lunes, 1 de febrero de 2010

energías alternativas en África



 El proyecto
La iniciativa parte con la edificación de un establecimiento en los alrededores del lago Turkana, 300 millas al norte de la capital Nairobi. Se prevé un abastecimiento, para los próximos 30 años capaz de llegar a todo el país. El proyecto, Lake Turkana Wind Power Project (LTWPP), se divide principalmente en dos partes: la primera y más importante, antes de julio de 2012 se espera la creación de 363 turbinas, cada una con una capacidad de 850 kilovatios; la segunda en cambio, prevé la ampliación de 400 kilómetros en la línea de unión entre el lago de Siswa, Nairobi y el puerto de Mombasa, con sucesivos trabajos de restructuración y de reformas en las carreteras. Antes de hacer efectivo el proyecto, se deben atender a ciertas competencias, vinculadas a empresas europeas. Los participantes en la realización de los trabajos son: la Anset África Ltd., fundada en 2000 y ya activa en el campo del biogás y de las fuentes sostenibles además de en otros sectores como el humanitario o el de telecomunicaciones; Mr. W. Dolleman, un holandés desplazado a Kenia hace 30 años, emprendedor activo en el campo de la exportación de fruta y verdura en los mercados europeos; la KP&P, de Mr. Harry Wassenaar y de Mr. Kasper Paardekooper, que ha ya realizado 5 inversiones similares en los Países Bajos; Mr. Henk Hutting, recientemente fundador de la Hutting Windenergie B.V. (2007), que está desarrollando la empresa eólica holandesa más importante; el ingeniero belga Schieke, proveedor de los servicios de búsqueda y del sector energético y de conexiones en las redes existentes; y finalmente, Mr. John Thiongo Mwangi, gran emprendedor local en el sector de la acerería. Además de otros aliados como, la KEMA, empresa líder en el sector energético y de certificación, en cuyas manos recaerá la tarea de supervisar la creación de la línea de enlace; Vestas, líder mundial en el mercado de la tecnología eólica, con una cuota superior al 50%, producirá las turbinas. Deutsches institut Windenergie (DEWI), sociedad alemana encargada de medir el viento. La KPMG, famosa sociedad de revisión del management financiero; el estudio legal, Anjarwalla & Khanna que realizará la debida asistencia jurídica. La inversión está cubierta por el 30% del African Development Bank, el otro 70% proviene de los bancos kenianos, de los fondos de inversión sudafricanos, estadounidenses y de Medio Oriente.

Implicaciones
El deseo keniano de desarrollar el sector eólico surge de la necesidad de encontrar una solución a un doble problema: la extrema pobreza y la falta de disponibilidad energética. El PIB en 2008 alcanzó los 61 mil millones de dólares (alrededor del valor estimado de la industria alimentaria italiana), no menos del 80% de la población tiene restringido el acceso a la corriente. Kenia finalmente ha asumido la necesidad de invertir en fuentes renovables. Una vez superados los costes iniciales, abastecen una cantidad de energía casi infinita, por las elevadas rentas, sin que el ecosistema venga dañado. Actualmente, el 75% de la productividad eléctrica del país proviene de los cursos del agua, mientras que cerca un 11% proviene de las empresas geotérmicas de la Rift Valley. Recientemente, el Ministro de Energía, Kiraitu Murungi, ha declarado en una entrevista que la actual crisis de sequía, que desde 1999 se suceden en la región, paralizando la principal fuente eléctrica con graves repercusiones sobre la economía local, han empujado al gobierno keniano a desarrollar el sector eólico. Una primera gran central eólica, en grado de producir cerca de 300 megavatios, es de hecho, la cercana al lago Turkana, considerado muy fuerte, vista la exposición y las características del régimen de los veinte. Además es un lugar único en el mundo. Es un lago cerrado en la Rift Valley, circundado por el desierto, con temperaturas muy elevadas, con escasa vida humana y de fuertes vientos. Un segundo parque eólico capaz de producir otros 150 megavatios, en proceso sobre el Ngong Hills, en la periferia de Nairobi, famosa zona de entrenamiento pedreste. Estos proyectos forman parte de una amplia estrategia de desarrollo económico, elaborada por el gobierno, conocida como "Vision 2030". Basada en una serie de programas quiquenales, el primero, con una cobertura temporal que va desde el 1 de julio de 2008 al 30 de junio de 2013, aspira a poder proporcionar a Kenia un crecimiento económico rápido y sostenido (10% en 2012) capaz de consentir al país entrar en 2030, en las economías de renta media. Este además, prevé la utilización de aproximadamente 25 mil millones de dólares para la reparación de la red de carreteras y la construcción de otras nuevas, la restauración del puerto de Mombasa, los proyectos de electrificación rural, de energía geo termal, eólica y solar, y la construcción de un parque industrial y de un cable submarino de fibras ópticas para el África oriental.

Otros proyectos en el continente

El caso de Kenia no es el único que, al sur del Sáhara, comprende inversiones en el sector eólico. Etiopía ha asignado 190 mil millones de esterlinas para una central de 120 megavatios en la región de Tigrè, cerca del 15% de la capacidad eléctrica del país, esperando construir muchas otras. Tanzania ha anunciado la realización de dos nuevas instalaciones con un total de al menos 100 megavatios en la región de Singida, superior al 10% del abastecimiento eléctrico actual. Sudáfrica, con una capacidad generativa en gran parte dependiente del carbón, desde marzo de 2009 ha decidido aplicar desgravaciones fiscales a los ciudadanos que deseen instalar aparatos eólicos en sus viviendas. Ruanda, en cambio, ha cedido la realización de un estudio a una empresa belga que verifique, en los próximos doce meses, la eficacia del desarrollo de los establecimientos eólicos, en base al consumo de las entidades públicas y las empresas privadas. También ha puesto en marcha un plan de educación para concienciar a la población de la necesidad del ahorro energético. En Malawi, el joven inventor William Kamkwamba, trámite su fundación Windmills, está realizando pequeñas centrales eólicas, útiles para dar energía a los sitemas de irrigación para los campos agrícolas. El gobierno de Cabo Verde, por su parte, ha aprobado para el 2010, la creación de cuatro centrales eólicas, instaladas en la isla de Buena Vista, Sal, Santiago y San Vicente.

Aún es pronto para decir si la elección del gobierno keniano "triunfará", sin embargo, una vez superados algunos de los problemas, principalmente de carácter económico, los efectos sucesivos se esperan positivos. Kenia, rica en cadenas montañosas, altiplanos, bosques y sabanas, árido, con imponentes macisos volcánicos, entre los cuales se encuentra, el monte Kenia, posee una gran presa natural fuertemente ventosa, en grado de resolver el déficit energético que sufre. Hasta el momento en el que el proyecto se rebele útil para el país, es necesario que la construcción de las primeras instalaciones eólicas, las ya nombradas, aquella alrededor del lago Turkana, y la otra en la periferia de la capital, estén sustentadas por grandes inversiones en infraestructuras, desde la reestructuración de las carreteras hasta la construcción de la línea de unión. Sería inútil tener a disposición centrales en grado de producir centenares de megavatios, si después, estas no pueden ser empleadas para la población y para las empresas locales.

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