miércoles, 16 de noviembre de 2011

Semana política





16 de noviembre de 2011.

Hola, adjuntamos los sucesos más interesantes de la semana.



  1. Viernes negro para Calderón.

  2. La izquierda cede Michoacán.

  3. Peje 2.0

  4. IFE: nubarrones a la vista.


VIERNES NEGRO PARA CALDERÓN. La muerte del secretario de Gobernación, José Francisco Blake Mora, al estrellarse el helicóptero en el que viajaba es un durísimo golpe personal y político para Felipe Calderón. Al repentino fallecimiento de un amigo y un aliado incondicional en su lucha contra el crimen organizado se suma el reto de esclarecer a fondo las causas de la tragedia en un momento en el que se entra ya de lleno en la lucha política por la presidencia de la República. Así lo reconoció el propio presidente durante el funeral celebrado el sábado cuando dijo que "eventos como este ponen a prueba las instituciones". La credibilidad del Gobierno está en juego, máxime cuando Blake es el segundo responsable que fallece en accidente aéreo. Las teorías de conspiración, por supuesto, ya están a flor de piel; quizá a causa de la muerte hace tres años de Juan Camilo Mouriño, junto con un alto responsable de la lucha contra el narcotráfico, en una zona céntrica de la capital, que está todavía hoy envuelta en una nebulosa de datos fragmentarios, versiones contradictorias y conclusiones parciales donde se reparten las culpas los pilotos y los controladores aéreos y los fallos en el aparato y su mantenimiento. Aún, además, hay otro precedente más: la muerte en accidente también de helicóptero en septiembre de 2005, bajo la presidencia de Vicente Fox, del secretario de Seguridad Pública, Ramón Martín Huerta, cuando se dirigía a visitar la cárcel de máxima seguridad de La Palma, donde se encontraba preso en aquel entonces Osiel Cárdenas, capo del cartel del Golfo. Los resultados definitivos de las investigaciones realizadas tanto del caso de Mouriño como el de Martín Huerta han sido declarados materia reservada. Pero quizá no hay que ser tan imaginativos y recurrir al principio de Ockham: cuando dos teorías en igualdad de condiciones tienen las mismas consecuencias, la teoría más simple tiene más probabilidades de ser correcta que la compleja. Entonces, además de severos problemas en el mantenimiento de helicópteros, Calderón tiene que nombrar ahora nada menos que al quinto secretario de Gobernación de su sexenio, cuando éste entra en su recta final con las elecciones presidenciales de julio. Calderón tiene que nombrar ahora nada menos que al quinto secretario de Gobernación de su sexenio, cuando éste entra en su recta final con las elecciones presidenciales de julio y con su partido abajo en las encuestas. La designación de Blake sorprendió en su momento. La experiencia política del nuevo responsable de tareas tan complicadas como la lucha contra el crimen, migración, reforma política y dialogo con los partidos de la oposición y elecciones se limitaba a Baja California. En su año y medio en el cargo, Blake mantuvo un perfil bajo y una fidelidad total a la estrategia de seguridad que marcaba Calderón, cada vez más militarizada. Muy poco se ha hecho público por ahora sobre la caída de su helicóptero, construido en 1983, en el claro de dos cerros en el valle del Chalco, en el Estado de México. El lugar donde cayeron los restos del aparato es de muy difícil acceso y peritos, investigadores y fuerzas de seguridad tuvieron que abrirse paso a machete tardando varias horas en llegar. El hecho de que al parecer el helicóptero no estallase en el aire abonaría la posibilidad, según algunos expertos, de que sufriese una súbita pérdida de potencia en los motores. Otros se inclinan por poner el énfasis en un mal mantenimiento del aparato y recuerdan los sustos sufridos por Calderón en mayo pasado y septiembre de 2010 también por fallos de las aeronaves. El Gobierno ha prometido una investigación exhaustiva y ha pedido ayuda a técnicos de Francia y EE UU. Dicho con ironía: ojalá que la explicación esta vez no quede en el aire.

LA IZQUIERDA CEDE MICHOACÁN. Las elecciones de Michoacán se celebraron en clave nacional, como la última prueba antes de la cita de julio, de ahí que algunos señalen como dolorosa y catastrófica la derrota del PRD de cara a las elecciones del 2012. Michoacán es el territorio del expresidente Lázaro Cárdenas del Río, cuyo hijo formó el PRD, donde había gobernado durante la última década. Con el 98% escrutado, los datos oficiales otorgan la victoria al Partido Revolucionario Institucional (PRI) con el 35,38% de los votos. En segundo lugar se sitúa el Partido Acción Nacional (PAN), en el Gobierno, con el 32,56% y en tercero, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) con el 28,9%. Los dos partidos perdedores han lanzado hoy gravísimas acusaciones contra el PRI asegurando que su victoria estaba ligada al narcotráfico. El PRD, que pierde un bastión histórico, lo que limita ya su influencia como gobierno a la capital de la República, ha exigido nuevos comicios. Su candidato Silvano Aureoles ha afirmado que la victoria de su rival del PRI, Fausto Vallejo, tuvo que ver con el narcotráfico. Aureoles aseguró que habían existido muchas irregularidades, lo que permitía poner en duda la legalidad de los comicios. El presidente del PRD, Jesús Zambrano, abundó en esta línea y declaró que Michoacán será un "narcoestado". A una tesis similar se apuntó la candidata del PAN, Luisa María Calderón, Cocoa, que llegó a ser favorita durante la campaña. Apunto de la paradoja que representaría que su partido pidiera el voto por voto, ha declarado que su partido revisará los votos por la presunta intromisión del narco. A Cocoa, le llueve sobre mojado, dado que fue acusada durante la campaña de recibir una generosa ayuda del Gobierno federal. Su victoria en Michoacán buscaba insuflar confianza a un alicaído PAN a nivel nacional. No parece haber triunfado pero ha logrado dotar al partido de un nuevo espíritu competitivo y ganador, que deberá hacer frente a un mapa político en el que el PRI domina ya 18 de los 32 Estados (con Veracruz y Edo Méx pero sin Puebla, Oaxaca o DF), catapultándolo hacia la presidencia. Por todo ello, parece que las elecciones a gobernador del Estado de Michoacán van a dejar secuelas en la política mexicana de cara a las presidenciales del próximo 1 de julio: algo queda claro aquellos que piensen que el 2012 será un paseo, vayan tomando nota de la posibilidad de un nuevo escenario de conflicto postelectoral y un gran déficit de legitimidad democrática.

PEJE 2.0. La izquierda mexicana decidió repetir candidato en las elecciones presidenciales de 2012. Andrés Manuel López Obrador fue el vencedor en las dos encuestas paralelas que el Partido de la Revolución Democrática ha realizado entre la ciudadanía. El aspirante perdedor, Marcelo Ebrard, actual jefe de Gobierno del Distrito Federal aceptó sin reservas el resultado y pareció resumir los 22 años del PRD en una frase, al afirmar: "la izquierda dividida solo iría al precipicio". Las dos encuestas, de metodología y muestra semejantes, se basaron en las respuestas de los ciudadanos a cinco preguntas. Ebrard triunfó en aquellas que se referían a la simpatía y buena opinión del candidato. Sin embargo, en las que trataban sobre intención de voto directa entre él y López Obrador, ganó el Peje. La tarea del Peje y de la izquierda se ve muy cuesta arriba, según varios estudios de opinión: su techo electoral actual se cifra en un 15% de intención de voto, según Parametría. También es verdad que las clases medias no sienten el menor afecto a su figura, y que el mapa político de la izquierda -después de Michoacán- se reduce a la capital del país. Pero es verdad que queda mucho tiempo todavía hasta la elección. Quizá con ello en mente, López Obrador anunció la creación de un Frente Amplio, inspirado en el de Uruguay, que concurrirá a las elecciones con el nombre de Movimiento Progresista. Su meta es las transformación de México en un país más justo e igualitario. El objetivo, dicho por el mismo en su discurso, es construir una república amorosa. Quedan varias preguntas: ¿cómo se mide el amor en lo público?, ¿cuánto de retórica hay en la frase y qué políticas públicas expresan el amor a al patria? Dado que se complementan, ¿cuál es el papel reservado a Ebrard en la campaña?, ¿cómo y quién resolverá la elección a candidato de la Jefatura de gobierno? También están las más duras: ¿ha cambiado el Peje?, ¿aprendió de los errores que cometió en 2006?

IFE: NUBARRONES A LA VISTA. El decline de uno de los postulantes a consejero del Instituto Federal Electoral (IFE), Ciro Murayama, ha reanimado la discusión en torno al Instituto y a las implicaciones de que continúe sesionando sin tres consejeros -cuando el proceso electoral de 2012 inició hace ya tiempo. Entre la ausencia de reglas específicas para el nombramiento, la pasividad de los legisladores y la aparente capacidad de los seis únicos consejeros para balancear todas las funciones del IFE, parece que este status quo beneficia a todos y será difícil de modificar. Ante el incumplimiento del Legislativo al mandato constitucional, la solución de corto plazo fue dada por la Junta General Ejecutiva del IFE, quien aprobó un presupuesto adicional de 150 mil pesos mensuales a cada consejero para las contrataciones necesarias a fin de enfrentar la carga de trabajo para éste y el siguiente año. Sin embargo, no puede pasarse por alto que la configuración de un órgano colegiado requiere de un número impar de miembros pues, con sólo seis consejeros, el peligro es que decisiones de primera importancia se queden paralizadas. Pero no es sólo la incapacidad para formar mayorías lo que se ha puesto en duda, más aún, la legalidad de todos sus consensos ha sido duramente cuestionada. Valga la metáfora futbolera: se está jugando con la imagen del arbitro. Es por ello que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) tuvo que dirimir las dudas y resolvió el mes pasado que las resoluciones que tome el IFE con sólo seis integrantes son válidas y legales. Así, aunque la capacidad de respuesta del IFE ante las quejas de los partidos en el proceso electoral se vea afectada, la situación pasa a segundo plano pues, en última instancia, la legalidad del proceso electoral -y también la última palabra sobre todas las decisiones del IFE- la otorga el Tribunal. Después de meses de incertidumbre, lo que parece quedar claro es que, mientras las funciones administrativas y jurisdiccionales se cumplan a cabalidad, es decir, si el IFE y el TRIFE tienen un desempeño adecuado, el proceso electoral se desarrollará sin mayores contratiempos. El escenario anterior le ha quitado la tranquilidad a muchos. Para quienes participaron en la transición democrática de este país, el IFE fue la pieza fundamental y, en ese sentido, sus vicisitudes se perciben como inaceptables. Sin embargo, es precisamente la transición a la democracia la que ha traído un Poder Judicial en posibilidad de relevar al IFE en su función arbitral y, con ello, acentuar el perfil meramente administrativo del Instituto. Con ello en juego, hace falta preguntarse si es verdad qué hace falta el IFE en las instituciones del país. Este nuevo equilibro se pondrá a prueba en las próximas elecciones y sólo entonces se decidirá si los cambios impactaron de forma negativa a la democracia o forman parte de un proceso natural de evolución que deberá llevar al IFE a su desaparición.

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