jueves, 10 de septiembre de 2009

Canadá: las buenas noticias económicas no garantizan la estabilidad política

El documento recientemente publicado por el Instituo de Estadística Canadiense sobre el transcurso de la economía durante el segundo cuatrimestre de 2009, ha revelado datos más esperanzadores de lo previsto sobre las condiciones económicas del país norteamericano. En concreto, alguno de los sectores productivos más pujantes, como son el petróleo, el gas o los automóviles, han vuelto a registrar datos de crecimiento. También el sector financiero canadiense, uno de los más sólidos del mundo, ha vuelto a tener resultados positivos. Sin embargo, la lenta estabilización económica no parece aplacar la inestabilidad política del país, que podría llamar nuevamente al voto después de que el líder del Partido Liberal (que con su “no oposición” está manteniendo en pie al gobierno Conservador) haya declarado recientemente que la convocatoria de nuevas elecciones no sería algo necesariamente malo para el país, sino que incluso podría ser positivo.

La lenta recuperación hace pensar que lo peor ya ha pasado
Canadá, aún habiendo puesto en marcha en los últimos años nuevas economías y aún gozando de un sistema financiero sólido, se ha resentido por la crisis económica como todos los demás países económicamente avanzados. Los efectos de la crisis en Canadá se han sentido sobre todo en el ámbito productivo, más que en el financiero, ya que las exportaciones representan un tercera parte del PIB canadiense y gran parte de estas exportaciones, el 80%, son hacia Estados Unidos.Tras meses de dificultad, que han supuesto datos negativos en todos los sectores económicos, parecen llegar noticias esperanzadoras para el segundo cuatrimestre del 2009. El informe de Statistics Canada (StatsCan), es positivo en lo que se refiere a la reactivación económica del país. El Producto Interior Bruto canadiense ha aumentado por primera vez desde junio del 2008, aunque sólo un modesto 0,1%. La compra de bienes ha aumentado ligeramente, empujado sobre todo por el sector automovilístico y por el mercado inmobiliario, que ha sufrido un aumento de las inversiones nacionales del 1,7%. Las importaciones y exportaciones aún están disminuyendo (un 2% las primeras y un 5% las segundas) pero en una cantidad muy reducida con respecto al primer cuatrimestre, cuando las exportaciones sufrieron una caída del 8,7%. Los gastos de consumo de bienes y servicios han aumentado un 0,4%, empujados por los bienes duraderos y por los servicios financieros. Los gastos personales están creciendo lentamente, un 0,2%, que de todas formas supone una mejora con respecto al -0,5% de finales del año pasado. El consumo se está volviendo a encauzar después de que en julio la tasa de inflación fuera negativa.La reactivación económica también está incentivada por el crecimiento del sector petrolífero y del gas (fundamental para la economía canadiense y motor del desarrollo de muchos sectores industriales, estando Canadá entre los principales proseedores de reservas de petróleo y tercer productor de gas natural del mundo), que ha registrado un crecimiento del 1,3%, aunque los demás sectores de extracción de materias primas no han tenido la misma suerte, sufriendo una caída del 33% a causa de la escasa demanda y de los altos costes de manutención.

El papel del sector bancario en la recuperación
El sistema bancario canadiense es uno de los más sólidos del mundo debido a la enorme prudencia en las inversiones y la elevada capitalización. El resentimiento de la crisis se produjo únicamente por el desmoronamiento del sector inmobiliario, pero no produjo tanto daño como en otros países económicamente avanzados. En los últimos tiempos, cuatro de los cinco bancos más grandes de Canadá han tenido inesperados rendimientos positivos que han apoyado la recuperación de las inversiones financieras y del mercado inmobiliario. Los bancos canadienses han sobrevivido a la crisis de crédito sin recibir dinero del gobierno (al contrario de lo ocurrido en otros países), aunque la recuperación se puede atribuir al enorme gasto que el gobierno de Harper ha realizado para apoyar el consumo y el sector inmobiliario con medidas como la de incrementar las ayudas públicas para la compra de la primera vivienda. Los banqueros canadienses temen ahora que a esta fase de optimismo le siga una recaída provocada por el fin de las ayudas estatales y por las posibles medidas del gobierno para equilibrar la balanza estatal. Sin embargo, el Banco Central Canadiense confía en esta tendencia de la economía para el próximo cuatrimestre. El gobierno, sin embargo, ha acogido con cautela esta recuperación; el Ministro de Economía, Jim Flaherty, ha señalado que la recuperación se debe a las medidas de estimulación puestas en marcha por el gobierno y que, por lo tanto, aún es pronto para pensar que la salida de la crisis será estable y segura.

El desencuentro político no se aplaca tras la crisis
El gobierno podría aprovecharse de estas señales de recuperación para hacer propaganda, sobre todo cuando existe el riesgo constante de unas nuevas elecciones, pero es consciente de que esta autocelebración podría ser contraproducente en este momento de leve recuperación económica. Además, hay que tener en cuenta que el gobierno ha gastado mucho para oxigenar la economía y que aún hay muchos canadienses en paro como consecuencia de esta crisis. Sólo en el mes de julio, se perdieron 45.000 puestos de trabajo. Aunque el gobierno de Harper es optimista respecto a la economía, en el plano político corre el riesgo de caer. El líder del Partido Liberal, Michael Ignatieff, cuya “no oposición” al gobierno está manteniendo en pie al partido mayoritario, ha declarado que unas posibles elecciones anticipadas no crearán inestabilidad sino que, de hecho, podrían ser beneficiosas para el país, insinuando que se podría realizar a corto plazo una moción de censura. Ignatieff reforzó esta sospecha el 2 de septiembre cuando declaró abiertamente que el Partido Liberal no apoyará más al gobierno de Harper. El Partido Liberal necesita en este momento involucrar a algunos parlamentarios de partidos menores, como el Nuevo Partido Democrático o el Partido Quebequés, para derrotar al gobierno de Harper y celebrar elecciones en Canadá por cuarta vez en cinco años. Uno de los políticos más importantes del Partido Liberal, Bob Rae, ha afirmado que la moción de censura contra el gobierno podría presentarse a principios de octubre.Pero el Partido Liberal podría hacer creer que empujará hacia la posibilidad de nuevas elecciones para presionar sobre al gobierno y con la intención de que haga concesiones o que, al menos, ponga en marcha políticas al gusto del Partido liberal, dado que en los próximos se abrirá el debate sobre cómo volver a llenar las arcas del Estado tras las medidas anticrisis. Las posibles maniobras para dar tranquilidad al balance estatal canadiense podrían ser un aumento de los impuestos, o una reducción del gasto público. Dado que actualmente el gobierno está liderado por un partido conservador, es posible que prefiera la segunda de las opciones, y las señales ya se están haciendo notar, visto que una de las primeras críticas que Ignatieff hace al gobierno de Harper, es descuidar la sanidad pública para aumentar los ingresos. Pero dada la inestabilidad del sistema político canadiense, es difícil prever quién liderará el país y en que modo intentará poner orden en la balanza estatal.En el caso de celebrarse nuevas elecciones, los bancos – determinados por la solidez de la recuperación económica – podrían apoyar a los conservadores, dado que han compartido con ellos las medidas anticrisis del gobierno, aunque sabiendo que todo ello tendrá un precio: el riesgo de que una nueva crisis pueda presentarse cuando las ayudas del gobierno acaben, y con la consciencia de que los estímulos económicos y financieros han costado caro a las arcas del estado, un día podría producirse un aumento de los impuestos para sanear el balance.

Conclusiones
Dadas las afirmaciones de los dos líderes de los principales partidos de oposición, Michael Ignatierr, del Partido Liberal; y Jack Layton, del Nuevo Partido Democrática, parece que Canadá se prepara para nuevas elecciones. La configuración política resultante de las elecciones no está bien definida, ya que ni losi Conservadores ni los Liberales obtendrían la mayoría absoluta, y actualmente los Conservadores aventajan en 11 puntos a sus adversarios. A pesar de la ventaja en los sondeos, los conservadores temen unas nuevas elecciones, vistas las posibles alianzas entre los partidos de la oposición, intentando explicar a la opinión pública que podría ser peligroso, en un momento de leve recuperación de la crisis económica.

Lo cierto es que el próximo gobierno, sea del color que sea, deberá afrontar el problema de sanear el balance estatal tras la gran intervención económica por parte del gobierno para contrarrestar la crisis. El posible resultado en Canadá puede ser el de un país que tiene todos los instrumentos necesarios para la prosperidad económica (recursos energéticos, nuevas economías y un sistema bancario sólido), pero sin un gobierno estable que dé un perfil claro al país.

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