viernes, 18 de diciembre de 2009

EEUU y AL: momentos de tensión

La relación de EEUU con América Latina no atraviesa por un buen momento y Brasil juega un rol clave en ello. La Administración Obama continuó la política de Bush de dar a este país el rol de potencia regional y, de hecho, delegar en Brasil el rol de líder o por lo menos de moderador. A las lógicas diferencias por los temas comerciales -que son una constante en la relación bilateral entre los dos países-, se han agregado tres cuestiones políticas: el uso de bases en Colombia, la crisis de Honduras y las relaciones con Irán. Pero es este último punto el que marca la diferencia más relevante en términos estratégicos. Brasil está comenzando a actuar como potencia global y es en este campo donde se marca la diferencia. La Secretaria de Estado de los EEUU, Hillary Clinton, advirtió con severidad a Bolivia y Venezuela por sus vínculos con Irán. Chávez dio una respuesta agresiva al estilo de las que suele dar y Morales la rechazó con énfasis. Por su parte, el gobierno iraní respondió también a Washington. Pero el canciller brasileño (Amorim) también lo hizo, aunque su país no fue mencionado por la Secretaria de Estado, y o señalando que Brasil busca una solución pacífica para el problema del desarrollo nuclear iraní. Para remarcar un hecho en el campo diplomático: al visitar el país el Subsecretario de Estado para América Latina (Valenzuela), no lo recibe el canciller, sino el asesor de Lula para política exterior, Marco Aurelio García. Pero de este encuentro surgió una aproximación de posiciones respecto a Honduras: que Micheletti permita la salida de Zelaya del país y que no sea quien entregue el poder al nuevo Presidente. 

La Cumbre del MERCOSUR, reunida en Montevideo, desconoció el resultado de la elección de Honduras, casi al mismo tiempo que Hillary Clinton felicitaba a Lobo por su triunfo. La posición de Brasil frente a la elección de dicho país centro-americano es compartida por Uruguay y Paraguay y también por Argentina, que tiene incluso una postura algo más fuerte que la brasileña. La reunión del bloque no pudo avanzar en sus temas propios, pero fue el desconocimiento de la elección hondureña el tema en el cual mostró su unidad. De los países asociados, sólo concurrió Venezuela. Chávez aprovechó para denunciar en la Cumbre que EEUU tiene un plan de guerra para América del Sur, criticando a Colombia y México por su cooperación con Washington en materia de seguridad y lucha contra la droga. Pero Chávez sigue sin obtener la incorporación de su país al MERCOSUR por la actitud del Senado en ambos países de demorar su aprobación. De los países asociados a este grupo regional, no comparten el no reconocimiento de la elección hondureña Chile y Perú -que avanza en un TLC con China y acaba de ser invitado por Lula a integrarse como miembro pleno. La gira regional del Subsecretario de EEUU para América Latina comprende los cuatro países del MERCOSUR. En Argentina, Cristina Kirchner recibía al Subsecretario de Obama (Shannon), pero ahora no lo hace con el de Obama. La visita de Arturo Valenzuela -la primera que realiza fuera de EEUU- servirá, como sucedió en Brasil, para crear un mejor clima en la relación del grupo regional con Washington. 

En la Cumbre de los países del ALBA realizada en Cuba, la condena a los EEUU por su posición en la crisis de Honduras fue enfática y se denunció que EEUU puede crear otro Vietnam en la región. Chávez, Correa, Morales, Ortega y Raúl Castro fueron claros y elocuentes. Incluso el presidente cubano aprovechó para criticar el otorgamiento a Obama del Premio Nobel de la Paz, con argumentos similares a los que utiliza su hermano Fidel en los artículos que publica periódicamente. La condena a EEUU se amplió también al uso de bases en Colombia y su eventual utilización para realizar operaciones militares en la región. La reunión confirmó que este grupo, cuyos países suman casi 80 millones de habitantes, ha crecido en el Caribe, habiendo sumado ya tres países: Dominica, Saint Vicent y las Granadinas, y Antigua y Barbuda, en una parte de la región que históricamente se ha mantenido bajo la influencia de Washington. Paralelamente, el gobierno de Ecuador acusó a los EEUU de haber participado en el ataque contra la base de las FARC en su país en marzo de 2008, quizás buscando sumar un argumento contra el uso de las bases colombianas -la que se denunció como tendiente a crear otro Vietnam en la región. Pero es poco lo que el ALBA puede hacer por Zelaya, que vio frustrada la posibilidad de encontrarse con el Presidente electo en Santo Domingo, al impedir el gobierno de facto su salida del país. Por su parte, Brasil está intimando al Presidente depuesto a que deje su embajada, pese al apoyo público que le sigue dando.

La primera vuelta de la elección chilena confirmó el triunfo de la derecha y pone en evidencia el éxito de los políticos no tradicionales en la región. Tras cuatro períodos presidenciales de la Concertación, parece lógico el triunfo de la derecha, que hoy representa la renovación política. Piñera obtiene casi el 45% de los votos, con cerca de casi 15 puntos de ventaja sobre el candidato oficialista (Frei). Si bien los tres candidatos que lo siguen se unen en la segunda vuelta y la suma de votos supera al primero, la diferencia no es fácil de revertir, sobre todo porque el voto por el tercero (Ominami) tuvo un alto componente de búsqueda de cambio, y el candidato opositor lo representa más que el oficialista. Bachelet termina con casi 80% de aprobación, lo que resulta excepcional en Chile y en el resto del mundo. Pero es un fenómeno hoy común en América Latina y en particular en América del Sur, donde están los presidentes más populares del mundo. Lula, Tabaré, Uribe y Morales -este último reelecto- terminan también sus mandatos con una popularidad inédita. Quizás una hipótesis explicativa pueda ser que se trata de la región en la cual los políticos tradicionales han retrocedido más. El Presidente de Brasil es un dirigente obrero; el de Bolivia un líder indigenista; en Venezuela gobierna un militar; en Paraguay un obispo; en Ecuador un economista; en Uruguay llega al poder un ex guerrillero y en Chile puede hacerlo un empresario. En el resto de América del Sur, si bien Uribe proviene de la política, no es un político tradicional y los únicos dos que tienen trayectoria política tradicional -Alan García y Cristina Kirchner- están entre los más impopulares.

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