jueves, 22 de octubre de 2009

La difícil negociación con Corea del Norte

Tras el encuentro celebrado en la primera semana de octubre entre el Primer Ministro chino Wen Jiabo y el presidente norcoreano Kim Jong Il en el curso del cual Corea del Norte declaraba estar dispuesta para la reapertura de las entrevistas a seis, el 12 de octubre la agencia de información surcoreana Yonhap, informaba que Corea del Norte lanzó cinco misiles de corto alcance a lo largo de sus costas orientales.

En la primera semana de octubre, el Primer Ministro chino Wen Jiabao visitó Pyongyan con motivo de la celebración del sesenta aniversario del as relaciones entre China y Corea del Norte, y para discutir algunos detalles relativos a las relaciones entre los dos países. Por esta visita, muchos esperaban señales de reapertura por parte de Corea del Norte hacia los encuentros a seis, a propósito de su proliferación de armas nucleares. Tales encuentros -en los cuales participan China, Corea del Sur, Japón, Rusia y Estados Unidos- han sido interrumpidos en abril por parte de la República Democrática Popular de Corea, tras las duras críticas recibidas por la comunidad internacional por los tests misilísticos realizados en abril, violando las resoluciones 1695 y 1718 del 1006 del Consejo de Seguridad de la ONU, que le prohibía cualquier actividad relativa a los programas de los misiles balísticos. Tras esta interrupción, Corea del Norte efectuó un nuevo test nuclear en mayo que llevó al endurecimiento de las sanciones citadas. Recientemente, el gobierno expresó su voluntad de retomar el diálogo, a pesar del anuncio, enviado a l ONU, a pesar de haber logrado el enriquecimiento de uranio. En encuentro entre el Primer Ministro chino y el Presidente norcoreano ha llevado a las declaraciones de la disponibilidad coreana a la reapertura de las negociaciones a seis, a cambio de que se abra un diálogo bilateral entre Corea del Norte y Estados Unidos, condición que los líderes coreanos piden desde hace años, pero que los norteamericanos siempre han rechazado. Estados Unidos, esta vez, se han mostrado favorables a sentarse de modo bilateral con Corea del Norte, declarando, de todos modos, que el fin último será convencer a Corea del Norte para que vuelva a las negociaciones multilaterales para la desnuclearización de la península coreana.Pero el 12 de octubre, Corea del Norte efectuó el lanzamiento de cinco misiles de corto alcance en us costas orientales, violando nuevamente las resoluciones 1695 y 1718 del 2006 y la 1874 del 2009, que reafirma la prohibición de efectuar pruebas misilísticas. A pesar de ello, no parece que estos últimos lanzamientos hayan interrumpido el proceso de reapertura norcoreano, más bien no se han considerado peligrosos. La interpretación es ambigua: no está claro si deben considerarse como una parte de los ejercicios militares normales o como reacción a la noticia del posible envío por parte estadounidense del portaaviones USS George Washington en el puerto surcoreano de Busan.

La petición de relaciones bilaterales con Estados Unidos
La condición puesta por la República Democrática Popular de Corea a la reapertura del diálogo a seis, tiene una importancia fundamental para el gobierno norcoreano, en cuanto que el inicio de encuentros dorectos con Estados Unidos representaría para el país una especie de reconocimiento y una garantía de seguridad. Corea del Norte sostiene que la cuestión solamente puede resolverse a través de las relaciones bilaterales directos con Estados Unidos, porque la voluntad norcoreana de convertirse en potencia nuclear deriva de la necesidad de defensa en los enfrentamientos de una política hostil practicada por estos desde la Guerra de Corea de los años '50. Ademá, la posesión de armas nucleares constituirá para Corea del Norte una forma de mantener la paz y la estabilidad en la península coreana y en toda Asia Oriental. Estados Unidos, en respuesta, están dispuestos al desarrollo de relaciones bilaterales en el contexto, y contemporáneamente, de la reanudación de los acuerdos a seis para poder consultar con sus socios. El objetivo principal estadounidense es el de la desnuclearización de lña península coreana, por lo que ve en las relaciones bilaterales un medio para sus objetivos. Hasta ahora no se han previsto acciones concretas por parte de Washington, pero se ha iniciado una serie de consultas con los socios de las negociaciones a seis. Corea del Norte, sin embargo, declara que la completa desnuclearización es un resultado imposble de lograr, ya que las armas nucleares son la única forma de defensa que puede usar. Una eventual desnuclearización podría venir, solamente, paralelo al completo desmantelamiento por parte de Estados Unidos y de todas las demás potencias nucleares.

Las reacciones de los otros socios de las negociaciones a seis
Los otros países que participan en las negociaciones a seis continúan manteniendo la línea dura de las sanciones y conservan una fuerte desconfianza hacia las declaraciones de apertura por parte norcoreana. Solo es una excepción China, a la cual Corea del Norte debe mucho por las continuas ayudas y el constante apoyo político que los líderes chinos han dispensado siempre. La República Popular China es su primer socio económico y juega el rol de principal mediador entre Corea del Norte y los restantes países. Es gracias a las presiones chinas que el gobierno norcoreano ha decidido reabrir las negociaciones multilaterales. El anuncio de la reapertura, por parte de Wen Jiabo tras los encuentros con los representantes de Pyongyang, puede ser interpretado como la prueba de que China se ocupa realmente de la cuestión, para contribuir al desarrollo de las relaciones internacionales pacíficas. China siempre ha sostenido el régimen norcoreano y sigue prestando atención a los desarrollos políticos del país limítrofe, que está dentro del área de sus intereses estratégicos, sabiendo que una eventual desestabilización podría representar un peligro para Pekín y que es esencial mantener el control político. El desarrollo de relaciones bilaterales entre Corea del Norte y Estados Unidos representa una fuente de preocupació, ya que podría empujar a un países de vital importancia estratégica para los intereses chinos a las manos de algún adversario que China quisiera ver lo más lejos posible del área del Pacífico.

En cuanto a los otros participantes en los encuentros a seis, todos están de acuerdo en sostener la línea dura y mantener las sanciones hasta que Pyongyang no tome acciones concretas hacia el desmantelamiento de su arsenal nuclear y de la central de Yongbyon. Rusia declara estar especialmente preocupada por los desarrollo de la política nuclear norcoreana que van en dirección opuesta a las declaraciones amistosas de sus líderes: permanece, sin embargo, convencida del uso de medidas diplomáticas. Los más intransigentes son Corea del Sur y Japón, que rechazan el envío de cualquier tipo de ayuda hasta que no vean pasos concretos hacia la desnuclearización. Además, considerando el desarrollo de las relaciones bilaterales con Estados Unidos como un medio para lograr los objetivos, creen necesario que las medidas y los resultados sean consensuados entre todos. Obviamente, Corea del Sur es la más interesada, en cuanto que los misiles de corto alcance podrían golpear su territorio nacional.

A pesar de ello, Seúl continúa manteniendo contactos con su vecino del norte, sobre todo en cuestiones no militares. En particular, en los últimos tiempos, las dos Coreas han decidido abrir un diálogo para favorecer la reunificación de las familias divididas en los años '50 con el inicio de la Guerra de Corea y para poner medidas para la prevención de inundaciones, en particular en las zonas confinantes sobre el río Imjin, donde la pasada semana murieron seis surcoreanos a causa del desbordamiento tras la apertura de los diques en la parte norcoreana tras las fuertes lluvias. Estas negociaciones entre ambas Coreas pueden considerarse un señal positivo de distensión.

Los continuos cambios de ruta por parte de Corea del Norte son el síntoma de su debilidad: Pyongyang no parece tener otros medios que la amenaza nuclear para captar la atención de la comunidad internacional. Este continuo “tira y afloja” permite a Corea sentirse a salvo de cualquier forma de ataque a su soberanía y, al mismo tiempo, hacer presión y hacer escuchar su voz. La alternancia de apertura y amenazas no es bien vista por los países con los que negocian, y siguen esperando acciones concretas para, primero, el desmantelamiento del reactor de la cental de Yongbyon. Mucho dependerá de la postura norteamericana, pero difícilmente Corea del Norte renunciará a su capacidad nuclear, que es su único medio de presión internacional. Queda por considerar los posibles desarrollos políticos internos, en particular la cuestión de las sucesión del Presidente Jong- Il, ya que el futuro líder podría cambiar la política exterior del país.
 

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