miércoles, 22 de febrero de 2012

Los cinco lobbies más poderosos del planeta


"Hemos construido Roma". Así resumía un funcionario de alto rango al diario on line The Huffington Post la simbiosis entre contratistas militares y miembros del Gobierno estadounidense. El lobby de presión del complejo de la industria militar en Washington es uno de los más poderosos, pero no es el único. En general, se dice que hay cabildeo cuando uno o varios representantes de una industria se reúnen con legisladores para intentar que legislen a favor de sus intereses.

Esos lobbies tienen dos caras. Por un lado, una pública y transparente encarnados en aquellas grupos que gestionan su poder de influencia desde las grandes capitales del poder, sobre todo Washington o Bruselas; y, por el otro, una faceta oculta, generalmente inaccesible al público, desde el que intentan ganar voluntades de una manera más oscura.

Estos son algunos de los lobbies más poderosos con impacto mundial (*).

1. TE VENDO UNA GUERRA: EL COMPLEJO DE LA INDUSTRIA MILITAR
. Lobby defensa      

"La conjunción de un establishment militar inmenso y de una gran industria armamentística es nueva en Estados Unidos […] Debemos protegernos contra la adquisición de una influencia injustificada del complejo de la industria militar. La posibilidad desastrosa de una acumulación de poder inapropiado existe y persistirá". Con estas palabras el Presidente y general militar estadounidense Dwight D. Eisenhower alertaba en 1961, en su discurso de despedida a la nación, y al mundo, de lo que estaba por venir: la indomable influencia del entramado de la guerra en la política estadounidense.

Desde entonces Washington ha lanzado cuatro guerras. En ellas se ha gastado alrededor de 2 billones de dólares (2 mil millones de euros), sin contar los gastos de reconstrucción, el cuidado a los veteranos o los intereses de los préstamos adquiridos: alrededor de 700.000 millones de dólares actuales en Vietnam, 100.000 millones en la Guerra del Golfo, 800.000 millones en Irak y 320.000 millones en Afganistán, según datos del Congreso. Y estas delirantes cantidades de dinero son sólo una parte del presupuesto de Defensa, que ronda el 25% del total anual, casi un billón de dólares en 2011. Los mil millones de euros equivalen al PIB español.

Con todos esos dólares en juego no es de extrañar que se considere al complejo de la industria militar estadounidense como uno de los lobbies más poderosos del mundo. Su impacto fuera de las fronteras del país norteamericano adquiere la forma de guerras e invasiones, de muerte y destrucción. Dentro, se plasma en el llamado Triángulo de Hierro formado por el Pentágono, los contratistas militares y los cabilderos. Los peces gordos de esta industria son las multinacionales Lockheed Martin, Boeing, y General Dynamics. Lockheed Martin es el epítome del poder del lobby de la industria de Defensa. En 2008 se convirtió en la compañía que más cobró por contratos con el Estado en la Historia del país: 36.000 millones de dólares (aproximadamente unos 27.300 millones de euros), según cálculos de FedSpending.org. La cifra supone un tercio de lo que el país se gastó en educación ese mismo año.

¿Cómo lo hizo? Sólo en las gestiones directas y registradas, Lockheed se gasta cada año unos 15 millones de dólares (acerca de 11.400 millones de euros), según datos públicos recopilados por la organización OpenSecrets. La Lockheed Martin es, por ejemplo, el principal contribuyente de las campañas electorales de Howard McKeon, el jefe del Comité de Servicios Armados de la Cámara de representantes. Otros dos de sus principales contribuyentes son, precisamente, Boeing y General Dynamics. Europa tiene Ejércitos poderosos y armamento sofisticado, aunque rara vez los utiliza y eso la hace menos apetitosa que EE UU para las grandes firmas de Defensa. El dinero gastado en cabildeo en Bruselas por esas empresas es del orden de ocho veces menor de lo que las mismas se gastan en Washington. Pero no es inmune: todas las principales empresas armamentísticas tienen oficina en Bruselas. Las grandes son EADS, Thales (Francia), Finmeccanica (Italia), y BAE Systems (Reino Unido). Combinadas, controlan dos tercios de los alrededor de 90.000 millones de euros del mercado europeo. "El acceso privilegiado de la industria [militar] a la política europea en la ausencia casi total de la sociedad civil representa un serio problema democrático en Europa", según un informe de la organización Corporate Europe.
                      

2. NO SOLO CHEVRON. Lobby energético

Barack Obama ha propuesto en su presupuesto para 2013 que se dejen expirar los créditos fiscales que había concedido su antecesor George W. Bush a las empresas petroleras y de gas estadounidenses. Es una forma de subvención pública sin la que, asegura la Casa Blanca, se reduciría el déficit en unos 40.000 millones de dólares en los próximos 10 años. Esas lucrativas vacaciones fiscales fueron el resultado de los intensos esfuerzos de cabildeo de petroleras como Halliburton o Chevron con la Administración Bush. Muchos apuntan a que fue clave en esta decisión el hecho de que el entonces vicepresidente Dick Cheney hubiera sido CEO de Halliburton o que la secretaria de Estado Condoleeza Rice fuera en el momento directora de Chevron.

También el grupo de las renovables obtiene apoyo de la Casa Blanca, aunque su potencia económica sea mucho menor. Barack Obama quiere extender los mismos créditos fiscales a las renovables y aumentar hasta los 80.000 millones de dólares el fondo para las energías limpias. Y todo después de que el escándalo de Solyndra, una empresa de paneles solares que quebró después de que el Gobierno le concediera avales para un crédito de más de 500 millones de dólares.

El tercer grupo en discordia por el pastel energético es además uno de los lobbies más antiguos de Washington, el del carbón. Lleva gastado unos 100 millones de dólares en los últimos años en cabildeo abierto para convencer a los legisladores de que el carbón limpio es una fuente local de energía que reduce las emisiones de carbono a la atmósfera. El lobby del petróleo y el del carbón en EE UU tienen tal influencia que se les considera claves en las reiteradas negativas de Washington de unirse al resto de países avanzados en la firma del protocolo de Kioto y en la lucha contra el cambio climático. En 2005 salieron a la luz documentos que evidenciaban cómo la Administración de George W. Bush había consultado a ExxonMobile sobre su posición sobre el protocolo de Kioto.

Las petroleras más poderosas son las llamadas supermajor (antes de las fusiones, las conocidas como "las siete hermanas"): las estadounidenses ExxonMobil y Chevron, la británica BP, la británico-neerlandesa Royal Dutch Shell o la francesa Total. Tanto o más poder tienen las “nuevas siete hermanas" de los países en desarrollo, como la china CNPC o la rusa Gazprom, pero en éstas la presión es completamente diferente porque son públicas o semipúblicas.


3. RESCÁTAME Y VETE: EL 'LOBBY' FINANCIERO. Lobby financiero. Los lobbys financieros perdieron, tras el estallido de la crisis económica en 2008, gran parte del crédito que les permitía ser juez y parte en la redacción de la regulación bancaria. Washington no les ha cerrado las puertas del todo, pero ahora les mira con lupa. Wall Street confía ahora en los casi 500 millones de dólares que se gasta cada año en cabildeo para volver a cortejar a los legisladores. Los enviados de Wall Street a la capital de EE UU fueron claves en el origen de la crisis económica y lo son ahora en el intento de relajar las normas que han surgido tras el desastre financiero.

En 1999 se anuló, ante la intensa presión de los banqueros, el acta Glass-Steagall. La ley había impedido desde 1933, que los bancos comerciales tomaran los riesgos propios de los bancos de inversión. Para gran parte de los analistas ese fue el momento en el que comenzó a gestarse la crisis actual, cuyos efectos han generado una de las peores olas de destrucción económica mundial desde la Gran Depresión. El resto es bien conocido: los Gobiernos estadounidense y europeos movilizaron enormes cantidades de dinero público para rescatar a los bancos. Cuatro años después, y tras haber devuelto gran parte del dinero, los cabilderos de firmas como JP Morgan Chase, Goldman Sachs, Citigroup, Morgan Stanley o Bank of America, entre otras, centran sus esfuerzos en oponerse a la regulación con la que se intentan corregir los excesos de aquella época. Van por buen camino: han aguado el contenido o impedido directamente la redacción de decenas de las más de 200 provisiones del Acta Dodd Frank para la Reforma de Wall Street y la Reforma del Consumidor.

En el frente internacional se contesta la nueva regulación de Basilea III. En Europa, el lobby financiero más activo en estos momentos es quizá el Instituto Internacional de Finanzas (IIF), que representa a los bancos en las negociaciones de la quita de la deuda griega. El IIF fue también clave en la representación de los grandes bancos en la negociación de Basel II, una regulación internacional que algunos culpan en parte de los males que llevaron a la crisis financiera de 2008.
 

4. EL ENTRAMADO SANITARIO. Lobby santiario. El sanitario es el lobby que más dinero se gasta al año en Washington. En los últimos 13, casi 2.500 millones de dólares, según datos públicos recopilados por OpenSecrets.org. Lideran estos gastos empresas como Pfizer, Amgen, Eli Lilly y, sobre todo, Pharmaceutical Research and Manufacturers of America. El pastel a repartir en Estados Unido es enorme. La sanidad es esencialmente privada, pero hay una potente protección de personas mayores y sin recursos que paga el Estado, los llamados Medicare y Medicaid. El porcentaje de dinero de los contribuyentes destinado a estos dos programas sólo lo supera el destinado a Defensa: en 2011, el país se gastó casi 900.000 millones de dólares en el departamento de Sanidad.

El problema es que, al no haber como en Europa una red de hospitales públicos, el Estado costea los tratamientos en los servicios privados, mucho más caros. Y las firmas sanitarias quieren que la cosa siga siendo así. Prueba de ello es que el gasto se intensificó considerablemente en 2009, cuando se trataba de influir en la nueva ley sanitaria estadounidense, conocida popularmente como Obamacare. Finalmente se aumentaron los beneficios de estas compañías, promulgando la obligatoriedad de tener un seguro médico y todo sin cambiar la esencia del sistema de sanidad privada.

 
5. EL PODER DEL BIT: EL'LOBBY' TECNOLÓGICO. Lobby tecnológico. Ha sido la batalla de Hollywood contra Silicon Valley, una de las luchas entre grupos de presión del presente año en Estados Unidos: el lobby de Internet ha conseguido paralizar dos leyes contra la piratería digital (las llamadas Ley para Parar la Piratería en Internet, SOPA, en sus siglas en inglés, y la Ley para la Protección de la Propiedad Intelectual, PIPA) impulsadas por los generadores de contenidos. De ser aprobada, la legislación obligará a las compañías de Internet a bloquear el acceso a las páginas que permitan descargas ilegales y prohibirá a los anunciantes colgar su publicidad en estas web.

Google, Wikipedia, Yahoo, Twitter o Facebook, entre otras empresas digitales de la nueva era, presionaron para que la ley se cancelara. Pelearon no sólo desde la calle K, la avenida de la capital estadounidense donde se ubican los lobbies, sino también desde el mundo virtual: a mediados de enero Google se cubrió con un banner negro, en señal de lo que consideraban un asalto a la libertad de expresión; Wikipedia dejó de funcionar por un día… Y consiguieron que miles de estadounidenses llamaran a sus congresistas para que no aprobaran la ley.

El tecnológico es el nuevo lobby en la calle K. Trata de recuperar el tiempo perdido: es el que más crecimiento en el gasto en cabildeo está experimentando en los últimos años. El informático sólo se ha gastado hasta 130 millones en 2011. El tecnológico en su conjunto alrededor de 400 millones. Hablamos de compañías como Apple, la mayor en capitalización bursátil del mundo, pero también Cisco o Microsoft. 

(*)Nota: Por supuesto, hay muchos más lobbies poderosos: el agrícola, compendio de grupos de interés que incluye grandes grupos manufactureros como Kraft o Unilever, agrícolas como Monsanto, tabaqueras como Philip Morris o papeleras como Weyerhauser. El lobby genérico de los industriales, formado principalmente por cámaras de comercio: en EE UU la poderosísima US Chamber of Commerce; en Europa, Unice o la European Round Table of Industrialists; los llamados "grupos de interés", desde el lobby pro israelí, hasta la Asociación Nacional del Rifle en Washington, pasando por los sindicales o patronales tanto en Europa como en EE UU.

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