martes, 20 de marzo de 2012

Libro de la semana: diccionario de la guerra de independencia

  • Diccionario de la Guerra de la Independencia. Emilio de Diego y José Sánchez-Arcilla (directores). Actas. Madrid, 2012. 2 vols. 2.270 páginas

Pocos acontecimientos marcaron tanto el devenir político de tantas naciones como lo acontecido el 19 de marzo de 1812 en Cádiz. Para celebrar aquel suceso, conocido como "El nacimiento de la la Pepa", aparece ahora un diccionario sobre aquellos días. La aparición de un diccionario histórico es siempre una buena noticia, pues sus objetivos son los de facilitar la tarea del historiador y aportar saberes a las muchas personas interesadas por la historia. Las grandes bibliotecas del mundo -y entre ellas la Nacional de España- cuentan con salas específicas de “instrumentos de trabajo”, en las que los protagonistas son los diccionarios, enciclopedias, atlas y otras publicaciones destinadas a la consulta y el apoyo a la investigación y el conocimiento. Afortunadamente, cada vez son más frecuentes en España las ediciones de tales obras básicas. El Diccionario de la Guerra de la Independencia (DGI, en adelante) supone en este sentido una aportación de especial relevancia. La idea original corresponde a sus dos directores, los profesores Emilio De Diego y José Sánchez-Arcilla, especialistas ambos en la guerra contra Napoleón y su época, así como al editor Luis Valiente, quien desde hace años viene realizando una labor llena de entusiasmo y generosidad al frente de la editorial Actas. Con el patrocinio de la Fundación Dos de Mayo, Nación y Libertad, la obra se ha realizado en algo más de dos años, durante los cuales un total de 55 historiadores han redactado las cerca de 8.400 entradas existentes. Entre los autores, los hay de diversas universidades españolas, con una participación muy destacada (27 historiadores) de la Universidad Complutense de Madrid. Hay también algunos militares historiadores o técnicos en la archivística histórico-militar -entre ellos dos portugueses- y un conocido especialista extranjero, el francés Gerard Dufour. Algunos de los autores -empezando por los directores- han escrito un número considerable de voces .


La parte esencial del DGI son las biografías de quienes fueron protagonistas de la guerra, activos o pasivos, de uno u otro bando e ideología. La necesidad de seleccionar y acotar el espacio ha llevado, en palabras de los directores, a la opción de “dar noticia de la mayor cantidad posible de individuos, en detrimento de la extensión, por cuanto la biografía de los principales protagonistas resulta bastante conocida, mientras que la de los actores 'de reparto' es mucho más ignorada.” Esta opción se ha visto refrendada, desde fuera, por el hecho de que en estos últimos meses ha comenzado a editarse el monumental Diccionario Biográfico Español (DBE) de la Real Academia de la Historia, una publicación que -dejando a un lado la polémica relacionada con algunos personajes de nuestra historia reciente- constituye sin duda la obra historiográfica más importante realizada jamás en España, que puede parangonarse con obras de la calidad y el prestigio del Oxford Dictionary of National Biography, como afirmó J. H. Elliott en su presentación.

El diccionario no incluye solo biografías de los protagonistas. También pueden encontrarse en él las de los estudiosos posteriores de la guerra, los autores literarios y artistas que se inspiraron en ella, e incluso las de algunos de los autores del DGI, aunque no se entiende bien el criterio por el que están unos y faltan otros como, por ejemplo, el citado Dufour. Por supuesto, en una guerra con tan amplia presencia de gentes de otras naciones, los biografiados no son únicamente españoles, sino que se incluyen todos los participantes de quienes se tiene noticia, con independencia de su nacionalidad o relevancia.

Pero el DGI no se limita a las biografías, lo que le convierte en un mixto entre diccionario y enciclopedia. Hay muchas entradas dedicadas a los temas más variados relacionados con la guerra, como los periódicos surgidos en aquellos años, o cuestiones como la alimentación, las finanzas, la sanidad militar, las instituciones, la moneda, en un laudable intento de reconstruir el mundo que se vio salvajemente alterado por los dramáticos hechos del periodo 1808-1814.

Muy interesantes son las entradas relativas a acciones o hechos militares, que en muchos casos se repiten en un determinado lugar a lo largo de la guerra. La distinción pormenorizada de cada uno de ellos supone una aportación de gran importancia para la clarificación de los acontecimientos de aquellos años de lucha. Se han introducido también numerosas entradas referentes a instituciones, aunque el amplio espacio que se las dedica va mucho más allá de la guerra de la Independencia. Ello podría ser válido si se tratara de un diccionario de la Administración española en la Edad Moderna, pero no es el caso. No solo porque la historia pormenorizada de las instituciones desde sus orígenes no viene aquí a cuento, sino porque no se ha seguido el criterio impuesto para el resto de la obra de que el tratamiento de personajes y otras cuestiones se ciñera al máximo a los años de la guerra. De haberlo hecho, hubiera sido menos necesaria esa reducción del espacio dedicado a cada entrada de la que se lamentan los directores en la Introducción. En fin, si de lo que se trataba era de dar a cada entrada un peso relacionado de alguna forma con su importancia, bien está el estudio detallado de las instituciones que surgieron con la guerra (Juntas, regencia, cortes), pero no se entiende la amplia dedicación a las precedentes, que se derrumbaron estrepitosa y vergonzosamente en 1808.

El DGI presta una atención pormenorizada a los términos militares, si bien, en este caso, el espacio que se les dedica es en general bastante más proporcionado y se estudian esencialmente en relación con la guerra de la Independencia. Algo similar sucede con los impuestos, en cuyos estudios destaca la labor de Sánchez-Arcilla. En la parte final, el diccionario incluye once apéndices de diverso interés. Varios de ellos son de carácter militar: “Organización de los ejércitos que intervinieron en la guerra”, “Relación de las unidades de los países contendientes”, “Órdenes de batalla de las principales acciones de la guerra”, relaciones de personajes condecorados por el gobierno francés, de los muertos y heridos en Madrid los días 2 y 3 de mayo, de los principales periódicos que se publicaron durante la guerra, o una tabla de monedas y equivalencias monetarias. Especial interés tiene la relación de las memorias, diarios y correspondencias publicadas en España y otros países por quienes vivieron los acontecimientos. El último apéndice es la relación pormenorizada de fuentes y bibliografía para el estudio de la guerra, que incluye más de 2.500 títulos.

En resumidas cuentas, se trata de una obra magna, cuya importancia y utilidad irán apreciándose cada vez más con el tiempo. Estamos ante la publicación de mayor envergadura de cuantas se han abordado con motivo del centenario de la guerra.
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