte de los organismos internacionales. Se acusó a sus simpatizantes de haber incluido votos ficticios en varias mesas electorales (parece que hubo papeletas que ni se abrieron); ha habido acusaciones de votos por poderes, de votos de menores de edad, de votos múltiples y de invalidaciones de votos de los rivales políticos. La Comisión de Quejas Electorales, apoyada por la ONU, ha ordenado el recuento de al menos un 10% de los votos. Si tras el recuento, el resultado que obtenga Karzai bajase del 50%, habría que recurrir a una segunda vuelta entre el Presidente y su rival Abdullah. En este caso, sin embargo, habría un problema añadido; pronto caerá sobre el país el gélido invierno y hará imposible el proceso electoral por lo que, para llevarlo a cabo, habría que esperar hasta la próxima primavera, dejando al país en una situación de gran inestabilidad política. También es cierto que el resultado actual no es muy creíble y podría no corresponder a la voluntad de los electores. Pero como la historia no se construye con hipótesis, muchas veces las elites políticas gestionan sus irregularidades de forma que presentan hechos consumados a la sociedad civil, sin que nadie tenga la opción de protestar. Karzai ha declarado en una entrevista a Le Figaro que “si hubo fraude en 2004, lo habrá hoy y lo habrá también mañana”. En conclusión, el Presidente ha afirmado que es inútil combatir contra uno de los problemas más importantes del gobierno y que la población tendrá que conformarse. Así que no hay que sorprenderse de que sólo el 38% de los ciudadanos con derecho a voto hayan acudido a las urnas, así como no hay que escandalizarse si la población pierde la confianza en sus propias instituciones o peor aún, se vuelve hacia otras “autoridades”, como los talibán, después de haber constatado que en cinco años de gobierno no se han construido hospitales, escuelas o diques. Estados Unidos, de momento, se mantiene en silencio. El hombre que habían elegido se encuentra en una posición crítica y los funcionarios estadounidenses tienen que lidiar con un gobierno que, por un motivo u otro, se considerará ilegítimo. En el caso de ir a una segunda vuelta, el esperar hasta la primavera significaría permitir que un gobierno que no ha sido reelegido permanezca en el poder durante un periodo superior al consentido, lo que indudablemente favorecería la inestabilidad política. Por otro lado, teniendo en cuenta que ha habido tantos ciudadanos que han visto falsificar votos delante suyo o incluso que se les ha negado su derecho al voto, sin poder reaccionar, si se logra mantener la situación bajo contro durante estos meses, se podría ofrecer a la población una nueva posibilidad para decidir. En cualquier caso, continúa siendo una situación de ilegitimidad. ¿Ilegitimidad durante siete meses o durante cinco años más? En este memento es difícil establecer si Karzai es, efectivamente, la verdadera elección del pueblo afgano. En una perspectiva a largo plazo, hay que asegurarse de que el resultado electoral se acerque lo más posible a la voluntad popular y que consiga tener, al menos, un cierto grado de legitimidad. Las perspectivas de una espera tan larga para obtener un resultado definitivo es muy peligrosa porque se corre el riesgo de que el país caiga en el caos. No obstante, hay que tratar de pensar a largo plazo, cinco años de un gobierno que no ha sido reelegido verdaderamente no hará otra cosa que dirigir a la población hacia las fuerzas no gobernativas, lo que haría aún más complicado el trabajo de las fuerzas de Estados Unidos y de la OTAN en Afganistán. Pensar a largo plazo podría ayudar tanto a la población afgana como a las tropas extranjeras.

Las dificultades de Estados Unidos

Sin embargo Estados Unidos, aunque esté decidido y presente militarmente, no puede hacerlo todo solo. En un momento en el que hay que reflexionar cuidadosamente sobre la estrategia a adoptar, Washington no puede contrarrestar a la guerrilla sin que el gobierno afgano acepte al mismo tiempo apoyar a los civiles, promoviendo su sustento y protección. Como ya hemos dicho, Washington no se ha pronunciado oficialmente todavía sobre el giro que están tomando los resultados electorales. Hay que tomar muchas decisiones y decisivas. El General McChrystal, comandante de las fuerzas estadounidenses en Afganistán, ha enviado un informe hace poco a Defensa donde destaca la necesidad de concentrar más tropas en el país. Según el general, si las fuerzas estadounidenses no aumentan, la guerra en Afganistán será un fracaso. Es una decisión difícil para el Presidente Obama que ya tiene que lidiar con las voces escépticas dentro del Partido Demócrata. La situación se complica aún más con las acusaciones de tráfico de estupefacientes que recaen sobre el probable futuro vicepresidente afgano, Fahim, mano derecha de Karzai en la campaña electoral. El gobierno que ha apoyado Estados Unidos los pasados años está sufriendo críticas muy duras debido a las acusaciones de tráfico ilícito y corrupción. Lo suficiente como para llevar al país a las elecciones. El problema es como afrontar los meses que precedan al nuevo proceso electoral, ya que las fuerzas estadounidenses y de la OTAN están en una situación bastante crítica. El Presidente Obama destaca por ahora que no tomará ninguna decisión precipitada y tratará de volver a elaborar una nueva estrategia lo antes posible, tratando de entender cuáles son las prioridades. En efecto, una decisión impulsiva podría hacer que todo se precipite en el caos, tal y como lo demostraron las decisiones del gobierno Bush. Sin embargo, cualquier cosa podría poner fin a esto de inmediato; se podrían adoptar las medidas que el general McChrystal se empeña en destacar, como la reducción de las pérdidas civiles a través de la disminución de los ataques aéreos, tratar de prevenir los errores de las fuerzas ISAF (Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad) que provocan estas pérdidas, concentrarse en el entrenamiento de las fuerzas afganas y en el programa contra la corrupción. En resumen, protección para los civiles y credibilidad para las fuerzas afganas y el gobierno. El problema es que algunos miembros del Partido Demócrata, y la opinión pública estadounidense en general, creen que todavía hay alguna forma de evitar la inversión de más fuerzas y más capital en Afganistán, pero no es verdad. El único camino posible es la reconstrucción del país: la legitimidad del gobierno, el entrenamiento del ejército, la lucha contra la corrupción y el narcotráfico, la construcción de infraestructuras y la protección de los civiles. Para desarrollar todo esto es necesario dinero y cuanto antes entienda Estados Unidos que ésta es la única alternativa posible, primero se podrán poner en marcha las nuevas estrategias para la realización de este inmenso proyecto y el consiguiente éxito de la misión.

Conclusiones

A menudo, y en muchas ocasiones con razón, el mundo ha acusado de uniteralismo a Estados Unidos. En este momento sería útil adoptar un comportamiento coherente y mantener a las tropas estadounidenses de forma eficaz, promoviendo, no sólo las acciones militares, sino también la reconstrucción del país y la protección de los civiles. El gobierno afgano, sea el que sea, mientras tanto, deberá esforzarse en apoyar al aliado estadounidense en este proyecto, porque, al igual que Estados Unidos, no tiene otra alternativa, a menos que quiera devolver el poder a los talibán. Si tienen lugar otras elecciones, se podría comenzar a evitar los episodios de gerrymandering y fraude que ya han decepcionado lo suficiente a la población afgana.
 

Irán: continuan las ambiciones nucleares

La controversia entre Irán y las Naciones Unidas sobre el tema de la cuestión nuclear ha provocado tensiones en los últimos años. La situación actual, aunque no descarta posibles avances, parece sufrir aprobaciones y rechazos según la línea habitual de los hechos que enfatizan los tonos del conflicto en momentos en que se necesita una mayor claridad. Sin embargo hay que diferenciar el marco que se está esbozando en estos momentos y quizás la perspectiva de un nuevo desarrollo del problema.

En los términos específicos de la cuestión, no es difícil imaginar que Irán pueda continuar con el procedimiento mostrado por India, seguido por Corea del Norte, que encuentra en el desarrollo de la cuestión nuclear civil un equivalente necesario al uso militar. En apoyo de esta teoría, rechazada en numerosas ocasiones por las autoridades iraníes, permanece el hecho de que Irán sea hasta ahora el único país que posee dos instalaciones de enriquecimiento de uranio sin disponer de centrales donde utilizarlo. Instalaciones de este tipo, utilizadas de manera diferente a lo que las autoridades iraníes declaran, puede ser utilizadas para abastecer materiales explotables para la producción de pruebas atómicas. La situación parece aún más inexplicable considerando la escasa cantidad de uranio que dispone Teherán, además de las importaciones de la materia prima en el país prohibidas por sanciones de la ONU. Tal y como ya se ha demostrado en el pasado y confirmado por las pruebas efectuadas estos días, Irán posee la tecnología necesaria para la realización de vectores gracias también a colaboraciones pasadas con Pyongyang.

Ciertamente es una de las situaciones más preocupantes. Sin embargo los conocimientos técnicos adquiridos por Corea del Norte en la fabricación de vectores para transportar pruebas nucleares podría relacionarse con la capacidad de enriquecimiento de uranio que Teherán demuestra poseer. Los dos países ya han participado anteriormente en colaboraciones de este tipo. Además Corea del Norte ya colaboró con otros estados, basta pensar en el reactor nuclear sirio construido con la ayuda de Pyongyang y destruido por las incursiones aéreas israelíes en 2007.

El principal impulsor de la cuestión nuclear, así como ex traficante internacional Abdul Qadeer Khan ha ofrecido un cuadro definido sobre cómo países como Libia pueden acercarse a los recursos necesarios para el desarrollo de la tecnología nuclear, aumentando las preocupaciones sobre la posibilidad de que Teherán consiga desarrollar la propia producción bélica, todavía más considerando que los inspectores de la Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ya poseen experiencia en señales relacionadas con el rastreo de uranio iraní o con la disminución de los suministros declarados. En este escenario, Corea del Norte y sus pruebas con misiles, despreciando las condenas internacionales, constituyen ciertamente un mal y peligroso ejemplo.

Tal y como viene normalmente subrayado, la cuestión se relaciona con dos aspectos: en primer lugar, cómo administrar las tecnologías que puedan ser utilizadas de forma legítima para producir electricidad y que no sean destinadas a objetivos bélicos; en segundo lugar, qué índices o leyes reconocidas de manera universal pueden censar a los países autorizados para tener un propio programa nuclear nacional. En este contexto hay que añadir la actuación de la OIEA y el espíritu del Tratado de No Proliferación Nuclear, que prevé la posibilidad para los países firmatarios de acceder a las tecnologías para el uso civil (sin embargo hay que señalar que no forman parte de este propósito los países “nucleares” como India, Pakistán, Israel y Corea del Norte).

Un nuevo acercamiento
En el cuadro de las negociaciones, diversos estados están ofreciendo a la situación iraní la propia colaboración en el campo de la energía nuclear a condición de que el país aclare la ausencia de programas en ámbito militar. En términos generales, la idea es la de sistematizar un tipo de acercamiento compartido a los procedimientos derivados de la energía atómica a la que pueden acceder diferentes países a través de instalaciones situadas no necesariamente en el propio territorio. En este sentido se mueve la propuesta rusa de abrir la instalación de enriquecimiento de uranio de Angarsk a los inversores interesados en beneficios y energía (sin compartir la tecnología) y poner a disposición de la OIEA una determinada cantidad de uranio utilizable sólo para objetivos civiles. Incluso los Estados Unidos y Gran Bretaña contemplan planes estabilizadores para el abastecimiento de materias primas, mientras que Alemania propone la creación de una instalación de enriquecimiento multilateral en un país que todavía no tenga una, garantizando así el suministro de uranio a condición de que se ofrezcan garantías anti proliferación.

Los Estados Unidos y los Emiratos árabes se posicionan sobre otra posible alternativa con su 123 Agreement, que debería tener validez desde octubre: a cambio del traspaso de parte de la tecnología, los Emiratos garantizan la no aplicación de actividades de enriquecimiento de uranio o de proliferación, una confirmación de acercamiento con la actividad de la OIEA.

Otros programas prevén un tipo de “aseguración” sobre la provisión de productos energéticos para desincentivar la difusión de centrales nucleares. Entre éstos, se difunden ideas para la creación de una “Banca del Carburante”, apoyada por diferentes países, que a través de la OIEA pueda suministrar recursos energéticos a precios de mercado a los países que sin motivaciones válidas ven el recorte de los suministros. La propuesta, concebida por la misma empresa, parece no ser viable actualmente, sobre todo por los diferentes intereses dentro de la OIEA ; los que tratan de explotar completamente la propia disponibilidad de uranio o bien los que no pierden ocasión para subrayar en esta sede las tensiones existentes entre países específicos, incluso los desvinculados de la cuestión nuclear. En cualquier caso, la empresa presenta diversas dudas sobre la disponibilidad de Irán a atenerse a las peticiones de claridad respecto al programa atómico. En el informe efectuado por el director general de la empresa, Mohamed El Baradei, el pasado 7 de septiembre, se señala que frente algunas “concesiones” (como el acceso a las instalaciones de Arak y Natanz) Teherán no ha demostrado su voluntad de aclarar el resto de cuestiones relacionadas con el propio programa nuclear, en particular el cese de la actividad de enriquecimiento de uranio y los proyectos relacionados con las actividades sobre el agua pesada, tal y como pide el Consejo de Seguridad.

Pero si por un lado las tensiones entre las Naciones Unidas e Irán no parecen haber alcanzado un nivel de estabilidad, la ONU también posee algunas voces objetoras, debidas en particular a la actitud de los países occidentales de “imponer” su propia voluntad en contraposición con el interés nacional de otros países en Irán así como en otros países.

Así las declaraciones de apertura de la actual administración americana coexisten con posiciones más intransigentes, como la israelí, según la cual no puede existir una situación alternativa a la imposición de sanciones. Por el momento, con el comienzo de los debates el próximo 1 de octubre, las variables en juego no permiten aún mostrar desarrollos ciertos. El comienzo de los 5+1 no puede cancelar el acercamiento unilateral que en los últimos años ha contribuido con toda probabilidad a desarrollar la intransigencia de la posición iraní; por otra parte las declaraciones de Ahmadinejad serán determinantes incluso en cuestiones de política interna, debido a la inestabilidad que caracteriza al país desde las elecciones. Una de las intenciones por parte de Irán, tal y como se desveló en las declaraciones del pasado 9 de septiembre, es el comienzo de un diálogo con el grupo de los 5+1 a condición de que la agenda no trate la cuestión nuclear que Teherán continúa subrayando como movimiento únicamente pacífico. La voluntad es probablemente la de evitar sanciones que podrían ser deliberadas por las Naciones Unidas, dado que China y Rusia parecen poder apoyar la aplicación de medidas más restrictivas en los enfrentamientos de Irán.

Conclusiones
Considerados los elementos en juego, no parece posible esperar que Irán renuncie completamente a su programa nuclear bajo la amenaza de sanciones ya que este sistema no ha producido hasta ahora resultados satisfacientes. Al mismo tiempo Teherán no goza de una confianza con la que su “autodeclaración” de abstención de cualquier aplicación bélica del propio programa nuclear pueda ser aceptada. Simplemente se trata de una cuestión de seguridad internacional en una situación bastante complicada. Por el momento la hipótesis más probable y conveniente parece ser aquella hacia la que se están dirigiendo los programas energéticos de muchos países, es decir, una supervisión internacional reforzada pero en un contexto multilateral de uso de los recursos energéticos.
 

lunes, 28 de septiembre de 2009

El sector áereo: la lucha Boeing - Airbus

Los datos y las noticias relacionados con los dos fabricantes más importantes de aviones civiles no son precisamente alentadoras. El balance de ambas sociedades se está resintiendo de los problemas que se encontraron en sus mayores programas y los consiguientes retrasos en los plazos de entrega. Aunque los nuevos proyectos contengan novedades desde el punto de visto tecnológico, al hacer un mayor uso de los materiales compuestos en lugar del tradicional uso del metal, corren el riesgo de convertirse en un simple producto derivado para nuevos productores que, en la actualidad, están en la recámara a la espera de una evolución favorable de la demanda. La OMC espera además la relación final sobre las ayudas ilegales de las que ambas compañías se habrían beneficiado para el desarrollo de sus modelos y que podrían conducir a la imposición de sanciones millonarias.

Últimas dinámicas de la sociedad

Airbus y Boeing son las dos compañías constructoras de aviones destinados a la aviación comercial más grandes del mundo. El consorcio Airbus Industrie se fundó en 1970 tras una iniciativa intergubernamental que condujo al nacimiento del grupo con capital social repartido entre Aerospatiale (36,5%), Deutsche Airbus (36,5%), Hawker Siddeley (20%) y Fokker VFW (7%). En el año 2000 se creó Airbus Sas, cuyo 20% controla BA Systems, sociedad que había absorbido en 1979 a Hawker Siddeley y el 80% de EADS, la European Aeronautic Defence and Space Company, una nueva compañía creada con la fusión de Aerospatiale, Daimler-Chrysler Aerospace (que en 1992 logró la mayoría de Fokker VFW) y CASA, la Construcciones Aeronáutica S.A., que, ya desde 1972, poseía el 4,2% del capital de Airbus Industrie. A lo largo de 2006, tras varios intentos extenuantes, EADS compró el restante 20% de BA Systems por un valor de unos 2.750 millones de euros de forma que se convirtió en la empresa matriz de Airbus Sas. En la actualidad los accionistas mayoritarios ostentan el 50,49% del capital (la cuota francesa asciende al 22,50% gracias al 15% de Sogeade y al 7,50% del Grupo Lagardère; lo mismo sucede con la cuota alemana formada por el 15% de Daimler y el 7,50% poseído por un consorcio de 15 inversores públicos y privados; la cuota española, sin embargo, se limitan al 5,49% de SEPI, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, posesión de CASA). Boeing, por su parte es una sociedad anónima estadounidense fundada en 1916 por William E. Boeing que posee en la actualidad una fuerza laboral de algo más de 150.000 trabajadores. Walter James McNerney Jr. preside la sociedad en la actualidad y ostenta el cargo de Director General mientras que el capital social se reparte entre una serie de accionistas, inversores institucionales e fondos comunes que controlan cerca del 60% de la propiedad dejando el restante 40% en manos de inversores menores.

Situación y proyectos actuales

A diferencia de Airbus (y sin tener en cuenta el resto de proyectos de EADS que, entre otros, abarca la producción del caza Eurofighter), Boeing es muy activa en el ámbito de la defensa y en el aeroespacial, colocándose (datos de agosto de 2009) en el tercer puesto de los 100 productores más importantes del sector, inmediatamente después de otros colosos estadounidenses como Lockheed Martin Corp. y Northrop Grumman Corp., distinguiéndose por la producción de naves con un alto contenido tecnológico como el bombardero furtivo B-2, el F/A-18 Hornet y el caza de quinta generación F-22 Raptor por el faraónico coste de más de 137 millones de dólares cada unidad, producido conjuntamente con Lockheed. Teniendo en cuenta el mercado de la aviación civil, Boeing ha registrado un crecimiento constante en la competitividad con Airbus y, a pesar de que algunas operaciones habrían podido reforzar su posición en el mercado, como la adquisición de McDonnell Douglas en 1997, famosa también por la producción de aviones de línea modelo DC y MD, Airbus superó a la compañía de Seattle en 2003 tanto en términos de pedidos como en términos de entregas. El mérito principal de Airbus ha sido el desarrollo de una tecnología cualitativamente superior a partir de la producción de aviones de gama media como el A-320 dotado con un sistema de control de vuelo por cable que ha permitido abandonar en gran medida una gran parte de los componentes mecánicos a favor de un mayor uso informático, obligando, de hecho, a Boeing a poner en marcha un programa de modernización del 737, que sigue siendo el avión civil más fabricado cuantitavamente. El éxito obtenido con la línea A-320 ha servido como impulso para las cumbres del consorcio europeo para desarrollar más proyectos que amenazarán inevitablemente el consolidado liderazgo de Boeing, obtenida en las gamas altas. El desarrollo del A-380 se introduce plenamente en esta dinámica de competencia específica con el Jumbo 747, puesto en marcha en 1970 y que, como ya ocurrió anteriormente con el A-320, hace pensar en una victoria muy apretada de Airbus. Hay dos factores que parecen corroborar esta hipótesis. El primero tiene en cuenta la tendencia en los pedidos netos del A-380 que es el medio elegido respecto al 747 desde 2007. Además, y a pesar de la apertura de la línea de producción del 747-8 y la crisis económica, el A-380 ha logrado conservar un saldo positivo de pedidos netos, mientras que el 747 se ha estancado de forma imprevista (en agosto de 2009).

El otro elemento que parece premiar una característica específica del A-380 es su mayor capacidad frente al 747. El avión puede albergar, de hecho, un mínimo de 525 pasajeros y un máximo de 853 al contrario que los 524 máximos garantizados por el 747-400 (además de no fabricarse más) de Boeing y permitir, por lo tanto, mayores beneficios para las compañías usuarias en igualdad de condiciones. No obstante, no todo son buenas noticias para Airbus. El gasto del A-380 ha aumentado mucho pasando de los 8.400 millones de euros previstos a los 12.000 millones efectivos, lo que ha causado un retraso muy importante en los plazos de entrega. Por ejemplo, Singapore Airlines, que había previsto la incorporación a su servicio de una flota compuesta por 19 aviones en 2008 sigue esperando hoy la entrega del décimo A-380. Todo esto se reduce a una serie de indemnizaciones que Airbus tendrá que pagar por no haber cumplido las clausulas contractuales de entrega y que han provocado la dimisión de los ex presidentes Gustav Humber y Noel Forgeard, este último acusado también de tráfico de información privilegiada tras haber obtenido beneficios millonarios derivados de la venta de acciones EADS antes de hacerse públicos los retrasos en los plazos de entrega del A-380.

En lo que se refiere al perfil financiero, el año 2008 se ha cerrado para Boeing con un crecimiento negativo del 8% en los ingresos, de los 66.300 millones de dólares a los 60.900 millones, mientras que el beneficio neto ha registrado una disminución del 34% respecto a 2007, quedándose en los 2.700 millones de dólares con un flujo de caja negativo que alcanza los 400 millones de dólares. Airbus, por su parte, ha registrado un aumento del 9% en los ingresos de facturación, obteniendo 27.500 millones de euros. El EBIT, el rédito sin descontar intereses ni impuestos, ha alcanzado los 1.800 millones de euros manifestando una clara recuperación tras la pérdida de 800 millones registrada a lo largo de 2007.

Previsiones y proyectos futuros

El futuro de las dos compañías está ligado a los proyectos de desarrollo y de perfeccionamiento, entre los cuales se cuenta principalmente el Boeing 787 Dreamliner, nave cuyo fuselaje está realizado al 50% con fibra de carbono y que ha recibido ya el encargo de 850 ejemplares (a pesar de las 60 cancelaciones en 2009), mientras que el Airbus A-350, su competidor, se ha quedado solamente con 493. Se registra, además, una participación más directa de Airbus en el sector militar, mediante el proyecto del A-400M, avión de transporte destinado a uso táctico. Los futuros empleados de Boeing, estarán inevitablemente influenciados por la cifra que el gobierno de Estados Unidos decida destinar al sector de la defensa en los próximos años y que parece, como confirman las palabras del Secretario de Defensa Robert Gates, sufrirán un sensible aumento. Según Gates, de hecho, “el objetivo será poner en el centro las exigencias del personal combatiente, pero no sólo, y renunciar a los programas de poco rendimiento, ya sea en costes como en capacidad”. La primera “víctima” de la nueva política del Presidente de Estados Unidos parece ser el caza F-22, cuyo oneroso programa parece destinado al cierre definitivo, dado que la nave no ha tomado parte en ninguna misión sobre los cielos afganos y se han producido menos de 200 ejemplares. Sobre Airbus hay que señalar como el A-400 M está pasando por dificultades similares, como en el pasado el A-380. El avión, que ya acumula un pedido de 192 unidades, difícilmente se entregará antes del 2012, a causa de problemas estructurales relativos a la capacidad de carga, El programa, en el cual al principio, Italia parecía interesada en participar, mediante la adquisición de una cuarentena de ejemplares, está destinado a continuar, aunque un encuentro previsto entre los futuros siete compradores, el 15 de octubre, modificará los términos contractuales, y por lo tanto, las sanciones sobre Airbus.

Muchas más incógnitas trae, en cambio, la relación provisional de la OMC sobre el conflicto Airbus-Boeing, relativa a las presuntas ayudas ilegales estatales. Recientemente, fuentes europeas han revelado que el 70% de las instancias contra Airbus presentadas por el gobierno estadounidense han sido rechazadas. En particular, no habrían sido declaradas ilegales en su totalidad las ayudas de estado concedidas para el desarrollo del A-380. En estos días está en curso el procedimiento, pero en el banquillo de los acusados se sienta Boeing, acusada por la Unión Europea de haber recibido ayudas ilegales de la NASA y del Pentágono.

Por lo que se deduce, y en referencia a los ya notables problemas relacionados con los costes y los tiempos de entrega, la situación de efectivo duopolio entre Airbus y Boeing podría ser superada en tanto que el tráfico aéreo, comercia y de pasajeros, sufran un significativo aumento en los próximos años con nuevos productores potenciales interesados en ingresar en el mercado. Compañías chinas, brasileñas o rusas, que prevén un fuerte aumento de los pedidos de naves civiles destinados a sus flotas, podrían invertir considerables recursos en productores nacionales como ya está ocurriendo en China, entre el productor Comas y Air China, SoutherNChina y China Eastern; en Brasil con los modelos ya desarrollados por Embraer y sobre todo en Rusia después de que el gobierno invirtió más de un millón de dólares para la creación de un nuevo centro de producción cerca de Moscú. La ventaja para los nuevos competidores será la de poder entrar en el mercado con soluciones que ofrecerán un grado elevada de seguridad, dado que, como demuestra la tragedia del A-330 caído en as proximidades de Río, los actuales compromisos podrán no garantizar los máximos niveles de seguridad posibles.


viernes, 25 de septiembre de 2009

Estados Unidos – Brasil: entre la amistad y la controversia comercial

Las relaciones entre Estados Unidos y Brasil se están redefiniendo. Teniendo en cuenta los resultados económicos obtenidos en los últimos años y su posición cada vez más afianzada como protagonista de la política internacional, Brasil puede iniciar un diálogo más consciente con Washington y desde una posición más relevante. Estados Unidos, debilitado económicamente por la crisis, pero estado hegemónico del sistema internacional, reconoce la importancia de Brasil en el equilibrio de fuerzas del hemisferio y del panorama mundial. Hace poco, la Casa Blanca definió a Brasil como un "socio estratégico" de Estados Unidos. A pesar del la importancia de las relaciones entre ambos países, todavía subsisten grandes divergencias en el ámbito comercial.

Brasil en los tiempos de Bush
Los años del gobierno de Bush pusieron en un segundo plano la relación entre Estados Unidos y América Latino debido a la mayor atención que se dedicó a Oriente Medio y a la lucha contra el terrorismo internacional después de los atentados del 11 de septiembre. Las principales preocupaciones relacionadas con el continente fueron temas sobre la seguridad nacionales, la inmigración o el narcotráfico. La lucha al narcotráfico era la base de una relación privilegiada con la Colombia de Uribe, decidida a acabar con la guerrilla de extrema izquierda cuya principal fuente de financiación era el tráfico de droga. Sin embargo, Brasil, tras los positivos resultados obtenidos en los años noventa con MERCOSUR (Mercado Común Sudamericano) y el declive de ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas), seguía profundizando en sus relaciones políticas y comerciales con los países de América del Sur. El país lusófono rellenaba el hueco dejado por Washington y se convirtió en la fuente de donde surgían las iniciativas multilaterales con vocación regional (incluida entre ellas UNASUR); contenía los im pulsos políticos de los países marcadamente antiestadounidenses (Venezuela y Bolivia); hacía de mediador de las complicadas relaciones entre Colombia y los países vecinos (Venezuela y Ecuador). El ritmo de crecimiento económico anual se situaba en torno al 5% del PIB, lo que colocaba a Brasil entre las potencias económicas emergentes, haciendo del país no sólo un interlocutor político de confianza, sino un importante socio comercial. El gobierno de Bush, ocupado en el terreno euroasiático, reconocía el papel de Brasil como garante de la estabilidad sudamericana y su acción de contención en los conflictos con la Venezuela de Chávez. A pesar de las preocupaciones iniciales sobre Lula y su pasado político, muy pronto la Casa Blanca de los neoconservadores aprendió a distinguir el chavismo del modelo socialdemocrático del gobierno brasileño. De hecho, se produjeron numerosos contactos diplomáticos entre ambas delegaciones diplomáticas y ambos presidentes, que culminaron con el encuentro de marzo de 2007 entre Lula y Bush, donde los países demostraron dialogar sobre la base de una buena relación donde se expresaba la voluntad de colaborar en el tema de los biocombustibles. De hecho, el etanol es un asunto importante en la relación entre ambos países ya que son los mayores productores mundiales. En Brasil se obtiene la caña de azúcar a un coste que, según las autoridades, sería 6 u 8 veces más competitivo que el etanol producido en Estados Unidos, que se extrae del maíz. El etanol estadounidense está protegido por una tarifa de 0,54 dólares el litro que constituye una sólida barrera a la entrada del etanol brasileño en el mercado estadounidense. Las barreras comerciales de Estados Unidos constituyen un obstáculo a la entrada de los productos brasileños, sobre todo a los de la industria agroalimentaria. Mientras tanto, los estadounidenses se lamentan de las barreras en la entrada de los servicios en el mercado brasileño. Los obstáculos al comercio entre ambos países son análogos a aquellos más generales entre los flujos norte-sur. En la última sesión de negociación de la OMC sobre el Plan de Doha, no se habían registrado progresos debido a las divergencias entre Estados Unidos e India. En ese caso, Brasil mostró una posición más flexible que la India y otros países del G-20.

Brasil en los tiempos de Obama
Estados Unidos ha sido tradicionalmente el principal socio comercial de Brasil; por su parte, Brasil ocupa el undécimo puesto entre los socios de Estados Unidos. Con la crisis, las exportaciones brasileñas a Estados Unidos han caído cerca de un 30% y desde abril, es China es socio comercial más importante del país carioca. Los flujos comerciales entre ambos países ya se estaban redefiniendo; en 2008, Brasil habían registrado un saldo anual positivo de 1.798 millones de dólares en el balance comercial con Estados Unidos y el aumento de las exportaciones brasileñas hacia Estados Unidos fue del 9,4% frente a un aumento general del 23,2%. Brasil importa de Estados Unidos bienes de alta tecnología mientras que en el flujo contrario, los bienes exportados son principalmente materias primas (petróleo en primer lugar). Las relaciones comerciales entre Estados Unidos y Brasil se han visto perjudicadas en gran medida por por subsidios estadounidenses a la agricultura (los más controvertidos han sido los relacionados con el etanol, pero también con el algodón, el azúcar y la carne), por ello, ha iniciado acciones legales en la OMC y ha sido autorizado a aplicar represalias comerciales a las importaciones estadounidenses. La crisis ha contribuido a levantar las barreras comerciales entre ambos países. El paquete anticrisis de Obama prevé la cláusula Buy American (Compre estadounidense), por lo que los fondos destinados a proyectos infraestructurales dedicados a la recuperación de puestos de trabajo se deben usar exclusivamente productos estadounidenses con un gran prejuicio para el acero brasileño.

El reciente acuerdo militar entre Estados Unidos y Colombia ha levantado la preocupación en varios países sudamericanos, entre ellos Brasil. Colombia ha concedido el uso de siete bases militares que acojeraneran al personal civil y militar de Estados Unidos (1.400 personas en total) para ampliar el compromiso adoptado contra el narcotráfico y las FARC en el llamado Plan Colombia. Brasil, como otros países sudamericanos, ha pedido en UNASUR los detalles de la operación y la garantía de que las tropas americanas no sobrepasen las fronteras colombianas. Al mismo tiempo, preocupa la decisión del año pasado de reactivar la IV flota militar estadounidense; muchos en Brasil ven con sospecha esta decisión al pensar en los yacimientos petrolíferos pre-sal. Sin embargo, según las autoridades estadounidenses, la flota no tendrá operabilidad de tipo militar.

En la reunión del G-20 en L'Aquila, los presidentes de Estados Unidos y Brasil se han mostrado dispuestos a colaborar en varios temas como la energía y el clima, de forma que se llegue a una posición común en la conferencia sobre el cambio climático del próximo mes de diciembre, la restauración de un gobierno legítimo en Honduras, el destino de la economía mundial y, finalmente, sobre el tema iraní. En América Central, zona en la que Brasil se ha convertido en los últimos años en un interlocutor de relieve, Estados Unidos y Brasil han mostrado posiciones similares frente al tema del golpe de estado que derrocó al presidente hondureño Manuel Zelaya, adoptando medidas de naturaleza diplomática y económica con el gobierno del país. Respecto a Irán, Brasil cree que las sanciones provocarían únicamente el aislamiento del país. En teoría, el gobierno brasileño no sabe por qué Irán no debería desarrollar su programa nuclear para usos civiles. Basándose en eso, y en virtud de un beneficioso flujo comercial, existe un diálogo activo con el país de Oriente Medio. Debido a estas posición a contracorriente con los países occidentales, Estados Unidos ha solicitado a Brasilia que convenza a Irán a sacar adelante su programa según las condiciones dictadas por las instituciones internacionales para tener garantías del uso pacífico de la tecnología nuclear.

Perspectivas del comercio bilateral
En el último encuentro de la Ronda de Doha, Brasil mostró cierta flexibilidad sobre la posición estadounidense de avanzar con las negociaciones. El país lusófono, al contrario que muchos países del G-20, aceptaría las condiciones de Estados Unidos para que se eliminaran los subsidios agrícolas. Las divergencias entre ambos países provienen de estos últimos. Estados Unidos ha violado constantemente las normas de la OMC, tal y como ha reconocido la propia organización cuando Brasil le pidió que se manifestara sobre el tema. Con este propósito, se ha aprobado una represalia comercial; el Congreso brasileño está valorando el desarrollarla bajo la forma de una violación de la propiedad intelectual respecto a algunos productos de las gigantes farmacéuticas estadounidenses. Sin embargo, si las represalias fuesen desproporcionadas, Estados Unidos podría eliminar el sistema de preferencias del GATT que garantiza tarifas preferentes para algunos productos brasileños en tanto en cuanto provienen de un país en vías de desarrollo, título que cada vez se aplica menos a Brasil. Es complicado que Estados Unidos reduzca los subsidios a la agricultura a corto plazo, o al menos, hasta que la economía se recupere de la crisis de forma satisfactoria, independientemente de donde se efectúen dichos recortes. El primer producto (en valor) exportado por Brasil a Estados Unidos es el petróleo y es algo verosímil que, pasada la crisis, esta tendencia se refuerce, pero solo a medio plazo ya que el tiempo que necesitará Brasil para aumentar su rango de producción. Estados Unidos, de hecho, querría diversificar las importaciones de crudo de la zona debido a las dudas sobre la dependencia de la Venezuela de Chávez.

Previsiones
Brasil ocupa cada vez una posición más relevante en el contexto internacional y en su hemisferio. En lo que respecta al hemisferio americano, Junto con la Venezuela de Chávez, Brasil ha cubierto, relativamente, parte del vacío dejado por Estados Unidos. Ha participado activamente en los organismos regionales de América del Sur, pero también ha ganado fuerza en Centroamérica a través de la diplomacia económica del etanol y de la diplomacia política de los programas sociales. En ámbito global, Brasil ha sido pragmático y ha dialogado con todos los países, independientemente de la posición democrática de los interlocutores. El país ha sido criticado por los canales abiertos con países no democráticos, que infringen los derechos humanos o que son gobernados por dictaduras (Irán, Rusia, China, Venezuela, Uzbekistán, Corea del Norte, etc.). El argumento del gobierno es que el país tiene una tradición diplomática de no intervención interna en otros países, y que es contraria al aislamiento como solución de posibles controversias. El pragmatismo brasileño se dirige a buscar el reconocimiento internacional y el apoyo para obtener una asiento permanente en una posible reforma del Consejo de Seguridad de la ONU. Dicha postura puede hacerle perder apoyos en las democracias occidentales, en primer lugar el de Estados Unidos, país que prefiere el diálogo con los países democráticos. El cambio presidencial en Estados Unidos no ha hecho sentir los efectos esperados en cuanto a la atención hacia América Latina, probablemente a causa del programa impuesto por la crisis. A pesar de ello, la relación con Brasil es más viva que nunca, ya que Estados Unidos reconoce la importancia de Brasil para compartir los riesgos unidos a la estabilidad de la zona.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Turquía-Israel: un matrimonio de interés por el equilibrio en la zona


El pasado 15 de septiembre, mientras se apresuraba para comenzar los trabajos de la segunda jornada del Consejo de Asuntos Generales y Exteriores en Bruselas con los veintisiete Ministros de Asuntos Exteriores, el Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Javier Solana, anunciaba que Irán se reunirá próximamente con los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y Alemania, indicando, sin rodeos, que la sede de este encuentro sea probablemente Turquía. El tema nuclear será el principal asunto a resolver en la zona de Oriente Medio y probablemente en torno a lo que gire el orden del día, mientras que la elección de Turquía como sede del encuentro podría ser la ocasión perfecta de Ankara para consolidar su papel estratégico central en la política de Oriente Medio un día después de su investidura oficial como país mediador influyente en la crisis palestino-israelí, junto a Siria y al resto de países árabes moderados.

Israel y Turquía, carrera hacia las alianzas para evitar los peligros del aislamiento internacional
Las duras declaraciones del Primer Ministro turco, Recep Tayyp Erdogan, el pasado mes de febrero en el Foro Económico Mundial en Davos, hacia el gobierno israelí, culpable de la desproporcionada intervención militar en Gaza en diciembre de 2008, pertenecen probablemente a la historia de una situación regional bastante peculiar pero, sobre todo, a la imprevisible política turca (de hecho, el día anterior a las elecciones locales del 29 de marzo de 2009, se presentó como la prueba fundamental del apoyo al AKP, el partido islámico moderado del Primer Ministro Erdogan, al que los analistas suponían un gran descenso en el respaldo social desde hacia tiempo). Un guiño a la opinión pública de mayoría pro palestina, con una actitud de complicidad hacia la acción de Jerusalén, sólo habría comprometido la continuidad del partido, ya de por sí delicada. Sin embargo, se trató de un movimiento instintivo politico, cuyo valor estratégico quedó respaldado por la reelección del AKP como partido de gobierno aunque fuese un éxito moderado.

Por lo tanto, la solidez de las relaciones con Israel sólo habrían supuesto un ligero punto de inflexión, pero en la actualidad, para la geopolítica de la región, es mucho más interesante la sensación cada vez más difundida del papel que Ankara puede desempeñar en la zona, con su capacidad de diálogo con todas las partes involucradas como mediador en quien confiar tanto para Israel como para Hamás, los países árabes (más o menos moderados), Estados Unidos y Europa. Erdogan, en una fase de debilidad estructural del estado israelí y de sus relaciones con los Estados Unidos de Barack Obama, trata de pasar a un plano más reducido la relación bilateral con Israel también para favorecer el nexo entre Turquía y la Federación Rusa, que tiene interés en mantener la presión israelí sobre Estados Unidos y la UE de forma que su gas y petróleo salgan beneficiados. Para Turquía es de fundamental importancia además la cuestión del agua con Israel. El acuerdo de transporte marítimo de agua dulce podría tener efectos estratégicos relevantes y mientras tanto, a nivel bilateral, se producirá un flujo estable de capital entre ambos países. Sin embargo, para Turquía, Israel es un interlocutor fundamental, primero en materia de seguridad una vez consolidada la alianza con los acuerdos de 1996 que supusieron un cambio en el cambio de la importancia de seguridad nacional en los años en los que Ankara estaba especialmente aislada en su lucha contra el terrorismo kurdo, bajo un verdadero ataque indirecto por parte de Siria e Irán y sobre la cuestión armena, ratificada últimamente, gracias a la acción de los grupos de presión sinoestadounidenses para que Washington renunciase a mantener afirmaciones inaceptables para el orgullo nacional turco, como el uso de la palabra “genocidio”. A su vez, Turquía desempeña un papel importante para Israel al evitar el aislamiento en la zona que siempre se ha producido y para su importante actividad de mediación diplomática con los los propios interlocutores árabes (Siria, Irán y Hamás), precisamente por ser un país musulmán. La fuerza de Turquía podría, por un lado residir en el hecho de lograr tejer toda una serie de relaciones en la zona ya que ha sido invitada ahora a asumir una posición central entre Israel y el resto de países de Oriente Medio, pero por otro, la acusación de una tendencia islamista en la naturaleza profunda del AKP, el partido de la mayoría y del Primer Ministro Erdogan, precisamente por su sutil cercanía al Irán de Ahmadineyad y a los grupos árabes radicales palestinos como Hamás, aún está lejos de solucionarse. Sin embargo, no se puede entender que hasta hoy Ankara siga siendo el principal factor capaz de contribuir seriamente en la estabilización de la zona, como mediador creíble allí donde otros países, por motivos culturales, sociales o históricos, no pueden hacerlo. Las palabras de apertura con las que Turquía está retratando su protagonismo en la zona están siendo aceptadas también por la intransigente Francia de Sarkozy que siempre se ha manifestado contraria a su posible ingreso en Europa, pero a lo que Ankara siente que tiene derecho. Turquía, e Israel lo sabe de sobra, entre las más de 50 naciones de mayoría islámica, es la única miembro de la OTAN y además está situada en el centro del tablero internacional donde se juegan importantes partidas políticas, como es el Caúcaso o Asia Central, pero, sobre todo, en la cuestión de las rutas energéticas, tema central en el debate económico local. Después de todo, Turquía es históricamente el único gran aliado de Israel en la región al haberse posicionado en cada momento al lado de Tel Aviv contra los intentos de agresión de los estados árabes primero, y las acciones terroristas en su territorio después. Este trato preferencial ha permitido a Ankara gozar del apoyo de todas las fuerzas políticas israelíes, desde Likud hasta la extrema derecha, desde los Laboristas hasta el partido Kadima, en lo que se refiere a la reapertura del diálogo con Damasco, con quien cada vez es más fuerte el entendimiento y la intención común de reforzarlo.

El doble juego con el que Ankara mira a occidente pero estrecha las relaciones militares con Irán y Siria

La solidez de las relaciones de Turquía con Israel se ha basado siempre, al menos durante los últimos sesenta años, en un eje triangular con Estados Unidos. Sin embargo, ahora que Israel duda de su relación con el Estados Unidos de Obama tras el periodo de Bush, Turquía sigue siendo una fuerza capaz de promover una nueva fase de percepción cultural de la cuestión hebrea y hacer aceptar de derecho a Israel como una parte integrante del panorama geopolítico regional, defendiéndose de la influencia estadounidense, tanto positiva como negativa, en Oriente Medio. Entre el Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el Presidente estadounidense, Barack Obama, existen grandes desacuerdos en muchos, probablemente demasiados, frentes, sin tener en cuenta las diversas orientaciones políticas. Obama parece listo para caer en la trampa en la que han acabado muchos de sus predecesores: el pensar que podían estabilizar los tiempos y las condiciones de paz entre Israel y Palestina y el creer que podía lidiar con la cuestión de los asentamientos israelíes en Cisjordania, el verdadero nudo de la cuestión, cuya detención, tantas veces pedida, ha sido definitivamente excluida en las últimas declaraciones del Primer Ministro israelí. Grandes desacuerdos, por tanto, en los temas centrales de la cuestión palestino israelí, así como sobre el papel de Hamás y sobre la fuerte rivalidad entre las diversas facciones. El tema nuclear es otro capítulo aparte que, muy probablemente, acarreará un repliegue de todos los protagonistas sobre sus posiciones. Washington insiste en querer reforzar el papel del Tratado de No Proliferación Nuclear (NPT), que ha perdido vigor en los últimos años, incitando claramente a Israel (cercano a India y Pakistán) a adherirse. Tel Aviv sin embargo teme, y no lo esconde, la posibilidad de que Estados Unidos trate des sintonizar las peticiones que ha presentado el Irán de Mahmud Ahmadineyad (sobre la suspensión del enriquecimiento del uranio) y las posibles peticiones al propio Israel sobre su programa. Así, Turquía, no lejana a Estados Unidos y mucho menos a Irán, aseguraría a Israel una sólida contramedida política para sus posiciones más radicales. De aquí podría derivar ahora la inédita faceta del Primer Ministro Erdogan como un hábil equilibrista diplomático y precavido para no caer en las alianzas aisladas y contraproducentes. El acercamiento de Ankara y Teherán, iniciado en 2002 y que continua hasta hoy, provoca grandes dudas sobre si Turquía podría ocupar el papel de Estados Unidos en la gestión de la cuestión nuclear con Irán. No hay que olvidar las palabras del Primer Ministro Erdogan el pasado mes de diciembre en Washington cuando afirmaba que “los países que se opongan a las armas nucleares iraníes deberían a su vez no tenerlas”. Las últimas salidas turcas en el tema de la cooperación militar en la zona con Siria e Irán (en lo que concierne a Kurdistán), en un tipo de doble juego con Israel, dejan mientras tanto incrédulos a los altos cargos militares israelíes, escépticos sobre un posible posicionamiento de Turquí en caso de conflicto entre Israel e Irán o entre Israel y Siria e impulsan a revisar a su vez los términos de cada colaboración militar. Los tratados de cooperación estratégica con Irán y Siria, por tanto, podrían aparecer como pruebas irrefrutables del decidido cambio de dirección turco, cuyo gobierno podría replegarse detrás de hábiles actitudes diplomáticas, especialmente del líder de Asuntos Exteriores, Ahmet Davutoglu, sobre el que recae la confianza a nivel regional e internacional para tomar una posición clara e indiscutible. Es cierto que la posición de Ankara perjudica bastante los deseos del nuevo gobierno estadounidense de encontrar un punto de inflexión entre Israel por un lado e Irán y Siria por otro, con Turquía probablemente en una posición central prudente y certificada.

Conclusiones
Ankara y el Primer Ministro Recep Tayy Erdogan sobre la cuestión palestina y el activismo diplomático presente en ella, temen que haya una sólida ambición de trasfondo más actual que nunca: la necesidad de salir definitivamente de una posición de aislamiento regional y de incerteza internacional, y llegar a ser protagonista de las cuestiones políticas de la zona, incluso a costa de realizar movimientos incómodos y contrarios a los de sus posibles aliados.Un papel de primera plana, en la enrevesada cuestión israel-palestina, que permitirá a Turquía mover libremente las filas de muchos y diferentes actores que se encuentran hoy presentes en Oriente Medio.
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viernes, 18 de septiembre de 2009

El fantasma de la carrera armamentista

La preocupación expresada por el Pentágono por la compra de armas de Venezuela y la reunión de los ministros de Defensa y Relaciones Exteriores de Unasur en Quito, tienen lugar en momentos que el fantasma de la carrera armamentista crece en la región.  

Mientras tanto Brasil confirma su decisión de ser la potencia militar del continente. El acuerdo con Francia no sólo implica que el país invertirá 12.000 millones de dólares en armamentos, sino también que accederá a la tecnología nuclear, la que será utilizada para el proyecto del submarino a propulsión atómica que dará al país una clara ventaja regional en términos de tecnología militar. La compra de 36 aviones de caza modernos dará un paso en los próximos días -en el largo plazo se prevé adquirir un centenar- compitiendo EEUU, Suecia y Francia por el contrato, y teniendo éste último país una supremacía política importante para ganarlo a partir del acuerdo. Es que el gobierno francés ha ofrecido montar en el país un centro regional para fabricación y mantenimiento de este tipo de aviones de tecnología avanzada. El acuerdo también incluye la compra de fragatas, corbetas y misiles para la Armada. Paralelamente, el Ejército brasileño lanzó el plan Amazonía Protegida, que contempla la adquisición y renovación de su material por 10.000 millones de dólares. Incluye el despliegue de 28 bases en la frontera norte y la compra de 450 radares desarrollados por la industria brasileña, además de 150.000 fusiles FAL, 400 tanques y 1500 vehículos de combate. De esta manera, el Ejército se puso en línea con las adquisiciones que realiza la Armada y la Fuerza Aérea en el marco del acuerdo con Francia (cabe señalar que, como gesto simbólico, fue firmado el 7 de septiembre, día de la Independencia del Brasil). Paralelamente, los últimos hallazgos de petróleo en la plataforma submarina del país, además de justificar la renovación militar para defender los recursos naturales, transforman al país en la octava potencia energética del mundo (antes del hallazgo se ubicaba en el puesto 16), al mismo tiempo que se consolida como una de las tres potencias más importantes en la exportación de alimentos.  

Paralelamente, Venezuela ha firmado en Rusia nuevos contratos para la adquisición de armamentos, los que parecen tener como referencia un eventual conflicto con Colombia. Chávez denunció que EEUU quiere convertir a dicho país en el Israel de América Latina. En tres años, Venezuela ha comprado armas en Rusia por 4.000 millones de dólares y los contratos ahora firmados en Moscú suman 2.200 millones más, cifra algo superior a la mitad del monto total del acuerdo firmado por Brasil con Francia. La primera cuota de dicha suma sería un crédito de 300 millones de dólares para comprar un centenar de tanques T72 y T90, destinados al despliegue en la zona fronteriza con Colombia. Pero el acuerdo también incluye medios acorazados, helicópteros, misiles con 300 kilómetros de alcance y submarinos diesel. El Presidente venezolano ha dicho que Rusia apoyará a Venezuela en su proyecto nuclear, el que según él no tendrá por fin fabricar bombas. Agregó que pronto llegarán los misiles rusos para defender y no atacar. Paralelamente, Venezuela reconoció la independencia de Abjasia y Osetia del Sur, tomando partido por Rusia en el conflicto con Georgia. Al mismo tiempo se firmó un acuerdo para la explotación de petróleo y gas en la cuenca del Orinoco, el que tendrá una inversión de 1000 millones de dólares, cuando Repsol descubre nuevos yacimientos de gas y quizás ello lleve a España a ofrecer mediar en el conflicto con Colombia. Pero durante la visita a Irán, Chávez avanzó en un acuerdo para la transferencia de tecnología nuclear, reconociendo que dicho país ayuda a Venezuela con su plan nuclear. La cooperación nuclear entre Caracas y Teherán genera preocupación en Washington, pero también en Brasil.   

Si bien no puede hablarse todavía de una carrera armamentista en la región, las compras de Brasil y Venezuela están teniendo diversas consecuencias. EEUU se ha consolidado como el primer exportador de armas del mundo, pero está perdiendo terreno en América del Sur, lo que ocasiona preocupación en las empresas del sector. Es que los armamentos que se suministran a Colombia y los que comienza a recibir México para luchar contra la guerrilla y el narcotráfico, tienen un valor económico sensiblemente menor que el de los armas convencionales modernas que están comprando Brasil y Venezuela. Bolivia compró a Rusia un avión presidencial en 30 millones de dólares, como parte de un acuerdo más amplio de adquisición de equipos militares, el que contempla un crédito de Rusia por 100 millones de dólares y la instalación en el país de un centro para el mantenimiento de aviones y la entrega de cuatro aviones de transporte a la Fuerza Aérea Boliviana. Desde España, el Presidente boliviano volvió a reclamar contra el uso de las bases colombianas por parte de EEUU, en momento que se confirma el hallazgo en el país del principal yacimiento de litio del mundo, insumo vital para la fabricación de celulares. A consecuencia de las compras de Bolivia, Paraguay no sólo le ha pedido explicaciones, sino que además ha anunciado que también comprará. Ecuador, Chile -donde Bachelet anunció la intención de terminar con la llamada Ley del cobre, por la cual se destina al reequipamiento militar un porcentaje del ingreso por la exportación de dicho metal-, Perú y hasta Uruguay tienen en ejecución planes de reequipamiento militar de distinta envergadura. Sólo Argentina permanece al margen de ello, habiendo tenido lugar la última adquisición de armamentos hace quince años, comprándose entonces 24 aviones cazas Skyhawk en los EEUU.     

Brasil se abastece de armas en Francia, Venezuela en Rusia e Irán y Colombia en EEUU e Israel. No hay carrera armamentista, pero la renovación de armas combinada con conflictos regionales e intereses energéticos es una combinación peligrosa que mejor conviene desmontar.

 

El rearme brasileño

El rearme brasileño      

Los doce países de América han integrado UNASUR. Pero uno solo de ellos, Brasil, es la mitad de la región en términos de PBI, población y territorio. 

Se trata de una asimetría similar a la que se puede registrar entre Rusia y las ex republicas soviéticas. O como si en Europa y sus veintisiete países, los tres más grandes (Alemania, Francia y el Reino Unido) fueran un solo. 

Pero más allá  de la dimensión, es el único país América del Sur que tiene vocación de actor global. 

Analizando América Latina -no sólo la del sur- México es el otro país que por su dimensión podría pretender un rol de este tipo, pero por razones históricas y geográficas no tiene esta vocación. 

Brasil se piensa así mismo como una potencia mundial, al estilo de China, Rusia e India, los tres países del mundo con los cuales comparte la sigla BRIC. 

Comparándolo con ellos, es claro que la mayor desventaja relativa la tiene en el campo estratégico-militar, ya que las otras tres potencias tienen el arma nuclear y planes ambiciosos de reequipamiento y modernización de sus Fuerzas Armadas y Brasil está rezagado respecto a ellos en este rubro. 

Es por esta razón que el rearme brasileño tiene como primer objetivo reforzar la condición del país como actor global. 

En la región Brasil, más que como líder, está actuando como un factor de moderación, como se puso en evidencia en la reciente Cumbre de Unasur en Bariloche, donde el logro fue lo que se pudo evitar, ya que la condena al acuerdo Bogotá-Washington para el uso de bases hubiera significado la crisis de UNASUR y su Consejo de Defensa.

Frente a la supuesta escalada en la compra de armamentos en los países de la región andina y en particular las adquisiciones de Venezuela en Rusia -Chávez está realizando una gira por Libia, Argelia, Irán, Siria, Rusia y Bielorusia-, la tensión de dicho país y Ecuador con Colombia y el acuerdo para el uso de siete bases militares de este país por parte de EEUU, para Brasil dar una señal de que aumenta su capacidad militar refuerza su rol de país moderador en la región.

Además, por razones de equilibrio regional, Brasil no puede permitir que Venezuela o Colombia superen su capacidad militar, ni tampoco que estalle un conflicto entre ambos. 

Pero también las adquisiciones de armas en Francia, anunciadas por el gobierno brasileño, apuntan a adquirir los medios para hacer efectiva la soberanía nacional en su amplio territorio, y en particular en la región de la Amazonía, que es la de menor presencia estatal y que además linda con los países hoy más conflictivitos en América del Sur, donde la actividad de organizaciones ambientalistas es percibida como una limitación a la autonomía del estado brasileño.

Brasil analizó, en el pasado reciente, elegir a Rusia o a Francia como socio estratégico para el área de defensa. 

Optó  por el segundo, evitando una opción que hubiera creado dificultades en su relación con Washington. 

De esta forma confirma su autonomía de los EEUU, pero al mismo tiempo evita una confrontación con dicho país, que no ve con buenos ojos una presencia militar de Rusia en la región. 

En conclusión, el rearme brasileño responde en primer lugar al objetivo de ser potencia global, en segundo término a tener la capacidad de ejercer un rol moderador en la región y por último a mantener la capacidad de hacer efectiva la presencia estatal en las regiones menos pobladas del país.

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Afganistán: los objetivos y movimientos de la India, Pakistán e Irán tras las elecciones

La India, Pakistán e Irán han seguido la campaña electoral para las elecciones presidenciales en Afganistán teniendo en cuenta sus respectivas prioridades. Cada uno parece haber tenido como principal objetivo el desacuerdo en la intervención de otro sujeto externo en la nación asiática.

Las elecciones presidenciales llevadas a cabo en Afganistán el 20 de agosto de 2009, además de (como es obvio) en el plano interno, también tendrán consecuencias desde el punto de vista internacional, y, sobre todo, en las relaciones con sus países vecinos. En el momento en que estamos escribiendo este análisis, aún no se han difundido los resultados definitivos. Teniendo en cuenta que los datos que se van conociendo, expondremos las consecuencias de estas elecciones en las relaciones con la India, Pakistán e Irán.

Pakistán: ¿el gran derrotado?
Con motivo de las elecciones, Pakistán ha mantenido en general un perfil que podremos definir más adelante. Entre otras cosas, los días de las elecciones, cerró la frontera entre los dos países por motivos de seguridad. Según datos de la ONU, en su territorio se refugian alrededor de 860.000 prófugos afganos que se encuentran en edad para votar. Pero, al contrario de lo que sucedió en las elecciones anteriores, en esta ocasión, no se ha previsto ningún mecanismo para consentirles el ejercer su derecho al voto.A pesar de que existan algunas cuestiones pendientes de gran importancia (como la delimitación de la frontera entre los dos países y la de los prófugos afganos), el principal objetivo de Islamabad en escenario afgano consiste en su oposición a la acción de la India. En esta óptica, Pakistán ha juzgado de manera negativa al presidente saliente Hamid Karzai, ya que durante el transcurso de su anterior mandato favoreció el aumento de la influencia india en Afganistán. Sin embargo, ahora parece haberse resignado a su confirmación, ya que una posible victoria de su principal opositor, Abdullah Abdullah, será vista por Islamabad de manera aún más desfavorable. Abdullah, tayiko por parte de madre, se mantiene firmemente hostil a Pakistán y a una reconciliación con los talibales, que provienen mayoritariamente de la etnia pashtún. Por otro lado Karzai, un pashtún, defiende una pacificación nacional que englobe algunos sectores de los talibanes.El proceso de reconciliación podría dar a Islamabad la oportunidad de recuperar parte de la influencia que perdió con la caída del gobierno talibán liderado por el Mullah Omar al que había apoyado. A pesar de haberse desmentido, en Occidente se considera que Pakistán aún apoya a la guerrilla en Afganistán, desde el momento en que la considera un instrumento útil para perseguir sus fines en el plano geopolítico. De hecho, según algunos analistas pakistaníes, conseguir poner sobre la mesa de negociaciones al menos a los sectores “moderados” de los talibanes obligaría a Washington a presionar a Pakistán, para que “aprovechara” sus lazos con los rebeldes: ésto, como consecuencia, aumentaría el peso de las negociaciones.Dado que la oposición a los exponentes de la Alianza del Norte constituye una de las estrategias puestas en marcha por Islamabad, un resultado importante ha sido el asesinato (reivindicado por los talibanes) de Abdullah Laghmani, subdirector de la Agencia Nacional de Seguridad (el servicio secreto afgano), el 2 de septiembre de 2009. Según el analista indio M.K. Bhadrakumar, Laghmani (de etnia tayika) habría sido el punto de mira del servicio de seguridad pakistaní “Inter Service Intelligence” por su habilidad en descubrir y contraatacar los movimientos de los pakistaníes y de sus aliados. Además se dice que su superior, Mohammed Fahim (también tayiko) debería hacerse cargo de la vicepresidencia de Karzai. También Fahim ha catalogado de hostil la influencia del país vecino meridional. Por lo tanto, el asesinato de Laghmani representaría un primer movimiento en la preparación del retorno al poder de unos dirigentes no maleables de cara a Islamabad.Se dice que otorgar prioridad a las relaciones con la India por parte de Pakistán, también en la intervención en Afganistán, es una elección sustancialmente apoyada por Washington. Que este comportamiento, indudablemente pragmático, sea realmente útil para los Estados Unidos es algo que aún está por demostrarse. De hecho, ésto terminaría repercutiendo en su relación con Afganistán, además de con la India. El hecho de considerar a Pakistán como un socio principal tiene el riesgo de obstaculizar a Washington la posibilidad de mejorar su posición en la zona.

La India, la “débil” vencedora
La competición entre los dos principales candidatos a las elecciones presidenciales, Hamid Karzai y Abdullah Abdullah, es bien vista para la India, contenta gane quien gane. Si desde el principio Nueva Delhi ha visto con buenos ojos una confirmación de Karzai, quien ha desarrollado notablemente las relaciones entre las dos naciones, también considera que Abdullah (exponente de la Alianza del Norte que la India ha apoyado en la lucha contra los talibanes) podría llegar a ser un presidente “amigo”. Por lo tanto, sea quien sea el que gobierne, la India estará entre los beneficiados. Y la ventaja más importante será la pérdida de influencia de Islamabad en la nación asiática.Además de ésto, se considera que en los últimos años el gigante asiático ha consolidado su posición apoyando el desarrollo económico de Afganistán a través, entre otras cosas, de la construcción de infraestructuras. Pero el beneficio del que goza Nueva Delhi, derivado también del hecho de no ser percibida como una potencia con intención de dominar el país, es en realidad débil con respecto del que dispone aún Pakistán. Pakistán, por su parte, está ejerciendo presiones sobre Estados Unidos para que limite los movimientos de la India. Y no sólo en territorio afgano.La estabilización de Afganistán y la apertura de sus mercados, así como las vías de comunicación que lo atraviesan, constituyen los principales objetivos para los indios. El problema es cómo conseguir tales objetivos. Por el momento se puede decir que, si el apoyo a las Fuerzas Armadas y de Seguridad afganas (a través, por ejemplo, de su adiestramiento) sigue siendo un instrumento de intervención por parte de Nueva Delhi, un compromiso militar directo como consideran algunos, podría tener consecuencias negativas. Algunos objetivos de los indios ya están en el punto de mira de la guerrilla de talibanes. En el caso de que sus soldados se vieran acorralados en Afganistán (también bajo petición de Kabul) y, por ejemplo, provocaran involuntariamente la muerte de civiles afganos, serían vistos por los musulmanes que viven en los países de la zona (incluídos los que viven en la India) como persecutores de los islámicos. El capital conscientemente acumulado desaparecería en poco tiempo complicando, por ejemplo, las delicadas relaciones con los árabes.

La maniobras de Irán
Si Pakistán tiene como objetivo fundamental impedir el crecimiento de la influencia india en Afganistán, Irán tiene entre sus principales intereses controlar y, si es necesario, contrastar el peso que Estados Unidos tiene en el país vecino.En realidad, existe una convergencia de intereses entre Washington (principal protagonista extranjero) y Teherán en lo que se refiere a la estabilización de Afganistán. Irán, entre otros, acoge a cientos de miles de prófugos afganos de los que tiene la intención de favorecer su entrada en el país. Ambos países tienen como punto común el contener el extremismo sunnita, del que proceden los talibanes. Y los dos quieren combatir el tráfico de estupefacientes que salen desde Afganistán para ser vendidos en los mercados de la zona y en los mercados occidentales. A pesar de los desacuerdos relativos al programa nuclear iraní, sin embargo, para Washington sería favorable tener a Teherán como aliado en el contexto afgano.Pero Irán tiene también objetivos que divergen de los de EE.UU y su persecución podría empujarle a poner en marcha una serie de medidas dañinas para los adversarios. Éste tiene la intención de poner en crisis el status quo a nivel geopolítico, que desde el momento lo relega a una posición que se puede catalogar de marginal. De hecho, no se deja de lado el hecho de que la experiencia política y religiosa iraní se presenta como revolucionaria.Para afirmar su papel en el escenario medio oriental y asiático, Teherán puede decidir debilitar a Estados Unidos apoyando a sus adversarios, en concreto a los talibanes, suministrando armas y, según algunos, adiestramiento. De este modo, Teherán, como promotor de la Alianza del Norte contra los talibanes (decididamente anti chiíes) se ha convertido en socio del antiguo enemigo para combatir uno más potente, Estados Unidos. El proyecto a largo plazo, sería debilitar el adversario aumentando las pérdidas humanas. Como marca el diario Tehran Timen, el consejero militar del Líder Supremo Iraní, el General Mayor Yahya Rahim Safavi, ha pronosticado que Afganistán será un nuevo Vietnam para Washington.Hay que destacar que, apoyando a los talibanes, el gobierno iraní favorece a Islabamad, que parece ser el principal patrocinador externo de tal movimiento insurreccional. Este es un elemento a tener en cuenta en el análisisde las relaciones entre los dos países, que entre otros, están poniendo en marcha el proyecto de un gaseoducto que les una.Las dificultades que Estados Unidos encuentran en la pacificación de Afganistán y su intención de involucrar a la República Islámica en la discusión sobre el futuro del país, empujó a algunos sectores a incubar la idea de que Estados Unidos necesitaba a los iraníes más de lo que los iraníes necesitan a los norteamericanos. Este estado de ánimo, expresado también en un editorial del diario Kayhan del 27 de julio de 2009, da a entender que Washington podría resignarse a la idea de un Irán nuclear a cambio del apoyo en Afganistán. Está aún por demostrarse que este análisis sea correcto.

Estados Unidos no tiene intenciones de depender de la ayuda de Teherán ni, aparentemente, de consentir lo referente a su programa nuclar. Desde hace tiempo, algunos sectores de la inteligencia norteamericana, acusan a los iraníes de suministrar armamento a los talibanes, aunque estas acusaciones son criticadas por otros analistas.Entre los dos principales candidatos a las presidenciales, según algunos, Teherán prefería a Abdullah, más ligado a la Alianza del Norte, patrocinada también por Teherán. El embajador iraní en Kabul, Fada Hossein Malesi, declaró el 5 de septiembre de 2009 que Teherán desea la creación de un gobierno de coalición en Afganistán.

Conclusiones
Los nuevos dirigentes que subirán al poder en Afganistán deberán enfrentarse con las prioridades y las estrategias de los tres países vecinos (en primer lugar con las políticas de Pakistán), equilibrándolas con las peticiones de Washington.La celosa hostilidad de Islamabad, el apoyo de Nueva Delhi y el apoyo de Teherán (que tiene a Washington en el punto de mira) son tres elementos que condicionarán, positiva o negativamente, la acción del liderazgo de Kabul. De forma individual, ninguno de ellos resultará determinante, pero, en conjunto con otros factores, externos o internos, podrá contribuir a comprometer la estabilidad de Afganistán.Por favor, acuérdese del Medio Ambiente antes de imprimir este correo.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Canadá: las buenas noticias económicas no garantizan la estabilidad política

El documento recientemente publicado por el Instituo de Estadística Canadiense sobre el transcurso de la economía durante el segundo cuatrimestre de 2009, ha revelado datos más esperanzadores de lo previsto sobre las condiciones económicas del país norteamericano. En concreto, alguno de los sectores productivos más pujantes, como son el petróleo, el gas o los automóviles, han vuelto a registrar datos de crecimiento. También el sector financiero canadiense, uno de los más sólidos del mundo, ha vuelto a tener resultados positivos. Sin embargo, la lenta estabilización económica no parece aplacar la inestabilidad política del país, que podría llamar nuevamente al voto después de que el líder del Partido Liberal (que con su “no oposición” está manteniendo en pie al gobierno Conservador) haya declarado recientemente que la convocatoria de nuevas elecciones no sería algo necesariamente malo para el país, sino que incluso podría ser positivo.

La lenta recuperación hace pensar que lo peor ya ha pasado
Canadá, aún habiendo puesto en marcha en los últimos años nuevas economías y aún gozando de un sistema financiero sólido, se ha resentido por la crisis económica como todos los demás países económicamente avanzados. Los efectos de la crisis en Canadá se han sentido sobre todo en el ámbito productivo, más que en el financiero, ya que las exportaciones representan un tercera parte del PIB canadiense y gran parte de estas exportaciones, el 80%, son hacia Estados Unidos.Tras meses de dificultad, que han supuesto datos negativos en todos los sectores económicos, parecen llegar noticias esperanzadoras para el segundo cuatrimestre del 2009. El informe de Statistics Canada (StatsCan), es positivo en lo que se refiere a la reactivación económica del país. El Producto Interior Bruto canadiense ha aumentado por primera vez desde junio del 2008, aunque sólo un modesto 0,1%. La compra de bienes ha aumentado ligeramente, empujado sobre todo por el sector automovilístico y por el mercado inmobiliario, que ha sufrido un aumento de las inversiones nacionales del 1,7%. Las importaciones y exportaciones aún están disminuyendo (un 2% las primeras y un 5% las segundas) pero en una cantidad muy reducida con respecto al primer cuatrimestre, cuando las exportaciones sufrieron una caída del 8,7%. Los gastos de consumo de bienes y servicios han aumentado un 0,4%, empujados por los bienes duraderos y por los servicios financieros. Los gastos personales están creciendo lentamente, un 0,2%, que de todas formas supone una mejora con respecto al -0,5% de finales del año pasado. El consumo se está volviendo a encauzar después de que en julio la tasa de inflación fuera negativa.La reactivación económica también está incentivada por el crecimiento del sector petrolífero y del gas (fundamental para la economía canadiense y motor del desarrollo de muchos sectores industriales, estando Canadá entre los principales proseedores de reservas de petróleo y tercer productor de gas natural del mundo), que ha registrado un crecimiento del 1,3%, aunque los demás sectores de extracción de materias primas no han tenido la misma suerte, sufriendo una caída del 33% a causa de la escasa demanda y de los altos costes de manutención.

El papel del sector bancario en la recuperación
El sistema bancario canadiense es uno de los más sólidos del mundo debido a la enorme prudencia en las inversiones y la elevada capitalización. El resentimiento de la crisis se produjo únicamente por el desmoronamiento del sector inmobiliario, pero no produjo tanto daño como en otros países económicamente avanzados. En los últimos tiempos, cuatro de los cinco bancos más grandes de Canadá han tenido inesperados rendimientos positivos que han apoyado la recuperación de las inversiones financieras y del mercado inmobiliario. Los bancos canadienses han sobrevivido a la crisis de crédito sin recibir dinero del gobierno (al contrario de lo ocurrido en otros países), aunque la recuperación se puede atribuir al enorme gasto que el gobierno de Harper ha realizado para apoyar el consumo y el sector inmobiliario con medidas como la de incrementar las ayudas públicas para la compra de la primera vivienda. Los banqueros canadienses temen ahora que a esta fase de optimismo le siga una recaída provocada por el fin de las ayudas estatales y por las posibles medidas del gobierno para equilibrar la balanza estatal. Sin embargo, el Banco Central Canadiense confía en esta tendencia de la economía para el próximo cuatrimestre. El gobierno, sin embargo, ha acogido con cautela esta recuperación; el Ministro de Economía, Jim Flaherty, ha señalado que la recuperación se debe a las medidas de estimulación puestas en marcha por el gobierno y que, por lo tanto, aún es pronto para pensar que la salida de la crisis será estable y segura.

El desencuentro político no se aplaca tras la crisis
El gobierno podría aprovecharse de estas señales de recuperación para hacer propaganda, sobre todo cuando existe el riesgo constante de unas nuevas elecciones, pero es consciente de que esta autocelebración podría ser contraproducente en este momento de leve recuperación económica. Además, hay que tener en cuenta que el gobierno ha gastado mucho para oxigenar la economía y que aún hay muchos canadienses en paro como consecuencia de esta crisis. Sólo en el mes de julio, se perdieron 45.000 puestos de trabajo. Aunque el gobierno de Harper es optimista respecto a la economía, en el plano político corre el riesgo de caer. El líder del Partido Liberal, Michael Ignatieff, cuya “no oposición” al gobierno está manteniendo en pie al partido mayoritario, ha declarado que unas posibles elecciones anticipadas no crearán inestabilidad sino que, de hecho, podrían ser beneficiosas para el país, insinuando que se podría realizar a corto plazo una moción de censura. Ignatieff reforzó esta sospecha el 2 de septiembre cuando declaró abiertamente que el Partido Liberal no apoyará más al gobierno de Harper. El Partido Liberal necesita en este momento involucrar a algunos parlamentarios de partidos menores, como el Nuevo Partido Democrático o el Partido Quebequés, para derrotar al gobierno de Harper y celebrar elecciones en Canadá por cuarta vez en cinco años. Uno de los políticos más importantes del Partido Liberal, Bob Rae, ha afirmado que la moción de censura contra el gobierno podría presentarse a principios de octubre.Pero el Partido Liberal podría hacer creer que empujará hacia la posibilidad de nuevas elecciones para presionar sobre al gobierno y con la intención de que haga concesiones o que, al menos, ponga en marcha políticas al gusto del Partido liberal, dado que en los próximos se abrirá el debate sobre cómo volver a llenar las arcas del Estado tras las medidas anticrisis. Las posibles maniobras para dar tranquilidad al balance estatal canadiense podrían ser un aumento de los impuestos, o una reducción del gasto público. Dado que actualmente el gobierno está liderado por un partido conservador, es posible que prefiera la segunda de las opciones, y las señales ya se están haciendo notar, visto que una de las primeras críticas que Ignatieff hace al gobierno de Harper, es descuidar la sanidad pública para aumentar los ingresos. Pero dada la inestabilidad del sistema político canadiense, es difícil prever quién liderará el país y en que modo intentará poner orden en la balanza estatal.En el caso de celebrarse nuevas elecciones, los bancos – determinados por la solidez de la recuperación económica – podrían apoyar a los conservadores, dado que han compartido con ellos las medidas anticrisis del gobierno, aunque sabiendo que todo ello tendrá un precio: el riesgo de que una nueva crisis pueda presentarse cuando las ayudas del gobierno acaben, y con la consciencia de que los estímulos económicos y financieros han costado caro a las arcas del estado, un día podría producirse un aumento de los impuestos para sanear el balance.

Conclusiones
Dadas las afirmaciones de los dos líderes de los principales partidos de oposición, Michael Ignatierr, del Partido Liberal; y Jack Layton, del Nuevo Partido Democrática, parece que Canadá se prepara para nuevas elecciones. La configuración política resultante de las elecciones no está bien definida, ya que ni losi Conservadores ni los Liberales obtendrían la mayoría absoluta, y actualmente los Conservadores aventajan en 11 puntos a sus adversarios. A pesar de la ventaja en los sondeos, los conservadores temen unas nuevas elecciones, vistas las posibles alianzas entre los partidos de la oposición, intentando explicar a la opinión pública que podría ser peligroso, en un momento de leve recuperación de la crisis económica.

Lo cierto es que el próximo gobierno, sea del color que sea, deberá afrontar el problema de sanear el balance estatal tras la gran intervención económica por parte del gobierno para contrarrestar la crisis. El posible resultado en Canadá puede ser el de un país que tiene todos los instrumentos necesarios para la prosperidad económica (recursos energéticos, nuevas economías y un sistema bancario sólido), pero sin un gobierno estable que dé un perfil claro al país.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Brasil: Ficha del País

Por territorio, Brasil es el país más extenso del hemosferio austral. Situado en el subcontinente sudamericano, se asoma por el oeste sobre el Océano Atlántico, y se adentra en el este hasta abrazar casi enteramente la cuenca amazónica, área en la cual confina con los estados de Surinam, Guyama, Guyana Francesa, Venezuela, Colombia, Perú y Bolivia. Por el sur, se estrecha progresivamente extinguiéndose en la cuenca del río Paraná y Uruguay, tocando los estados de Argentina, Uruguay y Paraguay. En América Latina es la mayor economía y el país con mayor población, teniendo 184 millones de habitantes. Brasil es un país independiente desde 1822 y es miembro de la ONU desde 1945.

Política
El presidente de la República Federativa del Brasil es Luiz Inácio da Silva, llamado Lula, cuyo nombre se asocia a una historia de luchas sociopolíticas ligadas a su experiencia de sindicalista y a su aventura política en el PT, el Partido de los Trabajadores. Elegido en el 2002, y reelegido en el 2006, su mandato concluirá en el 2010. Lula, ha sabido gobernar el país con gra habilidad política y con pragmatismo, lo que le ha llevado a implementar políticas sociales de tipo progresista, pero compatibles con las exigencias de una moderna economía de mercado. En los años de la administración Lula no han faltado los momentos de dificultad debido sobre todo al azote de la corrupción que, periódicamente en Brasil sale a la luz en la arena política y los medios, y que ha implicado a algunos sectores del PT. En el país, redes clientelares consolidadas se sobreponen a los mecanismos institucionales democráticos y toca al presidente mantener el frágil equilibrio entre ética y gobernabilidad, frecuentemente en favor de la segunda. No obstante ello, Lula goza de gran estima y parece verosímil que en las elecciones presidenciales del 2010 su heredero, que muchos ven en la persona de Dilma Roussef, actualmente jefe del Gabinete de la presidencia, pueda conducir al PT a la tercera victoria consecutiva en las elecciones presidenciales. Para lograr esta empresa, el gobierno deberá resolver la espinosa cuestión del régimen de explotación de los yacimientos petrolíferos descubiertos recientemente a lo largo de las costas brasileñas. El “pre-sal” ha reabierto el antiguo debate entre liberistas y nacionalistas, y tiene el potencial para generar una tormenta política. A tal propósito se han presentado cuatro proyectos de ley que prevén una posterior capitalización de Petrobras; la creación de un fondo social de inversión para los beneficios de la explotación del yacimiento; el paso -novedad más significativa- del régimen de concesiones al régimen de participación; y, en fin, la institución de una compañía estatal, la Petro- sal, encargada de representar el Estado en las participaciones.

Economía
La estructura productiva de Brasil consta de una amplia gama de actividades diferentes. Brasil es una potencia agrícola, el “agro-bussines” (que incluye producción, elaboración y distribución) determina el 25% aproximadamente del PIB y ocupa el 35% de la fuerza de trabajo. Brasil es el mayor productor en el mundo de azúcar, café, fruta tropical, concentrado de naranja, ganado y biocombustible. Además, el país resulta muy competitivo en la exportación de soja y derivados, e de etanol. Grandes recursos son destinados al sector por parte del gobierno, con 57 mil millones de dólares para el plan de desarrollo agrícola 2009- 2010. El país dispone también de sectores industriales muy avanzados, entre ellos el petroquímico, el siderúrgico, el automovilístico, el textil o el aeronáutico. Importante para la economía es también la producción de materias primas y semielaboradas, como el acero (producto más exportado por volumen de negocios), la madera, petróleo y otros minerales. Los últimos años se ha registrado un auténtico boom de las exportaciones, las cuales están diversificadas por tipo y por países de destino. Lo que ha permitido que la caída de la economía estadounidense impactase menos, a pesar de que este país ha sido históricamente el mayor socio comercial de Brasil. Así, en los últimos años Pequín ha reemplazado, al menos parcialmente, a Washington en los intercambios comerciales. La industria de los servicios ha alcanzado un grado alto de sofisticación en el sector de las telecomunicaciones, en el bancario, en el comercial, en el financiero, en el energético y en el informático. El país está, además, orientado hacia la autosuficiencia energética. El 74% del potencial eléctrico se genera a través de energía hidroeléctrica, El etanol de caña de azúcar satisface más del 50% de la demanda de combustible para los vehículos. Los yacimientos petrolíferos del pre-sal parecen colocar a Brasil entre los diez países con el mayor número de reservas en el mundo.A pesar de la crisis y sus efectos, la economía brasileña goza de buena salud. Las previsiones relativas al PIB del 2009, inicialmente preocupantes, son continuamente redimensionadas, y ahora oscilan entre el 1,3% y el 0,3% de crecimiento negativo. Para el 2010 se hipotiza que el país vuelva a crecer a niveles sostenidos, y que los indicadores macroeconómicos vuelvan a mejorar como en el periodo anterior a la crisis. Esta tendencia positiva ha inducido a importantes agencias de risk-rating a promover en el país el grado de inversión. La política monetaria del gobierno de Lula ha estado orientada hacia la contención de la inflación la estabilidad financiera es una de las prioridades, reduciendo la vulnerabilidad del país a la recesión. Entre las medidas tomadas para combatir la crisis, tenemos la inyección de 100.000 millones de dólares de liquidez en la economía local, la reducción de los impuestos a la industria manufacturera y la reducción de las tasas de interés. Además, el oaís tiene a motivar las inversiones extranjeras, las cuales resultan fundamentales para el crecimiento, dada la endémica carencia de capitales provenientes del ahorro. La leislació del 2004 promueve la asociación entre lo público y lo privado, y en el 2007 ha sido activado el mastodóntico PAC (Programa de Aceleración del Crecimiento)el cual se destina al desarrollo de las infraestructuras. Los sectores cercanos al gobierno sostienen que el PAC ha servido como barreca anticíclica ante la crisis. Sus detractores, en cambio, lo consideran ineficaz a causa de su monstruosa burocracia.Pero Brasil se presenta con una tasa alta de desigualdad económica y social, y el porcentaje de población bajo el umbral de la pobreza es alta, a pesar de los programas sociales dirigidos a aliviarla, implementados en los últimos años. Al aumento del PIB no le corresponde una justa redistribución de la riqueza y el coeficiente de Gini permanece entre los más altos del mundo.

Relaciones Internacionales
Brasil es miembro de la OEA y del Tratado de Recíproca Asistencia (TIAR). En los últimos veinte añosm la política exterior, ha estado dirigida al diálogo y a la cooperación económica con los estados de América del Sur. Desde antes, con el MERCOSUR que reúne Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Venezuela (cuya adhesión está pendiente) e una zona de mercado de libre intercambio y al cual se ha asociado además Bolivia, Perú, Chile y Colombia; y la neonata UNASUR, Unión de los Estados Sudamericanos, que quiere ser un instrumento de cooperación política. Brasil participa en las agencias especializadas de la ONU, para la que además pretende obtener un puesto permanente en el Consejo de Seguridad.El país es muy activo en el frente del Doha Round de la OMC, por la cual se pretende derribar las barreras arancelarias por parte de los países desarrollados. También en el ámbito del G-20 Brasil ha mostrado ser un actor clave. Y la decisión de convertirse en un pañis acreedor del FMI confirma esta tendencia. Además. La administración Lula ha profundizado las relaciones comerciales y de cooperación. El objetivo, afirmarse en el panirama económico internacional y obtener el reconocimiento de su peso político internacional. La integración que pretende de en Sudamérica responde a lo mismo: mejorar sus posiciones en las negociaciones internacionales. Brasil es tradicionalmente un país pacífico y recientemente ha resulto de un modo cooperativo las controversias nacidas con la oleada de nacionalizaciones en el subcontinente, que en ocasiones han implicado empresas brasileñas.

Previsiones
El país es estable política y económicamente, Es factible que salga de la crisis relativamente ileso y recupere los ritmos de crecimiento anteriores. La coyuntura económica internacional está en la base del crecimiento, pero hay que reconocer los méritos de sus dirigentes políticos, que han sabido gestionar un proyecto a largo plazo. A pesar de ello, permanece la corrupción y las prácticas clientelares, crónica en la sociedad brasileña que obstaculizan las relaciones económicas, junto con la maquinaria burocrática aunque se advierte una leve mejora, sin dejar de ser preocupante. Sólo un proyecto a largo plazo podrá sacar a Brasil de la pobreza, la criminalidad y la ilegalidad.En 2010 se celebrarán las elecciones presidenciales, para las cuales los candidatos principales serán Dilma Roussef y José Serra, actual gobernador del estado de San Paulo, que concurrirá por el PSDB. Dilma Roussef recoge los consensos en el interior de la coalición gobernante, pero no tiene el carisma de Lula, que sigue siendo la referencia del PT. Los sondeos dan como favorito a Serra, pero la sorpresa podría ser servida por Marina da Silva, ministra de medio ambiente que dimitió durante el gobierno de Lula, crítica de las políticas ambientales y del proyecto “Plan Amazonia Legal”, que regula el régimen de propiedad del territorio amazónico, frecuente escenario de disputas. Da Silva concurriría a las presidenciales con el Partido Verde. Será decisivo para las elecciones el impacto sobre la opinión pública de las leyes sobre el pre-sal, así como los continuos escándalos del partido gobernante.

Principales indicadores socio-económicos


2007 2008 2009 2010
Crecimiento % PIB (real)[1] 5,7 5,1 -1,3 2,2
PIB per capita (nominal - US$) [1] - 7043,08 8197,43 6526,25 6692,19
Inflación [1] 3,6 5,7 4,8 4
Desocupación %[2] 9,3 8

Deuda externa (Mll. US$) [2]
236,6

IDH (Índice de Desarrollo Humano) [3] 0,789 (2000) 0,800 (2005) O,807 (2006)
Tasa de alfabetización % [4] 86,4 (2000) 90 (2007)

HIV/AIDS (% pobl. adulta infectada) [5] 0,6 (2000) 0,6 (2007)

Tasa de Pobreza (% población < 1 US$)[3] 31 (2005)


Coeficiente de Gini [3] 0,569 (2005) 0,563 (2006) 0,556 (2007)