lunes, 4 de octubre de 2010

Inequidades en educación


Por Bernardo Kliksberg (*)

En América Latina se ha generalizado el ingreso de los niños a la escuela primaria. Por otra parte se está ampliando el número de niños que la finalizan, con la excepción de Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua que todavía están distantes de esa meta. Esos son avances de gran significación.

Sin embargo, no basta con haber pasado por la primaria. La cuestión es qué han aprendido los niños. Un estudio sistemático reciente de Unesco IIPE y OEI, se planteó este interrogante y construyó un Atlas de las desigualdades educativas en América Latina.

La respuesta a la pregunta es fundamental en sí misma: ¿qué alumnos están emergiendo de la primaria?, pero además tiene consecuencias inmediatas, porque el nivel de preparación habrá de incidir en los resultados en secundaria, donde se observa en gran parte de los países altas tasas de repetición y deserción.

El estudio analiza el manejo de los conocimientos de matemáticas que están propuestos en los programas por los niños de tercero y sexto grado. Diferencia tres niveles de tareas: el reconocimiento de objetos y elementos, la solución de problemas simples, y la solución de problemas complejos. Las dos primeras tareas son practicadas con frecuencia por los maestros. La tercera en cambio no. Sólo en un país más del 60% de los docentes la practican. Las tareas complejas significan resolver problemas que no se solucionan con métodos rutinarios, y requieren interpretación.

El porcentaje de respuestas correctas que los alumnos de tercer grado alcanzan en las preguntas que requieren la solución de problemas complejos, es limitado y marcadamente desigual en los diversos países de la región.

Así en una serie de países menos del 40% de los niños contestan bien. Sólo lo hacen el 19% de los alumnos en República Dominicana, el 33% en Guatemala, el 33% en Nicaragua, el 34% en Panamá, el 34% en Perú, el 37% en El Salvador, el 39% en Colombia. Hay otra franja de países donde los porcentajes oscilan entre el 40 y el 56% donde están Argentina, Chile, Uruguay, Costa Rica, y México. La situación es mejor pero casi la mitad de los alumnos no contestan bien.

El estudio observa que en tercer grado cuanto más se practican en el aula los problemas complejos mejores son los resultados. Así que la falta de práctica suficiente ya adelanta un posible problema.

Los resultados tienden a empeorar en el 6º grado, y allí ello sucede a diferencia del tercero aun cuando se hacen más ejercicios de problemas complejos.

Eso indica la investigación plantea un serio problema. El déficit de aprendizaje que comienza en tercer grado no se ha solucionado entre 3º y 6º.

La Directora del IIPE Margarita Poggi se plantea al respecto: “Resulta necesario volver a poner en la agenda de las prioridades a la escuela primaria, ya que el déficit que aquí comienza se vuelve difícil de sobre llevar”.

Si se agregan a este informe que refleja desigualdades de aprendizaje entre países, numerosos estudios que dan cuenta, de las amplias brechas hacia adentro de los países, entre escuelas rurales, escuelas públicas urbanas, y escuelas privadas, las distancias de aprendizaje se hacen aun mucho mayores. Inciden factores como la cantidad anual de horas de clase, las metodologías aplicadas, la capacitación y remuneraciones de los maestros, los recursos para el aprendizaje, la infraestructura, y el tan influyente capital educativo y apoyo del hogar.

Las desigualdades de preparación en primaria van después a manifestarse a pleno en la secundaria. Es urgente que la región ponga en primera línea de su agenda, a este problema clave, la inequidad en los aprendizajes, y trabaje activamente por enfrentarlo.


(*) Autor de “Es difícil ser joven en América Latina” (Comp. Sudamericana, 2010)

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