martes, 2 de marzo de 2010

Mujeres al poder: el caso de Costa Rica

Las elecciones presidenciales del 7 de febrero han concluido con la victoria de Laura Chinchilla del Partido de Liberación Nacional (PLN). Primera mujer en la historia que ocupará el puesto de presidente de Costa Rica, la quinta de la región latinoamericana. Candidata al partido de gobierno, encuentra sustento en el presidente hasta ahora en el cargo, Óscar Arias. Laura Chinchilla parece que mantendrá una cierta continuidad respecto al pasado. Principales cuestiones que deberá afrontar, mejorar la situación económica, tarea ya comenzada en Costa Rica, luchar contra la criminalidad y el narcotráfico y comprometerse con el desarrollo de las relaciones con China.

El escrutinio electoral
Con el 46,77% de los votos, Laura Chinchilla del PLN, se ha adjudicado el primer turno de las elecciones a la presidencia de Costa Rica, el estado de la región centroamericana que por tradición presenta una fuerte estabilidad, tanto desde el punto de vista político ya que está caracterizado por una tradición democrática sólida, como desde el punto de vista económico, situándose entre los primeros países a recuperar su posición tras la crisis económica mundial iniciada en 2008 (según los datos del Fondo Monetario Internacional, FMI).Los principales rivales, Ottón Solís del Partido de Acción Ciudadana (PAC) y Otto Guevara, del Movimiento Libertario (ML), han obtenido respectivamente el 25,1% y el 20,8% de los votos. Desde el punto de vista económico, este último, que ocupa la corriente derechista del país, se ha presentado con un programa basado en posteriores cuestiones de liberalización, ya iniciadas por el gobierno con el Tratado de libre intercambio entre los países de América Central y los Estados Unidos (DR-CAFTA) en 2009, que actúa hasta conseguir la completa dolarización de la economía del país. Con otra visión, en cambio, encontramos a Solís, que adoptando una posición aún más izquierdista que el PLN, criticaba estos acuerdos y sus consecuencias por el desarrollo social. Los orígenes de la victoria de Chinchilla se deben buscar en primer lugar, en las divisiones creadas dentro de la oposición. Tradicionalmente caracterizado por un sistema bipartidista, Costa Rica sale de estas elecciones con tres partidos de nivel nacional, direccionándose hacia una mayor fragmentación partidista. Si por un lado, ni siquiera la suma de los votos de los principales partidos de la oposición, el PAC y el ML, alcanzan los resultados obtenidos por el PLN, este último en Parlamento, no ha conseguido la mayoría absoluta de los escaños, 29 sobre 57, cifra necesaria para disfrutar de una libertad de maniobra en los próximos meses. Condición que podría poner en dificultad al gobierno en su ambición de lograr ciertas reformas. A jugar un papel fundamental en la victoria de la Chincilla situamos también la popularidad del ya vicepresidente y ministro de justicia, Arias. A pesar de los efectos de la recesión mundial sobre las performance económicas del país y el aumento de la criminalidad, este resultado es significativo para comprender la confianza del electorado al partido de gobierno. A diferencia de las tendencias que se han evidenciado en otros países de la región, Costa Rica parece haber tenido la mejor, el deseo de continuidad. En 2009, las elecciones en otros tres estados centroamericanos, han tenido el éxito opuesto. Particularmente, en el mes de marzo, después de veinte años de gobierno de derecha nacionalista a manos del partido Arena, los ciudadanos salvadoreños han elegido al candidato de la izquierda Mauricio Funes; en le mes de mayo, Panamá acogía la victoria de la oposición, el conservador Ricardo Martinelli; y en el mes de diciembre, en Honduras, en las elecciones que sucedieron el golpe de estado, Porfirio Lobo se proclamaba vencedor (aunque en este caso se debe tener en consideración la inusual situación causada por dicho golpe, a manos de Roberto Micheletti). Además de esto, para diferenciar al país de la situación global regional, debemos recordar la relevante estabilidad política, que en pasado favoreció el desarrollo económico y atrajo las inversiones del extranjero.

Desafíos para los próximos meses
La cuestión más urgente que la nueva presidenta deberá afrontar, concierne a las consecuencias causadas por la crisis mundial; es decir, las performance económicas del país. Costa Rica es la segunda economía más importante de la región centroamericana después de Panamá, encontrando como base fundamental de su sustento, el turismo, la agricultura y la exportación de productos electrónicos. En 2009, ha atravesado una fase de recesión que no se experimentaba desde hacía 27 años, pasando por un crecimiento anual del PIB del 7,8% en 2007 y del 2,6% en 2008, al -1,5% en el pasado año (según los datos del FMI).En primer lugar, la crisis ha causado una quiebra en los intercambios con los Estados Unidos, principal aliado comercial del país, y una disminución de las visitas turísticas, como consecuencia se han perdido más de 60 mil millones de puestos de trabajo. A pesar de esto, el país parece actuar de manera correcta, las políticas fiscales aniticíclicas puestas en marcha por el gobierno para sostener la demanda interna, han mitigado el impacto de la crisis y favorecido la recuperación de la economía. Según datos del FMI, el país, en el próximo año, debería crecer un 2,3%. Las prospectivas para el 2010, por lo tanto, se vislumbran buenas, aunque aún quedan ciertas cuestiones por resolver.En particular, como consecuencia de las maniobras fiscales, la deuda pública ha aumentado de manera preocupante; según el FMI, del 35,4% de finales del 2008 es destinada a crecer hasta el 41% en 2010. Por esta razón, una de las prioridades de la nueva presidenta es la gestión de las políticas anticíclicas y de su gradual retiro, además de una reforma del sistema fiscal. Las entradas han disminuido en 2009, tanto a causa de la quiebra en las importaciones debido a la crisis, como a causa de la entrada en vigor del DR-CAFTA (el tratado de Libre Comercio entre América Central, República Dominicana y Estados Unidos) que ha abolido los impuestos del comercio con los Estados Unidos. El gobierno de Chinchilla, a la espera de un aumento del gasto público anunciado en campaña electoral, podría actuar para iniciar una consolidación fiscal, aumentando la base imponible y mejorando la eficiencia en la administración de las entradas. Particularmente relevante, la cuestión de la inflacción, muy alta en el pasado, en 2009 consiguió situarse al 5%, el nivel más bajo de los últimos treinta años. El nuevo gobierno podría seguir las recomendaciones del FMI, que evidencian la necesidad de mantener dichas performance, aumentando la flexibilidad de la tasa de cambio.Entre el elenco de prioridades del programa presentado por Chinchilla, ocupa también un papel fundamental, la promoción de las relaciones comerciales con China, segundo aliado comercial, cuyo mercado, en fase de impulso y en continuo crecimiento, representa una oportunidad para los productores de Costa Rica. De ahí, la estipulación de un tratado de libre intercambio entre los dos países que se firmará en Pekín en el mes de abril. El proceso de acercamiento entre los dos países ha iniciado en 2007, con la radicación de las relaciones diplomáticas y la significativa rotura de las relaciones de Costa Rica con Taiwan. En los próximos meses, vista la velocidad de recuperación de las crisis económica china, a diferencia de la americana, el gobierno podría actuar para aumentar posteriores intercambios con este país, y para atraer ciertas inversiones. Una cuestión también urgente para la nueva presidenta está constituida por el problema del crecimiento de la criminalidad. A diferencia de los países vecinos, Costa Rica es un estado desmilitarizado, el ejército fue abolido en 1948 y actualmente, no posee fuerzas armadas sino sólo, fuerzas policiales internas. Tradicionalmente, podía considerarse como un país seguro, en los últimos años, en cambio, ha aumentado significativamente la criminalidad organizada, en particular, a causa de su estratégica posición geográfica en la línea del narcotráfico, que desde sudamérica se dirige directamente hacia los Estados Unidos. En campaña electoral, Chinchilla prometió aumentar un 50% el budget del gobierno, destinado a luchar contra el crimen. Un impulso en el sistema judicial a través de un aumento de los recursos en los tribunales para que establezcan en todas las provincias cortes especiales (que juzguen a los criminales cogidos por sorpresa). A esto se añade el refuerzo al cuerpo de policia, gracias a un aumento de las contrataciones, a una mejoría en la distribución territorial y a la lucha contra la corrupción. Entre las maniobras tomadas para hacer frente al narcotráfico, nombrar el Comisionado Nacional sobre Drogas que se ocupa de coordinar todas las acciones y los proyectos ligados a la lucha contra el narcotráfico.

La ceremonia de inserción de la nueva presidenta, Laura Chinchilla, está prevista para el 8 de mayo. El nuevo gobierno deberá comprometerse para equilibrar, por un lado la necesidad de aumento del gasto público, con el fin de hacer frente a la violencia y a la criminalidad y para combatir contra el aumento de las desigualdades sociales, empeoradas en los últimos años, y por otro lado, el problema de la creciente deuda pública. Además, se debe tener en cuenta los límites que han sido impuestos, es decir, la relativa libertad de acción del PLN dada la falta de mayoría en el parlamento. La nueva presidenta, por lo tanto, tendrá la necesidad de mediar con otras fuerzas políticas para conseguir llevar hacia delante las reformas. Relevante en los próximos meses también, el proceso de liberalización que ya presentó durante su campaña electoral, en particular, para todo aquello que gira en torno a los sectores de las telecomunicaciones y de la energía eléctrica.

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