jueves, 12 de mayo de 2011

Los peores sitios para ser madre


  1. AFGANISTÁN: es el país del mundo en el que es más duro ser madre. Una mujer disfruta de menos de cinco años de escolarización y tiene una esperanza de vida de solo 45 años. Menos del 16% de las mujeres usan métodos anticonceptivos modernos y uno de cada cinco niños muere antes de cumplir los cinco años. Con esa tasa, toda madre en Afganistán tiene probabilidades de sufrir la pérdida de al menos un hijo.

    Las medidas para mejorar la salud y la seguridad de las mujeres durante la ocupación liderada por la OTAN han sufrido a menudo los ataques de los extremistas religiosos. En una ocasión, el Gobierno tuvo que tomar el control de los refugios para mujeres del país después de que un famoso locutor sugiriera que estos eran tapaderas para el ejercicio de la prostitución. La separación por sexos, que en Afganistán se cumple de manera estricta, combinada con la falta de matronas y de mujeres médicos, frecuentemente impide además que las madres obtengan la atención médica que necesitan.

  2. NÍGER: una mujer recibe de media menos de cuatro años de educación. Solo un tercio de los nacimientos son atendidos por un profesional sanitario cualificado, lo que da como resultado una de las más altas tasas de mortalidad infantil del mundo. Con la asistencia de UNICEF, el país comenzó recientemente a ofrecer asistencia prenatal gratuita, que incluía mosquiteras tratadas con insecticidas y medicamentos para prevenir la malaria y el tétanos, así como vitaminas. Pero dado que como media la mujer en Níger da a luz a siete niños y la mayoría vive lejos de un centro de salud, la ayuda es un asunto urgente.

  3. GUINEA BISSAU: solo dos niñas por cada tres niños asisten a la escuela, una de las tasas más bajas del mundo. Las mujeres, de media, pueden contar con disfrutar de menos de cinco años de educación y solo el 6% tiene acceso a anticonceptivos modernos.

    No es inusual que las feminas se casen a edades tan tempranas como los 13 o 14 años, y el Banco Mundial calcula que casi un tercio de los hogares son polígamos. Las mujeres embarazadas en Guinea-Bissau a menudo trabajan hasta el momento en que empiezan a sentir los dolores del parto.

  4. YEMEN: en un país en el que las mujeres ganan solo unos 25 centavos por cada dólar que gana un hombre y en el que la proporción de éstas que asumen un papel en el Gobierno es una de las más bajas del mundo. No es de extrañar que las funciones por sexo dentro del matrimonio estén también drásticamente desequilibradas. Yemen no tiene una edad mínima para el matrimonio, y la costumbre de casarse con novias de edades tan tempranas como los ocho años está generalizada. Las madres a menudo se ven impotentes para evitar que casen a sus hijas ya que las leyes yemeníes otorgan la custodia a los padres.

  5. CHAD: la maternidad en Chad está marcada por la enfermedad. Menos del 15% de los partos son asistidos por personal médico cualificado y una de cada catorce mujeres muere al dar a luz. En 2007 en el país vivían 18.000 mujeres embarazadas con VIH y 19.000 niños con el virus -una amplia mayoría de los cuales lo habían recibido de sus progenitoras.

  6. REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO: se ha visto devastada por el uso de la violación como arma de guerra, con efectos físicos y psicológicos a largo plazo tanto en las madres como en los hijos. Más de 40.000 mujeres fueron asaltadas sexualmente en el país por los combatientes solo entre 1998 y 2004 —es muy probable que la cifra real sea incluso más alta, ya que la mayoría no se denuncian—. No existen estadísticas fiables sobre el número de niños nacidos fruto de violaciones en el Congo, donde el aborto está prohibido por ley, pero se cree que son miles. Las víctimas sexuales, así como sus hijos, a menudo se enfrentan a una fuerte discriminación social.

  7. ERITREA: La violencia contra las mujeres resulta generalizada en Eritrea, incluyendo todas las formas de violencia sexual. A las mujeres del país se les exige que participen en el servicio militar pero a menudo son víctimas de acoso o violaciones tras ser reclutadas. Quienes se quedan embarazadas durante su servicio como resultado de estos abusos resultan expulsadas y a menudo son objeto de ostracismo social cuando vuelven a sus casas. Según el Departamento de Estado de Estados Unidos, las autoridades a menudo responden a las alegaciones de violación animando al responsable a casarse con la víctima.

  8. MALÍ: se estima que un 85% de las mujeres entre 15 y 49 años en Malí se han visto sometidas a algún tipo de mutilación genital. La esperanza de vida para ellas es de solo 50 años, y un tercio de los niños menores de cinco años está por debajo del peso normal de forma de moderada a grave. Las reformas en el sector sanitario del país en los últimos años han contribuido a reducir la tasa de mortalidad maternal, pero ésta sigue siendo alta, ya que las mujeres se enfrentan a un riesgo de muerte durante la duración de su vida. El Gobierno ha centrado sus esfuerzos en fomentar que las gestantes se realicen chequeos durante el embarazo.

  9. SUDÁN: las cosas ya están lo suficientemente mal en Sudán, donde alrededor del 42% de la población no tiene acceso a agua potable limpia, pero las condiciones en la inminente nación independiente de Sudán del Sur son especialmente nefastas. Hay 509 muertes maternas por cada 100.000 nacimientos en el sur -la tasa más alta del mundo-. Menos del 5% de los partos son atendidos por profesionales sanitarios. Contando con poco se parezca a un Gobierno central y una infraestructura sanitaria pública, la nación más nueva del mundo tiene entre manos una crisis en ciernes.

  10. REPÚBLICA CENTROAFRICANA: la esperanza de vida media para las mujeres en la República Centroafricana es de solo 49 años y éstas reciben de media solo cinco años de educación. La organización Amnistía Internacional ha informado del extendido uso de la violación como arma durante la guerra civil en el país entre 2002 y 2003. El 42% de las jóvenes entre 15 y 19 años estaban casadas, divorciadas o eran viudas. En los matrimonios las mujeres tienen normalmente menos derechos legales sobre la crianza de sus hijos.

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