martes, 28 de diciembre de 2010

Los futuros Wikileaks

En una entrevista el mes pasado con la revista Forbes, Julian Assange, el fundador de WikiLeaks, admitió que esperaba que su web inspirara a otros -en especial para aligerarle de parte de la carga que supone haberse convertido en el canalizador de todos los denunciantes del mundo. “La oferta de filtraciones es muy grande”, decía Assange. “Es útil para nosotros que haya más gente en esta industria. Nos protege”.

Desde entonces, han surgido varias páginas web respondiendo a la llamada de Assange. La mayoría ha tomado prestado el modus operandi de WikiLeaks -y alguna variación de su nombre- pero aceptan una misión ligeramente más humilde, solicitando documentos de una parte concreta del mundo. La mayoría parece también estar intentando aprender de los errores de relaciones públicas de Assange, presentando sus páginas como rigurosamente “objetivas”, signifique eso lo que signifique.

A decir verdad, no todas estas páginas tienen hasta ahora mucho contenido, pero no cabe duda de que merecerá la pena mantener bajo observación a estas organizaciones en los meses, y años, futuros. La administración estadounidense puede haber resistido el golpe más duro de WikiLeaks (y viceversa), pero otros gobiernos alrededor del planeta pueden no ser tan sólidos.

IndoLeaks

El Gobierno indonesio asegura no estar preocupado por la web de denuncia sobre temas del propio país que apareció el pasado viernes 10 de diciembre. Y la verdad, ahora mismo resulta difícil apreciar los motivos por los que debería estarlo. A juzgar por la limitada oferta en inglés de Indoleaks, se trata fundamentalmente de una colección de documentos del pasado no tan reciente, mezclados con informes de auditorías de contratistas públicos. Sus mayores éxitos incluyen las transcripciones de conversaciones confidenciales entre el ex líder indonesio Suharto y los ex presidentes estadounidenses Richard Nixon y Gerald Ford. Los funcionarios del país dicen que no es probable que lleven a juicio a los creadores de esta página, que tiene su sede en Indonesia. “Definitivamente no queremos ser acusados de impedir que la gente acceda a información pública”, asegura un portavoz. Más que el Gobierno, el principal adversario de IndoLeaks parecen ser los fallos técnicos que hacen difícil el acceso.

 

Rospil

Esta web de denuncia fue creada por uno de los blogueros más populares de Rusia, y uno de los más persistentes y menos gratos moscardones del Kremlin, Alexei Navalny. Anteriormente, había usado su posición como rico accionista independiente en varias empresas rusas para conseguir  información privilegiada sobre la  corrupción dentro de estas compañías, que después colgaba en su blog: entre sus objetivos se han encontrado las compañías de energía estatales Gazprom y Rosneft, y el banco de propiedad pública VTB. Por lo bien que hizo todo esto, se ganó la ira del Gobierno ruso, aunque asegura que él nunca ha recibido ninguna amenaza directa. Navalny está ahora solicitando a otras personas que le proporcionen documentación sobre corrupción en los escalones más altos del Ejecutivo y la economía nacional. Su página funciona todavía en fase de prueba, pero parece haber adquirido ya documentación de abusos oficiales de poder.

 

TuniLeaks

El contenido de TuniLeaks, por el momento, fundamentalmente parece consistir en la recopilación de los cables de WikiLeaks enviados desde la embajada estadounidense en Túnez. Pero la existencia de un foro para que los tunecinos debatieran lo que ya es una información pública para el resto del mundo, demostró ser más de lo que podían aguantar los funcionarios del Gobierno, que inmediatamente comenzaron a intentar prohibir la web.

No obstante, los fundadores de TuniLeaks, un colectivo de blogueros tunecinos llamado Naqaab y con sede en la capital, se niegan a ceder. Por ahora, la página está todavía activa. En su primera tanda de cables obtenidos del archivo de WikiLeaks, centra su atención en las sesiones de estrategia militar oficiales entre los funcionarios tunecinos y estadounidenses: el largo historial de lazos intergubernamentales entre Washington y Túnez puede no ser bien recibido entre la opinión pública del país. Y este cable, detallando la corrupción presente en el Ejecutivo tunecino, tiene potencial explosivo por sí solo.

 

BrusselsLeaks

Pretende desvelar el perverso proceso de toma de decisiones que se produce detrás de las puertas cerradas de la capital de la Unión Europea. Una breve introducción en la página de inicio de la web solicita información proveniente de cualquier “empresa, consultora, institución u ONG” con información. Pero, presumiblemente, tras haber visto la cantidad de mala prensa que WikiLeaks y su creador, Julian Assange, han cosechado en las últimas semanas, los creadores de BrusselsLeaks están esforzándose al máximo para subrayar que ellos no tienen intenciones anarquistas ni buscan el enfrentamiento. “Nosotros somos profesionales dignos de confianza y fiables con excelentes contactos en Bruselas”, escriben en su página de inicio. “Trabajamos para garantizar que la información que reunimos es 100% fiable y correcta, y sólo entonces actuamos”. Hasta el momento, sin embargo, parece que nadie ha aceptado su ofrecimiento.

 

OpenLeaks

OpenLeaks, el primer derivado de WikiLeaks gestionado por antiguos empleados (incluyendo a Daniel Domscheit-Berg, que ha preparado un libro en el que lo cuenta todo sobre su época como colega de Julian Assange que se publicará dentro de poco en Alemania), es también el primero en innovar sobre el concepto original. Más que publicar los documentos en sí, OpenLeaks, que se supone que estará disponible dentro de poco, se presentará como un servicio digital para otras webs. Proporcionará una especie de buzón digital para los envíos de información a sus clientes (presumiblemente organizaciones de medios de comunicación y ONG), permitiendo a sus visitantes pasar documentos confidencialmente a los administradores de sus web. Esas organizaciones serían entonces las responsables de publicar las filtraciones, y editarlas y redactarlas convenientemente.

Los fundadores de OpenLeaks esperan mantener el objetivo de transparencia de WikiLeaks a la vez que evitan el radicalismo que ha perseguido a su antiguo colega. “Para limitar el poder de la página, estamos separando la parte de los envíos de información de la de la publicación. No sacaremos ningún documento por nosotros mismos. Todo el área está diversificada”, dice Domscheit-Berg. “Ninguna organización asume en solitario toda la responsabilidad o toda la carga de trabajo”.

 

BalkanLeaks

Tiene un eslogan novedosamente simple: “Los Balcanes ya no guardan secretos”. Según el periódico Sofia Echo, la web fue creada a principios de esta semana por un expatriado búlgaro que vive en París. El periódico también informa de algunas de las piezas que hay actualmente en el sitio, incluyendo una lista de 34 miembros de la judicatura búlgara que se dice que son masones. (Por supuesto, eso puede indicar que la página está destinada más a agitar teorías conspirativas que a desvelar grandes delitos y faltas, pero puede ser no obstante materia prima para una investigación criminal: el Sofia Echo cuenta que puede ir contra la ley el que los jueces y otros funcionarios de la justicia del país se declaren miembros de sociedades secretas). Quizá con la esperanza de corregir las falsas impresiones basadas en esa exclusiva, la página de inicio de BalkanLeaks garantiza vehementemente a sus lectores su credibilidad: “Nosotros revisaremos los documentos y los publicaremos tras comprobar la información”.

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