jueves, 8 de julio de 2010

semana política

  1. Elecciones: la cultura del PRI
  2. Post elecciones: conflicto
  3. Numeralia

Elecciones: la cultura del PRI. Las causas de la derrota del PRI en cuando menos tres estados (Oaxaca, Puebla y Sinaloa) están sobre todo en su pésima selección de candidatos y en los gobernadores que los postularon. En contraparte, el éxito de los aliancistas consistió en identificar el fracaso del PRI para presentar candidatos competitivos –síntoma en algunos casos de su incapacidad para encaminar aspiraciones y resolver conflictos entre sus cuadros en lo local. Las alianzas, de origen con una lógica pragmática de impedir la consolidación del PRI, presentaron candidatos con posibilidades de ganar, expriístas populares, con habilidades políticas y estructura de apoyo electoral propia.

El éxito de las alianzas es en cierta medida una victoria para el anti priísmo, pero también, paradójicamente, una victoria de la cultura política que el PRI construyó y que perdura a nivel local en muchas entidades. Fue necesario recurrir a expriístas para darle la vuelta a la reprobación del gobierno de Calderón y al desorden que vive el perredismo. Las derrotas de PAN y PRD en Aguascalientes, Tlaxcala y Zacatecas son también muestra de ello.

Esta capacidad del PRI a lo largo de las últimas décadas para formar líderes locales —el PRI como semillero— no debe, sin embargo, ocultar la derrota del PRI como instituto político el pasado domingo en tres estados; pero tampoco el hecho de que otros partidos políticos han sido incapaces de vencer a quienes hacen política a la vieja usanza —el PRI como cultura– y que no han creado una agenda para los temas relevantes y el futuro del país.

Estas elecciones reposicionan a las alianzas –ganaron 3 de las 4 candidaturas que postularon. Demostraron que cuando los partidos no estorban, sirven para darle un vehículo y una nueva identidad a un liderazgo local real que no encontró cabida en la estructura política local dominante; añadiéndole de paso la legitimidad y los votos de quienes se oponen al PRI. Los resultados recuerdan también que a pesar de la prevalencia de liderazgos culturalmente afines al PRI e incluso formados por éste, la idea de una maquinaria electoral imparable camino al 2012 no tiene fundamento. Finalmente, la derrota del “carro completo” del PRI como instituto político debilita a Peña Nieto como único vehiculo al 2012, y fortalece a actores como Beltrones, equilibrando las fuerzas al interior del PRI, haciendo la elección de candidatos presidenciales más competitiva, y por ende, mejorando las posibilidades para los aspirantes de otros partidos también.

Post elecciones: conflicto. Los resultados electorales del pasado domingo vislumbran un escenario plagado de elementos que abonarán al conflicto entre las distintas fuerzas políticas. De entrada, lo cerrado de las contiendas, aunado a las malas prácticas electorales (uso de recursos públicos, rebase de topes de gasto, campañas negras e inequidades en la contienda) hacen irreversible el inicio de procesos de impugnación de los resultados en al menos tres estados (Durango, Veracruz e Hidalgo).

Aunado a los procesos de impugnación, la victoria de los candidatos aliancistas en tres estados puede llevar al gobierno de Calderón a conclusiones equivocadas que lo orillen a privilegiar la batalla postelectoral y la concentración de sus objetivos en la elección de 2011, pensando en las alianzas como la única respuesta a todos los problemas del país. Lógica que equipara la existencia del PRI a la de los problemas y deja poco espacio para la conciliación.

La presencia de más alianzas entre PAN y PRD en las elecciones del próximo año, es un hecho que a la luz de los resultados constituye una seria amenaza para el PRI –particularmente para la figura más visible del proceso de 2011: Enrique Peña. La respuesta del PRI ante tal posibilidad no se ha hecho esperar y ya amaga, en voz de sus legisladores, con desnudar las inconsistencias de las alianzas en un plan desde el Congreso. La suma de estos hechos augura, además, un Congreso en el que será imposible que la negociación de asuntos importantes –iniciando con el presupuesto para 2011– no se vean contaminados por el ambiente de conflicto.

Numeralia:
  • El Partido Nueva Alianza se alió con 8 de los 12 ganadores a nivel estatal.
  • 5 capitales pasaron del PAN al PRI: Aguascalientes, Mexicali, Chihuahua, Tlaxcala y Zacatecas. En la capital de Puebla fue al revés.
  • El PRI continuará gobernando en 19 estados, sin embargo, dejará de gobernar aproximadamente a 8.5 millones de habitantes.
  • En Oaxaca el PRI arrasó en el nivel legislativo ganando 23 de los 25 distritos del estado.
  • En Chihuahua y Tamaulipas el abstencionismo llegó a 64.2% y 74.3%.
  • Zacatecas es la entidad donde se registró mayor participación. Fue de 57.2%. Le sigue Veracruz, Oaxaca y Aguascalientes.
  • Hoy el PRI administra 54.5% del total de transferencias federales, con los cambios derivados de estas elecciones el PRI administraría el 52%.

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