jueves, 5 de mayo de 2011

Semana política: la muerte de Bin Laden



Síntesis GALMA


5 de mayo, 2011
 
¡Hola!  Adjuntamos los sucesos más interesantes de esta semana.

  1. La muerte de Bin Laden.
La muerte de Bin Laden. En realidad, la muerte de Bin Laden, en un barrio lujoso de Pakistán ha estado rodeada de muchos matices que no han despejado las dudas sobre qué sucedió exactamente. Se han publicado fotos de los guardaespaldas muertos, pero no de Osama bin Laden; y no las habrá por decisión de Barack Obama, que no quiere soliviantar los ánimos islámicos con la exhibición de un trofeo al más puro estilo de los Césares en el Capitolio. Fluye una información lenta que administra interesadamente la parte que ejecutó la operación. No hay fuentes independientes. Eso, por supuesto, es muy importante.

En este goteo surgen las contradicciones: ¿estaba armado o no estaba armado?, ¿fue la tortura clave para arrancar la información que condujo a él? La única voz exterior al relato oficial es la de la hija, que denuncia que su padre fue detenido y ejecutado.

Primera duda: la pista que condujo hasta Bin Laden fue producto de la tortura. La mayoría de las informaciones apuntan a que se conoció el apodo de Abu Ahmad al Kuwaiti, el mensajero de confianza del jefe de Al Qaeda, mediante torturas. Unos sitúan el centro de interrogatorios en Guantánamo; otros, en una cárcel secreta en algún lugar de Europa del Este. Unos terceros reducen el peso de este tipo de interrogatorios condenados por Human Rights Watch y Amnistía Internacional. Al Kuwaiti era el hombre de confianza del supuesto cerebro del 11-S, que está en Guantánamo.

Leon Panetta,  jefe de la CIA, admitió en un primer momento que el waterboarding (asfixia por agua) había desempeñado un papel decisivo. Ahora, la Casa Blanca despliega su aparato de información (propaganda como lo llamarían algunos) para desligar el operativo  de la tortura. No solo es una cuestión de imagen. Se trata de un asunto político, más ahora que ha arrancado la larguísima campaña hacia las presidenciales de 2012: los demócratas tratan de miminizarlo; los republicanos, sobre todo los miembros del equipo de George W. Bush, de esgrimirlo como justiciación de sus métodos. Juan Cole, profesor estadounidense y experto en el mundo islámico, apunta en su blog otra posibilidad que nada tiene que ver con la tortura. Cita una entrevista del diario Al-Sharq al-Awsat con Nu'man Bin Uthman, antiguo miembro del entramado radical de la yihad globalizada. Este dice que Al Kuwaiti cometió el error fatal de utilizar un teléfono satélite  para hablar a Irak. Este desliz permitió dar con la primera pista.

Segunda duda: el debate del asalto.
Parece claro que fueron los Navy Seals, una unidad de élite de la Marina de Estados Unidos. Está hoy compuesta por 2.500 hombres. Cuatro días después se sabe más: los encargados del ataque fueron los Seal Team Six (ST6), su mejor unidad, conocidos como el Warfare Development Group (DevGru), la élite de la élite en las operaciones secretas. Su lema es: "El único día agradable fue ayer". Con eso se hace uno a la idea de que estos tipos son todo menos corderitos de dios.

Algunos datos seguros: el ataque se produjo de noche; participaron dos docenas de comandos de los Navy Seals, además de pilotos de los dos helicópteros; uno de los aparatos sufrió un supuesto fallo mecánico y tuvo que ser abandonado y destruido. El ataque duró 38 minutos. A pesar de eso, hay dos buenos relatos que no coinciden en los detalles, pero se complementan: dos publicados por el diario 'The New York Times' y otro del 'The Washington Post'.

Después, llega la confusión. El Osama bin Laden armado pasó a estar desarmado, aunque presentó resistencia, después sin resistencia pero buscando un arma. La última: estaba en pijama. También se ha modificado la versión de la mujer muerta; primero que era su esposa, después dejó de serlo. No se interpuso ni el jefe de Al Qaeda se escondió detrás de ella. En un principio se habló de un intenso tiroteo. La nueva versión es que solo el mensajero, el hombre que desveló el escondite, utilizó su arma.

Además del cuerpo de Bin Laden, EEUU se llevó abundante material informático del que espera obtener datos y pistas. Atrás quedó ligeramente herida la esposa verdadera, la más joven, del jefe de Al Qaeda, una hija y varios niños. Dieciséis personas esposadas que quedaron a disposición de los militares paquistaníes. El Ejército paquistaní ha detenido a 11 personas, incluído el hombre que construyó la casa.

Tercera duda: las consecuencias.
Comentábamos que parecía un asunto típicamente interno. Quizá por ello el gran salto de Obama en las encuestas y los problemas de los republicanos para  'resetear' su discurso. El presidente ha caído en la tentación de acudir a la Zona Cero; nadie se pierde una buena foto, tampoco Obama. A costa de Bin Laden, la campaña para la reelección ha comenzado.

Sigue vivito el debate ético sobre la legalidad de la operación y el futuro de Al Qaeda. Numerosos periodistas hablan de asesinato, y lo escriben. Parece un adjetivo demasiado fuerte. Primero, porque un principio del periodismo indica que los adjetivos los pone el lector. Segundo, en la resolución de la ONU que ampara la invasión a Afganistán se mencionaba el derecho a matarlo de las tropas. Incluso Obama dijo en campaña que no era un tema que estuviera olvidado. ¿Quién decide si es un castigo justo? Por supuesto, un juez. Y Bin Laden no fue puesto a disposición de ninguno. ¿Entonces? ¿Una resolución puede ser justa? ¿Vale el ojo por ojo? ¿Es válido que sea un norteamericano quien lo matase cuando también mató a españoles, británicos, australianos, etc?

Salta también a la vista de que la operación se realizó en Paquistán sin conocimiento de los paquistaníes. ¿Es legal que un país actué en otro para apresar/matar a una persona de un tercer país sin el conocimiento de nadie, si quiera un juez o el Consejo de Seguridad? Parece un piso muy peligroso y una consecuencia que, de momento, nadie quiere estudiar. 

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