lunes, 8 de febrero de 2010

La difícil reunificación de las dos Coreas

Después de dos días de continuas reuniones sobre el futuro del proyecto industrial Kaesong, instalación manufacturera administrativa en sinergia por las dos coreas, no se ha llegado a ningún acuerdo positivo. El clima de diálogo entre los dos países continúa a tensarse y en Seúl aumentan las preocupaciones debido a las inciertas evoluciones en el camino hacia las negociaciones.

Crisis en las relaciones diplomáticas

El fracaso de las últimas negociaciones sobre el futuro del proyecto Kaesong representa una parálisis no solo para las esperanzas de los trabajadores y de la empresa sino también, y más importante, para el trayecto de pacificación entre las dos naciones. Permanecen sin resolver, la cuestión de la ampliación del sitio, el ingreso de compañías multinacionales, el aumento de los salarios mínimos. Este último punto ha provocado un difícil conflicto para resolver uno de los objetivos que en mayor medida persigue Corea del Norte, transformar el salario mensual en 300$ de los 70$ medios actuales, no aceptables para las empresas del Sur, las cuales se han unido al proyecto dado el bajo coste de la mano de obra. Sin embargo, son muchos los que opinan que la cautela y la desconfianza demostrada por el gobierno de Seúl respecto a todo el proyecto son sobre todo, dictados por razones de carácter estratégico.El escenario político actual, lejos de mejorar, en los últimos meses las relaciones entre las dos Coreas han ido empeorándose así como las negociaciones entre ellas. La misma Administración estadounidense permanece impotente en el nudo presentado por Corea del Norte y el nuevo gobierno de Seúl, con su líder Lee Myung-bak, los ha llevado a adoptar una posición más severa y extremista, provocando una posición más dura en relación a la concesión de ayudas a la desnuclearización.Recientes acontecimientos han alzado inevitablemente el nivel de las tensiones. Tras el encuentro el 10 de noviembre en el Mar Amarillo, se han desencadenado declaraciones preocupantes de la mano de importantes personajes pertenecientes a ambos gobiernos. Mientras que de la parte de Corea del Norte, llegan voces sobre la rotura del diálogo y de las posibles acciones militares, el ministro de defensa de Corea del Sur, Kim Tae-young ha declarado que se debería tomar en consideración la posibilidad de un ataque preventivo. En los últimos días además, se han repetido ejercicios militares conducidos por embarcaciones norcoreanas en las zonas limítrofes, se han producido una serie de disparos de artillería hacia islas que formaban parte del territorio surcoreano.Para el futuro se prevé aún una situación inestable y preocupante, prospectivas del Korean Institute for National Unification describen situaciones nefastas en el momento en el que el líder norcoreano Kim Jong-Il muriese o fuese derribado por el comando. Las perspectivas más inquietantes sin embargo, giran en torno a la toma de poder por parte de grupos radicales del vértice del aparato militar. Kim Jong-Il, que cuenta con aproximadamente 60 años, no presenta un buen estado de salud, por lo que se espera que no llegará a superar el 2012. Así, la ampliación de un complejo industrial en territorio norcoreano completamente financiado por Seúl parece en estas circunstancias, imprudente.

El proyecto industrial Kaesong

El proyecto industrial Kaesong, inaugurado en 2004, después de años de contradicciones, nace principalmente en función de los variados beneficios económicos perfilados de una colaboración en ámbito industrial entre las dos Coreas. Entrada de capital y ocupación para el Norte, mano de obra a bajo coste para el Sur. El espacio, que toma el nombre de la ciudad de Kaesong, situada en territorio norcoreano, se encuentra solo a 60 km de Seúl y a una hora de una superficie que supera los 40 km². El sitio sin embargo, se finalizará solo en 2012, momento en el que se espera alcanzar una extensión aún mayor de las instalaciones y una labor que necesita de casi el doble del personal. Actualmente, Kaesong cuenta con cerca 41.000 trabajadores del Norte y operan aproximadamente 110 empresas surcoreanas que se han pronunciado como sus vecinos, no instruidos y escasamente cualificados, pero que se han demostrado productivos y deseosos de aprender todo lo necesario.Todo el desarrollo del proyecto ha sido en varias ocasiones ralentizado a causa de las continuas tensiones e de los incidentes diplomáticos entre los dos países. Sólo hace un año, Kim Jong-Il amenzaba de “graves decisiones”, la primera de las cuales fue el cierre de un complejo industrial, si los grupos activistas surcoreanos hubieran continuado a lanzar amonestaciones contra el gobierno comunista del Norte.Sin embargo, a pesar de las incesantes disputas entre los dos vecinos, el complejo ha permanecido operativo en todos estos años, con una gran solidez en los lazos económicos respecto a los diplomáticos y sobre todo, pudiendo proporcionar ocupación e ingreso de capital por una cifra que asciende a decenas de millones de trabajadores norcoreanos.Aunque el proyecto desde el inicio, ha debido hacer frente a numerosos problemas de naturaleza práctica y organizativa (retrasos en los abastecimientos de electricidad, carencias en las comunicaciones y un continuo reenvío de las operaciones del complejo piloto), se debe resaltar el éxito realizado sobre todo, entre los consumidores surcoreanos. Las ollas fueron el primer producto fabricado en el Complejo industrial de Kaesong con las que alcanzaron una imprevista popularidad en Seúl y en Pusán cuando se pusieron a la venta hacia finales del 2004. Quienes compraron este producto, disponibles al precio de cerca 20 dólares americanos, eran personas de edad comprendida entre los 40 y los 60 años, y muchos de ellos vivían en Corea del Norte. Es un hecho particular que detrás del inusual interés de los consumidores surcoreanos por los productos de Kaesong, exista un fuerte deseo de ver resuelto de manera pacífica el problema de la división de la península coreana, así como que el proyecto de cooperación entre los dos países haya permitido a los coreanos la posibilidad de manifestar sus deseos de unificación, aunque solo a través de la adquisición de un producto industrial. Mientras que hoy, surge cierta perplejidad respecto a la real situación del proyecto bajo un perfil meramente económico y especulativo, ninguno duda del papel simbólico que esto representa para los dos países.

Son muchos los que piensan que el proceso de pacificación, principalmente, y el de unificación, en un segundo plano, podrán ser factibles gracias a una colaboración en el frente económico. Mientras la diplomacia continúa a fracasar, al mismo tiempo que las sanciones, una pequeña porción de tierra de apenas 45 km² muestra como los pueblos de las dos Coreas, tan cercanos y a la vez con tanta distancia en medio, puedan verdaderamente, vivir y trabajar uno al lado del otro. Las recientes jornadas de negociaciones han fracasado pero para los primeros días de Febrero, un nuevo encuentro se ha fijado, y todos, probablemente incluso el régimen norcoreano, esperan una solución compartida.

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