lunes, 22 de marzo de 2010

Las nuevas relaciones de Libia con EEUU

La “Tercera Teoría Universal” de Gaddafi parece haber ayudado a la instalación de una política externa más abierta de cara a la comunidad internacional. La prueba es la normalización de las relaciones diplomáticas con Washington, tras numerosos conflictos, un proceso que comenzó en 2003 y formalmente, concluyó con el asentamiento del embajador estadounidense A. Cretz en Trípoli, en diciembre de 2008. Los estrechos acuerdos de Gaddafi y G.W.Bush en términos de instrucción, rearme, energía y terrorismo deben ser reconsiderados por la administración Obama en vistas de las relaciones que pretende establecer con Trípoli; fundamentalmente, basándose en cuestiones que reguardan las órdenes africanas y el papel preponderante que la Libia realiza en la región.

Proceso de normalización
La tentativa propuesta por Libia para entrar a formar parte, a todos los efectos, de la comunidad internacional, tras las tendencias dictadas por las circunstancias internacionales, se distinguen por la capacidad de utilizarlas y remodelarlas en base a su interés nacional. Las sanciones por los atentados terroristas en el vuelo Pan Am 103, que explotó en los cielos de Lockerbie, Escocia, el 21 de diciembre de 1988 y el UTA 772, que explotó mientras sobrevolaba el desierto del norte de África de regreso de París, el 19 de septiembre de 1989, han hecho desencadenar fuertes presiones sobre Libia. De manera particular, las pérdidas de las entradas de petróleo han llevado al gobierno libio a adoptar las primeras acciones unilaterales necesarias para salir del aislamiento internacional. En 1997, ha sido votada una ley basada en la promoción de inversión de capital externo al país, aunque los inversores externos puedan operar solo a través de participación local, mientras que en 1999 se han pagado ciertos reembolsos por el atentado del vuelo UTA 772.

Tras los ataques del 11 de septiembre de 2001, Muammar el Gaddafi ofreció su apoyo y su cooperación a la inteligencia libia en la lucha contra el terrorismo, conjugando la lucha interna contra el Grupo Combatiente Islamista Libio (LIFG). En 2003, con el desmantelamiento de las armas de destrucción masiva y de los programas de desarrollo de misiles de largo alcance, han hecho sancionar los presupuestos para una distensión con los Estados Unidos. En 2006, Libia ha sido cancelada de la lista de los estados canallas. En agosto de 2008, las relaciones bilaterales han estado sancionadas bajo una “Comprehensive Settlement Agreement”.

Intereses de Estados Unidos
Como ha declarado la ex secretaria de estado Condoleeza Rice en 2008, Libia y Estados Unidos comparten “intereses permanentes”. Estos intereses incluyen una cooperación para luchar contra el terrorismo, el comercio, la proliferación nuclear, África, los derechos humanos y la democracia. El antiterrorismo es el principal asunto de cooperación entre los dos países y hasta el 11 de septiembre de 2001, la inteligencia americana condujo regularmente sesiones informativas con su adversario libio. Para la administración Bush, Libia sobre todo, sirve como modelo para la posibilidad realizar un acercamiento con otros estados canallas, y una vez establecida la cooperación en el ámbito de antiterrorismo, ha tentado de expander la cooperación militar y económica. Para Gaddafi la colaboración con los Estados Unidos tiene como objetivo principal, el contrastar los principales grupos de oposición en el régimen, en primer lugar con el LIFG, posteriormente, con los grupos yihadistas a los que es afiliado, entre los cuales se encuentra Al Qaeda.

Obama ha optado por continuar en la misma línea que la administración anterior. Ha pedido financiamientos de 250.000 dólares del presupuesto federal para el 2010, para proveer al Libano de equipamientos militares. Se trata de non lethal supplies para reforzar la cooperación militar entre los dos países. En enero de 2009, además, se firmó un acuerdo con el fin de favorecer los intercambios de informaciones en relación con la defensa y con cuestiones de seguridad, dirigidos a ejercitar un control de los stock militares libios. En cuanto a armamentos, Libia es el país más provisto de la región, abastecido tanto por países europeos tras haber finalizado su embargo, en 2004 (Francia sobre todo, con la que tiene en marcha también, acuerdos para el nuclera civil), como por Rusia, con la que ha firmado un acuerdo de 1,3 mil millones de dólares para un gran suministro de armas, el pasado 13 de enero. Según la agencia Interfaz, con este acuerdo Rusia debería haber cedido a Libia veinte aviones de guerra de última generación, dos sistemas antiaéreos S-300PMU2, diversas decenas de acorazados T-90S y al menos 140 acorazados T-72.Libia es, además, el noveno país en el mundo de reservas petrolíferas, ocupa el puesto veintidós de reservas de gas natural. Según consideraciones del Statistical Review of World Energy de la British Petroleum (junio de 2009), las primeras alcanzan los 43,7 mil millones de barriles, mientras que las últimas, los 1.540 mil millones de metros cúbicos. A pesar de que el principal mercado de Libia es Europa, no los Estados Unidos, Washington podría utilizar los acuerdos estipulados con Libia para ejercitar presiones sobre sus tradicionales proveedores. Estados Unidos se sitúa en el sexto puesto, entre los aliados comerciales de Libia, para las exportaciones (6,4%) y al séptimo para las importaciones (4,1%).

Los Estados Unidos ha incrementado las relaciones comerciales en el continente africano, hasta el punto de convertirse en el primer aliado comercial con el que África comercia el 60% de sus exportaciones; un 90% son exportaciones de petróleo. Encuadrando los acuerdos bilaterales bajo una amplia óptica regional, los convenios con Libia no llegan a alcanzar la tendencia general. Además, las iniciativas libias que intentan crear los Estados Unidos de África y las declaraciones de Gaddafi de dejar “África para los africanos” no coinciden con los intereses estadounidenses en la región. En este sentido, es posible excluir una participación del gobierno libio en el Trans-Saharan Counter-Terrorism Partnership o en el U.S. Africa Command. Los aspectos que parecen contar con los resultados más positivos son la instrucción y la cooperación científica, a través de las que los estudiosos libios presentan un mayor incentivo para investigar en los Estados Unidos; así expertos estadounidenses efectúan estudios sobre las inversiones ambientales en las industrias de la población y del territorio.

Regionalismo libio
El aislamiento diplomático y el precio de las sanciones que repercurtían a nivel interno, la legitimidad del régimen han sido los encargados de llevar a Libia ante la necesidad de buscar consensos en la comunidad internacional. Libia sufre además, consecuencias negativas debido, generalmente, a las economías de los Rentier States, a la necesidad de mover capitales extranjeros para desarrollar infraestructuras y material tecnológico adecuado para aprovechar los recursos del país. La apertura realizada por Libia, por lo tanto, está encaminada a atraer una mayor cantidad de inversiones extranjeras que, junto con la creación de joint ventures entre la National Oil Corporation (NOC) y empresas extranjeras, deberían conseguir reforzar la economía del país. El próximo objetivo de Gaddafi es el de convertir a Libia en un puente entre Europa y los mercados africanos. Dado sus escasos seis millones de habitantes, el país no llegaría a constituir un vasto mercado propio para las inversiones extranjeras por lo que apunta hacia propuestas de sociedades mixtas, deslocalizaciones e inversiones extranjeras que se proyecten directamente hacia el mercado africano.

La realización, de la mano de Saif Al Islam, hijo de Gaddafi, de estas reformas económicas y de las promesas de reducir el estatismo, el gobierno libio no prevé posteriores cambiamentos políticos; al contrario, calcula que las inversiones extranjeras deberían reforzar el régimen más que debilitarlo. A partir del 2001, Libia centra su atención en el panorama africano, en el 2009 la leadership en la Unión Africana y los llamamientos al Panafricanismo de Gaddafi, así como un refuerzo en la economía y la legitimidad internacional libia garantizarían un papel preponderante del país en los equilibrios regionales. Relaciones normalizadas y estables con los países occidentales, en particular, con los Estados Unidos, y la cooperación en la lucha contra el terrorismo, garantizarían a Libia una estrategia importante incluso desde el punto de vista diplomático.

Si por un lado, Gaddafi es cada vez más imprescindible, particularmente, en las zonas de operaciones, por otro, para muchos países occidentales aún la desconfianza está latente. Esta desconfianza está marcada por la no participación de los rusos y los occidentales, excluyendo a Italia, en la celebración del cuadragésimo año de la revolución y las recientes disputas diplomáticas con Suiza. El 14 de febrero, el primer ministro libio, Al Bagdadi Ali Al Mahmoudi, a través de una circular, ha hecho notar la voluntad del gobierno de suspender todos los vistos turísticos del área Schengen en respuesta a la publicación de una lista de 188 personalidades libias, realizada por el gobierno helvecio, entre los que se encontraba el coronel Gaddafi y algunos miembros de su familia, a quienes les ha sido prohibido el acceso a Suiza.

Aspectos y acuerdos actuales

El 14 de agosto de 2008, Libia y los Estados Unidos acordaron un Claim Settlement con el fin de realizar un fondo humanitario para recoger donaciones suficientes para el reclamo de las víctimas estadounidenses de los atentados libios, así como orientados a las víctimas de los ataques estadounidenses en Libia. Tanto Estados Unidos como Libia, se esfuerzan en aportar 300 y 1,5 millones de dólares en los correpondientes cuentas nacionales. Tras los pagamentos, en cuanto al presupuesto federal del 2009 y del 2010, la anterior y la nueva administración han pedido un crédito de 350.000 dólares para el programa Internacional de Educación y Adiestramiento Militar (IMET), con el fin de “educar y adiestrar a las fuerzas de seguridad libias, así como con el fin de crear importantes vínculos con los oficiales libios tras treinta y cinco años de ausencia de contactos”. Además, la administración Obama ha previsto para el 2010 un crédito de fondos de 500.000 dólares para operaciones de asistencia en la seguridad de las fronteras (NADR) y como primera vez, el financiamiento militar de 250.000 dólares con el fin de potenciar la Libyan Air Force.

Es plausible que la administración Obama focalice su interés en cuanto a lo que es posible esperar de las relaciones con Libia. La normalización de estas relaciones implica un mutuo reconocimiento de los intereses, la legitimidad internacional de cara a Libia, la cooperación, entre los dos, en la lucha contra el terrorismo y el garantizar que Libia no adquiera nuevamente armas de destrucción masiva, ni planee una agresiva actitud de cara a los Estados Unidos. Reconociendo la importancia de la relación, los Estados Unidos deben, a su vez, reconocer sus límites ante el deseo de cambiamento de Libia, dada sobre todo, la divergencia de intereses en la políticas africanas y meridionales. La implementación de las relaciones necesita, por lo tanto, una verdadera división en cuanto a las diferentes temáticas presentes.
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1 comentario:

  1. Exelente tu artículo .... un panorama muy explicativo de la situación en Libia, mas en estos momentos,,,donde el norte de Africa es un polvorin y el papel de Libia en este escenario....gracias

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