miércoles, 3 de febrero de 2010

El declive de la democracia

El 2009 ha sido un año miserable para la libertad en el mundo. Según Freedom House, el camino de la democracia y de los derechos civiles, que después del derrumbamiento de la hegemonía soviética parecía actuar de forma sólida, ha entrado en una fase inestable.

La decadencia de la democracia
Freedom House, instituto de investigación que tiene como objetivo promocionar la democracia liberal en el mundo, en su característico informe anual presenta un cuadro comparativo del estado de la democracia y de la libertad en el planeta un tanto alarmante: sobre todo, en este periodo, la salvaguardia del sistema democrático tiene la necesidad de ser defendido. Llegado a este punto, Arch Puddington, voz histórica estadounidense que lucha por el reconocimiento y la garantia de los derechos civiles y políticos en el mundo, actualmente directora editorial de Freedom House, insiste con énfasis. Freedom House, en particular, clasifica las naciones como “libres” (free), “libres solo en parte” (partly free) y “no libres” (not free). En base a esta distinción, existen una serie de indicadores que destacan el respeto de los derechos humanos, civiles y políticos, de la dignidad de la persona en cada parte del planeta. En 2009 la decadencia de la libertad, como acuerdo absoluto, se apreció en 40 naciones: 22 de ellas tan graves como para poner en riesgo el derecho a la protección de la libertad civil y política. El número de las democracias electorales presentes en el planeta ha descendido de 119 a 116, con Honduras, Madagascar, Mozambique y Niger fuera de la lista desde hace poco tiempo. Sin embargo, Maldivas ha registrado un avance significativo pasando de la categoría “not free” a “free” gracias a la adopción de una nueva Constitución que protege la libertad de pensamiento, y a la liberación de un acreditado periodista encarcelado. Parecido es el progreso obtenido en otras áreas del planeta como Montenegro que ha pasado a formar parte de la lista de naciones libres, mientras que Kósovo ha sido catalogado como “libre en parte”. Croacia, Moldavia y Serbia han alcanzado pequeñas pero significantes mejoras. Irak, Líbano, Malawi y Togo han dado importantes pasos hacia la democracia de sus respectivos sistemas. Asia meridional, como segundo año consecutivo, ha realizado una mejora imponente. Sin embargo, a pesar de esta realidad, por desgracia esporádica, se alcanzó el peor escenario desde 1995. Como base de esta cruda situación, se encuentran eventos significativos como represiones violentas a los manifestantes en Irán, torturas y agresiones a los disidentes en China, ataques en Rusia a activistas pacíficos, continuos excesos en Pakistán, Afganistán, Irak, Somalia y Yemen.

Los números de la crisis
Ochenta y nueve son las naciones que Freedom House ha clasificado como “libres” en 2009, il 46% de los 194 territorios del planeta. Son 3.088.704.000 los individuos que viven en las “free nations”. Sin embargo, hay 58 países (el 30% del total), con una disminución de 4 naciones, los países cualificados como “libres solo en parte”, entre los que figura Kósovo, una síntesis estatal que sale de la ruina y se prepara para entrar en el camino de la democracia. Finalmente son 47, el 24% del total, las naciones clasificadas como “not free”, más de la mitad de los individuos que viven en estas condiciones residen en una sola nación, China. En el análisis actual son 5 los países que conforman esta categoría: Bahréin, Gabón, Jordania, Yemen y Kirguistán. Según Freedom House, Latino América sobre todo en Honduras, Nicaragua y Venezuela se ha registrado un deterioro evidente. Manuel Zelaya, Daniel Ortega y Hugo Chávez, presidentes de las tres naciones impiden a sus respectivos países progresar y abrirse a las conquistas democráticas. A pesar de ello, muchos gobiernos de Latino América (entre los cuales destacan Brasil, Chile y Uruguay) han rechazado e ignorado el mensaje populista proveniente de los tres líderes para abrir las puertas a la democracia en sus países.

La situación ha empeorado particularmente en el este asiático, mientras para alguno países de la ex Unión Soviética (Letonia, Hungría y Bulgaria), de Oriente Medio (Jordania, Bahréin y Yemen) y del Norte de África (Botswana y Lesoto) Freedom House habla de comprobar las intimidaciones en los conflictos con la prensa, la libertad de expresión de los ciudadanos, del derecho a la información, además de los enfrentamientos para garantizar los derechos civiles y políticos. Decisivos deterioros que se han encontrado también en Camboya (país no libre) en el cual han aumentado la intimidación y la violencia en los conflictos de los periodistas, activistas y pacifistas y en Hong Kong (país en parte libre), a causa de las excesivas presiones ejercitadas en China. La misma China, a pesar de su tendencia económica en continua expansión, registró una decaida evidente. En Israel, donde las presiones sobre los periodista y sus ciudadanos aumentan duramente desde el último conflicto en Gaza, el escenario tampoco plarece muy florido. Dicho discurso sirve tanto para Senegal como para Madagascar, México, Bolivia, Ecuador, Guatemala y Nicaragua.

El escenario europeo
¿Hay libertad en Europa? ¿Es todavía el Viejo Continente la cuna de la democracia? Según el informe anual diseñado por Freedom House es sobre todo la anómala situación italiana la que despierta sensación. Sin embargo, Europa Occidental goza hasta ahora de la más amplia libertad de prensa, pensamiento, palabra y expresión, aunque Italia haya retrocedido a la categoría de los países “parcialmente libres” junto con Turquía. La razón de ello se encuentra en el hecho en que la libertad de palabra ha sido limitada por nuevas leyes y tribunales, por el aumento de la intimidación a los periodistas por parte de criminales organizados y de grupos extremistas, además de la excesiva concentración de la propiedad de los media. Entre los países europeos, también Grecia ha sufrido un retroceso significativo, aunque precede a Italia en una posición y aún mantiene la categoría de libre. A su vez le aventajan Malta, Francia y Chipre. En la clasficación general Italia se encuentra en el puesto 73, por detrás de Benín e Israel. Islandia, Finlandia, Noruega, Dinamarca y Suecia dominan la clasificación de los países libres, ya no tanto desde el punto de vista de libertad de prensa o expresión, si no sobre todo desde el punto de vista sociopolítico, cultural y civil.

Diferentes analistas sostienen que para alcanzar el nivel más alto de democracia en el mundo debería emerger un centro de poder capaz de sostener el proyecto del orden democrático mundial. ¿Puede Europa desenvolver ese papel? Parece que han encontrado una solución: después de 8 años de duras negociaciones, el Tratado de Lisboa ha entrado en vigor el 1 de enero de 2009, siendo firmado el 13 de diciembre de 2007 por 27 jefes de estado y gobiernos de los estados miembros de la Unión Europea. Esta última, ha sido adoptada finalmente por los instrumentos adaptados a la propia evolución estructural: incrementado los poderes del Parlamento europeo, los procedimientos para llegar a acuerdos y el voto de la mayoría cualificada. Tendrán mayor visibilidad de sí mismos a nivel internacional, se apegará a nuevas afirmaciones del los Derechos del Hombre, aparecerán derechos de iniciativa popular e introducirán las cláusulas de solidaridad. El pasado 2001, con la Declaración de Laeken se estableció la necesidad de adoptar un texto ambicioso a nivel europeo que repartiera de forma clara las competencias entre la Unión Europea y sus estados miembros, simplificando los instrumentos jurídicos obsoletos, colmando el déficit democrático, reforzando el papel de los parlamentos nacionales en el proceso legislativo comunitario o integrando una Carta de los derechos fundamentales adoptada anteriormente en Niza, el diciembre de 2000. La importancia de la unificación europea se encuentra en la superación del estado-nación y en el abandono de las singulares ambiciones hegemónicas. Logrando esto, Europa volverá a ser el laboratorio de la democracia internacional.
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