lunes, 24 de agosto de 2009

Implicaciones regionales de las bases en Colombia


Las repercusiones de las bases colombianas de las que tendrá uso EEUU en Colombia y las nuevas compras de armas en Rusia, plantean la discusión de si se está precipitando una carrera armamentista en la región.

El término carrera armamentista, aplicado a las compras de armas en América del Sur en los últimos años, es un tanto exagerado, porque la región sigue siendo a nivel mundial la que dedica menor porcentaje del PBI al gasto militar. Pero sí puede hablarse de una situación de tensión regional que está originando compras de armamentos, sobre todo en los países de la región andina.

Estas compras realizadas por los distintos países tienen causas diferentes. Por ejemplo, Brasil tiene proyectos como el submarino nuclear, originados en la necesidad de modernización de su sistema de defensa y el objetivo de ser potencia global al nivel de India, China y Rusia (el grupo BRIC), que tienen los tres el arma nuclear. Chile, por su parte, justifica sus compras militares por su situación estratégica, con conflictos de límites no resueltos con Bolivia y Perú y una Argentina inestable. Venezuela las justifica por la posibilidad de una agresión de EEUU, y ahora también por la eventualidad de un conflicto con Colombia. Ecuador por la tensión con Colombia y el conflicto histórico con Perú. Son varios los factores que convergen y cada país tiene sus propias causas, muchas veces diferentes a las de otros.

Bolivia, por su lado, ahora justifica gestiones para adquirir armamentos en Rusia por la prohibición de Washington a Praga de vender aviones al gobierno boliviano.

Si bien las causas para las compras de armamentos son diversas y diferentes, cabe recordar que las Fuerzas Armadas son un elemento esencial del estado nacional y mantenerlas con capacidad operativa es un deber de los gobiernos, más allá de las tensiones regionales.

Chávez ha sido un factor importante en la generación de la tensión que ha justificado algunas de las compras de armamentos. Además, sus adquisiciones en Rusia originaron preocupación, y no sólo en Colombia. Ahora, el uso de bases colombianas por parte de EEUU le da un argumento más para las compras militares.

Sin el Presidente venezolano, posiblemente la tensión sería menor. Las acciones de Correa y Morales no tendrían la incidencia y repercusión que han adquirido. En la región andina, un conflicto de Colombia con Venezuela o Ecuador arrastra al otro. A su vez, si Ecuador entra en conflicto con Colombia, es claro que Perú, que tiene un histórico diferendo con el primer país y una posición afín a la colombiana, podría tener cierto involucramiento. A su vez, las relaciones de Bolivia con Perú son tensas por los conflictos indígenas en la Amazonia y además el gobierno de Evo Morales está en el ALBA junto con Venezuela y Ecuador.

A ello se agrega la tensión en América Central entre Honduras y Nicaragua por la destitución de Zelaya, que involucra a Chávez, pero que también podría alcanzar a Colombia. La historia muestra que las crisis escalan por errores de cálculo, y cuando más tensión se registre, mayor riesgo de escalada habrá.

En cuanto a la percepción de amenaza que las bases implican, en el caso de Venezuela las percibe en función de que EEUU pudiera emprender acciones militares a través de Colombia. Para Ecuador, la cuestión es que un eventual conflicto con Colombia -con las FARC como causa o pretexto- pudiera tener ahora intervención de Washington, algo que también incide en el caso venezolano. Brasil tiene como preocupación central tener una plena capacidad del estado en materia de seguridad, tanto frente al desafío del narcotráfico como a una supuesta intervención internacional para ocupar la Amazonia, pretextando la preservación de los espacios naturales para la humanidad; por eso la presencia militar de EEUU en sus fronteras genera cierto recelo.

Esta tensión en la región andina, generada por el conflicto entre Colombia por un lado y Venezuela y Ecuador por el otro, es el foco de tensión estratégico-militar más importante no sólo de América Latina, sino de todo el continente. Además, Venezuela está introduciendo actores extra-regionales con las compras de armas en Rusia y la alianza estratégica con Irán, que se van extendiendo a otros países de la región, como es el caso de Bolivia.

Lo que una década atrás era un problema circunscripto a Colombia, ahora se trata de un problema regional con implicancias internacionales.

La incursión colombiana contra las FARC en territorio ecuatoriano fue un escalón importante en una escalada. Pero antes de este incidente, ya Venezuela había adquirido una flotilla de submarinos en Rusia. La consecuencia de esta incursión fue la articulación de un eje estratégico-militar entre Caracas y Quito frente a Bogotá. El uso de las bases colombianas por parte de EEUU puede ser otro escalón en la escalada de conflicto regional, aunque hasta ahora se manifieste sólo en tensión.

El uso de las bases colombianas por parte de EEUU es una consecuencia del cierre de la base de Manta que tenía en Ecuador a partir de septiembre, y la imposibilidad de usar la que tiene en Honduras por la interrupción de las relaciones militares con el gobierno de facto. Sin esas dos bases, no quedaba otra opción a los EEUU que acordar con Colombia para tener bases no sólo para intervenir en la lucha contra el narcotráfico en la región andina, sino también para dar seguridad al Canal de Panamá. Pero al no dar Washington una explicación adecuada, ello permitió a Chávez utilizar el acuerdo para incentivar la tensión política y militar en la región.

En cuanto a los actores extra-regionales, Rusia vende armas en América Latina y China compra recursos naturales. Ello implica que la hegemonía de EEUU en la región se ha debilitado, aunque ni Moscú ni Pekín tienen intención de entrar en conflicto con Washington por América Latina. La creciente influencia de Irán sí es un problema para EEUU, y también para Israel. Esta es la razón por la cual el mes pasado el canciller israelí visitó Brasil, Argentina y Colombia, buscando alertar sobre la creciente influencia iraní. Que ésta implique la presencia en la región de Hamas y Hezbollah significa que la región puede comenzar a verse involucrada en el conflicto con el extremismo mu sulmán, del que hasta ahora estuvo al margen, con la excepción de los dos atentados terroristas suicidas contra la embajada de Israel y una asociación judía que tuvieron lugar en Buenos Aires en los años noventa.

En lo que hace al gasto militar en la región, en promedio, entre 2007 y 2008 aumentó 20%. En 2009 el incremento se frenó a consecuencia de la crisis global. Pero, como se dijo, pese a este incremento, América Latina es la región del mundo que gasta menos en defensa de acuerdo a su PBI.

Por lejos el país que gasta más en defensa es Brasil, que es la mitad de América del Sur. Pero no es el que gasta más per cápita. El gasto brasileño es mucho mayor que el de Colombia o el de Chile, pero el de estos países es mucho más alto per capita. En el caso de Venezuela, el gasto no es tan alto si no se incluyen las adquisiciones, con las que aumenta significativamente.

La insurgencia y el narcotráfico no parecen ser la causa más relevante del aumento del gasto militar regional, aunque sí del incremento colombiano. En el caso de Brasil o Chile -entre ambos tienen más de la mitad del gasto en Defensa de UNASUR-, estos factores no tienen relevancia.

Cabe recordar que el submarino nuclear de Brasil no está determinado por la región, sino por el objetivo de este país de ser potencia global. La compra de fusiles rusos por parte de Venezuela tiene por razón principal la militarización de la sociedad que está impulsando el chavismo con la creación de milicias locales. En el caso de Chile, la compra de equipos tiene dos razones: modernizarlos y mantener la capacidad de sostener un hipotético conflicto con Perú y Bolivia -en conjunto- por los territorios que perdieron en la Guerra del Pacífico. Cada caso tiene una explicación distinta, pero en promedio no hay que olvidar que América Latina es la región del mundo que gasta menos porcentaje del PBI en defensa del mundo.

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