lunes, 31 de octubre de 2011

América Latina frente a la crisis

Por Niko Schvarz (*)

Los conceptos vertidos por la presidenta Dilma Rousseff en la Cumbre del 4 de octubre entre la Unión Europea y Brasil cobran particular relevancia en el cuadro de la crisis en el mundo desarrollado, y destacan el papel que está desempeñando América Latina

Los conceptos vertidos por la presidenta brasileña Dilma Rousseff en la Cumbre del 4 de octubre entre la Unión Europea y Brasil cobran particular relevancia en el cuadro de la crisis en el mundo desarrollado, la mayor de la historia, particularmente en Estados Unidos y Europa (estallidos en Grecia, dramática situación en España, Portugal, Italia), y destacan el papel que está desempeñando América Latina a este respecto, con plenas posibilidades de acrecentarlo en el futuro inmediato.

Aunque en su alocución se hace especial referencia a Brasil, en cierto modo involucra a nuestra región en su conjunto.

El tema nos interesa particularmente, dada la reciente visita del gobierno uruguayo a varios países de Europa (Suecia, Noruega, Alemania, Bélgica, sede precisamente de la Unión Europea) y, en un plano general, la Cumbre del G-20 programada para Cannes a principios de noviembre, que reunirá a países industrializados y a emergentes, Brasil entre ellos, con una reunión previa de los ministros de Economía de la UNASUR para coordinar sus posiciones y unificar sus propuestas. En este momento Papandreu afirma que la crisis ya no es más una crisis griega, es una crisis de toda Europa .

Un aspecto relevante de la exposición central de Dilma Rousseff, se ha resumido en estos términos: ¿Quién podría haber imaginado siquiera lo ocurrido en Bruselas el martes 4 de octubre, cuando la presidenta brasileña ofreció la colaboración de su país para ayudar a la Unión Europea a salir de la crisis?

La Unión Europea puede contar con Brasil para salir de la crisis. Brasil está listo para asumir sus responsabilidades en forma cooperativa , afirmó. En momentos en que el viejo continente se ve sacudido por el terremoto financiero que amenaza con reducir a escombros las economías más débiles, las palabras de Rousseff se apartan radicalmente de las recetas fondomonetaristas tradicionales.

Dilma explicó a los europeos que de acuerdo con la experiencia vivida por Brasil, un aumento de las medidas de austeridad equivale a más desempleo y desigualdad social y que las recetas de reducción del gasto público, privatizaciones y ajuste fiscal conducen a la recesión y al desempleo con todas sus nefastas consecuencias sociales .

El mundo mira con enorme preocupación la situación de los países desarrollados, sostuvo la presidenta brasileña. Aludió a la crisis de 2008, después de la cual no se logró retomar un crecimiento sustentable y en consecuencia se enfrenta nuevamente un escenario recesivo, con elevados índices de desempleo y la erosión de las conquistas sociales (de lo cual vemos ejemplos todos los días).

La política de acudir en auxilio a las instituciones financieras condujo a un elevado endeudamiento del sector público en la mayoría de los países desarrollados. La historia muestra que la salida de la crisis vendrá solamente por el estímulo al crecimiento económico, por políticas de estabilidad macroeconómica, conjugado con políticas sociales de generación de recursos y de empleo. No mediante la adopción de recursos recesivos. En síntesis, es necesario adoptar medidas macroeconómicas y al mismo tiempo empeñarse en un combate firme al desempleo para que la población no pierda la esperanza en el futuro .

La aludida experiencia de Brasil se extendió al continente en su conjunto, en los siguientes términos: La experiencia latinoamericana, en décadas pasadas, demuestra que la recesión trae como resultado la regresión productiva, el aumento del desempleo y de las desigualdades sociales.

Brasil sabe, por experiencia propia que solamente el estímulo al crecimiento económico es capaz de generar recursos para el pago de la deuda y el equilibrio de las finanzas públicas. Brasil y otros países emergentes demostraron en los últimos años que el crecimiento, le generación de empleo, el aumento de los recursos y de la productividad son compatibles con la responsabilidad y el equilibrio fiscal . Y extrae esta conclusión que abarca un extenso período y merece retenerse: Nuestra región, que fue durante más de 20 años sinónimo de crisis, es hoy una de las que más crece en el mundo .

Estas conclusiones fueron ampliadas en el cierre del Foro Empresarial Brasil-Unión Europea celebrado el mismo 4 de octubre, en presencia también de Herman Van Rompuy, presidente del Consejo Europeo, de José Manuel Durâo Barroso, presidente de la Comisión Europea, y con el agregado de los directivos deEurochambres, de Businesseurope y de empresarios brasileños y europeos.

En esta alocución se hizo referencia a las realizaciones del anterior gobierno brasileño y a su continuidad en este su primer año de mandato para enfrentar los desafíos impuestos por la crisis financiera internacional.

Las políticas aplicadas permitieron superar décadas de inestabilidad y de estagnación. Hicimos de la inclusión social el ingrediente central del crecimiento de Brasil expresó-, incorporando más de 40 millones de brasileños y brasileñas como consumidores, productores, pequeños empresarios, en fin como ciudadanos.
Probamos que el necesario equilibrio fiscal que perseguimos y las políticas de estabilidad macroeconómicas no son incompatibles con el desarrollo humano, con la generación de empleos y de oportunidades.
Atravesamos la crisis de 2008-2009 porque nos apoyamos en el robusto mercado interno brasileño en crecimiento y expansión.

Debido a un marco regulatorioapropiado nuestros bancos, privados y públicos, no fueron contaminados por los activos tóxicos que derrumbaron instituciones financieras en el mundo. El Estado brasileño confió en el potencial del país y no abdicó de su función inductora, revelando una sabia prudencia.
El país reúne hoy las condiciones para un período prolongado de expansión, que será duradero en la medida en que combine la estabilidad macroeconómica con la promoción de la inclusión social y con políticas de innovación y valor agregado. Los millones de brasileños que ascendieron a la producción y al consumo representan nuestro mayor activo, tanto en nuestra sociedad como en nuestra economía. Hoy estamos alcanzando el virtual pleno empleo.

Nuestras reservas internacionales superan hoy los 350 mil millones de dólares y desde el año 2007 nos volvimos acreedores del FMI. Brasil junto con sus vecinos de América del Sur construye una sólida base para hacer de nuestra América uno de los polos dinámicos de la economía mundial. Disponemos de un vasto patrimonio energético, incluyendo las reservas (petroleras) del pré-sal y de grandes y diversificadas reservas minerales, esenciales para la expansión industrial, la cual consideramos fundamental y estratégica para el país.

Poseemos agricultura y producción agropecuaria modernas, de alta productividad, resultado de una articulación positiva entre el agronegocio y la agricultura familiar. Nuestra extraordinaria biodiversidad abre nuevas fronteras promisorias, y el componente de energía renovable transforma a Brasil en uno de los países con grandes compromisos con el cambio climático, y con una estrategia amigable en relación con la naturaleza , una estrategia fundamental en el mundo de hoy.

Agrega que vivimos en paz y democracia en toda la región y sobre esas bases ( a la que agrega las necesidades de Brasil relacionadas con el Mundial de Fútbol y las Olimpiadas), aspira a afirmar y extender las relaciones y los acuerdos del más diverso tipo entre su país y la Unión Europea: intercambio comercial, inversiones recíprocas (que alcanzan elevadas proporciones), cooperación energética, en ciencia, tecnología e innovación, intercambio entre las universidades, investigadores y estudiantes, etc.

Un apartado especial está dedicado a las negociaciones entre elMercosur y la Unión Europea, para multiplicar los avances e identificar nuevos horizontes de cooperación, con un enfoque pragmático, flexible y realista (lo que viene a coincidir con las recientes gestiones del gobierno uruguayo en cuatro países europeos).



Una perspectiva para el mundo

Asimismo Dilma Roussef enfatizó la necesidad de cambios en la ONU y su Consejo de Seguridad para colocarse a la altura del actual mundo multipolar e interdependiente y hacer prevalecer los valores de la democracia y de la preservación de la paz, y no de las intervenciones armadas, particularmente de las que se practican en violación del Derecho Internacional .

Esta afirmación es de importancia capital cuando los grandes temas internacionales se encaran sobre la base de las invasiones armadas por parte de EEUU y sus aliados militares y de los asesinatos colectivos e individuales. Acaban de cumplirse 10 años de la invasión a Afganistán, se mantienen desde hace siete años las tropas yankis en Irak, Francia invadió Costa de Marfil e impuso a su candidato, la OTAN invade Libia a bombazo limpio y asesinan en un crimen de vileza atroz a Kadafi repartiéndose a dentelladas las riquezas petroleras del país, todo ello al costo de cientos de miles de muertos.

El planteo de Dilma Rousseff en Bruselas delineó un camino posible y aceptable para la inmensa mayoría en el complejo mundo de hoy. Y está en consonancia con lo que reclaman los indignados desde el 15 de Mayo en Madrid hasta los que ocupanWall Street y un mismo día hicieron resonar en cientos de ciudades de todos los continentes, en demostraciones abigarradas y multifacéticas, su reclamo de un cambio que ponga en vereda a la reducida cúpula de la oligarquía financiera mundial.



Una coincidencia esencial

Existe una coincidencia sustancial entre la visión global de la presidenta brasileña, en lo económico y lo político, y la que viene sosteniendo el vicepresidente y ex ministro de Economía uruguayo Danilo Astori. La coincidencia se verifica en el diagnóstico de la crisis actual, sus causas, y los caminos de soluciones, a partir del análisis de la política económica del anterior y del actual gobierno uruguayo, sus fundamentos y sus resultados.

Astori estima que de esta crisis saldrá un mundo diferente al que existía antes de 2008 (con la quiebra de Lehman Brothers y la explosión de las subprime). Los centros económicos mundiales se han desplazado y se han fortalecido otros grandes actores como el BRIC (Brasil, Rusia, India y China) y los países llamados emergentes.

La tendencia dominante es que el ajuste de las economías se está haciendo a partir de la reducción del gasto social, de las inversiones del Estado, con un alto costo para los sectores populares, que pagarán con su pobreza, con peores condiciones de vida, con la falta de empleo y de esperanzas en muchos países , no solo de Europa sino también de Estados Unidos.

En este último, las imposiciones de los sectores más conservadores fueron terminantes: reducir drásticamente el gasto social y no aumentar impuestos a los sectores más ricos. El costo de la situación dice- no lo pagarán los ricos, ni los grandes banqueros, o los grandes ejecutivos y especuladores, sino los trabajadores, los sectores humildes, los pequeños ahorristas, las clases populares y medias.

El norte está distribuyendo en abundancia la misma medicina que quiso imponer a nuestros países durante décadas . Y después de condenar los gigantescos gastos militares señala que en América Latina nuestros pueblos y muchos gobiernos asumieron una posición diferente, de independencia y de soberanía plena .

Pasando a Uruguay expresa que nuestro gobierno porque es de izquierda y por la experiencia del pasado- no tiene como variable de ajuste las políticas sociales, las condiciones de vida de nuestra gente, su empleo, sus salarios, sus jubilaciones. Al contrario, protegerlas, mejorarlas es nuestra prioridad. Y este es otro cambio fundamental.

Aquí la política define el rumbo económico, porque somos de izquierda y porque nos ha dado un gran resultado (pone ejemplos notorios) y es así que en el año 2008 Uruguay fue uno de los cinco países en todo el mundo que siguió creciendo y ello se debió al conjunto de las medidas aplicadas, al crecimiento del mercado interno, del consumo, del salario, de las jubilaciones, de los ingresos familiares, que formaban parte de nuestra política económica y social . Adviértase la similitud con los planteos de Dilma en lo referente al actual y al anterior gobierno en ambos países, en una línea de continuidad. Astori piensa que ese cambio se fortalecerá en el futuro .

Pero la conclusión puede ir aún más lejos, cuando afirma que hay dos cosas que no se deben hacer frente a la crisis: asustarse y dejarse llevar por la corriente, flotar. Hay que actuar. Mucho de lo que suceda depende de nosotros mismos . Y concluye: La izquierda tiene además la obligación de investigar, de criticar, de proponer alternativas frente a la crisis mundial, a sus injusticias y a las limitaciones cada vez más visibles de un sistema que no da cuenta de las exigencias y las necesidades de la humanidad .

Quizá sea ésta la conclusión fundamental. Todos percibimos que está en juego el destino de los hombres sobre el planeta, y que a esta luz se acrecienta el papel de nuestra América Latina.


(*) Periodista. Uruguay
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