jueves, 25 de marzo de 2010

semana política

Grupo de Alto Nivel y CONAGO: espaldarazo y sorpresa. La visita a México de funcionarios de alto nivel del Gobierno de los Estados Unidos es, antes que nada, una cortesía. Ante la potencial crisis diplomática que pudieron haber causado los asesinatos de ciudadanos estadounidenses en Ciudad Juárez, el Gobierno de Barack Obama prefirió contener la situación y enfatizar su apoyo al Gobierno mexicano.

A pesar del escepticismo que al interior de Estados Unidos –y de su Gobierno– genera el desempeño mexicano en el combate al crimen organizado, contener la situación significa para el Gobierno estadounidense mantener su preferencia porque el combate se dé en México, antes de tener que hacerlo en su propio territorio. Para ello, es necesario dar al Gobierno del presidente Calderón cuanto espaldarazo sea necesario.

De lado mexicano la estrategia es minimalista. Antes que exigir acciones concretas en territorio estadounidense, el Gobierno solicita y se conforma con discursos de corresponsabilidad de su contraparte. Discursos que el Gobierno estadounidense está dispuesto a ofrecer, consciente de que llevar a cabo esfuerzos consistentes –como realizar grandes redadas en su territorio– podrían incrementar los niveles de violencia de su lado de la frontera.

La única sorpresa en medio de la visita fue que la Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO) acordara impulsar la idea de unificar a las policías municipales y estatales en 32 corporaciones estatales. Esta es una propuesta del Gobierno Federal y ya el secretario Genaro García Luna la había formulado de manera precisa hace unos meses, sin embargo no había sido bien recibida del todo. Más allá de la notoriedad que los gobernadores intentaron obtener con su anuncio, en medio de la visita, saber si su acuerdo es un espaldarazo o un rechazo a la estrategia del Gobierno Federal tendrá que esperar a conocer los detalles de sus propuestas.

Reforma laboral: hándicaps. Consciente de que su capacidad de negociación en el Congreso se ha reducido, el Ejecutivo Federal optó por presentar la iniciativa de reforma laboral a través del grupo parlamentario del PAN en la Cámara de Diputados. Este hecho es indicativo del debilitamiento en la interlocución entre poderes derivado de los recientes conflictos que han involucrado a partidos políticos y a la secretaría de Gobernación, lo que de entrada, no augura una eventual aprobación de esta reforma.

Un segundo hándicap en contra es que previo a la presentación de la iniciativa no hubo un proceso de negociación y cabildeo con los distintos grupos de interés, con el objetivo de que la versión presentada incluyera al menos una serie de propuestas mínimamente acordadas. Esto le abre la posibilidad a los detractores de la reforma (sector obrero y partidos de oposición) a aislar la iniciativa del proceso de discusión argumentando que ésta no considera su visión para solucionar el problema y afecta los derechos de los trabajadores.

Un tercer hándicap en contra es el tiempo. El actual periodo de sesiones presenta pocas oportunidades para llegar a acuerdos en el tema. Adicionalmente, las elecciones a llevarse a cabo este año en los estados no contribuyen a construir un clima de colaboración en el Congreso.

Ante un entorno tan adverso para la aprobación de una reforma laboral, el Ejecutivo Federal y el PAN saben que podrían quedarse al final de cuentas sin la reforma esperada. Sin embargo, podrían hacer uso de la negativa de sus detractores, particularmente del PRI, para denostar su falta de compromiso y de paso obtener cierto impulso en los proceso electorales de este año.


Cortesía de CIDAC
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