lunes, 13 de febrero de 2012

Una nueva visión de Brasil

Por NIKO SCHVARZ (*)

El discurso pronunciado por Dilma Rousseff el pasado 26 de enero en el Foro Social Mundial de Porto Alegre (en el espacio de diálogos entre sociedad civil y gobierno del Foro Temático) reviste extraordinaria importancia.

Es un hito. Ofrece una visión ajustada del mundo de hoy, y en particular del papel de Brasil y de la nueva América Latina en contraste con la crisis que sacude los cimientos de Europa y se extiende a vastas regiones del mundo.

Es emblemático que la presidenta brasileña haya elegido a la capital de Río Grande do Sul para enviar este mensaje de indudable proyección internacional. Allí se gestó, en el lanzamiento del Foro Social Mundial, el lema señero de Otro mundo es posible , el cual en estos 11 años se ha afianzado en el debate sobre el futuro de la humanidad que atraviesa el planeta.

Dilma reitera su total vigencia, y recuerda que ella estuvo presente en aquel encuentro inicial del FSM, en su condición de secretaria de Energía del gobernador Olivio Dutra, presente en el acto, quien en 1989 había sido electo prefeito de Porto Alegre, precisamente, e iniciara la serie de gobiernos locales conquistados por el PT antes de acceder con Lula en 2002 a la presidencia de la República.

El propio Lula participó, siendo presidente, en varias ediciones del FSM, y en algún caso voló desde allí aDavos, al Foro de los grandes poderes mundiales, para llevar a su seno la voz del amplio abanico de los movimientos sociales de todo el mundo que convergían en Porto Alegre para delinear una alternativa a favor de los pueblos.

Esto se ha vuelto hoy más necesario que nunca, y por ahí comienza DilmaRousseff su análisis global. Señala que en Porto Alegre estaban ahora, como 11 años antes, los que no sucumbieron ante el pensamiento único ni creyeron en el fin de la historia. Muchas cosas pasaron en este período.

La crisis, que estaba latente en la economía internacional, se transformó en una crisis real a partir de 2008 y, desde entonces, no dejó de agravarse. Pero, como contracara, se verificaron en este período muchos acontecimientos positivos. En América Latina se fueron construyendo respuestas progresistas y democráticas a los desequilibrios internacionales.

En la mayoría de los países de la región, Brasil entre ellos, están en curso importantes transformaciones económicas, sociales y políticas. Nuestros países crecen, mientras en otras partes del mundo impera la estagnación, la recesión, y muchas veces un alto grado de desempleo. Nuestras países reducen la pobreza y la desigualdad social, mientras en otras regiones aumenta la desigualdad, la exclusión y la pérdida de derechos .

Como corolario, nuestros países, hoy, no sacrifican su soberanía frente a las presiones de las grandes potencias, los grupos financieros o las agencias de calificación de riesgos y, sobre todo, nuestros países avanzan fortaleciendo la democracia . Trae a colación al respecto la canción de la Revolución de los Claveles portuguesa: Es el pueblo el que ordena .


Río + 20 y el desarrollo sustentable

Dentro de unos meses, en junio, tendrá lugar la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sustentable, conocida como Río + 20 , que cobra un significado especial a la luz de la crisis financiera y las incertidumbres que inciden sobre el futuro de la economía mundial.

En gran parte del mundo desarrollado dice Dilma- se procura enfrentar la crisis con medidas fiscales regresivas, que traen consecuencias sociales y ambientales nefastas y entrañan peligrosas amenazas: la desocupación, la xenofobia, el autoritarismo, la parálisis en el enfrentamiento al calentamiento global, además de las amenazas a la paz mundial. Cuenta que hace unos meses estuvo en la reunión del G-20 en Cannes y se muestra insatisfecha con sus resultados, dado que no es fácil producir nuevas ideas y alternativas cuando estamos dominados por preconceptos políticos e ideológicos .

Y lo explica: En los años 80 y 90, en un cuadro de profundos desequilibrios macroeconómicos, preconceptos políticos e ideológicos impusieron a los países de América Latina un modelo conservador y a nuestro país la estagnación, la pérdida de espacio democrático y soberano, profundizando la pobreza, el desempleo y la exclusión social. Hoy, estas recetas fracasadas están siendo propuestas nuevamente en Europa .

La Conferencia Río + 20 , con participación de jefes de Estado y de gobierno, así como de sectores representativos de la sociedad civil, deberá ser un momento importante de un proceso de renovación de ideas. Basada en la cuestión ambiental y del cambio climático, habrá de debatir sobre un nuevo modelo de desarrollo, contemplando tres dimensiones: económica, social y ambiental.

Queremos que la palabra desarrollo´ aparezca en lo sucesivo siempre asociada a la expresión ´sustentable´ , dice Dilma, y agrega que junto a los objetivos del Milenio es necesario establecer los objetivos del desarrollo sustentable, que incluyen compromisos y metas para todos los países y tiene como centro el combate a la pobreza y a la desigualdad y la sustentabilidadambiental.

A esta altura aparece una definición fundamental: Asumimos aquí, como lo hicimos siempre, a lo largo del gobierno Lula y del mío, que es posible crecer e incluir, proteger y conservar y que en Río + 20 estará en debate un modelo de desarrollo capaz de articular el crecimiento y la generación de empleo; la erradicación de la pobreza y la reducción de las desigualdades; la participación social y la ampliación de los derechos; la educación y la innovación tecnológica; el uso sustentable y la preservación de los recursos ambientales .

En la Conferencia de Copenhague, hace casi tres años, el gobierno brasileño asumió el compromiso voluntario de reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero. Y cumplió, a tal punto de que las Naciones Unidas reconocen que Brasil es el país del mundo que más hizo en reducir la emisión de dichos gases, y que dicho compromiso integra la gran transformación que está en curso en los últimos 9 años. Lamentablemente algunos países se negaron y se siguen negando hasta hoy- a asumir compromisos en ese sentido, acota la presidenta.


El cambio en la composición de la sociedad brasileña

Sobre esta base Dilma amplía la definición fundamental de su gobierno: Desarrollo sustentable significa crecimiento acelerado de nuestra economía para poder distribuir la riqueza; creación de empleos formales y expansión de los recursos de los trabajadores; distribución de recursos para poner fin a la miseria y reducir la pobreza, con políticas públicas que generen mejoría en la educación, la salud, la seguridad pública y todos los servicios públicos; crecimiento regional equilibrado, que corrija los desequilibrios entre las regiones del país, la condena de una parte al bajo desarrollo, como fue el caso del Norte y del Nordeste; creación de un amplio mercado de bienes de consumo de masas, que proporcione respaldo interno a nuestro desarrollo.

Significa también que Brasil se está transformando, y nosotros haremos que se transforme cada vez más, desde el punto de vista socioeconómico, en un país de clases medias. Y significa un desarrollo que tenga en la sustentabilidad ambiental una condición imprescindible .

Expresa más adelante que el gran nudo que el presidente Lula comenzó a desatar a partir de 2003 era el de la exclusión y la desigualdad social. Estamos ganando esa batalla subraya- como lo muestran los 40 millones de brasileños y brasileñas que dejaron de lado la miseria y ascendieron a las clases medias. Y nuestros esfuerzos por erradicar esa llaga social, en los próximos años, será la determinación de hacer cumplir el programa Brasil sin Miseria .


Ciencia, tecnología e innovación

Ha llamado justamente la atención, en un párrafo más arriba transcrito, el énfasis colocado en la educación y la innovación tecnológica, uno de los principales centros de atención del gobierno brasileño.

En estos días se informa que los recursos para la ciencia, tecnología y fomento de de la innovación en las empresas brasileñas se elevaron de 1.500 millones de reales en el 2000 a12.200 millones en 2012, o sea que se multiplicó por 8, contando con créditos e inversiones del gobierno federal. El presupuesto del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MCTI) pasó de 2.300 millones de reales en 2003 a7.900 millones en 2010 y a 8.900 millones el año pasado.

A principios de febrero se conoció que la nueva estrategia nacional para el sector de ciencia, tecnología e innovación, aprobada por el Consejo respectivo y divulgada por el MCTI, se fija como objetivos traducir el desarrollo científico y tecnológico en bienestar social para todos los brasileños e incorporar las innovaciones en forma sistemática al proceso producido.

Con ese fin se proponen duplicar hasta 2014 el número de empresas innovadoras beneficiarias de la Lei do Bem, que actualmente son 630. El gobierno federal y las empresas estatales invertirán a esos fines 75 mil millones de reales entre 2012 y 2015, siendo que el Plan de Acción en C,T&I invirtió 41.200 millones en el período 2007-2010.

Estas cifras subrayan el carácter prioritario de la investigación e innovación científica y el propósito decidido del gobierno de volcar directamente sus aportes al proceso productivo.


Una inserción internacional soberana y competitiva

Todo esto se vincula a la extensión y profundización de la democracia. Desarrollo sustentable significa también subraya Dilma- la profundización de los mecanismos de participación social y el fortalecimiento de nuestra democracia; significa incentivo y defensa de nuestros valores, de nuestra cultura, de nuestra diversidad cultural; significa una inserción soberana y competitiva en el mundo .

Hoy Brasil es otro país (más fuerte, más desarrollado y más respetado) y ocupa otro lugar en el mundo. No es por milagro, sino el resultado del esfuerzo del pueblo brasileño y de su gobierno, que optaron por un nuevo camino. Hoy Brasil convive en armonía con sus vecinos de América Latina y del Caribe, y desea construir con ellos un polo de desarrollo y de democracia en el mundo .

En esta parte internacional de su alocución se destacan las nuevas relaciones de Brasil con sus hermanos africanos y el mundo árabe, con especial atención a Palestina, que esperamos pueda constituirse en breve como Estado libre, pacífico y democrático con su soberanía garantizada . En cuanto a los BRICS (que integra junto con Rusia, India, China y Sudáfrica), Brasil brega por un nuevo orden económico y político mundial multipolar, más justo y democrático, y en todos los foros internacionales defiende el multilateralismo, el desarme y las soluciones negociadas ante todas las amenazas a la paz mundial.


Un movimiento de renovación de ideales y nuevos procesos

Dirigiéndose a los participantes en el Foro, Dilma Rousseff señaló en conclusión que se impone la tarea de desencadenar un movimiento de renovación de ideas y de nuevos procesos, absolutamente necesarios para enfrentar los días difíciles que hoy vive gran parte de la humanidad . Estudios recientes de la OCDErevelan el proceso creciente de concentración de la riqueza y el aumento de la desigualdad en los países desarrollados e incluso en algunos países emergentes, así como la explosión del desempleo y la expansión de la pobreza.

Estos fenómenos son particularmente crueles porque afectan prioritariamente a los jóvenes y a las mujeres, así como a los inmigrantes. La disonancia entre la voz de los mercados y la voz de las calles parece aumentar cada vez más, en los países desarrollados, poniendo en riesgo no solamente las conquistas sociales sino la propia democracia .

En ese contexto, la indignación de los jóvenes, de las mujeres, de los militantes que ocupan las calles en decenas de ciudades constituye un síntoma relevante, destacando en ese sentido el papel a desempeñar por las mujeres, como lo expresara en su discurso de apertura de la última Asamblea General de la ONU. Haremos todo para garantizar afirmó- que el siglo XXI sea el siglo de las mujeres .

Finalmente: Las organizaciones de la sociedad civil y los gobiernos progresistas, cada uno en su dimensión, pueden hacer de estos primeros años del nuevo milenio el anuncio de una nueva era . Para eso es decisivo el fortalecimiento de los lazos de solidaridad y de cooperación Sur-Sur que unen a nuestros pueblos. Mirando el camino recorrido, puede decirse que el esfuerzo realizado bien valió la pena. Y renueva la certeza de que otro mundo es posible.


(*) Periodista.
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