jueves, 11 de febrero de 2010

El 2010 venezolano


El 2010 será un año difícil para el presidente Chávez. Se encuentra en una situación en la que debe afrontar una profunda crisis interna; desde el punto de vista económico, Venezuela es el país latinoamericano que presenta mayores dificultades para superar los efectos de la recesión mundial. Esta situación, junto con la insatisfacción y las protestas generadas por la crisis energética, por la difusa inflacción, el cierre de ciertas emisoras televisivas, pone en riesgo el apoyo concedido al presidente y a su Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), cuyas acciones serán juzgadas en las elecciones para el renuevo de la Asamblea Nacional del mes de septiembre. Entre las cuestiones más urgentes se encuentran también las tensiones debidas al deterioro de las relaciones con la Colombia de Uribe.

Las tensiones internas: crisis económica y energética
En Venezuela, el 2010 ha comenzado con el anuncio del gobierno de una desvaluación del bolívar (de 2,15 bolívares por dólar se ha pasado a un sistema de cambio doble, 2,60 por los bienes y los servicios de base, 4,30 para el resto de las trnsacciones) que ha llevado a los ciudadanos venezolanos a adquirir toda clase de productos de importación (como los electrodomésticos) por temor de las consecuencias de los precios. Tal reacción da una idea de la situación de crisis económica en la que se encuentra Venezuela. Según el Fondo Monetario Internacional, en 2010 el crecimiento venezolano está destinado a permanecer aún como el único país en el continente con signo negativo, -0,4%.La dependencia de las entradas derivadas de la exportación de petróleo, cuyo precio después del boom del 2008 quebraron, en 2009, ha limitado el desarrollo de otros sectores económicos. La necesidad de una diversificación sería el origen de la desvaluación, sin embargo, como temían los ciudadanos podría provocar un amento de los precios de los productos de importación, de los que depende las exigencias de los ciudadanos. El control de la inflacción (22,5% en 2007; 30,9% en 2008 y 28% en 2009) es una de las cuestiones más urgentes que el gobierno venezolano debe afrontar. Por ahora, la acción de Chávez ha sido la de ordenar a los militares cerrar los ejercicios comerciales que imponían precios demasiado altos, acusándoles de querer especular y traer beneficios de la situación. Si el poder de adquisición de los ciudadanos continuase a disminuir, la insatisfacción podría aumentar.Otro riesgo que corre la maniobra realizada por Chávez, es la de aumentar aún más el gasto público. La desvaluación, por su parte, permitirá ampliar la base monetaria y producir más monedas, consintiendo así al gobierno poder anular el gasto social para tentar de mantener el consenso popular en vista de las elecciones legislativas que se planean para septiembre. La crisis hídrica y energética por la que está atravesando el país desde septiembre no podrá hacer más que empeorar la situación. El malestar causado por la censura de la energía eléctrica en todo el país y por la escasez de agua potable se agrabará. Desde comienzos del mes de enero, el gobierno ha presentado un plan extraordinario de racionamiento de la energía, dirigido a hacer frente a la situación de emergencia que transcurre. Entre las medidas tomadas, el bloqueo de algunas líneas de producción de la empresa estatal “Aluminio del Caroní”, una resolución que obliga tanto al sector público como al privado a reducir un 20% sus propios consumos y las jornadas lavorativas a 5 horas para los funcionarios públicos. Desde septiembre la situación se presentaba crítica y el presidente hacía un llamamiento a los ciudadanos para lograr una disminución en los consumos diarios.Según el ejecutivo, los orígenes de la crisis podría haber sido la sequía de los últimos meses. La ausencia de precipitaciones abundantes durante la estación de lluvia, desde el mes de mayo al mes de noviembre, ha sido la causa de la desaparación de parte del agua del río Caroní, que alimenta el dique del Guri. Esta central hidroeléctrica abastece el 70% de la energía eléctrica de Venezuela. Se debe añadir sin embargo, que en los últimos años el hecho del aumento de la demanda energética por parte de la población, no ha producido en el gobierno, ningún cambio, no se han esforzado por aumentar la oferta. Hace pocos días, el mismo Chávez con el anuncio de la creación de un fondo de mil millones de dólares que financiará proyectos de producción y distribución de energía eléctrica, reconoció que hubiera sido necesario una promesa de inversiones eficaces, en un pasado, que hicieran frente a este ya esperado crecimiento de la demanda por parte del gobierno.Las tensiones causadas por este malestar se han agravado en las últimas semanas, otro hecho que también ha contribuido a endurecer la situación ha sido la decisión del gobierno de cerrar seis emisoras privadas de televisión, acusadas de haber violado la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión (RESORTE) que entre otras cosas, obliga a los canales a transmitir los discursos presidenciales y las comunicaciones institucionales. Como ejemplo, el canal RCTVI, Radio Caracas Televisión Internacional, que exhibe una posición muy crítica contra el presidente y el ejecutivo y con el que Chávez había ya chocado en un pasado. En 2007, de hecho, el gobierno rechazó renovar la concesión estatal al canal Radio Caracas Televisión, que, para continuar transmitiendo, se transformó en un canal privado con el nombre RCTVI. Las críticas de la oposición contra Chávez por la decisión tomada, que lo acusban de querer conducir una política opresiva contra los medios que no lo apoyan, limitándoles la libertad de prensa, han desembocado en violentas manifestaciones de protesta en numerosas ciudades. En los próximos meses, el presidente Chávez no podrá ignorar el crecimiento de este malestar y la tensión social por la que atraviesa Venezuela. Esta situación ha sido evidenciada por un estudio de Datanalisis, según el cual el apoyo al presidente Chávez ha sufrido un cierto declive en los últimos meses. Según esto, en el mes de octubre solo el 21% de los ciudadanos venezolanos se sentía identificado con el partido del gobierno; sin embargo, también debemos tener presente el no mejor resultado de la oposición que, incluso pudiendo aprovecharse de la difícil situación, solo ha conseguido la atención de un 17%. Así, el 54%, en cambio, no se encontraba identificado con ninguno de las dos formaciones. Estos datos evidencian no solo la dificultades de Chávez, sino que muestran también la incapacidad de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), formación política que desde el 2009 recoge las fuerzas de oposición en un frente único, con una real y acreditada alternativa al gobierno actual, a la vista de las elecciones de septiembre.

Cuestiones externas: las relaciones con Colombia
Entre los imperativos más urgentes que debe afrontar el gobierno venezolano en 2010, se debe añadir la gestión del deteriodo sufrido en las relaciones con la Colombia de Uribe. Las tensiones entre Bogotá y Caracas, tensiones ya fuertes a causa de la contraposición en la gestión de las relaciones con los Estados Unidos, se han empeorado en 2009 tras un nuevo acuerdo militar estipulado entre Colombia y Washington. El pacto, firmado el 20 de octubre, sanciona la colaboración entre los dos gobiernos desde el punto de vista militar y, en particular, permite el envío de 800 militares y 600 civiles, y prevé la posibilidad para las tropas americanas de disfrutar de 7 bases en territorio colombiano. Mientras que la Unasur, Unión de las Naciones Suramericanas, ha declarado su preocupación por un acuerdo que podría amenazar la soberanidad de los países de la región, Chávez ha roto las relaciones diplomáticas con Colombia y ha demostrado su hostilidad en la toma de posición de Bogotá. Desde el punto de vista del plan comercial, Chávez ha afirmado la voluntad de sustituir las importaciones procedentes de Colombia; así, a través de mecanismos no tarifales (ha aumentado los requisitos de ingreso para la mercancia), ha prometido un bloqueo de las importaciones, que han sufrido una reducción del 70% desde el mes de octubre de 2008. La voluntad de Caracas de alejarse de la interdependencia económica que mantiene con Colombia ha sido expresada en términos prácticos, es decir ha realizado un notorio acercamiento con los países del Mercosur. En particular, la aprobación en el mes de octubre por parte del Parlamento brasileño, de su candidatura como miembro de la organización (a la espera de la de Paraguay) demuestra esta cercanía. Pero, a pesar de que sea miembro asociado desde el 2006, entrar a formar parte del grupo a todos los efectos, tendrá consecuencias relevantes sobre sus flujos comerciales, incluso por la pérdida de las relaciones con Colombia. La devaluación del bolívar a comienzos de año, deteriorará las posteriores relaciones entre los dos países; el volumen de los intercambios sumaron en 2009, 7 mil millones de dólares, de los cuales 6 pertenecen a las exportaciones con Colombia. El temor del gobierno de Bogotá surge a causa de los efectos de una probable disminución de la demanda de estos productos, que alzarán sus precios por la pérdida de los venezolanos.A la represalia comercial se han añadido las tensiones militares en las zonas limítrofes. El ejército venezolano se ha alineado en algunas de estas zonas, Chávez ha declarado en más de una ocasión estar preparado para el encuentro. Precisamente, en los útlimos días se ha desencadenado una disputa entre los dos gobiernos dada una presunta violación del espacio aéreo colombiano por parte de helicópteros militares venezolanos, que posteriormente ha sido desmentida por el gobierno de Caracas. Por otra parte, Chávez ha declarado que un avión espía estadounidense ha violado el espacio aéreo venezolano, que ha despegado de una base de la isla de Aruba, políticamente perteneciente a los Países Bajos desde el período colonial. El Presidente venezolano, cree que han contado con la participación de Colombia en papel de cómplice, aunque tanto Washington como Bogotá, así como las autoridades holandesas, han negado dicha creencia.

La situación que debe afrontar Chávez antes del escrutinio electoral de septiembre, no es precisamente fácil. La disminución de los consentimientos si por un lado testimonian la insatisfacción de la sociedad, por otro lado no indica un juicio negativo ya que de todas formas, serán llamados a las urnas. Las dimisiones de Ramón Carrizález, vice presidente y ministro de defensa, uno de los hombres más cercanos a Chávez, y de su mujer, Yubirí Ortega, ministra de ambiente, así como los cambios en el gobierno, hacen sospechar de ciertas tensiones también en el interior del ejecutivo. Algo podría cambiar realmente, si los partidos de la oposición reunidos en la Mesa de la Unidad Democrática, consiguen vencer sus diferencias, ganarse la confianza de los electores y mostrar un proyecto alternativo capaz de sacar al país de la crisis.

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