jueves, 25 de febrero de 2010

Medio Oriente y la economía 2010

La contracción de los precios internacionales del petróleo y los cortes en la producción petrolífera acordados en sede OPEC, han provocado una inevitable frenada en el crecimiento de toda la región medioriental. En cambio, por su parte, los mercados financieros, escasamente afectados, les han proporcionado un cierto grado de aislamiento con respecto a las turbulencias que han consternado a las principales economías. Señalar, los grandes cambios que se esperan que se produzcan en Qatar y el inicio de una fase de recuperación para la economía libanesa. En dificultad, los sistemas económicos yemenitas e iraníes, en parte causadas por su intensificada inestabilidad política. En Iraq, a pesar de que la situación política permanezca aún en dificultad, prospectivas económicas positivas.

Los países del GCC
En 2010 el esperado aumento, tanto de la demanda global como de los precios del petróleo deberían producir un positivo impacto sobre el crecimiento de los países del golfo Pérsico, aunque si cada estado vivirá unas dinámicas de recuperación bien diversas. Entre ellos, Qatar se diferencia debido a su extraordinaria tasa de crecimiento, incluso en el 2009 mantuvo una tasa positiva, durante la recesión, esperando que para el 2010 el crecimiento real del PIB alcance el 18%, reconfirmándose como una de las economías, a nivel mundial, que cuenta con un desarrollo más rápido. El crecimiento económico ha tenido lugar, en particular, gracias al aumento de la producción de los hidrocarburos, a pesar de que las reservas petrolíferas y la producción del crudo sean modestas respecto a las de los otros países del área, Qatar tiene una producción en relieve que, actualmente, se sitúa en aproximadamente, 900.000 barriles al día y para el 2010 se prevé que la producción del crudo alcance un potencial de 1 millón de barriles al día. Sin embargo, la contribución más importante para el citado crecimiento debería llegar de la mano del esperado fuerte aumento y de la comercialización de GNL (gas natural licuado). Debido a los 40 millones de toneladas anuales a comienzos del año 2009, la producción alcanzó los 66 millones a finales de año, así se estima que tomará como objetivo la cifra de 77 millones antes de la completación del año 2010, gracias también a la entrada en producción de dos nuevas gas facility. Qatar, de hecho, es el primer exportador del mundo de GNL; en cambio, el Emirato se sitúa en el tercer puesto después de Rusia e Irán en términos de reservas de gas natural. No se debe ignorar sin embargo, que Qatar podría sufrir un posible deterioro debido a las relaciones entre Irán y los países occidentales por la cuestión nuclear. Con la posibilidad de un ataque militar contra Irán, Qatar, que junto con Teherán comparte el gran yacimiento de gas natural North Field-South Pars, se vería perjudicado, puesto en la mitad, debido tanto a su contigüidad geográfica, como al hecho de que aloja dos bases militares americanas, sufriendo inevitablemente consecuencias en el plano económico; pensar por ejemplo, en las consecuencias acaecidas por las exportaciones del GNL, que viene transportado via naval, devido a un eventual cierre del Estrecho de Ormuz.

Arabia Saudita no ha conseguido evitar el ralentizar económico y, por primera vez desde 1999, su economía ha registrado una contracción real del PIB del 1% y aunque para el 2010 se prevea un incremento en la producción del crudo, debería contribuir a una subida del 3,3%, tasa un poco más baja que la de la media prevista para la región, que gira en torno al 4%. En los próximos años, el crecimiento saudita estará asegurado, registrándose una general mejoría incluso en los sectores industriales non-oil, remolcada por el sector de las telecomunicaciones, de la construcción y de la industria manufacturera. El aumento demográfico de la población unido al crecimiento de la oferta de productos en el mercado, provocará la constitución de una consistente expansión de este último sector. Así la consiguiente demanda de estructuras comerciales e industriales, provocará un fuerte incremento de necesidades en relación a establecimientos residenciales. Con todo, a pesar del actual periodo de crisis económica que ha dado lugar a la cancelación de numerosos proyectos de construcción, Arabia Saudita es aún el segundo estado del área del Golfo, después de los Emiratos, con un gran número de proyectos ya en proceso. Por otra parte, el gasto público en infraestructuras previsto para los próximos 5 años es de 400 mil millones de dólares. Se esperan importantes inversiones también en el campo de las telecomunicaciones, dada la reciente liberalización que ha garantizado nuevas licencias a operadores de telefonía fija y móvil.

En 2009, también los otros países exportadores del crudo, bajo la tentativa de diversificar sus propios sistemas productivos, a través de un aumento del gasto público (siendo posible por las ingentes entradas petrolíferas pre-crisis), han apoyado el crecimiento del PIB en los sectores non-oil; ejemplar es el caso de los EAU con el emirato de Dubai (recientemente socorrido por los financiamientos del “emirato hermano”, Abu Dabi). En cuanto a los EAU en general, gracias a la estabilidad política interna de la que goza el país, se prevé que en el 2010 se desencadene una relevante subida del PIB, alrededor del 4,1%, gracias a las elevadas rentas petrolíferas y a la expansión de la economía no petrolífera (18,6%), así se registrará un sensible aumento de la tasa de inflacción, del 2,5 en 2009 será posible alcanzar el 3,3% en 2010. Por lo que se espera qe para el 2010 estas medidas estatales de estímulo apoyarán el alzamiento del PIB en los países que han invertido en los sectoresnon-oil,aunque sus niveles permanecerán probablemente, por debajo de la media observada durante los años del boom 2003-2008. Presente el riesgo de un agotamiento en las reservas de petróleo, el viable crecimiento a largo plazo, de los países del GCC dependerá de las rentas derivadas del crudo que continuarán a invertir en sectoresnon-oil, como la educación, la sanidad pública o las infraestructuras. Por todos estos aspectos se puede casi afirmar que para el próximo decenio, los países del GCC podrán por lo tanto, mantener unas destacadas tasas de crecimiento del PIB, un 4%-6% anual.

Difícil situación en Yemen
Un caso excepcional entre los países de la península arábiga es el estado de Yemen. Su crecimiento económico es limitado por la inestable situación política y por el progresivo declive de la producción petrolífera, base de la economía yemenita con un 90% de las rentas de exportación y cerca del 30% del PIB anual, aunque el descubrimiento y el aprovechamiento de los yacimientos de gas natural permiten de cualquier manera mitigar el impacto de la reducida producción petrolífera. No se han producido progresos significativos ni en relación a la diversificación económica ni en relación al alzamiento del PIB per cápita y nisiquiera en la lucha contra la pobreza y el aumento de la ocupación. A pesar de que las previsiones para el 2010 no se presenten completamente caóticas, de hecho se prevé un crecimiento real del PIB del 5%, tal expansión viene considerada debido a las inversiones de algunos países donadores, previstas para la reconstrucción del Yemen oriental que ha sido afectado por un violento aluvión en el mes de octubre de 2008. En cuanto a la inflacción, que presentó una notable disminución, descendiendo en 2009 al 3,8%, crecerá de nuevo con una tasa del 12% en 2010, con la gradual pérdida de fuerza del real yemenita. Las prospectivas para la economía yemenita permanecen débiles y lejanas al objetivo fijado por las autoridades para el plan quinquenal de desarrollo. Además, el progresivo agotamiento de los recursos petrolíferos provocará limitaciones en el crecimiento para un largo periodo, al que se sumarán posteriormente, numerosos retos que el gobierno de Saná debería ya comenzar a afrontar, tales como las instancias secesionistas provenientes de algunas tribus meridionales, el aumento de las hostilidades de cara a los rebeldes del norte, así como la renovada amenaza terrorista de Al Qaeda.

También en Iraq e Irán la inestabilidad política frena la economía

En la región medioriental quedan muchos focos de inestabilidad e inseguridad, y la percepción de riesgos políticos regionales influyen fuertemente sobre las inversiones externas. Las principales fuentes de inestabilidad continúan presentes debido a la situación posbélica en Iraq, debido al largo conflicto entre Israel y Palestina y a la aceleración del programa nuclear iraní; además de por las violentas manifestaciones contra la reelección de Ahmadinejad ya que se temía el estallido de una crisis a nivel interno. En los Territorios Palestinos, la situación de la Franja de Gaza hace surgir críticas a causa de los obstáculos y de las restricciones por el gobierno israelí de la mercancias que circulan, limitando el crecimiento económico. Además, la Autoridad palestina es en gran medida dependiente de las ayudas internacionales; por esto, aún se prevé una caída significativa: del 26% del PIB en 2008 se pasó en 2009, al 20%, en 2010 se espera una caída al 17%. Si a esto se añade la elevada inflacción y la extrema pobreza de la población, difícilmente se pueden esperar mejorías en el sector económico. Previsiones negativas también se prevén para el estado de Israel. En este pequeño mercado, orientado a las exportaciones, se vislumbra una gradual recuperación de la tasa de crecimiento para el periodo 2010-2011, gracias a la fase de recuperación de la demanda de exportaciones y de la confianza dada por los consumidores. Sin embargo, solo después de un cierto periodo, Israel llegará a alcanzar los niveles de crecimiento previstos para los otros países del área, a pesar de que el desarrollo de su economía será reducido respecto al decenio anterior. En Iraq la situación política es aún inestable. Más allá de los encuentros y de los atentados, si bien las autoridades iraquíes asumen poco a poco el control del territorio, permanecen todavía diversas cuestiones sin resolver entre el gobierno central y las facciones kurdas, por no hablar de la creciente influencia iraní, provocada por la gran presencia chiita dentro del ejecutivo iraquí. Pero, a pestar de ello, las prospectivas económicas son bastante positivas, prevendo para el 2010, un incremento del PIB del 6%, superior a la media prevista para la región medioriental. Y todo gracias a la creciente producción de petróleo que, aunque la creación de una ley federal que ofrecía la posibilidad de explotar los hidrocarburos llegase con retraso, consiguió los 2,4 millones de barriles al día, esperando siempre que vayan en aumento dada la esperada recuperación de de las exportaciones, así como los recientes “acuerdos de servicios” estipulados entre el gobierno de Bagdad y las compañías petrolíferas extranjeras, con el objetivo de aumentar las posibilidades de algunos yacimientos. Prosigue mejorando la posición que mantiene Iraq como deudor y la tasa de inflacción se espera se sitúe, en poco tiempo, en niveles más contenidos aunque la desocupación sea elevada.
Por su parte, Irán no presenta unas prospectivas muy positivas. A parte de las encendidas protestas y los encuentros aún en curso que revelan la profunda crisis de legitimidad del poder político y alimentan la inestabilidad del régimen, los indicadores económicos anuncian un declive en el presente crecimiento, causado por la repercusión de los bajos precios y por la crisis económica internacional. Además, las políticas populistas, perseguidas por el actual gobierno gracias a las continuas entradas petrolíferas, que hasta ahora habían disfrazado las críticas de la economía iraní, y la extrema vulnerabilidad por el camino que tomarán los precios del petróleo, suscitan fuertes dudas sobre la sostenibilidad económica en los próximos años. El déficit fiscal se cree en aumento (-4,4%) a causa del incremento del gasto público necesario para estimular el crecimiento económico y la ocupación; además, los efectos de las sanciones internacionales en los flujos comerciales y financieros afectarán el avance comercial a través de una posterior contracción. Para este año, la tasa media de inflacción (15%) se espera sitúe en niveles altos, aunque siempre menores respecto al periodo 2007-2009. Finalmente, el crecimiento del PIB se estima alrededor del 2% para el 2010, dato positivo pero sin fuerzas suficientes que alcancen las tendencias de la región.

Estabilidad en las economías de Siria, Jordania, Egipto y Turquía

Para Siria, Jordania y Egipto el 2010 estará protagonizado por una situación mejor desde el punto de vista económico, en línea con la esperada recuperación de la economía mundial. En Siria, las prospectivas de crecimiento aumentarán en 2010 pero su consolidamiento se subordina a la capacidad que proporcione el gobierno para de independizar al país de las rentas petrolíferas y de proceder con las necesarias reformas socio-económicas. Para Jordania, conseguir restablecer la normalidad será más difícil mientras que, para Egipto, las reformas impuestas por el gobierno como apoyo a la demanda interna, a los consumos privados y a las inversiones extranjeras, tras la fuerte expansión registrada en los últimos años, hará columpiar la balanza en números negativos, aunque compensada, en cierta manera, por la continua expansión en el sector del gas natual, al menos para los próximos bienios. Turquía se ha mostrado vulnerable por los efectos de la crisis internacional que ha provocado una significativa frenada en el crecimiento económico de 2009 (en parte debida a la división de los IDE); sin embargo, se prevé que el país vuelva a crecer este año con una tasa aproximada del 4%. Por otra parte, la cuestión fiscal quedará como un factor preocupante (el saldo fiscal se prevé que pasará del -7,7% en el 2009 al -6,3% en el 2010). Así se debe también mantener en consideración, la tasa media anual de inflacción que debería alcanzar un valor de 6,0%, en crecimiento respecto al 2009 (4,9%) pero en reducción respecto al 2008 (10,1%).

Restablecer la economía libanesa
Digna de mención es la performance de la República libanesa. La economía beneficiará la pacificación obtenida y la estabilidad política realizada con la formación de un gobierno de unidad nacional el pasado 10 de noviembre. De hecho, el recobro de la confianza sobre la capacidad del país de los cedros, ha atraído inversiones extranjeras y ha favorecido el flujo de dinero en sus depósitos bancarios. A esto, se debe añadir las consistentes inversiones en el sector inmobiliario, tanto en la construcción de lujo como en la reconstrucción de las zonas devastadas durante el último conflicto, en el verano de 2006. Para 2010 está previsto un crecimiento del PIB del 5% gracias a los fuertes impulsos en el sector turístico y en el de construcción; además está prevista una contracción de la gran deuda pública, sin embargo, la relación déficit/PIB permanecerá entre los más altos a nivel mundial. Parece, por lo tanto, indispensable una reforma fiscal, aunque los progresos podrían ser lentos.

En poco tiempo, los principales retos que los países del área medioriental deben afrontar, reguardan la justa asignación de los grandes flujos de capitales extranjeros, la diversificación de los sitemas productivos y la lucha contra la desocupación, situada en un contexto que cuenta con una fuerza laborativa muy joven y con una población en fuerte crecimiento. La crisis global y la consecuente volatilidad de los mercados financieros han obstaculizado el crecimiento de la región; sin embargo, el aumento de los precios de las commodities y el incremento de la demanda para los bienes de exportación, previstos para el presente año, sustentarán el crecimiento económico de esta región. Más allá del aumento del gasto público y de una mayor disponibilidad de los créditos externos, se debería igualmente favorecer el desarrollo, alcanzando a prever, para el 2010, un crecimiento real del PIB en torno al 4%, dato respetable si se confronta con el previsto para el continente europeo, según los datos del FMI, en reducción del 0,1%. A pesar de estos análisis, los riesgos geopolíticos regionales constituyen el mayor obstáculo para la expresión de la plena potencialidad económica en el área.
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