miércoles, 30 de noviembre de 2011

Semana política



30 de noviembre de 2011.

Hola, adjuntamos los sucesos más interesantes de la semana.



1. Elecciones: de discursos y reglas mediáticas.
2. ¿Hasta cuándo abusarás?
3. Calderón y su estrategia a La Haya.


ELECCIONES: DE DISCURSOS Y REGLAS MEDIÁTICAS. Mientras el problema del crimen organizado, violencia e inseguridad se agrava, los partidos políticos permanecieron como espectadores cautelosos. Sin embargo, a pocos días de iniciar las precampañas por la presidencia, los aspirantes parecen encontrar cada vez más difícil escabullirse del tema. No sólo se trata de proponer soluciones al problema una vez ganada la elección, la cuestión también está en cómo sortearán sus respectivas campañas en zonas controladas por el crimen organizado. En ese sentido, los procesos electorales a los que se sometieron algunas entidades con una fuerte presencia del crimen organizado -Tamaulipas, Chihuahua, Coahuila o Guerrero- han fungido como antecedente a la contienda nacional. En la reciente elección de Michoacán se introdujo un elemento novedoso: la posibilidad de atribuir al crimen organizado los resultados de la elección. Con ese escenario como antecedente la estrategia de los aspirantes del PAN resulta clara. Por un lado, lo que comparten Josefina Vázquez Mota y Ernesto Cordero es que optarán por no ocuparse en desacreditar la imagen pública de Enrique Peña Nieto y, en cambio, su objetivo será demostrarle al electorado indeciso la relación del PRI con el crimen organizado, desde los viejos tiempos de la operación Zimmerman y el gobierno de Calles en Sonora. En esa lógica, la grabación que publicó Milenio -en la que un grupo del crimen organizado presuntamente amenazó a la población michoacana para que votaran por el PRI- podría provocar un efecto favorable para el PAN pero, a la par, despertar la preocupación por el uso político de las instituciones de inteligencia criminal. Por ejemplo; Ernesto Cordero es un fiel defensor de la estrategia del presidente Calderón; mientras que para Josefina Vázquez Mota la lógica de guerra no es una consigna de su partido y que, como el lema de su campaña lo dice, lo que ella difunde es Amor por México. En ese aspecto, el discurso de la precandidata se asemeja más al de sus contrincantes, cuyos discursos apelan a nociones pacíficas y de reconciliación. Andrés Manuel López Obrador, por ejemplo, en un ánimo de renovación ha bautizado su proyecto como República Amorosa. Enrique Peña Nieto eligió como lema de campaña la gran esperanza; viejo lema de la izquierda en el 2006.  Entonces, ¿existen las ideologías políticas o las propuestas de los precandidatos son un burdo intento de reproducir el ánimo social? En buena medida, de esos discursos se debe elegir algo muy concreto ahora en 2012: la continuidad de la estrategia de confrontación o la reconciliación del país. Por otro lado, más allá del análisis del discurso político, el posicionamiento de Peña Nieto y López Obrador como candidatos únicos de sus respectivos partidos ha desatado el debate respecto a si les será o no posible hacer uso de las prerrogativas electorales -particularmente spots de radio y televisión- durante los tiempos de precampañas marcados por el Instituto Federal Electoral (IFE). Ambos partidos han mencionado la posibilidad de inscribir a precandidatos testimoniales para poder hacer uso de dichos tiempos en televisión y radio. Esta simulación podría ser vista con malos ojos por el electorado, y ni a Beltrones ni a Ebrard les hubiese convenido desgastar su imagen al jugar este papel. Sin embargo, la vulnerabilidad de la reglamentación en cuanto a precampañas, abre otra gama de posibilidades para el PRI o el PRD. El artículo 15 del Reglamento de acceso a Radio y Televisión en materia electoral marca que si un partido no realiza actos de precampaña -en este caso por haber finalizado su proceso de selección interna- los promocionales serán utilizados para la difusión de mensajes genéricos del partido político en cuestión. No obstante, al no existir reglamentación en cuanto a qué es un mensaje genérico, pareciera que lo único que los precandidatos tienen que hacer para no incurrir en actos anticipados de campaña es no pedir el voto ciudadano o de militantes, por ser esto lo que define una precampaña. En estos dos fenómenos queda algo claro: los vacíos de legalidad existentes en el COFIPE y derivados de la reforma electoral de 2007, serán el blanco de discusión en los próximos meses. Quizá muchas de estas discusiones resultarán insignificantes; sin embargo, nuevamente serán elementos que contribuirán al conflicto  postelectoral y a la falta de certeza. sobre el resultado de la elección. Pero como decían en la vieja Castilla: hecha la ley, hágase la diatriba.

¿HASTA CUÁNDO ABUSARAS? Parece una frase salida de la famosa novela de García Márquez, Crónica de una muerte anunciada, pero lo cierto es que una declaración hecha por un padre desesperado ante el Presidente de la Reública, el Jefe del Estado. “A mí me van a matar en cualquier rato, pero no me importa, yo no voy a dejar de luchar por mi hijo, así está la cosa”, eso dijo Nepomuceno Moreno Muñoz hace seis meses y 20 días. Y tuvo más razón que un santo: el lunes, en Hermosillo, la capital del Estado de Sonora, fue asesinado de cinco tiros. Moreno, de 56 años, había denunciado en distintas ocasiones —la más reciente apenas hace dos semanas— que era objeto de amenazas en represalia por mantener su denuncia contra policías, los probables autores del secuestro de su hijo Jorge Mario, de 18 años, desaparecido junto a cinco jóvenes en Ciudad Obregón, a 254 kilómetros de Hermosillo. Uno de los chavos apareció muerto horas después del incidente, que incluyó una persecución; dos más, sostenía el propio Moreno, fueron devueltos tras pagar un millón de pesos, pero Jorge Mario y dos de sus amigos siguen sin aparecer. El 1 de julio de 2010, en la última comunicación que mantuvieron, Jorge Mario dijo a su padre que él y sus amigos estaban siendo seguidos por policías de Sonora. Moreno no se resignó a que a su hijo se lo hubiera tragado la tierra. Acudió a la prensa local, pero nadie quiso publicar nada: “Sabe qué, no diga nada, porque lo van a matar”, recuerda Moreno en un vídeo difundido a través de Youtube, el canal de vídeos de Google. Cuando supo del movimiento de Sicilia se sumó. Con ellos emprendió dos caravanas por todo el país y participó el 14 de octubre en el segundo diálogo de las víctimas con el presidente Calderón, a quien pidió protección. Javier Sicilia, cabeza del Movimiento por la Paz, declaró la noche del lunes que hacía responsable de la muerte de Nepomuceno al gobernador de Sonora, Guillermo Padrés Elías (del  Partido Acción Nacional, PAN) y demandó medidas de protección para el resto de la familia del activista asesinado. Las autoridades de Sonora, declararon que no tenían solicitud alguna de protección ni denuncias sobre amenazas, solo atinaron a recordar que Nepomuceno tuvo un incidente con la justicia en 2005, por el cual estuvo preso cuatro años. Como en muchos casos, cuando la víctima denuncia en el Ministerio Público y obtiene, en el trato, la respuesta de que el verdadero culpable es uno mismo, de que no hay nada que hacer. “Algo habrá hecho”, parecen responderle hipocritamente. El caso, más allá de lo novelesco de ciertas declaraciones y de la dosis de irrealidad que se vive en el país, ha conmocionado a México, y recuerda al menos otras dos ocasiones en los últimos 12 meses en las que se ha visto a  padres ser asesinados al pedir justicia para sus hijos: en diciembre pasado, Marisela Escobedo fue asesinada en el exterior del palacio de Gobierno de Chihuahua, donde permanecía para protestar por la falta de justicia en el asesinato de su hija Rubí. Y en febrero pasado, Leopoldo Valenzuela Escobar, don Polo, que no cejaba en su empeño de encontrar a su hijo Leo, secuestrado en septiembre de 2010, fue asesinado a tiros en Durango. En ninguno de esos dos casos ha habido justicia. Cicerón, celebre senador romano, se preguntó un día hasta cuándo se toleraría la influencia de personas nocivas a la idea de la República. Preguntó: ¿Hasta cuándo, Catilina, abusarás de nuestra paciencia? La pregunta, por la gravedad de lo ocurrido, habría que hacérsela,  veintiún siglos después, a los políticos de este país.

CALDERÓN Y SU ESTRATEGIA A LA HAYA. Por opinión de miles de personas afectadas directa o indirectamente por la guerra contra el narcotráfico, académicos, abogados y personas ligadas a la defensa de los derechos humanos, presentaron esta semana una acusación ante la Corte Penal Internacional de La Haya contra Calderón y los principales mandos del gabinete de Seguridad -Genaro García Luna, de Seguridad Pública federal; Guillermo Galván, de la Defensa, y Francisco Sáynez, de la Marina-, así como a “El Chapo” Guzmán,  cabeza del cartel de Sinaloa, por crímenes de lesa humanidad. Argumentan en su demanda que México vive un estado de emergencia y atraviesa por la crisis humanitaria más dramática de su historia reciente que ha dejado más de 50 mil muertos, 230 mil desplazados, alrededor de 10 mil desaparecidos y unos mil 300 jóvenes y niños asesinados, víctimas directas o indirectas de la guerra que decretó hace casi cinco años a los cárteles de la droga. A esta acusación se suma la constante violación a los derechos humanos de la población civil, en particular de los grupos más vulnerables como las mujeres y los migrantes quienes constantemente son victimados tanto por los mandos y efectivos armados, como por el crimen organizado. Uno de los promotores de la demanda, el abogado Netzaí Sandoval Ballesteros, ha venido explicando que aunque Calderón y sus mandos civiles y militares, así como los capos de la droga, podrían alegar no haber cometido ningún asesinato directamente,  sí son responsables de encubrir y proteger a los sicarios, policías y soldados que directamente los cometen. Con ello la violencia en nuestro país se ha institucionalizado y convertido en una práctica cotidiana. Señalan los denunciantes que para cumplir algunos de los compromisos que Calderón hizo con el gobierno de Bush, sobre todo el combate al narcotráfico y el control de la frontera, el gobierno federal recurrió a una alianza un poco de facto, pero también pactada con algunos cárteles del narco, particularmente con el de Sinaloa. La demanda se sostiene en información dada por el investigador Edgardo Buscaglia. El contexto de la presentación de esta demanda viene dado una semana después que Human Rights Watch (HRW) presentara su informe: Ni seguridad ni derechos: ejecuciones, desapariciones y tortura en la guerra contra el narcotráfico. Los denunciantes señalaron que desde 2007 HRW advirtió al Capitolio que con esta medida se daría un cheque en blanco al gobierno de México en materia de violación de derechos humanos. La demanda pone sobre la mesa una curiosidad: la Constitución establece que las Fuerzas Armadas no pueden hacer labor policial y especifican que su labor es esencialmente la defensa del territorio nacional; aunque posteriormente la Ley de Seguridad Nacional no determina la diferencia conceptual entre Defensa y Seguridad. En muchos países, el primer concepto es exclusivo del ejército mientras que el segundo es competencia de la policía. Para dirimir si un concepto es importante en el espíritu de una ley, hace falta un juez. Quizá la Corte Internacional no sea el mejor mecanismo para dirimir este problema, pero siempre es interesante la mirada del forastero sobre un asunto que ya ha levantado demasiada polvareda.

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martes, 29 de noviembre de 2011

Las palabras de la campaña

Class Warfare (Guerra de clases). Es la expresión utilizada por republicanos y comentaristas conservadores cuando los demócratas hablan de subir los impuestos a los más ricos. Algunos han alcanzado el paroxismo al definir a Warren Buffet, el inversor y tercer hombre más rico del mundo, como un “socialista” que fomenta la “guerra de clases”, después de que pidiera un aumento de impuestos a los multimillonarios. En un artículo en el New York Times titulado ‘Dejad de mimar a los super ricos’, Buffet dijo que era ridículo que él y otros hombres con grandes fortunas pagaran menos porcentaje a las arcas públicas que sus secretarias.

 
War on the Middle Class (Guerra contra la clase media). Los demócratas también se han subido al carro de la lucha de clases, pero dándole la vuelta. Hay guerra, sí, pero es la que han lanzado los republicanos contra la clase media estadounidense. La idea se basa en que el Great Old Party (GOP), el viejo gran partido republicano, capitanea a los adinerados en la tarea de empobrecer a los trabajadores. En las elecciones de 2010 los republicanos recuperaron muchas circunscripciones electorales, y desde entonces, según los demócratas,  ha habido una oleada de leyes que hacen la vida imposible a la clase media: desde las que intentan reducir el poder de los sindicatos hasta las que quieren convertir el sistema de salud pública gratuito para los jubilados, el Medicare, en un sistema limitado de cupones.

 
European Socialist (Socialistas a la europea). En los debates del GOP se ha puesto la crisis de deuda en Europa como ejemplo del fracaso del sistema “socialista” del Viejo Continente. Uno de los comentaristasestrella de Fox News, Bill O’Reilly, ha llegado a decir que en España la economía está dirigida desde el Estado.

Occupy Wall Street (Ocupar Wall Street). Movimiento de protesta similar al de los “indignados”. Aquí es la historia del momento: centenares de artículos, piezas diarias en los telediarios, comentarios a favor y en contra de gran parte de la clase política. Arrancó a mediados de septiembre con un grupo reducido de gente protestando por las rampantes desigualdades económicas, el rescate de los bancos con dinero público, el desempleo o la codicia de Wall Street. Montaron un campamento muy cerca de la bolsa neoyorquina, en el parque Zuccotti. Desde ahí el movimiento se ha extendido por varias ciudades de EE UU. Lo sorprendente es el impacto que han tenido en la política a escala nacional, desproporcionado con respecto al número de manifestantes. Desde el GOP se les ha llamado de todo: “turba” de “antisemitas” (el congresista republicano Eric Cantor) o “antiamericanos” que se quejan de Wall Street cuando “si no tienen empleo y no son ricos sólo deben echarse la culpa a sí mismos” (el candidato republicano Herman Cain).

99 percenters (los del 99%) versus 1 percenters (los del 1%). Uno de los eslóganes más comunes en las protestas del movimiento Ocupar Wall Street es el de “somos el 99%”. Se refieren a la mayoría empobrecida por la mayoría adinerada; a la enorme concentración de riqueza en Estados Unidos en manos de unos pocos, que además se han enriquecido con la crisis. Según cita el peridódico Wall Street Journal, en 2007, el 1% tenía ya un desproporcionado 34,6% de la riqueza estadounidense, pero es que además ese porcentaje ha subido un punto con la crisis. Mientras el 90% de los ciudadanos controla tan sólo el 25% del pastel, tras perder dos puntos con la recesión.

Job Creators (Creadores de trabajo). Expresión usada por los republicanos y la derecha mediática en sustitución de “ricos”. Surge cada vez que los demócratas proponen subir los impuestos a los “millonarios y milmillonarios”. El argumento del GOP es que si se les pide más contribución a esos “creadores de trabajo”, simplemente dejarán de generar empleo. Un argumento falso para los demócratas: en los últimos sesenta años las épocas de más creación de empleo han coincidido con aquellas de más impuestos. Cuando el tipo impositivo marginal más alto estaba por encima del 50%, el crecimiento de puestos de trabajo ha sido, de media, un 2,3%; cuando ha bajado por debajo del 50% (ahora es el 35%), el crecimiento se ha reducido a la mitad, según el think tank liberal Think Progress.

Corporate Jet Owners (Dueños de avión corporativo). Caracterización de los  multimillonarios utilizada habitualmente por Barack Obama. La reducción de impuestos a los dueños de avión corporativo es uno de los ejemplos con los que quiere expresarse el delirio de las exenciones fiscales lanzadas por el ex presidente George W. Bush.

Balanced Approach (Solución equilibrada). Frase utilizada a menudo por Obama para incluir un aumento de impuestos a las rentas más altas en los planes de reducción del déficit. Se utilizó con profusión durante el debate sobre el techo de deuda de EE UU que llevó al país al borde de la suspensión de pagos y le costó la reducción en la calificación crediticia. Para reducir el déficit a largo plazo, ambos partidos están dispuestos a recortar el gasto, pero los demócratas quieren además aumentar los ingresos subiendo los impuestos a los que ganen más de 250.000 dólares (unos 183.000 euros) anuales.

Broaden the Tax Base (Ampliar la base de impuestos). Iniciativa de republicanos como Michelle Bachman, del Tea Party, para que todos los estadounidenses paguen algo de impuestos, “aunque sea un dólar”, según la republicana. En la actualidad, se estima que el 47% de los ciudadanos de EE UU no paga impuestos, una gran parte de ellos porque no llega al mínimo de ingresos. Algunos de los candidatos republicanos han coqueteado con la idea de cambiar la ley fiscal, sugiriendo la implantación de tarifas planas de impuestos para evitar las fallas en el sistema que aprovechan las grandes corporaciones. Herman Cain, por ejemplo, ha sugerido un plan llamado 9-9-9: 9% de impuestos a los ingresos, 9% de impuestos a las ventas y 9% de impuestos a las corporaciones (curiosamente, el mismo esquema impositivo del famoso juego de ordenador de construcción de ciudades SimCity). La respuesta de los demócratas es que no se recauda lo suficiente y se hace pagar más a las clase más baja, incluidos los casi 50 millones de pobres del país.

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¿El fin de las FARC?

Guillermo León Sáenz, alias “Alfonso Cano”, líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), fue asesinado a balazos recientemente durante la Operación Odiseo, un ataque conjunto entre fuerzas aéreas y Ejército desplegado después de que la inteligencia policial rastreara la ubicación de Cano a través de la interceptación de una llamada telefónica. Después de este golpe a las ya debilitadas FARC, el Gobierno colombiano se enfrenta ahora a la mejor oportunidad en décadas de terminar el conflicto armado más largo y complejo de Latinoamérica.

Cano, quien sucedió al comandante histórico de las FARC alias, “Manuel Marulanda”, en 2008, es el primer cabecilla de la guerrilla colombiana asesinado en combate. Con su baja, el grupo han perdido no solo su liderazgo militar, sino también su representante político y jefe ideológico más prominente –un hombre con estudios universitarios en Antropología y Derecho, comprometido con la causa comunista antes de alistarse como guerrillero.

Esta operación sin precedentes le dará un impulso al presidente Juan Manuel Santos, quien estaba presionado por un deterioro de la seguridad y demostraciones de fuerza de las FARC en lugares como Cauca, Catatumbo y Arauca, y que lo llevaron a reemplazar a su ministro de Defensa y la cúpula militar a finales de agosto. Irónicamente, la muerte de Cano también representa un golpe contra Álvaro Uribe, el predecesor del actual dirigente colombiano, quien se había transformado en crítico del Gobierno y que recientemente había afirmando que la moral de las fuerzas armadas ha venido disminuyendo bajo Santos. El asesinato de Cano aplacará estas especulaciones.

La defunción de Cano, que llega tras una serie de muertes de líderes de las FARC en los últimos tres años, ha llevado a la organización a su punto más débil en sus 47 años de historia. Sin embargo, esto no precipitará su colapso de la noche a la mañana. Liderado por un secretariado de siete miembros, el grupo ha demostrado su capacidad de superar las pérdidas de sus cabecillas, adaptándose a nuevas circunstancias. Después de numerosos intentos fallidos en los últimos dos años, el fallecimiento de Cano no viene por sorpresa y las FARC deberían tener planes de contingencia preparados.


Sin embargo, dada la presión ocasionada por la constante persecución militar de los últimos años, las FARC tienen que luchar para reemplazar a su líder caído. La pregunta clave es si el sucesor tendrá el suficiente mando sobre la totalidad del grupo para mantener su cohesión, previniendo así la desintegración en unidades descoordinadas y motivadas enteramente por  intereses vinculados a negocios criminales. Como ningún reemplazo tendrá la misma autoridad interna de la que gozaba Cano, quien pasó 33 años de su vida como guerrillero, este riesgo es real. 

Su ausencia, no obstante, podría también dar paso al nombramiento de un cabecilla menos intransigente. La pugna por el nuevo liderazgo probablemente se reducirá a dos miembros del secretariado conocidos como “Timochenko” e “Iván Márquez”. Comparados con Cano, quien no pudo apartarse de su reputación como guerrillero radical, estos dos personajes podrían ser más receptivos a un fin negociado del conflicto. Márquez, en particular, jugó un rol predominante en las negociaciones del Caguán que finalizaron en 2002.

Como se cree que ambos se ocultan actualmente en la región fronteriza con Venezuela, el foco del conflicto podría trasladarse de las zonas suroccidentales del país a las orientales. Las relaciones con Caracas han mejorado bajo la Administración Santos, pero una mayor presión militar en la frontera podría complicar la situación nuevamente. Además, el Gobierno debe manejar de forma cuidadosa la información incautada en la Operación Odiseo que incluye siete ordenadores, 39 puertos USB y 24 discos duros. Deberá evitar que se repita la controversia desatada por la información encontrada en 2008 en los ordenadores del comandante de las FARC, conocido como “Raúl Reyes” (al ser obtenida por oficiales militares, en vez de la policía judicial, la Corte Suprema de Justicia de Colombia falló que la evidencia había sido ilegalmente adquirida y que era inadmisible para casos judiciales).

La era post Cano no está libre de riesgos, pero hay signos claros de que el nuevo Gobierno tiene la capacidad de responder a los retos que están por venir. Tanto el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, como el presidente respondieron a las noticias con moderación. Santos advirtió explícitamente contra el triunfalismo innecesario y se comprometió a “seguir insistiendo hasta entregarle a los colombianos un país en paz”. Es notorio que algunos líderes políticos han reaccionado a la muerte de Cano como una oportunidad para desarmar y reintegrar a los cerca de 7.000 combatientes de las FARC y no como un signo de victoria militar inminente.

Esta reacción refleja un consenso probable que ve como necesaria alguna forma de negociación para dar fin al conflicto. La Operación también se levanta en contra de una iniciativa en el Congreso de Colombia para aprobar una ley que facilitaría las negociaciones de paz con las guerrillas.

El fin del largo y sangriento conflicto colombiano podría estar cerca. El 30 de octubre, Gustavo Petro, antiguo miembro del movimiento guerrillero 19 de Abril (M-19), fue elegido alcalde de Bogotá, la segunda posición política más importante del país. Al cabo de menos de una semana, la muerte de Alfonso Cano ha cambiado el balance de poder –probablemente de forma irreversible– a favor del Gobierno. Es posible que sobrevenga un período de intensa confrontación armada mientras las FARC intentan demostrar que no son una organización vencida y el nuevo líder adelanta esfuerzos para establecer su autoridad interna. Esto no debería impedir a ambas partes intensificar contactos extraoficiales para establecer las bases de futuras conversaciones de paz. Nunca había sido tan claro que la democracia y las negociaciones son las únicas formas de avanzar en Colombia –el Ejecutivo no tendría que dejar pasar la oportunidad de este momento histórico.

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Ocho razones de por qué Italia es un caos

Desde los prometidos que evaden impuestos hasta las montañas de basura que se acumulan en las calles, los problemas de Italia son más de fondo de lo que sugiere la reciente caída del Gobierno.


Los problemas de Italia son mucho más profundos que la caída de un gobierno y el encarecimiento del crédito e incluyen desde las montañas de basura en Nápoles hasta unos índices de natalidad insostenibles. A continuación hacemos un repaso de ocho aspectos fundamentales que están dañando al país entre bastidores.


MÁS MUERTES QUE NACIMIENTOS. Desde hace cuatro años Italia tiene un mayor número de muertes que de nacimientos y la tendencia cobra cada vez más fuerza. El país, que posee la segunda población más vieja de la Unión Europea, según la agencia italiana de noticias ANSA, necesita a los inmigrantes para que la población crezca y se rejuvenezca dado que el promedio de hijos ha descendido a un nivel bajísimo de 1,4 por mujer (en Estados Unidos, donde la tasa de natalidad no es un problema tan grave, las mujeres tienen un promedio de 2,1 hijos). Sin embargo, la Liga Norte, miembro influyente de la coalición de centro derecha de Berlusconi, tiene una actitud agresivamente contraria a la inmigración. En los peores momentos, los líderes del partido han llegado a exigir a la policía que utilice las armas contra los barcos en los que llegan los inmigrantes ilegales y en una ocasión dejaron suelto un cerdo en un solar en el que estaba prevista la construcción de una mezquita.


Esta dinámica tiene costes económicos. Como explicó Steven Malanga en Forbes el año pasado, el índice de natalidad italiano, que disminuye sin cesar desde los 70, ha provocado escasez de mano de obra y una crisis en la seguridad social. “Las jubilaciones no solo arrebatan a la fuerza laboral unos trabajadores que necesitan sino que también reducen el consumo doméstico porque los retirados siempre gastan mucho menos que las personas que están en activo”, decía. Según The Irish Times, Italia intentó abordar el problema de la natalidad en 2006 con un programa de Bonus Bebè: los padres de los recién nacidos recibían una carta de Berlusconi en la que se les informaba de que tenían derecho a una ayuda única de 1.000 euros. Posteriormente, éste se sustituyó por un Fondo para el recién nacido que concede préstamos con intereses más bajos a disposición de los padres. La ministra de la Juventud, Giorgia Meloni, dijo a principios de 2011 que los esfuerzos para invertir la tasa de natalidad en el país necesita de “inversiones millonarias”, un dinero que no tienen.


UN SISTEMA ASISTENCIAL DESCABELLADO. La raíz de los problemas de Italia, afirma The Wall Street Journal, es que el país “financió unas prestaciones generosas a base de impuestos elevados y enormes volúmenes de deuda, y ahora ve que, con la economía renqueante, el dinero se acaba”. En estos momentos, Italia tiene más jubilados que trabajadores en activo y dedica aproximadamente el 14% del PIB a pensiones, más que cualquier otro país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).


Silvio Berlusconi prometió elevar la edad de jubilación a los 67 años como parte de sus medidas de austeridad, pero es una disposición polémica. A finales de octubre, dos diputados italianos se enzarzaron en una pelea en el Parlamento durante un debate sobre la necesidad de modernizar el sistema de pensiones del país. El presidente de la Cámara, Gianfranco Fini, declaró en televisión que la esposa de Umberto Bossi, líder de la Liga Norte, se había acogido a la jubilación anticipada a los 39 años y estaba beneficiándose de las generosas prestaciones italianas.


UN PAÍS DE EVASORES FISCALES. Codo con codo con la economía negra y la corrupción generalizada está la evasión de impuestos. En 2004, el que era primer ministro, Silvio Berlusconi, se preguntaba en voz alta si la elevada fiscalidad del país hacía que la evasión de impuestos fuera “un derecho natural” (el propio Berlusconi está acusado de fraude fiscal). Es un sentimiento que parecen compartir muchos italianos. Los ricos suelen enviar su dinero a los refugios fiscales de Suiza y Luxemburgo, e incluso, a la hora de planear una boda, los novios evitan muchas veces los impuestos al consumo a base de pagar en efectivo el cátering, los fotógrafos y las flores. El Ministerio de Economía italiano subrayó en 2009 que la mitad de los contribuyentes no declaraban mucho más de 20.000 dólares (14.700 euros) de renta y las declaraciones de impuestos indicaban que los abogados ganaban por término medio poco más de 60.000 dólares (44.000 euros). El año pasado, según la BBC, la evasión fiscal costó al Gobierno 142.000 millones de dólares (más de 100.000 millones de euros).


Ahora que Italia está tratando de reducir su deuda, ha prometido luchar contra la evasión fiscal con medidas como amenazar a los mayores evasores con la cárcel y exigir declaraciones más detalladas. En agosto, una campaña publicitaria llamaba a los evasores fiscales “parásitos de la sociedad”. Con 100.000 millones de euros, explicaba un anuncio, Italia podría “construir 600 hospitales nuevos o un millón de nuevas viviendas, o triplicar el gasto en seguridad”. ¿Y qué ocurre con los novios evasores? El mes pasado, el Gobierno informó a más de 2.000 parejas casadas en los últimos cinco años de que deben presentar recibos detallados de sus celebraciones o tendrán que pagar una cuantiosa multa.



UN MERCADO NEGRO DEL QUE PRESUMEN. La agencia Associated Press comentaba que “los italianos son conformistas, esperan poca cosa del Estado y no suele importarles tener que pagar en negro unas obras en casa, al dentista o incluso una taza de capuccino”. Las cifras respaldan esa observación. En 2007, el economista austriaco Friedrich Schneider calculó que la economía sumergida de Italia representaba más del 22% del PIB. ¿Cuál era el único país en el que el mercado negro constituía una proporción del PIB aún mayor? Grecia.


Lawrence Copeland, catedrático en la Universidad de Cardiff (Gales) explica que la economia sommersa está “exenta de impuestos, vigilancia y regulaciones”. Es más, añade, “las autoridades italianas, a veces, han dado la impresión de estar orgullosas de su tamaño, sobre todo en 1987, cuando, por un truco estadístico, se dijo que su PIB había sobrepasado al de Gran Bretaña, gracias a una repentina reevaluación de la dimensión del mercado negro del país”.


LA INCAPACIDAD DE HACER UNA BUENA LIMPIA. Desde mediados de los 90, la ciudad meridional de Nápoles sufre problemas con la gestión de basuras debido a la existencia de vertederos desbordados, incineradoras rotas, vertidos ilegales desechados por la mafia local y las huelgas de los empleados municipales. Silvio Berlusconi prometió limpiar las calles de la ciudad durante su campaña para la reelección, en 2008 (año en el que el Ejército italiano entró en la urbe después de que los residentes prendieran fuego a montañas de basura). Pero el primer ministro hizo escasos progresos. El pasado mes de mayo, los militares regresaron a la ciudad para deshacerse de los residuos y en junio los residentes volvieron a incendiarlos. En agosto, The Guardian publicó un reportaje sobre cómo los napolitanos estaban tomando las riendas de la situación y limpiando la basura mediante el uso de técnicas como flash mobs y grupos de jardineros espontáneos.


Nápoles no es el único lugar en el que la basura es un problema. Un plan del Gobierno para construir un vertedero de emergencia cerca de Villa Adriana, en Tívoli, porque Roma está quedándose sin espacio para enterrar sus residuos, se ha encontrado con la resistencia de los habitantes locales.


LAS TENSIONES ENTRE EL NORTE Y EL SUR. La difícil situación de Nápoles con sus basuras pone de relieve un fenómeno más general en Italia: las tensiones entre lo que el World Factbook de la CIA llama “el norte industrial y desarrollado, dominado por las empresas privadas, y el sur agrario, menos desarrollado, dependiente de la asistencia social y con altos índices de desempleo". Esa división y el resentimiento que promueve ha conllevado que la Liga Norte hiciera, en ocasiones, un llamamiento a que el norte del país se escinda de Italia y forme un nuevo país llamado Padania. Umberto Bossi salió de la caída del Gobierno de Berlusconi con una imagen muy reforzada.


¿Está condenada Italia a volver a su antiguo sistema de ciudades-Estados? No parece probable. Aunque la Liga Norte tiene unos objetivos ligeramente menos ambiciosos. Ya ha conseguido avanzar en su campaña para promover más autonomía financiera para las regiones, el llamado “federalismo fiscal”.


¿EXCESO DE PEQUEÑAS EMPRESAS? La economía italiana, según la CIA, está impulsada en gran parte por “la fabricación de bienes de consumo de alta calidad producidos por pequeñas y medianas empresas, muchas de ellas familiares”. Los datos de la OCDE, analizados por el economista estadounidense John Schmitt, indican que Italia y Grecia tienen las mayores proporciones de empleados en pequeñas empresas de todos los miembros de la organización.


Sin embargo, aunque los candidatos presidenciales en Estados Unidos ensalcen en esta campaña las virtudes de la pequeña empresa, algunos analistas han empezado a preguntarse si la dependencia de los negocios familiares es buena para Italia. “Con la llegada de las comunicaciones modernas y las tecnologías de la información, se puede decir que la vuelta a las ‘pequeñas empresas familiares’ ha descendido”, escribe el economista Tyler Cowen. Matthew Yglesias, en ThinkProgress, observa que Italia tiene “muchas barreras a la competitividad, establecidas para que unas compañías mal administradas sigan existiendo”. Si “las pequeñas empresas fueran tan fantásticas”, alega, “Italia y Grecia serían las máximas estrellas económicas del mundo occidental". The Guardian añade que los centros industriales italianos han sufrido las consecuencias de la fabricación de bienes de consumo baratos en China. Ah, y muchas de esas pequeñas sociedades también evaden impuestos.



UN MERCADO LABORAL NEPOTISTA. El desempleo juvenil en Italia está en la actualidad en torno al 30%, y Nick Squires, en The Daily Telegraph, dice que la culpa puede ser, en parte, de un mercado laboral basado en el amiguismo, las relaciones y la “gerontocracia institucionalizada”. “Mientras que millones de italianos mayores tienen trabajos vitalicios”, escribe, “sus hijos pasan como pueden de un contrato temporal a otro y muchas veces trabajan gratis”. Añade que los jóvenes “no pueden acceder al empleo debido a un sistema cerrado que afecta a docenas de sectores y profesiones” y está causando una fuga de cerebros de todos los que se ven obligados a emigrar al extranjero.

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El eje del No

¿Recuerdan la separación chino-soviética? Da la impresión de que Moscú y Pekín, no. Por lo que respecta a los acontecimientos actuales en Oriente Medio y el norte de África, al menos, China y Rusia están cada vez más de acuerdo. En el Consejo de Seguridad de la ONU, o se oponen a las iniciativas occidentales o expresan sus reservas. Para algunos observadores, esto parece un caso de solidaridad entre dos Gobiernos autoritarios; para otros, un esfuerzo coordinado para diluir, y acabar desmantelando, la hegemonía de Estados Unidos y Occidente en la política mundial. Aunque los dos elementos están presentes, la realidad es más amplia, y es preciso que los ciudadanos y responsables políticos occidentales la entiendan mejor.

Para empezar, no es cuestión de ideología. Aunque China sigue llamándose comunista, hace mucho que rechazó el dogma maoísta, incluso en sus relaciones exteriores.  Rusia eliminó el comunismo hace exactamente dos decenios. Los dos países son autoritarios, sin duda, aunque uno es más suave y otro más duro. Pero no existe una “internacional autoritaria” que inspire solidaridad entre Gobiernos autocráticos. (Tampoco existe en Oriente Medio, a juzgar por lo que hizo Qatar en relación con Gadafi y cómo está tratando Arabia Saudí a Bashar el Asad.) Tanto Rusia como China son, por encima de todo, unos países pragmáticos.

Además, existe muy poca competencia geopolítica regional entre ambas. Los intereses mundiales de China son fundamentalmente económicos. Por ejemplo, necesita a Irán porque le compra la cuarta parte del crudo que importa de Oriente Medio. Las empresas chinas participan en varios proyectos en toda la región. La guerra de Libia dejó varados a alrededor de 20.000 trabajadores chinos. Lo mismo le sucedió a un número semejante de turistas rusos en Egipto con la caída del régimen de Mubarak. No cabe duda de que Moscú tiene otros grandes intereses aparte de la situación de sus viajeros, como proveedor de armas y tecnología nuclear a varios países, pero no trata de competir con Washington por la hegemonía en la región.

Y ni Pekín ni Moscú sienten una afinidad especial con los gobernantes de Oriente Medio. Al fin y al cabo, Hosni Mubarak fue aliado de Estados Unidos durante mucho tiempo. El tunecino Zine el Abidine Ben Alí tenía estrecha relación con París, y Gadafi hizo las paces con Occidente en 2003. El Asad, en Siria, es distinto: Damasco era aliada de Moscú en la época de la guerra fría, y mantiene todavía hoy una relación amistosa con Rusia. El Ejército sirio está equipado con armas de fabricación rusa desde los años 60, y el puerto mediterráneo de Tartus alberga unas instalaciones utilizadas por la marina rusa.

Desde luego, Rusia no quiere perder Siria. El destino de El Asad está en la balanza desde el mes de marzo y Moscú ha abierto líneas de comunicación con la oposición siria. Los rusos acogen a los enemigos del dictador en Moscú y lamentan la violencia, al mismo tiempo que le exhortan a que emprenda reformas políticas, pero han bloqueado cualquier condena formal de la actuación del Gobierno sirio en el Consejo de Seguridad. La estrategia de Pekín ha sido básicamente la misma: exigir reformas a Damasco mientras habla con el Gobierno sirio y con la oposición y se niega a respaldar las sanciones contra Siria en Turtle Bay.

La postura oficial de China proclama su “apoyo al pueblo sirio”. Sin embargo, existe una gran diferencia entre esa posición y las actitudes adoptadas por los Gobiernos occidentales. Para mucha gente en Occidente, ese “apoyo” significa una intervención activa, sin descartar, en principio, el uso de la fuerza. Para los chinos, significa dejar que los sirios resuelvan las cosas por su cuenta, sin injerencias externas, y reconocer después la decisión del pueblo, como ha acabado por hacer Pekín en el caso de Libia.

Rusia también rechaza la intervención militar de Occidente en los asuntos internos de otros países, aunque sea por motivos humanitarios o en nombre de la democracia.  Pero no se trata solo de que Pekín y Moscú estén preocupados por su propia seguridad. Libia ha dejado claro a ambas potencias que Occidente, cuando actúa bajo presiones de los grupos de derechos humanos presentes en sus países (que, por supuesto, no existen en Rusia ni China), puede terminar involucrado en una guerra civil extranjera, pese a que sus dirigentes deberían haber sido capaces de evitarlo.

Sin embargo, Libia siempre ha sido un país periférico desde el punto de vista estratégico. Siria, no. Ni los chinos ni los rusos –que poseen mejores servicios de inteligencia— tienen la menor idea de qué ocurrirá cuando caiga el régimen de El Asad. Una guerra civil declarada en Siria dejaría chico lo sucedido en Libia. Un conflicto de ese tipo, alegan rusos y chinos, sería mucho más propicio a las luchas sectarias y el radicalismo religioso que a la democracia y el imperio de la ley.

Además, la situación de Siria, en pleno centro de la región, significa que un conflicto interno podría afectar a sus vecinos –sobre todo, Líbano e Israel— e involucrar a actores regionales como Hezbolá y Hamás. Los rusos, preocupados por el extremismo islamista en el norte del Cáucaso y Asia central, y los chinos, que importan la mayor parte de su petróleo de Oriente Medio, no pueden ver con buenos ojos el derrumbe sirio.

En principio, las presiones sobre al tiempo que se facilita un diálogo interno deberían ayudar a evitar la deriva más inquietante. Ahora bien, en la práctica, Moscú y Pekín deben de haber llegado a la conclusión de que Occidente ha descartado ya a El Asad y está preparándose para el cambio de régimen. Desde esta perspectiva, las sanciones no son más que un paso en una escalada que debería continuar con medidas más enérgicas, como acaba de verse en Libia.

La estrategia de China y Rusia respecto a Siria es distinta de las de Estados Unidos y Europa por dos razones fundamentales. En primer lugar, Moscú y Pekín no creen que participar activamente en los conflictos civiles de otras naciones sea prudente ni útil. Segundo, no tienen ninguna urgencia por eliminar el régimen de El Asad como parte de una estrategia antiiraní. De todas formas, los chinos y los rusos no ven que exista mucha estrategia; creen que, sorprendidos a primeros de año por las revueltas árabes, Estados Unidos y sus aliados se están dejando llevar ahora más por la política inmediata que por un cálculo estratégico a largo plazo.

Quizá todas estas preocupaciones, o al menos algunas de ellas, sean válidas. Pero Moscú y Pekín tienen que reconocer que ejercer la crítica no es lo mismo que ejercer el liderazgo, cosa que Rusia anhela hacer y que China no va a poder eludir eternamente. El liderazgo internacional moderno exige presentar alternativas realistas, tender la mano a los demás y construir consensos. No basta con decir que no.
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lunes, 28 de noviembre de 2011

El hundimiento del socialismo español

Por Jesús Maraña (*)

El Partido Popular ha conseguido el mayor éxito electoral de su historia a costa del hundimiento total del PSOE. El mapa de España aparece prácticamente pintado de azul y esa imagen gráfica lo dice todo.

Mariano Rajoy ha obtenido el respaldo que avanzaban los sondeos con una contundente mayoría de 186 escaños, tres más que Aznar en el año 2000. Pocas veces en la historia electoral de cualquier país democrático se habrá dado el caso de un dirigente capaz de obtener un tsunami de votos al tiempo que genera tan escaso entusiasmo entre los votantes, incluidos los más fieles al PP. Tal fenómeno sólo se explica por la profundísima irritación de los ciudadanos contra la gestión del Gobierno socialista. Si se ponen nombres, el mayor mérito de Rajoy se llama Zapatero y se apellida Rubalcaba, pero su éxito debe agradecérselo especialmente a la peor crisis económica en décadas y a un paro descomunal. La inmolación de Zapatero tras aplicar las políticas económicas impuestas por Bruselas y el núcleo duro de la UE con la amenaza de un rescate no ha servido para lo que pretendía: concentrar en su persona todas las iras del electorado.

El pararrayos Zapatero no ha librado al candidato Rubalcaba de su altísima cuota de desgaste como exvicepresidente del primero y como hombre fuerte del partido. Ni siquiera la histórica renuncia de ETA al terrorismo puso en valor uno de los éxitos políticos de la era de Zapatero y de su también ministro del Interior.

Cada propuesta del PSOE este 20-N se enfrentaba a una pregunta letal: ¿y ustedes por qué no lo han hecho? Y la campaña fue acumulando propuestas quizás válidas desde una óptica progresista pero carentes de credibilidad. El hecho de que el PP haya subido cinco puntos cuando el PSOE ha perdido 15 significa que en el caladero socialista han pescado otras siglas muy variadas, además de no conseguir el objetivo principal de su campaña, que era la movilización de los abstencionistas.

Con este resultado, el PSOE tiene que afrontar una renovación muy profunda, y ha de hacerlo a pocos meses de unas elecciones autonómicas en Andalucía, donde ayer se produjo un vuelco total a favor del PP. Ni siquiera aguantó el socialismo en Catalunya, donde el PSC ha sacado 11 escaños menos que en 2008 con la pérdida de casi la mitad del voto. La catástrofe electoral socialista no ha distinguido por tanto a Carme Chacón de Rubalcaba, los dos principales referentes en la sucesión de Zapatero. La política de recortes que viene aplicando CiU no sólo no ha sido castigada en las urnas sino que ha mejorado sensiblemente su resultado de 2008.

El Parlamento que sale del 20 de noviembre es menos bipartidista. Izquierda Unida consigue pasar de dos a once escaños y formar holgadamente grupo parlamentario propio, en su mejor resultado desde 1996. También lo tendrá Amaiur, la izquierda vasca con siete escaños, como adelantaban los sondeos tras la renuncia de ETA a las armas. El éxito de la izquierda abertzale confirma un nuevo escenario político en Euskadi, donde sufre el Partido Nacionalista Vasco de centro derecha, mientras los socialistas vascos reciben un nuevo vapuleo.

Las urnas han registrado por tanto el mayor castigo a un partido gobernante desde la desintegración de Unión de Centro Democrático en 1982. En el plano político, el PSOE se ve obligado casi a una refundación sobre la base de casi siete millones de votos. En cuanto a la mayor urgencia de los españoles, la salida de la crisis, es Mariano Rajoy quien ya no puede ponerse de perfil. Ya no valen los depende ni los ya veremos . Ha dicho que lo tiene todo en la cabeza y una amplísima mayoría ha decidido que no se lo guarde más. Ha llegado su hora.

(*) Periodista.


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Grecia: un país entero hacia la quiebra

Por Michael R. Krätke (*)

De abandonar Grecia la zona euro, habría que esperar un terremoto de grave a muy grave para el resto de países europeos.

En Grecia viven en torno a once millones de personas. La Unión Europea tiene una población de 492 millones, de los cuales 324 viven en la zona euro. La economía griega se encuentra en la 32ª posición de la clasificación mundial y genera un Producto Interior Bruto (PIB) de 222 mil millones de euros (cifras de 2010).

Grecia es cualquier cosa menos un gigante, sobre todo si se la compara con la locomotora económica de la Unión Europea: Alemania contribuye con unos 2.600 mil millones de euros a prácticamente un tercio del PIB de la zona euro. Una quiebra del estado griego y una salida de la zona euro quizá no convulsionen la economía mundial, pero desde hace dos años muchos tiemblan con la sola posibilidad de quiebra del socio heleno. En un sentido estricto, su bancarrota es desde hace tiempo una realidad, sólo se trataba de cómo gestionarla inteligentemente.

De abandonar los griegos la zona euro o de ser expulsados, se cerniría una catástrofe sobre Grecia y un terremoto de grave a muy grave para los 16 restantes países de la zona euro. Bancos franceses y alemanes, entre ellos algunas instituciones suizas, perderían dinero. Lo que sin duda más inquieta es la esperada reacción de pánico de los mercados, porque el riesgo de contagio es enorme.

De informar el gobierno de Atenas de un retorno al dracma, el flujo de capitales que ahora tiene sucede con toda fluidez se aceleraría en extremo. No sólo los oligarcas griegos, sino también los inversores comunes desplazarían todos sus créditos disponibles hacia el extranjero, los inversores extranjeros reclamarían a sus clientes griegos sus créditos o los cancelarían directamente. Los bancos griegos cerrarían para detener el asalto a sus cuentas. En pocas horas los griegos se verían asfixiados por una verdadera crisis monetaria.


Por debajo del punto de congelación

Si vuelve Grecia al dracma, el curso del euro caería desde el primer minuto en picado hasta aterrizar en el suelo. Los analistas de mercado calculan actualmente con al menos un 60%. En un suspiro se generaría una inflación galopante. De repente estallaría el crack de la deuda privada. No sólo en los estados, sino en todos los créditos en el interior y en el exterior. De la noche a la mañana se convertirían la mayoría de ellos en bonos basura si la crisis de deuda griega se extiende hasta convertirse en una crisis de deuda europea. Si el dracma se desploma, la mayoría de deudores no podría satisfacer el cumplimiento de sus pagos. No sólo el estado griego, todo el país entraría en bancarrota.

Como nadie sabe exactamente cuántos bonos basura tienen los bancos europeos en créditos griegos en sus carteras de inversiones, es de prever una crisis crediticia (credit crunch): en el negocio interbancario los ánimos caerían por debajo del punto de congelación y el BCE tendría que dar un paso al frente, y como para los bancos griegos no habría ninguna ayuda financiera de la zona euro, ésta se transformaría en una crisis bancaria y monetaria. El gobierno de Atenas tendría que detener el flujo de capitales para apoyar al dracma ni que fuera moderadamente. En consecuencia: un comercio reducido a un mínimo de transacciones con el extranjero.

El miedo a escenarios similares en Portugal, Irlanda, España e Italia que recién comienza haría dispararse al alza de manera vertiginosa los costes para una restructuración de la deuda del estado en todos estos países. Apalancar y re-apalancar una vez más el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) no alcanzaría para evitar una quiebra del estado de los cuatro países. En última instancia, los bancos se desharían de sus préstamos en masa, para vaciar tan rápido como les fuera posible en el mercado de reportos (repo market), donde podrían aparcar los préstamos en sus portafolios y obtener al mismo tiempo beneficios. Y si no hubiera ningún agente dispuesto a querer (y poder) especular con beneficios crecientes, éstos dormirían en el comercio normal del mercado secundario. Permanece en pie tan sólo la cuestión de si el BCE se postularía o no como principal comprador de estos títulos. Invendibles no tienen ningún valor.


Todo será más caro

Una quiebra del estado de Grecia sería difícil de gestionar en el seno de la zona euro. Sin embargo, de salir Grecia de la zona euro, los países de Europa se precipitarían al abismo de una crisis financiera. Hasta el momento se han aprovechado del desastre de deuda de los países del sur de Europa los contribuyentes locales [en referencia al lector alemán, N.T.]. Nunca pudo un ministro de Finanzas alemán endeudarse tan barato como lo ha hecho Wolfgang Schäuble (que sea inteligente o no hacerlo, es harina de otro costal).

Hasta el momento los contribuyentes alemanes lamentan y se lamentan (igual que los franceses o holandeses) pero no han pagado ni un céntimo a los griegos. El gobierno alemán sólo ha dado garantías. Mientras Grecia permanezca en la zona euro y la quiebra del estado griego pueda gestionarse, Alemania dará garantías, pero no tendrá que pagar nada. Incluso si el fondo de rescate debiera contar con una quiebra del estado griego, la cuestión no le saldría a los alemanes especialmente cara si se tiene en cuenta las enormes ganancias del fisco alemán desde comienzos de la crisis de deuda.

Mientras haya un mercado para los préstamos del estado de estas características, las depreciaciones voluntarias de los títulos de deuda griegos de un 50 hasta un 60% pueden absorberlas los grandes bancos europeos. BNP Paribas, Commerzbank, ING-Bank, Barclays y algunos otros recién lo han demostrado. Perder unos 100 millones de euros y cancelarlos, esto es, aceptar un descenso de las ganancias de un 70% y más equivale a sólo un semestre. Algo así no terminará desde luego con los grandes bancos internacionales. En el peor de los casos no alcanzarán sus objetivos de beneficios para el próximo año. La deuda privada griega será segura mientras los griegos permanezcan en la zona euro.

Sin embargo, de prestar la canciller Angela Merkel oídos a la sabiduría de Hans Olaf Henkel [1] y otros ideólogos profesionales parecidos y señalar a Grecia para una salida de la zona euro, la cuestión saldrá cara, también para los contribuyentes alemanes. Y no sólo para ellos: una crisis financiera europea la segunda desde 2008, esto es, en el espacio de tres años , nada menos que en medio de una recesión, terminaría mal. No sólo en una catástrofe económica mundial, sino en un crack europeo, al que habría que agradecer por largo tiempo los patriotas alemanes y su resentimiento anti-griego.



NOTA: [1] Hans-Olaf Henkel (Hamburg, 1940) fue presidente de la Bundesverband der Deutschen Industrie (BDI) entre 1995 y 2000 y miembro de los consejos de dirección de Bayer AG (farmacéutica) y Continental (automóvil) entre otras. Henkel se alzó como paladín del neoliberalismo en Alemania empuñando la bandera del menos estado y más mercado . Tertuliano habitual en varios talk-shows, Henkel, que calificó a la Unión Europea de una Unión Europea de Repúblicas Socialistas Soviéticas , recomendó en noviembre de 2010 en un artículo para Focus dividir la zona euro en dos áreas: una zona norte (Alemania, Benelux, Austria, Finlandia e Irlanda) caracterizada por su estabilidad monetaria y disciplina presupuestaria con un euro fuerte y una zona sur para la periferia europea con un euro débil bajo dirección de Francia, congruente con su talento para la improvisación y naturaleza dispendiosa .

(*) Michael R. Krätke, miembro del Consejo Editorial de SINPERMISO, es profesor de política económica y derecho fiscal en la Universidad de Ámsterdam, investigador asociado al Instituto Internacional de Historia Social de esa misma ciudad y catedrático de economía política y director del Instituto de Estudios Superiores de la Universidad de Lancaster en el Reino Unido.



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Europa: otra vez en 1848

Por Rafael Poch (*)

La obtusa disciplina alemana conduce, directamente, a la desintegración europea

Europa marcha directa hacia la desintegración de su Unión. De la mano de Alemania. De la obtusa política unilateral de austeridad y de su obstinada y reiterada negativa a replantearse el papel del Banco Central Europeo. ¿A qué obedece ese dogmático empecinamiento monetarista? A una mezcla de mentalidad obtusa e inercia de servicio al sector financiero. Nos llevan a un segundo batacazo.

La gran receta de Merkel para controlar la crisis europea a medio plazo es algo aun más descabellado. Se trata de una reforma de los tratados de la Unión, encaminada a blindar institucionalmente la disciplina que está incrementando las deudas y asfixiando las economías de varios países. Primero caen los más débiles, pero luego los exportadores más fuertes, que se verán perjudicados por la recesión que asoma. El derecho de ingerencia de esta línea errada, es una vía directa hacia una rápida desintegración europea.

En el contexto de la previsible recesión en Europa y del enfriamiento de la coyuntura global en 2012, todo esto va a estimular una rebelión de los pueblos europeos, una nueva internacional que ya asoma. Las decisiones erradas de instituciones foráneas y no electas, que degradan la vida social, generarán una fuerte reacción nacionalista y de defensa de la soberanía de los pueblos. Un 1848.

En la Europa de 1848 la primavera de los pueblos tambaleó el orden de la restauración absolutista. Quedó claro que el orden de cosas del Congreso de Viena era insostenible. Ahora se trata del capitalismo llamado neoliberal y quizá del capitalismo sin adjetivos. Se desconoce lo que vendrá, pero deberá ser algo diferente. El acelerado estrés con el que este sistema somete a la gente y al planeta, se hace cada vez más insoportable.

Un orden absolutista en quiebra es aquel en el que una pequeña casta, digamos del 1%, adopta decisiones que son vistas por el 99% como injustas y erradas. La sensación de estar viviendo en un orden absolutista, en el que una ínfima minoría acapara el grueso del poder, la riqueza y los privilegios, y conduce al resto al desastre, está en la calle. Se está haciendo cada vez más viva en la Europa de hoy. Al mismo tiempo, se constata la impotencia de los políticos nacionales y de sus instituciones. Da igual votar: el poder y las decisiones están en otra parte, no electa. Todo esto es una invitación a la acción rebelde que puede acabar siendo vista como mera necesidad.

Como en 1848 el telégrafo y el ferrocarril, ahora las actuales tecnologías de información, con su confuso exceso de información, su alocada inmediatez y su activismo de ordenador, juegan cierto papel, pero los contenidos e impulsos esenciales son los mismos: el rechazo del absolutismo y la reclamación de la ciudadanía.

El nuevo sujeto republicano ha cambiado en Europa. Quien más quien menos tiene algo que perder, en un continente mucho más rico y demográficamente envejecido que el del siglo XIX. Eso sugiere que la no violencia popular tiene un nuevo sentido y grandes espacios a su favor. Al otro lado, el recurso a la violencia por parte del sistema establecido puede volverse contra éste.

Mucho de todo eso se vio en la quiebra de la Unión Soviética de hace veinte años, cuando las recetas del antiguo régimen no funcionaron, por una mezcla de falta de convicción y de avería estructural, y podría verse pronto en el nuevo 1848 europeo: una espiral incontrolable e incomprensible de desintegración. En el escenario más optimista puede imaginarse una reconstrucción del proyecto europeo a partir de bases ciudadanas y no empresariales. Para los escenarios más negativos, ahí está la historia europea, guerrera y agresiva. ¿Aprenderá Europa de su experiencia?

¿Y España? El regreso de los postfranquistas a un gobierno de Madrid que se anuncia particularmente sumiso con la peor política europea, acelerará la particular espiral desintegradora nacional y excitará el descontento activo ¿Sobrevivirán la actual unidad territorial y la monarquía a este 1848 que se anuncia en el horizonte?


(*) Periodista, corresponsal en Berlín del diario barcelonés La Vanguardia. España



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Libro de la Semana: los podcasts de Platón

En veinte capítulos cortos, dedicados cada uno a un sabio o sabia de la antigua Grecia, este libro va presentando todo el acopio de sabiduría de aquella cultura modélica en la que todavía las palabras, que nunca han sido las cosas, no se habían alejado demasiado de ellas. Todos, de Safo a Sócrates, de Pitágoras a Hipatia, son maestros de pensar y de vida, de una sensibilidad insuperable, devenida arquetípica, respecto al ser humano y sus humanas cuestiones. Como las que van desde el pensar al placer, de la libertad a la muerte, a la fama, amor, violencia, sencillez de vida o seriedad de la risa. El autor describe todo ello en lenguaje claro, agradable, con guiños a la literatura y vida actuales. Cuenta las opiniones de cada personaje añadiendo siempre aspectos correspondientes de su vida. Opiniones y aspectos curiosos, pero no inventados, ni siquiera novelizados: unas y otros se recogen directamente de fuentes respetables, que se citan. Los podcasts de Platón son los diálogos de Platón. Aunque Platón ocupa un capítulo cualquiera del libro, el tercero, entre Safo y Diógenes, el autor dice que es su figura central, y me imagino que no sólo para justificar el título. Lo es en este caso no tanto por su pensamiento como por su poder ejemplar de comunicarlo. Creó un género que causó una explosión de interés análoga a la de hoy de los podcasts. Aprovechando la relativamente nueva tecnología de la escritura, modélicamente los diálogos platónicos, pero también otros textos, "al igual que hoy los podcasts en Internet, se expandían como olas virtuales de pensamiento a lo largo y ancho del mundo mediterráneo antiguo". Y con esa difusión aseguraron un porvenir a la filosofía como forma y guía de vida. Una buena prueba de ello es este libro.

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miércoles, 23 de noviembre de 2011

Semana política






23 de noviembre de 2011.
Hola, adjuntamos los sucesos más interesantes de la semana.

  1. Beltrones dice hasta aquí.
  2. Transparencia y libertad de expresión.
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  3. Presupuesto 2012: sin noticias de la deuda en los estados.

BELTRONES DICE HASTA AQUÍ. Hace semana y media Humberto Moreira, presidente del PRI, modificó la convocatoria para el registro de precandidatos para que pudieran manifestarse a favor de algún aspirante, situación que fue vista como luz verde para apoyar a Peña Nieto. Al poco tiempo, el lunes pasado, Beltrones abandonó una carrera presidencial en la que siempre estuvo en desventaja. A pesar de eso, el líder de los senadores priístas se ganó un espacio equitativo en los medios de cara a la cita de 2012 al obligar a su partido a discutir para qué querían regresar a Los Pinos. Ese argumento, reiterado en su carta de renuncia, le hizo parecer de arranque como el personaje que sí contaba con una idea de futuro: "Primero el programa y luego el candidato. Yo hice tres propuestas que ya son ejes fundamentales de ese Programa para México: la reforma del régimen político, un nuevo modelo de desarrollo y un nuevo pacto social". El gesto de Beltrones ha sido interpretado también por algunos comentaristas como un reproche a la actual dirección del PRI. "La simulación y la ingratitud son los peores venenos de la política y nos han hecho mucho daño. Siempre ha sabido que la militancia es superior a la dirigencia", escribe en su carta de retirada. La retirada despeja el camino al líder de las preferencias electorales: ahora el PRI lo tiene más fácil. Según Roger Batra el electorado mexicano, pese al 54% de pobres, es de centroderecha. La nueva clase media, esa pequeña burguesía despreciada tradicionalmente por la izquierda, es conservadora y está muy influida por la cultura popular de EE UU. Es una clase asustada por tanta violencia e incertidumbre económica, que repartirá su voto entre la añoranza  de lso buenso tiempos del viejo PRI y la garantía del PAN de no ceder en la lucha contra la criminalidad. También es cierto que, como ya se mostró en el 2000 y sobre todo en el 2006, el PRI solo pierde cuando se divide. Hay que tenar en cuenta que ese partido gobierna en la mayoría de los Esta`os del país, cuenta con una extraordinaria logística electoral y recibe votos de todo el abanico político. Hay un riesgo, claro de fractura: la cantidad de puestos que Moreira ofreció a dos formaciones que irán junto con el PRI a la cita electoral de 2012. El presidente del partido cedió candidaturas a senadores y diputados en diversos Estados al Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y al Partido Nueva Alianza, de la poderosa líder del sindicato de maestros Elba Esther Gordillo. La mala reputación de ambas organizaciones, su escaso peso político a nivel nacional y lo mucho que obtuvieron en el trueque, han provocado conatos de rebeldía en el PRI. Con la retirada de Beltrones, se van cerrando las precampañas. Queda, aún, mucho tiempo, pero ya se van perfilando las preguntas que se irán respondiendo en los próximos meses:¿tendrá éxito la segunda versión de López Obrador?, ¿la ventaja de Peña sobre los demás candidatos es insalvable?, ¿podrá una mujer ser candidata de un partido de derecha, con tendencias claramente machistas y con un libro que aboga por el parricidio? Ya se verá. De momento, hay que decir que el problema real de las elecciones no está en los candidatos sino en la compra de votos, en la agenda del crimen organizado y en la debilidad de la autoridad electoral. Poco a poco va cuajando la idea: estas serán unas presidenciales encarnizadas.

TRANSPARENCIA Y LIBERTAD DE EXPRESIÓN. Dos importantes publicaciones mexicanas, el diario La Jornada, quizá el mejor diario del país, y la revista Letras Libres, con una larga trayectoria en el pensamiento crítico, dirimieron esta semana una demanda legal en la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El caso lleva más de siete años y ha polarizado el debate sobre la libertad de expresión en México. La materia del litigio es un artículo titulado Cómplices del terror publicado en Letras Libres (marzo 2004) y escrito por el entonces subdirector Fernando García Ramírez. El texto partía de un diferendo entre La Jornada y el famoso juez español Baltasar Garzón, que en enero anterior había viajado a México para una diligencia en el proceso de extradición a que estaban sujetas varias personas señaladas como integrantes de ETA, el grupo terrorista vasco que hace pcoo anunció su adiós. Ante informaciones aparecidas sobre ese momento procesal en La Jornada, Garzón lamentó la "manipulación informativa" que conducía a presentar "como paladín de la libertad y de la dignidad restaurada a una organización terrorista que tantas muertes ha causado y que tanto dolor ha llevado y lleva a muchos hogares españoles y de otras nacionalidades". No era extraño el tratamiento de La Jornada a ETA, ya que años atrás, Fernando Savater había denunciado un reportaje en ese diario diciendo que "es difícil encontrar una celebración más partidista y mendaz de un País Vasco afortunadamente imaginario" como el contenido de esa pieza periodística. Naturalmente, La Jornada publicó esas opiniones sobre su trabajo: la de Savater en su suplemento La Jornada semanal del 13 de junio de 1997 y la de Garzón el 31 de enero de 2004. es dìficl de entnder como un diario tan prestiogiso como La Jornada olvidó la inolvidable máxima de Francisco Zarco, según la cual "la prensa se combate con la prensa", y, en vez de refutar desde sus páginas las opiniones de que discordara, acude a la justicia, tan endeble en nuestro país. Se dio, entonces, un conflicto de derechos, entre el derecho al honor y el derecho a la información. Está claro, para la Corte que, entre ambos, debe perdurar siempre el segundo. Pero el conflicto es interesante desde otra óptica: no solo atañe a la libertad de expresión sino, de manera específica, a otro tema central para la democracia en México, la transparencia. La prensa ha sido llamada un cuarto poder desde el siglo XVIII, y en el siglo XX aumentó la conciencia de que debe ser -como los otros tres poderes- un poder responsable y transparente. Y aquí, hay un conflicto gravísimo de intereses, pues es notorio que La Jornada tiene un acuerdo de colaboración con un diario independentista, como es Gara, y Letras Libres recibe una subvención del Ministerio de Cultura español. Nada de eso se ha difundido ampliamente, ni se ha valorado en su conjunto. Quizá, por que al explorar esa vía, se vería que las principales publicaciones (tanto editoriales como periodisticas) ya no están en manos mexicanas.

PRESUPUESTO 2012: SIN NOTICIAS DE LA DEUDA EN LOS ESTADOS. La semana pasada, la Cámara de Diputados aprobó en lo general el presupuesto de Egresos para el ejercicio fiscal de 2012 por un monto aproximado de 3 billones 650,000 millones de pesos. Primero, hay que acotar un dato: más del 90% del presupuesto, ya viene amarrado por los diversos compromisos del Gobierno (sueldos, pago de deuda, etc). Eso deja poco margen de maniobra para una situación económica llena de incertidumbres, como la que se nos presenta hoy en día. En cuanto a las expectativas del rumbo de la economía, el Congreso rebajó a 3.3% el cálculo de expansión del Producto Interno Bruto (PIB) para el 2012 (desde el 3.5% propuesto por el Gobierno), y se mantuvieron sin cambios las estimaciones incluidas en el proyecto original de un precio promedio del barril de petróleo de $84.9 dólares, con el que al Gobierno realiza sus proyecciones de ingresos. Con estos ajustes, además de algunas reasignaciones y reducciones en gastos del Gobierno, el parlamento logró fondos adicionales por unos $90,000 millones de pesos, que serán dirigidos a sectores sensibles, sobre todo al campo y a la construcción de carreteras. Cabe mencionar que el presupuesto aprobado contempla mayores recursos para los estados. De acuerdo con el documento, tan sólo en el Ramo 33 las aportaciones federales para los estados ascienden a 482,155.47 millones de pesos, casi 7% más que lo aprobado para el ejercicio de 2011. Lo anterior indica no sólo que no hay una recaudación fiscal efectiva por parte de los estados, sino también que los estados dependen mucho de las transferencias federales. El problema se agudiza aún más cuando se tiene en cuenta que el saldo de al menos seis entidades federativas se acerca al límite, antes de rebasar las participaciones que les asigna el Gobierno federal. México se encuentra entre los países que tienen un menor porcentaje de ingresos por recaudación fiscal como proporción del Producto Interno Bruto (PIB). Según información de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México es el último lugar del comparativo de los países miembros -teniendo sólo el 0.37%- en cuanto a Participación de los Ingresos Tributarios de los Estados como proporción del PIB, en comparación con Canadá para quién representan un 12.81%. Cabe mencionar que la estructura impositiva de las entidades les da pocas atribuciones, pues sólo tienen ciertos impuestos permitidos, y el financiamiento sé ve limitado porque no tienen un buen sistema de recaudación fiscal; esto, aunado con la falta de mecanismos de transparencia, así como con la holgura que se ha dado a dichos gobiernos para decidir sobre el manejo del presupuesto que reciben del gobierno federal, acentúan la dificultad. Por su parte, el endeudamiento de las entidades federativas ha ido en aumento, y es que ha sido la única forma en que se ha dado solución al problema de la baja recaudación en México, al cierre del 3er trimestre del 2011 el monto asciende a $358,501 millones de pesos ($25,801 millones de dólares), de acuerdo con cifras de la Secretaría de Hacienda. De manera natural, inmediatamente surge la pregunta de si los estados se están esforzando lo suficiente para tener un mayor ingreso por concepto de recaudación, debemos tener en cuenta que dicho esfuerzo está determinado por factores inherentes a las entidades (estructura productiva del estado, el incremento del sector informal, corrupción e ingreso no provenientes de las participaciones), pero es evidente que se necesitan tomar medidas para crear una economía estatal dinámica y finanzas públicas sanas, para que al final del día, la suma de to`os los esfuerzos estatales, impacté al agregado nacional. Por otro lado, es indiscutible la necesidad de una reforma fiscal efectiva y flexible a corto plazo. El planteamiento requiere de ir más allá de sólo aumentar la recaudación. Se deben tomar medidas para resolver problemas estructurales que impliquen mecanismos para mejorar la distribución de los recursos, al tiempo que se incremente la transparencia y rendición de cuentas, siendo uno de los temas prioritarios el Federalismo Fiscal.
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lunes, 21 de noviembre de 2011

La crisis tiene culpaqble: el G20

Por Alejandro Nadal (*)

La semana pasada la crisis económica atravesó un nuevo umbral. Los líderes del G-20 tuvieron que concluir su cónclave en medio de un estrepitoso fracaso. Mostraron que no sólo no pueden comprender la gravedad de la crisis, con niveles de desempleo no vistos en ocho décadas.

También revelaron su incapacidad para reconocer que las respuestas basadas en políticas neoliberales han agravado el colapso económico y prolongado la duración de la crisis.

En medio de los aplausos que se endilgaron mutuamente, los líderes contribuyeron a acelerar el ritmo de la historia. Hoy se yerguen como catalizadores de la historia de la segunda gran depresión.

La cumbre en Cannes era vista por Sarkozy como el foro en que debía lucir su figura como uno de los principales artífices de la solución definitiva de la crisis del euro. La reunión debía mostrar que si el Grupo de los Veinte desempeña un papel importante en la gestión de la economía mundial (y de la globalización neoliberal), eso se debía en buena medida al liderazgo del francés. Eso le hubiera permitido arrancar su campaña electoral (hay elecciones presidenciales en Francia muy pronto) sobre la idea de que él es la mejor opción para resolver la crisis. El fracaso del G-20 muestra que la realidad suele ser cruel con los ambiciosos.

Existen varias razones detrás del fiasco en Cannes. Para empezar, el desplante de Papandreou tuvo un efecto inesperado. Hizo que la crisis griega se tragara por completo al G-20, cual cíclope gigantesco que devorara a sus prisioneros. La reacción después del anuncio del referéndum también mostró el desprecio feroz que se tiene hacia la democracia. Esa consulta probablemente se habría saldado por un sí a favor de mantener el país en la zona euro y, desde esa perspectiva, hubiera sido una forma de amarrar los programas de austeridad que afectarán a esa nación durante los próximos 20 años.

Entonces, ¿por qué tanto susto con la idea del referéndum y por qué presionar con todo para matarlo en estado embrionario? Porque el efecto de demostración habría sentado un precedente que el capital financiero y sus adláteres políticos juzgan peligroso. No pueden darse el lujo de aceptar que existen instancias superiores a la lógica de la rentabilidad automática.

El capital financiero considera que tiene que reinar supremo. Por eso se presionó a Papandreou y a toda la clase política griega para que diera marcha atrás, lo que acarreaba un costo político elevado, como muestra la caída del gobierno de Papandreou.

De todos modos, aún con el retiro del proyecto de referéndum, el daño ya estaba hecho. El simple anuncio del plebiscito hizo añicos los dizque planes tan promocionados por Sarkozy y la Merkel para rescatar al euro. Eso hizo que la reunión del G-20 en Cannes se estancara sin poder avanzar sobre los puntos de su agenda. El tema de la posible tasa fiscal sobre las transacciones financieras para frenar la especulación y generar ingresos fiscales no pudo ser tratado en las discusiones.

Obama no tuvo que decir que su secretario del Tesoro y Wall Street se oponen a esa medida. Por su parte, la cuestión de las reformas al sistema monetario internacional apenas fue mencionado tímidamente.

El plato fuerte era, por supuesto, el proyecto de ampliación del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) a través de un esquema de apalancamiento. Todo se desdibujó por el anuncio del referéndum. La presidente de Brasil, Dilma Rousseff, fue la más elocuente al preguntar: ¿por qué habríamos de invertir en este fondo si los europeos mismos no quieren hacerlo?

Italia está ahora en el corazón de la crisis del euro, pero Berlusconi está más ocupado en los juicios que se le han venido encima por los escándalos en los que está envuelto, que en enfrentar el problema de la deuda italiana. Esta semana los bonos italianos a 10 años tuvieron que colocarse en los mercados internacionales al nivel más alto desde 1997. Esta elevación del costo financiero de la deuda italiana constituye un muy mal presagio.

El G-20 le impuso a Berlusconi la supervisión del equipo del Fondo Monetario Internacional para aplicar más planes de austeridad. La necedad del G-20 no tiene límites: el crecimiento se verá frenado y la recaudación también. Se viene encima un problema porque la austeridad acabará por frenar el crecimiento, ahogar la recaudación y, en consecuencia, por disparar el déficit fiscal y la relación deuda/PIB.

La globalización neoliberal está fundada sobre la idea de que los mercados se autorregulan y de que el mercado capitalista no necesita ningún tipo de intervención política para mantenerlo funcionando. Por definición, esto implica borrar la dimensión política y llevarla a la desaparición. Los líderes del G-20 permanecen prisioneros de esta visión de las cosas. Desde esta perspectiva es normal que sean incapaces de trazar un análisis que implique algún tipo de regulación política para salir de la crisis.


(*) Periodista, miembro del Consejo Editorial de SinPermiso



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¿A quién le sirve ya el euro?


Por Manuel Castells (*)

Ya no cabe duda sobre el talante antidemocrático de la UE. La propuesta de Papandreu de preguntar a sus conciudadanos si aceptaban vivir en austeridad espartana para poder pagar en euros desencadenó una tormenta financiera y política que entre amenazas e improperios de Merkozy y Cameron provocó la crisis del Gobierno griego y puso al país patas arriba.

¿Qué hay de malo en que la gente decida sobre su salud, su educación y su empleo? ¿Son temas demasiado complejos para el populacho? No exageren, que algunos tenemos más estudios que los mandamases.

Con algunos colegas me comprometo a explicar clarito a los ciudadanos de qué va el euro y su crisis y a quiénes benefician y perjudican y cuáles son las distintas opciones posibles, incluida el repatriar al euro a Bruselas. A condición naturalmente de tener la misma información que se reservan financieros y gobernantes.

El problema no es de complejidad, sino de democracia. A lo que más temen los políticos en estos momentos es aque los ocupen, a que les arrebaten ese poder delegado que mantienen mediante un mecanismo controlado de elecciones entre opciones encerradas dentro de límites sistémicos y legitimadas mediáticamente. Un referéndum, sin ser una forma perfecta de decisión popular, abre el abanico de posibilidades, siempre y cuando sea limpio.

Había que ver a asesores políticos europeos aconsejando que si se hacia el referéndum se hiciera con una pregunta inteligente, o sea sesgada hacia lo que conviene. Hay, profundamente, arrogancia elitista y repulsión hacia la voluntad popular, por mucho que se disimule. Porque aunque se equivocara el pueblo, tiene derecho a hacerlo. Ya pasó el tiempo de los que nos salvaban porque no sabíamos lo que hacíamos.

En realidad no se trata de salvar al pueblo, sino de salvar al euro, como si esto fuera equivalente. ¿Por qué tanto interés? ¿Y de quién? Porque diez de los veintisiete miembros de la UE viven sin euro y algunas de sus economías (Reino Unido, Suecia, Polonia) son mucho más sólidas que la media de Unión. Defender el euro hasta el ultimo griego es la primera línea de defensa para una moneda que está condenada porque expresa economías divergentes y no tiene un estado que la respalde.

Con Portugal e Irlanda en la UVI, España en la cuerda floja y una Italia en permanente crisis política y endeudada hasta las orejas de su histriónico ex líder, la franco-germana defensa del euro tiene otras explicaciones que la historia de terror que nos cuentan sobre la catástrofe financiera que ello implicaría con efectos devastadores en nuestro cotidiano como si la vida dependiera de la bolsa.

La primera razón es obvia: salvar a los bancos, sobre todo alemanes y franceses, que prestaron sin garantías a Grecia y demás PIGS mediante la manipulación de cuentas que, al menos en el caso de Grecia, hizo la consultoría de Goldman Sachs (Por cierto, debe ser simple casualidad que Draghi, el flamante nuevo presidente del BCE también fuera empleado de Goldman Sachs).

De entrada ya tienen que olvidarse del 50% de la deuda de Grecia, aunque no está claro quién acabará pagándola. Pero el otro 50% lo tienen que sacar de la sangre, sudor y lágrimas de los griegos, prestándoles nuestro dinero, para que el impago no quede impune. Si Grecia denunciara la deuda, como hizo Islandia a quien le va tan ricamente, un dracma devaluado en 60% haría impagable el resto de la deuda. Más aun, el efecto contagio en mercados financieros llevaría al impago de gran parte de la deuda soberana, llevando a la quiebra a los bancos que se aprovecharon del euro para prestar sin solvencia.

O sea, se trata de salvar a unos bancos concretos y, en términos más amplios, evitar una nueva crisis del sistema financiero. Se quiebran países para no quebrar bancos. ¿Pero por qué se hace? Al fin y al cabo, los Merkozy no son empleados de banca.

Tienen sus intereses políticos, de país y personales. Alemania es la que realmente necesita que el euro sea la moneda europea y que sus socios no puedan devaluar. Porque el modelo de crecimiento alemán es en realidad el chino: crecer mediante exportaciones favorecidas por una moneda subvalorada y reducir salarios (reducción del 2% en términos reales en el último quinquenio). Si hubiese un euro-marco fuerte, Alemania perdería mercados en Europa y competitividad respecto a exportaciones españolas o italianas. Pero hay otra dimensión político-personal: tanto Merkel como Sarkozy necesitan establecer su liderazgo europeo tanto por razones de política interna como por proyecto de grandeza nacional que se tiene que disfrazar de europeo para no despertar viejos fantasmas. ¿Y las otras élites políticas europeas? Algo semejante ocurre, su importancia personal y de país se realza siendo cola del león europeo porque la ratonez de su ámbito les viene estrecha. Sentirse europeos, en un mundo en tránsito desde Norteamérica a Asia, les da la impresión de ser algo más que productos aldeanos del aparato de partido que tanto desprecian.

¿Y nosotros en todo esto? Cierto que el desbarajuste financiero que ocasionará (no hay errata de tiempo de verbo) el advenimiento de la euro-peseta causará problemas de transición en la economía y en nuestros bolsillos, en condiciones que dependen de cómo se produzca la transición. Pero se recuperaría la soberanía de política económica, se ajustaría la realidad monetaria y financiera a la economía real, se incrementaría la competitividad, ganando mercados externos e internos, habría una explosión de turismo que sería a precios de ganga.

Se podría reactivar la economía emitiendo moneda. Y por tanto se incrementaría el empleo. Porque lo esencial es crecer, no flagelarse. Claro: habría inflación. Pero es la mejor receta para reducir deuda, incluida la de su hipoteca.

¿Y el sueño europeo? Pues hagámoslo con la gente, amándonos los unos a los otros, en lugar de ver quién paga la cuenta. Cuando piense euro, piense estafa. Cuando piense Europa, piense amigas.


(*) Sociólogo internacionalmente reconocido, es catedràtico de sociologia en la UOC de Barcelona