jueves, 9 de junio de 2011

Semana política




Síntesis GALMA


2 de junio, 2011
 
¡Hola!  Adjuntamos los sucesos más interesantes de esta semana.

  1. Hank Rhon y el fin del grupo Atlacomulco.
  2. Cordero y Foxilandia.
  3. El funeral antes que el bautizo: 2012.
Hank Rhon y el fin del grupo Atlacomulco. Las circunstancias y casualidades que rodean la detención de Jorge Hank Rhon dan pie a sospechas sobre las intenciones políticas del Gobierno Federal en el caso. Más allá de que haya existido o no esta intencionalidad, lo cierto es que será muy dificil convencer a la opinión pública de lo contrario, y no sólo por las características propias de caso -menos por las implicaciones que deseen encontrarse en una elección más que decida como lo es la del Estado de México- sino por el desempeño previo de la Procuraduria -particularmente en el caso de los alcaldes en Michoacán- y, sobre todo, por la aparente convicción de esta administración de impedir a toda costa el regreso del PRI a la Presidencia. Dejando de lado intenciones, el escenario que se está construyendo rumbo al 2012 con estos sucesos es el del uso político electoral de las detenciones. Las consecuencias de esto son graves por donde se vea.  Antes que nada porque implican un debilitamiento de las instituciones involucradas -por los atropellos cometidos, las fallas en el seguimiento del debido proceso y la incapacidad de procesar de forma contundente a sujetos con una fama pública cuestionable. En el ámbito político, esto crea desde luego incentivos al cuestionamiento de las autoridades, pero bajo ciertas circunstancias tambien a la revancha entre grupos políticos. Es por ello que sí la intención del Gobierno Federal era enviar una primera señal de amenaza a los priístas rumbo a 2012 -que los obligara a moverse a una estrategia defensiva- para comenzar a construir así el discurso del PRI ligado a la corrupción y el crimen, seguramente tendrá entre sus calculos la posibilidad de despertar en el PRI el ánimo de ajustar cuentas si logran ganar la Presidencia.

Cordero y Foxilandia. Las declaraciones de Ernesto Cordero sobre aspectos económicos del país han despertado las críticas de la opinión pública, al que acusan de vivir en es país inventado que llegó en el 2000 y que los medios bautizaron como Foxilandia. En particular porque no es lo mismo escuchar al Secretario de Hacienda hablar de inflación o deuda, lo que naturalmente se espera de él, que de la clase media o de cuánto se puede comprar con un salario mínimo -temas controvertidos que viniendo de un posible candidato a la Presidencia van a causar aún más controversia. Para muchos el nivel de optimismo de las cifras que presenta resultan insensibles, y para otros no constituyen avances significativos que sean dignos de aplaudir. Lo cierto es que, más allá de que podría haber cometido errores en la forma de presentar la información, existe una desconfianza natural en las audiencias respecto al discurso gubernamental -a pesar de que los datos pudieran estar bien fundamentados. Tomando esto en cuenta, la estrategia de presentar los logros de las administraciones panistas no tiene otro objetivo que incrementar su reconocimiento público a partir de la controversia que genera la desconfianza a un discurso gubernamental positivo. Al ser Cordero uno de los aspirantes a la candidatura del PAN a la Presidencia con menor nivel de reconocimiento público es predecible que la estrategia continuará por ese camino, aprovechando también la etapa post crisis, en busca de mantenerse en la discusión pública. Si bien esta estrategia contribuiría a elevar sus niveles de reconocimiento en la sociedad, tiene el riesgo de posicionar negativamente al personaje. De no acompañarla con medidas que permitan contrarrestar las posibles opiniones negativas derivadas de sus declaraciones, en el futuro podría ser presa fácil de campañas que pretendan potencializar sus negativos ante el electorado.

El funeral antes que el bautizo: 2012. Dos sucesos en materia electoral adquirieron notoriedad esta semana: el blindaje de los candidatos para evitar inflitraciones del crimen organizado; y la manifestada incapacidad operativa del Instituto Federal Electoral (IFE) en materia de monitoreo de spots. Ambos son importantes por sus posibles consecuencias en el proceso electoral de 2012. En el ámbito del blindaje es claro que existe un riesgo latente de conflicto político electoral basado en acusaciones y evidencia de la relación de candidatos con el crimen organizado. Es en esa lógica que los partidos -particularmente el PRD- demandan una certificación de sus candidatos que saben no será otorgada y que en el fondo no desean -ningún partido, inclusive el partido en gobierno, estaría dispuesto a que el Ejecutivo estableciera pseudo límites de entrada a la competencia de puestos de elección popular. Lo que en realidad buscan es que toda acusación futura del Gobierno Federal contra uno de sus candidatos sea vista como un acto con fines político electorales. Respecto a la capacidad de monitoreo del IFE, un árbitro que anticipa tener ojos miopes, o incapacitados para dar seguimiento a los spots que aparecen en medios de comunicación y en teoría sólo él puede contratar, genera incentivos perversos para los partidos y las propias autoridades. Esta señal de la autoridad podría ser leída por los partidos como el banderazo para la adquisición de propaganda fuera de la norma. El problema de fondo, una legislación que no contempla la magnitud de los procesos y el actuar de los partidos.

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