lunes, 30 de agosto de 2010

El peor tráfico del mundo

Cinco lugares en los que los atascos desesperantes son una forma de vida.


PEKÍN

 

De qué puede presumir: Un atasco de 90 kilómetros en una autopista de entrada a Pekín que ha durado diez días.

Una vida sin prisas: El atasco en la Autopista Nacional 110, que une Pekín con la provincia de Hebei en el norte de China, debido a las obras y a varios accidentes, ha asombrado al mundo. Pero los pequineses están acostumbrados a unos embotellamientos de dimensiones épicas. A pesar de los seis anillos de circunvalación que rodean la ciudad, las numerosas autopistas y las restricciones al uso del coche impuestas por el Gobierno, las autoridades urbanísticas no consiguen absorber el inmenso volumen de vehículos nuevos adquiridos por muchos de los 20 millones de personas cada vez más ricas que viven en la capital (y muchas de las cuales no habían conducido nunca hasta ahora). En los cuatro primeros meses de 2010, según la oficina de impuestos municipales de Pekín, se matricularon aproximadamente 248.000 coches nuevos, un ritmo de 2.100 vehículos nuevos al día.

Conducir en Pekín, que ocupó el primer lugar en el último sondeo realizado por IBM sobre las grandes ciudades mundiales en las que más “sufre el conductor”, es una experiencia auténticamente frustrante: el 69% de los automovilistas de Pekín reconocen que en alguna ocasión se han dado por vencidos y se han vuelto a casa, el 84% aseguran que el tráfico afecta a su rendimiento laboral o al estudio y el conductor medio sufre casi una hora de atasco para llegar al trabajo. La ciudad contiene depositadas sus esperanzas en una solución heterodoxa: un autobús enorme, movido por energía solar, que literalmente circula por encima del tráfico.

 

MOSCÚ

 

De qué puede presumir: Los conductores moscovitas afrontan los mayores retrasos de tráfico del mundo, con esperas que suelen durar unas dos horas y media.

Una vida sin prisas: Conductores borrachos, mal tiempo, calles diseñadas exclusivamente para desfiles militares y funcionarios comunistas en limusinas, y personas bien relacionadas que esquivan los atascos siguen haciendo que conducir en esta ciudad sea una experiencia exasperante, además de cara y peligrosa. El ministerio de Transportes del país asegura que cada año se pierden 12.800 millones de dólares (unos 10.000 millones de euros) -más del PIB de Islandia- por culpa de la penosa situación del tráfico. En conjunto, el índice de mortalidad en carretera en Rusia es más del doble que el de la Unión Europea, pese a que los rusos tienen aproximadamente la tercera parte de coches.

El Kremlin ha abordado la cuestión del tráfico en numerosas ocasiones, pero, dado que las infraestructuras de carreteras del país ocupan el puesto 111 del mundo y el gasto público está disminuyendo -a pesar de las promesas del ministerio de Transportes de añadir 400 kilómetros de carreteras para aliviar la congestión-, los moscovitas no están satisfechos. Un estudio demuestra que, durante los tres últimos años, dos de cada cinco residentes de la capital han tenido que esperar al menos tres horas a que se despejara el tráfico (una cifra sorprendentemente baja si se tiene en cuenta que hay un promedio de 650 embotellamientos diarios).

 

MÉXICO D. F.
 

De qué puede presumir: En 2006, una sola manifestación política provocó un atasco de medio millón de coches.

Una vida sin prisas: Algunos podrían pensar que Los Ángeles, con sus autopistas embotelladas, es la peor pesadilla circulatoria de Norteamérica, pero, según el sondeo de IBM, México D.F. es casi cuatro veces peor para los conductores. La capital mexicana se ha hecho famosa por sus costumbres darwinianas en el tráfico (por término medio mueren en accidentes 1.500 peatones al año) y una contaminación tan pesada que seguramente acorta la expectativa de vida. A pesar de las iniciativas de la ciudad para disminuir la congestión circulatoria causada por el exceso de gente y la escasez de vías, más de la mitad de los conductores de México D.F. dicen que el tráfico ha tenido efectos negativos en los estudios o el trabajo y el 62% dice que el tráfico está empeorando en una ciudad en la que los primeros que diseñaron las calles fueron los aztecas.

Hay una peculiaridad mexicana que no facilita las cosas: la ciudad sufre un promedio de ocho manifestaciones y media al día, que taponan aún más las calles con gente procedente de todo el país. La ciudad cuenta incluso con una página web específicamente dedicada a anunciar cada manifestación y la probabilidad de que haya calles cortadas como consecuencia.

 

SAO PAULO

 

De qué puede presumir: La ciudad posee el récord del atasco más largo del mundo, más de 260 kilómetros, el 9 de mayo de 2008.

Una vida sin prisas: Alguien que visite Sao Paulo tal vez se pregunte por qué se ve a tantos conductores haciendo cosas como afeitarse, ver películas y jugar a vídeojuegos mientras están al volante. Dado que los paulistas suelen vivir entre tres y cuatro horas de atascos de hasta 150 kilómetros todos los días, no es de extrañar que decidan convertir el automóvil en su casa. No sólo es que las calles y carreteras de Sao Paulo se queden pequeñas para albergar a los más de 20 millones de habitantes de la ciudad, es que las autoridades no han hecho suficiente para arreglar la situación. La megalópolis, que no hace más que crecer, extenderse y descentralizarse -ocupa ya casi 7.800 kilómetros cuadrados- sufre más tráfico del que debería por su falta de anillos de circunvalación eficaces.

Los carriles bus, las prolongaciones del metro y un sistema de restricción de automóviles que sólo deja circular a un número limitado de conductores cada día no han bastado para disminuir las inmensas congestiones de tráfico que cuestan a la ciudad, según se calcula, 2.300 millones de dólares al año. La situación es tan crítica que los habitantes más ricos y mejor relacionados de Sao Paulo han hecho que la urbe tenga la segunda mayor flota de helicópteros del mundo.

 

LAGOS
 

De qué puede presumir: Los frecuentes accidentes de tráfico en cadena causan docenas de muertes.

Una vida sin prisas: Ir en coche por Lagos consiste en esperar sentado; la congestión en esta ciudad en expansión es tan permanente que los lagosianos, al hablar de circular, utilizan directamente el término de “ir despacio”.  Lagos, una de las ciudades que más está creciendo del planeta, careció durante muchos años de planes globales de infraestructuras, y de ello da fe su tráfico espantoso.

Pero la masificación no es el único problema que aflige a las vías de esta urbe africana; también cuentan los baches que averían los vehículos, la escasez de semáforos, los robos de coches a punta de pistola, la policía de tráfico corrupta y las carreteras inundadas. En esta ciudad situada en la costa del Océano Atlántico, los conductores, muchas veces, se ven obligados a atravesar puentes estrechos que causan cuellos de botella. Y, según las historias locales, cuando uno está atascado en un puente es peligroso comprar algo a los vendedores callejeros porque hay muchas posibilidades de que ellos u otros, sabiendo que no hay por dónde salir, aprovechen para robarnos todas nuestras pertenencias.

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