miércoles, 10 de marzo de 2010

semana política

Pacto PAN-PRI: la repartición de costos. La difusión del documento firmado por los líderes de ambos partidos, César Nava y Beatriz Paredes, ha generado opiniones negativas en diversos frentes. Si bien en lo que a opinión pública se refiere, al día de hoy, es Nava quien ve más dañada su imagen –con personificación de Pinocho incluida– ambos personajes tendrán costos reales que afrontar al interior de sus partidos. El liderazgo y credibilidad de Nava –y con ello las decisiones emanadas de los Pinos– nuevamente son puestas en duda, al grado de requerir un espaldarazo del Comité Ejecutivo Nacional del PAN. No obstante el apoyo simbólico, la división entre grupos (conservadores vs pragmáticos) se intensifica y con ello la percepción del fracaso en la gestión del hoy líder del partido. Su condición interna y las alianzas electorales con el PRD, obligarán a Nava a endurecer su posición respecto al PRI en el futuro.

En lo que al PRI respecta Paredes tampoco queda bien parada. Por un lado ha abierto la oportunidad para que su liderazgo sea minado por actores no alineados con sus intereses, y además, podría haber despertado la sospecha de quienes veían sus objetivos paralelos a la gestión de la dirigencia nacional. Ante esto, la lideresa del PRI ha iniciado la operación cicatriz. Su ventaja es que en el partido está muy interiorizada la idea de que es muy pronto para mostrar diferencias que eventualmente le entorpezcan el camino a cualquiera que los represente en la contienda de 2012. Sin embargo, episodios como este maximizan la posibilidad de conflicto.

En el plano de gobierno está uno de los costos más altos y sería pagado por el Ejecutivo: la dificultad que enfrentará para ver sus iniciativas aprobadas en el Congreso en el futuro, particularmente la miscelánea fiscal y el presupuesto de egresos para 2011. Actualmente el PRI gobierna cerca del 60% de la población y ejerce el 65% de las transferencias federales a estados. Ante la ruptura con el PAN, es de esperarse que sea más agresivo en la búsqueda de recursos y que cualquier apoyo a iniciativas del Ejecutivo se encarezca.

 Reforma a la ley de competencia: visiones distintas.  En el Congreso se habla de una posible reforma a la Ley Federal de Competencia Económica antes de que termine el periodo de sesiones ordinario en abril. Se trata de una discusión que lleva tiempo en la agenda pero que no se ha concretado debido a los poderosos intereses que rodean el debate.

El llamado de la Comisión Federal de Competencia (CFC), con el respaldo de la comunidad internacional, hace énfasis en el aumento de las multas, el establecimiento de sanciones penales, y el fortalecimiento de los poderes de investigación de la Comisión para poder aplicar las mismas con mayor efectividad. Del otro lado de la discusión grupos empresariales y legisladores que se han pronunciado a favor de realizar una reforma, si bien mencionan la importancia de aumentar las multas, colocan el acento en exigir mayor transparencia y rendición de cuentas por parte de la Comisión.

Estas dos visiones no están peleadas, al contrario, van de la mano. Sin embargo, el diablo está en los detalles. Si la promoción de la transparencia implica mayores procesos de revisión que, lejos de incrementar la rendición de cuentas, permite a los agentes económicos retrasar aún más el proceso de investigación, entonces los beneficiarios de las reformas serán aquellos que más se oponen al aumento de multas e imposición de sanciones.

 
Elecciones Veracruz: el PAN y la candidatura de Yunes. La elección de Miguel Ángel Yunes a la candidatura del gobierno de Veracruz obedece a que es la única solución competitiva que el PAN vislumbró para la entidad. Sin la estructura de Yunes, construida laboriosamente a su paso por el PRI, el Gobierno Federal y recientemente desde Boca del Río y otros municipios clave con el PAN y el apoyo del PANAL, sería imposible competir en un estado que presume una de las mejores maquinarias electorales con que cuenta el PRI. Como en otras entidades, la elección de un ex priísta y además enviado desde el centro ha provocado descontento en el panismo local, que ve en Yunes la posibilidad de ser borrados del mapa político.

El PRI veracruzano ha preferido mantenerse a la expectativa mientras el PAN del estado se fractura, quizá esperando que quienes no apoyan a Yunes se encarguen de que su pasado le persiga, así como su cercana relación con Elba Esther Gordillo. Sin embargo, la experiencia de estas coaliciones en el pasado indica que es poco probable que el panismo descontento le haga mella a Yunes, amén de que tampoco tiene muchas alternativas.

Con la candidatura de Yunes se presenciará la lucha de dos maquinarias electorales igualmente adeptas a movilizar votos corporativos y a aprovechar cualquier programa gubernamental que quede a la mano para ganar el favor del electorado. Por su parte, los votantes descontentos con la gestión del gobernador Fidel Herrera podrán votar por una candidatura más competitiva. En la medida en que ese descontento sea mayor que las inconsistencias de la candidatura del PAN, Yunes tendrá mayor probabilidad de éxito.


Cortesía de CIDAC.

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