jueves, 1 de octubre de 2009

Palestina: Hamas, los salafitas, Shalit y el futuro de la Franja de Gaza

Encerrado en la estrecha Franja de Gaza, el movimiento de resistencia islámico de Hamás intenta constantemente salir del aislamiento impuesto. Precisamente en estos días se habla de la posible liberación de Gilad Shalit, unida a la posibilidad de alcanzar un acuerdo en breve con Fatah. Sin embargo, en el pasado mes de agosto, se registraron violentos enfrentamientos con algunos grupos extremistas islámicos que intentaron desestabilizar el precario equilibrio existente en Gaza.

La represión de los salafitas
Abdel Latif Musa. Es este, o mejor, era el nombre del ahora ya difunto líder del movimiento salafita, denominado Jund Ansar Allah. Él era el personaje que el pasado mes de agosto había proclamad desde el púlpito de una mezquita el Califato de Rafah, clamando que el movimiento de Hamas se había occidentalizado demasiado. Tras una batalla de dos días (28 muertos, 160 arrestados y tantos otros heridos), la situación en Gaza parece haber vuelto a la normalidad y la situación de Abdel Latif Musa, definitivamente cerrada: el 14 de agosto tras horas de batalla, el líder espiritual salafita resultaba muerto por un miliciano de Hamas. Sin embargo, permanecen serias dudas y otras tantas perplejidades sobre los logros efectivos de las operaciones militares de Hamas, en cuanto que permanecerían todavía bolsas salafitas, y otros, dispuestos a desestabiliza la situación a la primera ocasión posible. Entre los grupos armados, potencialmente peligrosos, contamos por ejemplo el Ejército del Islam, dirigido por Moumtaz Dighmush, el Ejército Nacional con su líder Isamil Hamod, y el más importante entre todos, el grupo Jaljalat formado, al parecer, por disidentes de las brigadas Izz al- Din Al- Qassam. La mayor parte de estas milicias armadas critica Hamas por haber abandonado la recta vía, no instaurando un emirato islámico en Gaza, y acusándolos de querer entrar a cualquier precio en los juegos políticos de las potencias occidentales.Además, permanecen serias dudas sobre el desarrollo de la batalla y sobre las causas de la misma. Algunos analistas palestinos han evocado la figura de Muhammad Dahlan como posible financiador de los salafitas, mientras otros habrían pasado la responsabilidad a Al-Qaeda y a algunos de sus exponentes activos desde hace poco en la Franja.Cualquiera de las citadas hipótesis, tienen un dato incontrovertible: a una mayor perduración del aislamiento de Gaza, corresponde en manera proporcional una pérdida del consenso de Hamas, con un consiguiente endurecimiento de la disputa teológica entre las varias corrientes islámicas. La desesperación, la total ausencia de perspectivas y una pobreza cada vez más aguda, todos aquellos factores que en origen habían permitido a Hamas llegar al poder, se están ahora torciendo, empujando a la población hacia elecciones cada vez más extremas.

La dramática situación en la Franja de Gaza
Hemos señalado que el consenso sobre Hamas comienza a caer cada vez de un modo más evidente, con una correlativa caída de la popularidad, mientras perdura el cierre fronterizo con Israel y Egipto. El forzado aislamiento de la Franja está endureciendo las condiciones de vida de sus habitantes, los cuales han sufrido un claro empeoramiento tras las tremendas incursiones israelíes a principios de año. Observando la dramática situación tras la operación Cast Lead (Véase, Israel: combatir a Hamas en Gaza), podemos afirmar que hoy en Gaza la situación ha llegado al límite del colapso. La situación más grave está relacionada con el estado de varias plantas hídricas, cuyo mal funcionamiento ha dado lugar a la contaminación del 90% de las aguas potables presentes. Además el bloqueo israelí está causando una explotación excesiva que puede llevar al colapso de las reservas.Mientras tanto, la aviación israelí persiste en su acción represiva al sur de la Franja, bombardeando los túneles subterráneos que conectan los territorios palestinos con Rafah, e interrumpiendo la única vía de acceso con el exterior. La situación del resto no es mejor, considerando que según el último informe de la ONU, la operación Cast Lead causó daños por 4.000 millones de dólares, creando un déficit de balanza (derivado de la total interrupción del flujo comercial) de unos 88 millones. Actualmente, el 90% de los habitantes de la Gaza vive bajo el umbral de pobreza y no parece estar convencido de las promesas de reconstrucción repetidas por el líder de Hamás Ismail Haniyeh. También la situación sanitaria parece dramática. Según la ONU, poquísimos pacientes obtienen el salvoconducto para entrar en Egipto y recibir curas sanitarias adecuadas, curas que no peden suministrarse en la Franja, dada la precaria condición de medios y estructuras médicas.
Juntos a los daños físicos y estructurales, la población palestina sufrió gravísimos daños psicológicos y esto no podrá no tener repercusiones sobre las actuales y las futuras generaciones de palestinos. Un estudio de Gaza Community Mental Health Programme afirmó que muchos adolescentes, jóvenes y niños, que perdieron los padres a causa de la operación Cast Lead, hoy miran con siempre mayor interés hacia los grupos armados de resistencia, denotando una creciente voluntad de convertirse en mártires.

El caso Shalit
Se escuchan noticias que querrían la liberación del cabo israelí Gilad Shalit, ahora ya muy cercana. A pesar de la mediación egipcia, además de la intervención de un mediador alemán, ningún resultado real se ha conseguido todavía, y las negociaciones presentan todavía muchos puntos oscuros. Hamas, el cual no suministra pruebas de salud de Shalit desde hace ya un tiempo y no cede en las peticiones de liberación de cerca de 100 prisioneros palestinos. Tampoco el primer ministro israelí Nethanniyah no parece dispuesto a concesiones de ningún género, cosa que ha confirmado el Ministro de Defensa Eduh Barak, el cual ha afirmado más veces que la liberación de Shalit no se dará bajo ninguna condición
De hecho, antes de excarcelar los detenidos presentes en la lista de Hamas, quiere obtener una precisa seguridad sobre algunos puntos clave. Por ejemplo, a través Egipto, Tel Aviv habría pedido presionar sobre los grupos armados para que finalice el lanzamiento de misiles Qassam, además parece que Nethanniyauh haya impuesto come condición sine qua non la clausura de los túneles de contrabando con Egipto. Esta última condición parece suponer un nuevo problema, ya que Hamas declaró que acabando el contrabando, Israel deberá abrir, necesariamente las vías de acceso a Gaza, permitiendo pasar, al menos, el 5% de las mercancías actualmente puestas bajo embargo.
Según fuentes alemanas, se estaría cercano a la resolución del caso. El cambio deberá tener dos fases: la primera prevería la liberación de más de 400 detenidos palestinos, mientras en la segunda serían otros 556 detenidos palestinos, entre los cuales Marwan Barghouti. Hamas, en cambio, ha desmentido las informaciones de Berlín, afirmando que las negociaciones relativas al militar israelí estén en curso, si no que todavía está lejana una solución.

En realidad, considerado el momento de grandísimas dificultades, Hamas podría dar un giro definitivo a las tractativas intentando reconquistar el consenso perdido entre los palestinos. La liberación de centenares de prisioneros darían de nuevo fuerza al movimiento islámico, permetiéndile recuperar la confianza y la estima de la población local. El interés en cerrar cuanto antes la operación parecería testimoniado por un reciente viaje realizado por el líder de Hamas en el exilio, Khaked Meshaal, el cual habría pedido a El Cairo, para definir las últimas cláusulas y dar una forma definitiva el acuerdo con Israel.

Conclusiones
El primer objetivo de Hamas es, por lo tanto, el de mantener el control de Gaza en una situación qie cada vez es más compleja. Las instancias de los extremistas islámicos se hacen cada vez más insistentes y los graves sufrimientos a los cuales se expone la población no inducen a la moderación. Es más, los habitantes de Gaza, están ya cansados de las demasiadas privaciones y podrían comenzar a apoyar elecciones cada vez más extremas y violentas. Y entonces, como ya hemos señalado, una de las soluciones para reconquistar los palestinos podría ser la liberación de Shalit y el consiguiente retorno a casa de más de 1000 prisioneros. Esto, obviamente, no significa que las partes llegarán en breve a un acuerdo, pero puede inducir a pensar que, esta vez, se trabajará de verdad para lograr una solución.
 

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