lunes, 12 de octubre de 2009

El Reino Unido y su disuasión nuclear

La propuesta lazada por Gordon Brown durante el curso del reciente encuentro en la Asamblea General de la ONU sobre clima y nuclear, concerniente a una posible reducción del número de la nueva clase de submarinos balísticos nucleares, que a partir del 2024 tendrá el objetivo de sustituir las cuatro naves Vanguard, actualmente en servicio, parece destinada a influir en el sistema de disuasión británico, comportando, si se realizará efectivamente, un cambio sustancial de su mismo concepto. A la luz de las señales provenientes de Irán, pero en un contexto internacional que parece estar a punto de generalizarse, si la decisión de mantener un sistema basado en la disuasión nuclear subacuática representa por un lado la mejor opción de second strike imaginable y una más que válida first-strike option, por la otra, parece estar descartada por los fundamentos de los pfuturos proyectos británicos de actuación.

La disuasión nuclear británica hoy
Las cuatro naves de la clase Vanguard, SSBN (submarinos balísticos nucleares), varados entre 1992 y 1998 y plenamente operativos desde 1999 tras la entrega del S31 Vengance, último de la serie, constituyen hoy el único medio a través el cual el Reino Unido mantiene su disuasión nuclear, después de que a partir de 1998 la bomba termonuclear WE.177 cesó de ser operativa en la RAF. Los Vanguard sirven a su finalidad mediante el empleo del sistema misilístico Trident II D5. Se trata de misiles balísticos intercontinentales de 11.300 km de alcance y con un coste por unidad de 30,9 millones de dólares, capaces de albergar hasta un máximo de 12 cabezas nucleares cada una de las cuales es capaz de golpear diferentes objetivos.
Cada nave puede albergar 16 Trident II por un total potencial de 192 cabezas nucleares. En base con lo dispuesto por la Strategic Defense Review, redactado por el gobierno laborista en 1998, el Reino Unido, que dispone de unos 50 misiles Trident II y algo menos de 200 cabezas nucleares, continúa con su estrategia de disuasión nuclear mediante la puesta en práctica de la CASD, la Continuous at Sea Deterrence, una patrulla permanente de 365 días al año, efectuado por un Vanguard armado con hasta un total de 48 cabezas, según las líneas guía que han reducido el número de las cabezas a 96, por le precedente gobierno. En cuanto a los concerniente al empleo operativo de Trident II, hay que considerar como el Reino Unido emplea los misiles, pasando de un empleo estratégico a uno sub-estratégico, y que algunos misiles están dotados de una mono-cabeza reducida (hasta un máximo de 10 KT de potencia), en sustancia “la declaración de voluntad” de utilización.

El S28 Vanguard, el primero de os submarinos construidos de la homóloga serie y proyectados para tener una vida operativa de 25 años (con la posibilidad de un posterior alargamiento operativo por otros 5 años), se desarmará en el 2024, fecha a partir de la cual se prevé que el primer barco de la nueva clase SSBN entrará en servicio. A este propósito se debe remarcar que durante la encendida sesión en la Cámara de los Comunes del 14 de marzo de 2007, el Parlamento Británico hizo propios dos importantes punto contenidos en el Libro Blanco “The Future of the United Kingdom's Nuclear Deterrent”. El primer punto prevé la construcción de una nueva serie de sumergibles como espina dorsal del futuro sistema de disuasión británico, que se prevé que permanezcan en servicio hasta el 2050; el segundo define la participación británica en el proyecto de la US Navy, pra la extensión de la operatividad de los Trident II, que permanecerán en servicio hasta el 2042.

La imposibilidad de una disuasión diferente
El sistema Trident II, desarrollado por la sociedad americana Lockheed Martin Space Systems, es la directa evolución del Trident C4, y es operativo desde marzo de 1990. Más allá de los 4 Vanguard ingleses, el principal usuario del sistema es Estados Unidos, que lo emplea a bordo de los 14 SSBN clase Ohio. Es importante considerar, a propósito de la evolución del programa Trident D5LE, como la temporización han sido programadas para encontrar la caducidad de la flota americana más que la de la Royan Navy británica; en particular, se puede afirmar que su desarrollo es una consecuencia directa e la decisión de los vértices militares americanos de extender la vida operativa de los submarinos clase Ohio, prolongada de 30 a 45 años, con la primera nave en desarme a partir de 2029. Es, por tanto, posible hipotizar que con una análoga situación de dependencia nuclear el Rino Unido se encontrará a partir del 2042, cuando los Trident IID5LE cesen de producirse y revisarse, a menos ue posteriores proyectos de actualización no tenga lugar mientras tanto.

El dato que, de todas formas, emerge es que solamente el Reino Unido, en el interior de los países que disponen de armas nucleares, no parece poseer una autonomía en el sector, considerando que la dependencia hacia Estados Unidos sea por la adquisición de los misiles como por su manutención, basándose para ello en el sitio King´s Bay en Georgia. Esta situació comporta inevitables consecuencias sobre las más recientes decisiones en política exterior adoptadas por el gobierno británico. Hay que señalar como en el Libro Blanco arriba mencionado, se han valorado todas las iniciativas a la disuasión subacuática, descartadas por diferentes motivos. Un sistema que se base en instalaciones misilísticas situadas sobre tierra firme, constituiría per se un target ideal para un hipotético ataque preventivo; la disuasión aérea comporta análogos problemas, resolubles exclusivamente con la construcción de bases subterráneas que la conformación física de Gran Bretaña no perece capaz de ofrecer (más allá de los costes necesarios solamente para las infraestructuras), haciendo de la disuasión subacuática, debido a la extrema dificultad para localizar un sumergible estratégico, la mejor opción para una disuasión eficaz. A estas consideraciones se debe añadir que la industria británica no parece actualmente capaz de garantizar un producto exclusivamente nacional. Dos son los proyectos en marcha para renovar la flota, que prevén una gasto estimado entre los 15 y los 20 mil millones de libras esterlinas. El primero se denomina Concept 35, mientras el segundo es Advanced Hull Form, con contenidos menos tradicionales. Es importante, de todas formas, subrayar que en el caso de una reducción a 3 naves, sumada a las de las cabezas nucleares, los costes destinados a todo ello sufrirán un importante descenso.

Como ya han señalado muchos analistas, la política de la CASD ha sido satisfactoriamente realizada, con una flota de 4 submarinos. En la situación actual, de hecho, una nave se encuentra patrullando, otra está en stand-by preparada, otro está bajo procedimientos de manutención tras haber efectuado el patrullamiento, mientras que el cuarto está bajo un procedimiento de manutención a largo plazo, como por ejemplo la revisión del reactor nuclear y de los sistemas de armas, procesos que corrientemente se extinguen en pocos años según diferentes factores (por ejemplo, considerando el grado de usura de los componentes y el número de los misiles utilizados en el curso de los patrullamientos o en los ejercicios). Ya puestos en práctica por la CASD con los medios actuales parece dejar al factor de laimprevisibilidad (problemas técnicos improvisados o accidentees como el que ocurrió, el 4 de febrero de 2009, con el S28 Vanguard y el SNLE -NG francés Le Triomphant, que colisionaron en el Golfo de Gascuña, en circusntancias todavía no esclarecidas), una escasa relevancia que se minimizará posteriormente en el caso de la futura flota estratégica británica, compuesta por solamente 3 naves.

Resulta, por tanto, difícil esperar, en el caso de que este último escenario se realice, que la CASD pueda ser eficazmente preservada, a menos que la tecnología futura no garantice que las manutenciones ás sensibles se realicen en términos de meses, y no de años, no agotando, por ello, el ya mencionado factor de imprevisibilidad. De todas formas, las definitivas intenciones deo gobierno serán desveladas oficialmente no antes del 2012, fecha en la que se prevé que se firme la orde de compra para los nuevos barcos. La sesión del 14 marzo de 2007 dio flechas concretas sobre la cuestión que decretara implícitamente si la CASD sería la futura estrategia de disuasión británica o si se marchará hacia una disuasión nominal difícilmente compensable, dada la general tendencia a la rebaja en los gastos para de defensa decididos por el gobierno inglés.
Abriendo una ventana sobre el plano internacional, se debe subrayar como actualmente los soldados británicos están ocupados en 7 países, algunos de alto riesgo como Afganistán, Iraq, Georgia, Etiopía, Sierra Leona, Liberia, además del contigente en los Balcanes. Ello no agota el despliegue en el exterior de tropas británicas, pero,permaneciendo focalizados en estos países de teatro operativo, emerge como cuatro de esos confinan con Estados que poseen oficialmente armas nucleares oque, de todos modos, están desarrollando programas para utilizar energía nuclear en campo civil. Afganistán, de hecho, confina con China, Pakistán e Irán. Iraq, es cercano e histórico rival de Irán; Georgia confina con Rusia, mientras que Etiopía lo hace con Sudán, que ha llegado a un acuerdo con la AIEA, la Agencia Internacional de Energía Atómica, cuyo deber principal es monitorizar el empleo de material producido por las centrales y por otros centros de investigación. En tal contexto, marcado por un creciente multipolarismo nuclear, donde los Tratados de no proliferación parecen constituir meros papeles, abandonar la disuasión permanente comportaría riesgos primarios si en el futuro los soldados británicos se emplearán en diversos frentes como ocurre hoy.

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