miércoles, 24 de noviembre de 2010

Una mirada al sur: las amenazas a la Seguridad regional

A lo largo del siglo XX el planeamiento militar se realizó en base a las llamadas hipótesis de conflicto, que podían derivar en crisis y que de acuerdo a las circunstancias podían terminar en un enfrentamiento armado, transformándose en hipótesis de guerra. 

Con la caída del muro, este tipo de terminología se fue modificando. En la doctrina militar de EEUU pasó a utilizarse más bien el termino amenazas, mientras en la doctrina europea comenzó a utilizarse el de riesgos, que quizás sea más preciso y a la vez abarcativo.  

Pero mientras se va modificando la terminología de la doctrina, también va cambiando la situación.  

Tomando como ejemplo Brasil, es claro que en los años noventa el concepto de riesgo o amenaza estaba enfocado con prioridad sobre la Amazonia y la posibilidad de que en algún momento se produjera algún tipo de ocupación internacional que afectara la soberanía brasileña en ese gran espacio geográfico.  

Por esta razón, en los años noventa se redesplegaba el Ejército hacia el Amazonia y se demoraba el proyecto del submarino nuclear. En cambio ahora, transformándose Brasil en potencia energética y encontrándose en el litoral marítimo su riqueza en este campo, toma impulso el proyecto del submarino nuclear para proteger la soberanía energética del país.  

Con la Argentina sucede otro tanto. A fines de los setenta podía considerarse que la Patagonia, un gran espacio poco poblado y con recursos naturales, podía tener un riesgo de internacionalización que afectara la soberanía del país. En ese tiempo, la Patagonia con menos del 5% de la población del país, tenía el 25% de las unidades operativas del Ejército. 

En cambio ahora surgen nuevos riesgos, como en lo inmediato la exploración y eventual explotación de hidrocarburos en el Atlántico Sur.  

Pero mirando hacia el largo plazo, quizás el interés más importante esté en el futuro de la Antártida y la explotación de sus recursos naturales.  

Lo que está sucediendo en el Ártico con ellos, bien puede anticipar lo que puede suceder con la Antártida en el largo plazo, dado que contiene muchas más riquezas que el Ártico.  

Si bien es cierto que el llamado continente blanco está internacionalizado, también es cierto que países como Gran Bretaña, Argentina y Chile siguen reivindicando soberanía sobre estos territorios y que potencias extra-continentales, como Rusia y China, intensifican su presencia permanente. Además, el Tratado la internacionaliza tiene fecha de vencimiento. 

Desde esta perspectiva, así como Brasil para defender sus intereses avanza con el proyecto de un submarino nuclear, a lo mejor la Argentina podría proponerse tener un rompehielos a propulsión nuclear, como los que ha botado recientemente Rusia.  

Las amenazas y los riesgos para la seguridad se definen por los intereses de un país y si bien la Antártida no es el único, es un ejemplo útil de cómo debe articularse un pensamiento estratégico de largo plazo.



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