viernes, 11 de diciembre de 2009

Turquía y su presencia en los Balcanes

Aunque el proceso de adhesión a la Unión Europea no se ha parado nunca, Turquía ve cada vez más lejos la fecha de su posible admisión plena en la organización. El país cada vez es más esceptico: el proceso dura más de veinte años sin avances sustanciales. Lo cierto es que Turquía no se acontentará con ser un miembro de Segunda División, ni le bastará la «relación privilegiada» propuesta por Francia y Alemania. También es seguro que non quiere renunciar a su prestigio internacional, aprovechándose de su estratégica posición entre Oriente y Occidente. De hecho, Turquía está reorganizando su posición estratégica. Por un lado, quiere ponerse a la cabeza y servir de puente para el mundo árabe musulmán de Oriente Medio. Por otro lado, quiere tener un papel predominante en los Balcanes, región a la que está ligada histórica y culturalmente desde hace siglos y de la que pretende ser su principal defensor: invirtiendo en los mercados, promoviendo la creación y consolidación de estructuras democráticas y apoyando las candidaturas euro-atlánticas.

Como es bien sabido, los Balcanes han estado expuestos a devastantes guerras y conflictos étnicos. Ésto naturalmente ha influido en la capacidad de las nuevas entidades estatales para reestructurarse y conformarse como Estados. Turquía siempre ha mantenido una relación histórica, económica, política y cultural con los Balcanes, fortificada por profundas uniones entre los pueblos. Ésto quiere decir que la estabilidad turca se traduce en estabilidad balcánica. De manera contraria, también la crisis ha repercutido el territorio turco. Por esta razón, los Balcanes siempre han sido, y todavía son, una prioridad para Turquía. Ésto es lo que siempre ha empujado a Turquía a formar parte de las iniciativas internacionales dirigidas a la estabilización y la pacificación de la zona. En la intención de contribuir a la estabilización de la zona, Turquía recientemente ha intensificado los acuerdos y las relaciones con los países balcánicos. El respeto de independencia, soberanía e integridad territorial, así como la no intromisión en los asuntos internos son, desde el punto de vista turco, los presupuestos básicos para mantener una buena relación con los países vecinos.

La asociación estratégica con Serbia
Turquía tiene un particular interés en mejorar sus relaciones diplomáticas con Serbia. De hecho, lo considera uno de los países más importantes de los Balcanes. Sin fronteras comunes, aún siendo vecinos, siempre se han considerado como tales y sobre esta premisan han basado sus relaciones. Los acuerdos y las interacciones entre ellos se han hecho cada vez más frecuentes e importantes, tanto que se puede hablar de una asociación estratégica. Serbia representa para la península de Anatolia la vía más rápida para llegar a Europa occidental. Ésto significa que los acuerdos comerciales tienen prioridad absoluta sobre los políticos. Turquía fue uno de los primeros países en reconocer la independencia de Kosovo tras su proclamación unilateral en febrero de 2008, iniciando incluso relaciones diplomáticas y comerciales con ella. Como era de esperar, a Serbia no le ha gustado la reacción turca, declarando abiertamente que no garantiza cumplir los acuerdos entre los dos. Sin embargo, Turquía siempre ha mantenido que la “cuestión Kosovo” no debe ser un obstáculo en las relaciones serbio-turcas. Y, sobre todo, Turquía siempre ha afirmado que los acuerdos y los compromisos realizados con el nuevo Estado kosovar nunca han estado pensados para dañar a Serbia. A pesar de todo ésto, las protestas serbias continuaron y las relaciones han vuelto a la normalidad solo en los últimos meses. El acuerdo entre los dos países de mayo del 2009, para la cooperación en el ámbito de la defensa, ha sido lo que ha ratificado esta vuelta a la normalidad. El acuerdo, firmando por el Ministro de Defensa turco, Vecdi Gönül, y su homólogo serbio, Dragan Šutanovac, recoge normas comunes para el intercambio de información clasificada y proyectos para la producción conjunta de material. Otro importante paso hacia adelante en la relación turco-serbia ha sido el acuerdo firmado en el mes de junio: los representantes de los dos gobiernos estipularon un acuerdo de libre intercambio. El texto del acuerdo prevé un proceso de tres fases que llevará a la completa liberalización de los intercambios comerciales entre los dos países para el 2015. El acuerdo se realizó sobre un modelo de liberalización asimétrico. En primer lugar porque se encuentra en línea con los objetivos económico-estratégicos de Serbia, que pretende llegar a acuerdos de este tipo con el mayor número posible de países. En segundo lugar porque Serbia tiene la oportunidad de llegar hasta el enorme mercado turco sin los costes añadidos de la aduana. Obviamente también Turquía se ha beneficiado de la estipulación de este acuerdo, ya que le permite desarrollar y promover actividades comerciales e inversiones en Serbia.

Su objetivo principal está en explotar completamente el corredor paneuropeo 10. Bajo estos hechos deben reflejarse los acuerdos bilaterales terminados en octubre. Con la visita del presidente Gül, el primer presidente turco que visita Serbia, se han firmado cinco acuerdos de cooperación bilateral entre Turquía y Serbia. Entre ellos el más importante es quizás el que se ocupa de la cooperación en el sector de los transportes y de otras infraestructuras a nivel local, regional y nacional. Este texto prevé de hecho que la turca Eksim bank financie el proyecto con un 85%, distribuyendo además un crédito de 30 millones de USD. Además, Turquía tendrá que asumir subcontratistas, adquirir materias primas y equipamiento en Serbia. Mientras tanto, el restante 15% del valor del proyecto será financiado por cuenta de Serbia. Además de la cooperación en el sector de la infraestructura, el resto de acuerdos han influido en la cooperación técnica, financiaria, económica e incluso en el campo de la seguridad social. Aportan una particular atención a Serbia, concretando una serie de acuerdos relevantes que abren las puertas a futuras colaboraciones, presumiblemente más estrechas.

Invertir para establecerse
Aunque Serbia es su aliado más importante en la región de los balcanes, Turquía dialoga de forma intensa también con Kosovo y Bosnia Herzegovina.Las relaciones entre Turquía y Kosovo han sido siempre excelentes, gracias a la unión histórica y cultural. Esto se demostró también cuando Turquía fue uno de los primeros países en reconocer Kosovo. Desde el momento de la identificación, Turquía aseguró el apoyo en este desafio por el reconocimiento internacional, defendiéndolo como un proceso irreversible. Desde aquel día y hasta el momento, los intercambios, las relaciones y los acuerdos entre estos dos sujetos no han hecho otra cosa que intensificarse. Para comprender entonces la visión holística y omnicomprensiva que los dos estados quieren aportar a su relación necesitamos mencionar la “Strategy document on the cooperation between Republic of Turkey and Republic of Kosovo”, del 13 de enero de 2009. Es un documento enfocado a definir el comportamiento en el que los dos aliados quieren mantener sus relaciones bilaterales. El texto prevé en primer lugar que los representantes de los dos países se encuentren de forma regular, ya se por intercambios comerciales como por la toma de iniciativas que operen sobre las cuestiones locales, además de un amplio respiro. La unión no se limita solo a la esfera teórico-política. Gracias al documento estratégico, se han multiplicado las reuniones y las negociaciones para redactar nuevos acuerdos de cooperación en diversos ámbitos. Entre ellos, tienen particular importancia los proyectos de cooperación comercial, dirigidos a aumentar exponencialmente el volumen de los intercambios bilaterales. El objetivo es pasar de 73,1 millones de dólares en 2006 a una magnitud aproximada a los mil millones de dólares. Todavía, antes de firmar compromisos precisos ante este objetivo, Turquía ha incrementado sus exportaciones en Kosovo, pasado de 71,4 millones de USD en 2006 a un valor de 95 millones de dólares en un año. De hecho, Turquía es el tercer país que más abastece el mercado kosovar, después de Serbiay Macedonia. Se ha dado mucha importancia también al sector de la sanidad y de las infraestructuras, no solo para desarrollar y promover financiación si no también para colaborar en el intercambio de “saber hacer”.  Así como para Kosovo, Turquía está invirtiendo mucho en Bosnia Herzegovina. También ha contribuido sustancialmente en la reconstrucción de Bosnia, soportando el comportamiento ante los acuerdos de Dayton, tanto en los aspectos civiles como en los militares. La inversión en ambos casos, no se considera solamente referida a lo económico, si no también se dirige a mantener el papel de pacificador regional. En el caso de estos dos países, es Turquía quien tiene la iniciativa de financiamiento de mayor importancia. Por lo que contribuir, también con inversiones e iniciativas comerciales, a completar las estructuras estatales es parte del proceso de consolidación de la región.

Donde hay relaciones comerciales no se entrometen los ejércitos. Turquía ha obtenido definitivamente el papel de pacificador. Ha conseguido dicho papel a través de notables inversiones dirigidas al crecimiento económico de la región, comprometiéndose incluso en el plano político. Además sostiene los procesos de adhesión a las organizaciones internacionales, como la OTAN o la UE, de los países balcánicos. De esta forma Turquía tiene nuevos y estrechos aliados. La integración de estos países permitirá disminuir el baricentro de la Unión Europea, con posible recompensas para Turquía. En primer lugar por los países balcánicos, una vez hayan entrado a formar parte de la organización podrán apoyar el proceso de adhesión turco. Secundariamente, permitiría a Turquía no ser excluida de los acontecimientos europeos. Las nuevas políticas europeas podrían ser cada vez más interesantes para Turquía, y a su vez apoyarían a políticas externas que le podrían beneficiar.
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