martes, 16 de febrero de 2010

Balance Militar del Medio Oriente

Excluyendo Israel, Irán es la potencia más desarrollada de Oriente Medio. Los países de la región, aliados de Washington, están adquiriendo armas estadounidenses para tratar de llenar el vacío militar, siendo Arabia Saudí el único país que parece en condiciones de hacer frente a la supremacía de Teherán.

Arabia Saudí
Marina. La marina saudí cuenta con cerca de 12 mil efectivos. La base principal se encuentra en Jeddah, a orillas del Mar Rojo, mientras que la base naval más importante del Golfo Pérsico es la de Jubail. La marina consta de 7 modernas fragatas de construcción francesa y ha ordenado a Gran Bretaña la construcción de dos nuevas fragatas Type 45 Destroyers. Además posee 4 corbetas de clase Badr de construcción americana (1972-1980) y 6 dragaminas, 2 naves de apoyo y algunas embarcaciones de patrulla costera.
Aeronáutica. La Real Fuerza Aérea Saudí (RSAF) es la tercera fuerza de combate aéreo de Oriente Medio, después de la de Israel y Egipto. Su flota es la tercera más grande del mundo después de la estadounidense y la japonesa. En 2007 adquirió a la British Aerospace (BAE) 72 Eurofighters Typhoon, por un valor de unos 8.000 millones de libras esterlinas. En 2007 firmó también un importante acuerdo con Rusia por valor de 2.200 millones de dólares para adquirir 150 nuevos helicópteros Mi-17 y Mi-35. Actualmente se habla de la posibilidad de un nuevo acuerdo para aviones de suministro y para sistemas anti-aéreos. Los aviones caza ascienden a un total de 374 (F-15, Panavia Tornado, F-5 y en espera de la entrega de 72 Eurofighters Typhoon). Posee también unos 200 aviones de transporte y adiestramiento, así como unos 24 helicópteros de ataque y 104 de transporte. Otras 60 unidades forman parte de la marina.

Irán
Marina. La marina iraní posee 3 submarinos SSK-kilo de producción rusa, 4 de tipo Nahang y Ghadir de construcción iraní y 4 de tipo Yugo, de construcción norcoreana. También posee 4 cazatorpedos de producción iraní (3 de ellos inactivos y uno, el Jamaran, en servicio desde 2007), 3 fragatas de construcción británica (la Alvand, la Alborz y la Sabalan) y dos modernas fragatas de clase Moudge de construcción iraní (una, activa desde 2006, la otra en fase de conclusión). Además, una de las Moudge va equipada con misiles antibuque C-802 y C-803. También cuenta con tres corbetas, dos de fabricación americana (de clase Bayandor, operativas desde 1964) y una de construcción alemana (de clase Hamzeh) equipada también con 4 misiles antibuque C-802. Posee también 22 buques portamisiles, 10 de ellos de construcción china (clase Houndong y clase Thondor, armados con cuatro C-802) y 12 de construcción francesa e iraní (clase Kaman), dotados también de cuatro C-802; 5 patrulleros costeros clase Parvin y clase Kaivan y unas 100 unidades de patrulla costera; 8 dragaminas; 25 embarcaciones anfibio; y 30 naves de apoyo, la mayoría de ellas de construcción europea (inglesas y alemanas), activas desde mediados de los 70 y principios de los 80. Finalmente, los principales sistemas de torpedos son el Hoot y el Thaqeb (este último puede dispararse tanto en la superficie como bajo el agua).

Aeronáutica. Desde el 2002 Irán construye aviones militares usando la tecnología F14 y F5 Tiger II. Los nuevos aviones se denominan Azarakhsh e Shafaq. Además, Irán produce helicópteros de forma auto-suficiente, especialmente el viejo helicóptero americano de ataque AH-1 Cobra, así como los Bell 212 y Bell 206 (conocidos también como Shabaviz 2-75 y 206).

En 2007 acordó con la Russian Rosoboronexport la adquisición de 250 aviones militares Su-30 MKM y 20 aviones cisterna IL-78 MKI. De confirmarse dicha entrega, Irán podría convertirse en la potencia aérea más importante de todo Oriente Medio, incluso por delante de Arabia Saudí. Sin embargo, tanto Irán como Rusia han negado que exista este acuerdo. Por otro lado, la empresa rusa Novosti ha declarado que Irán ha suscrito un acuerdo con China para adquirir dos escuadras de 24 aviones de guerra J-10 con motores AL-31 de fabricación rusa. El coste total de la operación ascendería a 1.000 millones de dólares y la entrega debería efectuarse entre el 2008 y el 2010. También en este caso las autoridades chinas niegan que exista cualquier tipo de pacto. Otras fuentes creen sin embargo que tras conseguir los Su-30, Irán tendría intención de adquirir distintas versiones del MIG-29. Actualmente, Irán posee la siguiente lista de aviones de combate: 24 Mirage, 20 F-7M y 5 FT-7, 50 interceptores F-14 A, 34 entre Azarakhsh y Shafaq, 44 McDonnell-Douglas F-4 Phantom II, 60 MIG-29, 50 F5, 18 Shenyang F-6 (entre todos, suman un total de 305). Además cuentan con 118 helicópteros y un número indeterminado de aviones que patrullan la costa. Las Fuerzas Armadas Iraníes (IRIAF), gracias al apoyo de China, han construido también modernísimos sistemas de rádar y han mejorado los sistemas de alarma ante posibles ataques aéreos enemigos. Sin embargo, cubrir completamente el territorio nacional resulta aún difícil. En los últimos meses se han acentuado los vuelos de control sobre el Golfo y muchas bases hasta entonces situadas en aéreas interiores, se han desplazado hacia esa región. Ello es un símbolo del empeño de Teherán por controlar más eficazmente la presencia de la flota americana.

El examen
Este examen pone en evidencia la clara supremacía iraní frente a la marina saudí. En efecto, Arabia Saudí no posee medios para patrullar sus costas, ni posibilidades para plantar cara a Irán para hacerse con el dominio del Golfo Pérsico. Por otro lado, a pesar de que la aviación saudí es mucho más moderna desde un punto de vista tecnológico y está mucho mejor dotada cuantitativamente (Irán aún está esperando la llegada de los 250 Su-30 MKM), presenta notables carencias en la instrucción del personal.

El presupuesto militar de Arabia Saudí es el noveno más alto de todo el mundo. Desde 2005 es el principal comprador de armas estadounidenses (1.100 millones de dólares) ya que la reorganización logística americana en Oriente Medio le ha obligado a replantear su política en materia de armamentos (el mando aéreo americano se ha trasladado a Qatar). En este sentido, Riad ha sido incluida dentro del paquete de ayudas militares que Estados Unidos proporciona a sus aliados en Oriente Medio como forma para contrarrestar el creciente poder iraní. Últimamente está adquiriendo sobre todo armas de precisión. Destaca en particular la decisión tomada recientemente por la Agencia de Defensa americana de vender 900 JDAM y kit para F-15s, por un valor de 123 millones de dólares.

Sin embargo, la estrategia de Washington sigue siendo insuficiente para hacer frente militarmente a Irán, cuya supremacía es más que clara, incluso en número de efectivos de sus fuerzas armadas. En efecto, Irán cuenta con 685.000 hombres, 350.000 de los cuales pertenecen al Ejército, 18.000 a la Marina, 52.000 a las Fuerzas Aéreas, cerca de 125.000 a la Guardia Revolucionaria, 90.000 a la milicia Basij y 50.000 a las fuerzas especiales Quds. En la reserva hay 300.000 hombres, mientras que, en caso de necesidad, podrían llegar a movilizarse hasta 11 millones de hombres y mujeres. Por su parte, Riad sólo puede contar con 270.000 efectivos, mientras que su número de reservistas y de personas susceptibles de ser movilizadas es significativamente inferior.

Este es el examen que puede realizarse en base a las noticias oficiales, pero no conviene perder de vista las capacidades secretas militares iraníes. A finales de 2007 Moscú vendió a Irán sistemas de misiles tierra-aire S-300, y actualmente se están ultimando las negociaciones de un acuerdo con Bielorrusia para la adquisición de dos sistemas de misiles S-300PT (SA-10° “Grumble”), valorado en 140 millones de dólares. El pasado diciembre, se produjo un encuentro en Teherán de la Comisión Conjunta sobre Cooperación Militar y Tecnológica entre Rusia e Irán, que abrió el camino a otros futuros acuerdos, vinculados sobre todo al abastecimiento de otros S-300PT y de sistemas S-300PMU-1. Para el 2008, pese a los desmentidos oficiales, existe la posibilidad de que Rusia suministre también a Irán sistemas de misiles SAM de largo alcance. El sistema de misiles tierra-mar es capaz de alcanzar naves mercantes y militares que naveguen en el interior del Golfo. Actualmente, la industria iraní está tratando de mejorar el sistema de dirección de estos misiles, mejorando de esta forma la capacidad de alcanzar un objetivo situado “más allá de horizonte”, aumentando la precisión. Estos misiles no requieren de un complejo apoyo logístico, y doce de ellos pueden ser repuestos rápidamente, lo que permite una óptima cobertura de toda la línea costera y de las isla iraníes. Irán también está trabajando en una versión más grande y moderna del Silkworm (un misil tierra-mar con base en tierra y un alcance de 150 km). Este tipo de misil permitiría alcanzar objetivos más allá del Golfo, aunque se lanzase desde el interior del territorio iraní.

En cualquier caso, tres son las conclusiones más importantes:

    * La relativa autonomía de la industria bélica iraní.
    * La plena disponibilidad de Rusia, más allá de los desmentidos oficiales, a apoyar el plan de modernización tecnológica de las fuerzas militares iraníes. Este proceso llevará a Moscú, inevitablemente, a contrarrestar el peso ejercido por la presencia americana en Oriente Medio.
    * La firme decisión iraní de crear un sistema de control “de gran precisión” en todo el Golfo, sobre todo en el estrecho de Ormuz.

Aparentemente, dada la consistencia de su fuerza aérea, Arabia Saudí podría ser capaz de alcanzar el territorio iraní, ya que Teherán no posee capacidad suficiente para proteger todo su territorio de un posible ataque aéreo (como demuestra el hecho de que sus defensas se concentren en algunas zonas clave, como la capital o, actualmente, en el Golfo). Por el momento, el personal saudí no está preparado para una guerra abierta, ni los generales, que no cuentan con la experiencia necesaria, ni tampoco los pilotos, que carecen del adiestramiento necesario para una misión tan complicada.

Parece claro que el equilibrio podría quedar alterado por la influencia de los potentes aliados que apoyan a ambos países (sobre todo, por el apoyo americano a Arabia Saudí y por el apoyo de Rusia y China con el que cuenta Irán). El compromiso de Washington, si se limita a la venta de armas, no será suficiente para reducir la diferencia militar entre ambos países. Por otro lado, Teherán, más que preocuparse por un posible enfrentamiento directo con Arabia Saudí, está cerrando acuerdos más o menos secretos con Rusia y China que le permitirán superar algunas de sus lagunas tecnológicas militares y, de esta forma, hacer frente a un posible ataque norteamericano desde Qatar o desde el Océano Índico, posibilidad que de momento sigue siendo remota.

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