lunes, 17 de enero de 2011

Semana política






Síntesis GALMA


17 de enero, 2011
 
¡Hola!  Adjuntamos los sucesos más interesantes de esta semana.

    1. Cambios en el gabinete.
    2. El Estado de México
    3. Guerrero.


Ceambios en el gabinete. Los cambios en el gabinete del Presidente Calderón responden a la necesidad de fortalecimiento del último tercio de su gestión frente a la dinámica electoral. Las sustituciones en las carteras de Comunicaciones y Transportes y Energía, más allá del claro agotamiento de sus titulares y la necesidad de refrescar el entorno, podrían entenderse como parte de un proceso para redoblar esfuerzos y destrabar el gasto en materia de infraestructura, promover la interlocución con empresarios de los sectores involucrados, impulsar temas en materia energética y, quizá, hasta hacer un seguimiento más cercano a PEMEX y CFE. Sin importar quien fuera el candidato panista en 2012, se vería beneficiado si el Ejecutivo fuese exitoso en estas vertientes. Las modificaciones en la oficina de la Presidencia concentran la toma de decisiones en el Presidente y consolidan su papel frente al partido. El arribo de Roberto Gil Zuarth para enfocarse en la operación política de la Presidencia de los temas trascendentes rumbo a 2012 –que augura una Secretaría de Gobernación concentrada en la gestión del tema de seguridad y en la defensa discursiva de los gobiernos panistas– abre, además, una carta con la que el PAN pueda jugar en la definición del candidato y una eventual alianza al gobierno del Estado de México: Luis Felipe Bravo Mena. Más allá de que la estrategia política de estos cambios sea exitosa o no para el Presidente, una pregunta inquietante es si este tipo de modificaciones –que se han dado todo el sexenio– en el largo plazo dañan la estructura de un gobierno, especialmente considerando la alta curva de aprendizaje que los funcionarios con poca experiencia en el sector asignado enfrentan. .

El Estado de México. El destape de Alejandro Encinas como aspirante a la candidatura del Estado de México detonó el inicio del juego político. De entrada creó incertidumbre y una semana de declaraciones confusas en el PAN sobre la posibilidad de concretar una alianza y, finalmente, tuvo respuesta concreta con el anuncio de Luis Felipe Bravo Mena manifestando su disposición a participar en la contienda. Si bien una postulación de Encinas por la izquierda unifica, en cierta medida, los intereses de la izquierda, al mismo tiempo dificulta la alianza con el PAN. De lado de la izquierda, tanto para Andrés Manuel López Obrador como para Marcelo Ebrard tiene sentido apoyar al candidato más competitivo que la izquierda pueda presentar, ya que aprovecharán la campaña por el Estado de México para posicionarse rumbo a 2012 –además de buscar debilitar a Enrique Peña Nieto. En el PAN la figura de Encinas genera muchas resistencias por su cercanía a López Obrador. Si bien la posibilidad de alianza aún no está muerta y los dos partidos podrían inclinar sus procesos de toma de decisión hacia ella, tendrán que considerar que en el estado hay zonas en las que durante los últimos años se ha desarrollado un discurso muy encendido contra el partido con el que hoy pretenden aliarse, y tal contradicción podría llevarles, en el peor de los escenarios, a perder terreno ganado frente al PRI. Finalmente, en el PRI aún queda la definición del candidato. Si bien parece que la disciplina entre los aspirantes es total y no habrá las rupturas de otros estados, el perfil de los destapes en el PAN y PRD sí obligarían al PRI a darle mayor peso al candidato de lo que pensaban para asegurarse de que su estructura electoral funcione.

Guerrero.
El próximo 30 de enero 2.4 millones de guerrerenses elegirán nuevo Gobernador, 46 Diputados locales y 81 Alcaldes. Resalta que, por homologación del calendario electoral local con el federal –disposición contenida en las reformas electorales aprobadas en el 2007– el mandato del nuevo Gobernador será de sólo cuatro años, para ser renovado de nueva cuenta en el 2015. Si bien, las elecciones pondrán a prueba la permanencia del PRD al frente del Gobierno del estado y el control del Congreso local, la contienda por la gubernatura parece ser más una disputa entre las distintas élites políticas del PRI guerrerense, que un proceso electoral en el que se contrasten propuestas que transformen la realidad del estado. La alianza PRD-PT-Convergencia postula como su candidato a un ex priísta, Ángel Aguirre Rivero, senador con licencia por el PRI y ex gobernador interino del estado –sustituyó a Rubén Figueroa Alcocer cuando éste renunció a su cargo derivado de la matanza de Aguas Blancas en 1996. Su postulación por esos partidos respondió, principalmente, a que el PRI lo descartó como candidato a la gubernatura debido a que una vez asumida la gubernatura interina Aguirre Rivero decidió separar de sus cargos a los colaboradores más cercanos a Figueroa Alcocer, generando un enfrentamiento con éste –el PRI nombró candidato entonces al ex alcalde de Acapulco, Manuel Añorve Baños. La postulación de Aguirre Rivero como candidato también trajo conflictos al PRD, enfrentando al actual Gobernador del estado, Zeferino Torre Blanca con el Consejo Nacional de su partido. Si bien, el candidato natural para suceder a Torre Blanca era Armando Chavarría Barrera, asesinado en agosto de 2009, su muerte generó enfrentamientos entre los aspirantes: por un lado, David Jiménez Rumbo, del grupo político del fallecido Chavarría; Lázaro Mazón, afín al Presidente nacional del PRD, Jesús Ortega y; Armando Ríos Piter, respaldado por el actual Gobernador. Ello obligó tanto al CEN del PRD, como a Torre Blanca a optar por Aguirre Rivero, quien permitía conciliar los intereses de las distintas corrientes del partido y acababa de dejar las filas del PRI al haber sido descartado como candidato a la gubernatura por ese partido. Si bien las elecciones en Guerrero no despiertan el interés nacional, podrían representar un termómetro útil para medir el poder de las estructuras operativas de los partidos políticos. Además, la postulación de un ex priísta como candidato a la gubernatura por el PRD es, nuevamente, ejemplo de los problemas que ha tenido el PRI para resolver los conflictos internos derivados de la elección de sus candidatos, amenaza de la que no estará exento este año. .


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