viernes, 18 de diciembre de 2009

La estabilidad del cuerno de África

Después de 13 años desde su creación, la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD) no parece haber obtenido resultados significativos bajo el papel de administrador del conflicto. Los objetivos prefijados para el 2011 se encuentran lejos de ser conseguidos, en Somalia no se han alcanzado resultados concretos y a las relaciones, que tiene con el resto de organizaciones regionales, les falta coordinación. Todo esto contribuye a desprestigiar a la IGAD y, en lo específico, a la ejecución del Conflict Early Warning and Response Mechanism (CEWARN).

Los objetivos de la IGAD
Disputas territoriales, conflictos étnicos, guerras civiles y colapso de la autoridad gubernamental. Todos estos problemas caracterizan en la actualidad y desde hace tiempo, a la atormentada región del Cuerno de África, fomentando año tras año la inestabilidad general. En lo referente a la organización intergubernamental creada para afrontar con un acercamiento incomprensible las dificultades y los desafios provocados por los estados miembros, la IGAD está obligada a operar en un complejo escenario regional que crea inevitablemente numerosos obstáculos para la correcta ejecución de sus funciones. La organización se propone principalmente desarrollar entre los estados miembros una mayor cooperación en el ámbito de la seguridad alimenticia, en la protección medio ambiental, el mantenimento de la paz y la integración económica. Con el objetivo de implementar en un futuro el programa inherente en la promoción de la paz y de la estabilidad regional, en 2000 la octavo Cumbre de los Jefes de Estado y de Gobierno de la IGAD votó por la institución del  CEWARN, mecanismo que busca la prevención, gestión y resolución de los conflictos interestatales localizados en el cuerno de África. El CEWARN, a través de su constante obra de monitorización, debería representar según los objetivos de la organización regional africana, un organismo que pueda planificar y coordinar intervenciones para contener los conflictos activos y prevenir posibles aumentos de violencia en los llamados “hot spot”, limitando de esta forma los invitables costes humanos y materiales ligados al estallido de una crisis. En 2006 la unidad de análisis del CEWARN elaboró una estrategía quinquenal (2007-2011) con el objetivo de conseguir seis aspectos principales:

  •     Desarrollar la obra de monitorización y la toma de información inherente a los conflictos internos de los estados miembros del IGAD.
  •     Reforzar el mecanismo del “early response” activando las diversas unidades del CEWARN en todos los estados miembros (actualmente estan activos solo en Etiopia, Kenia y Uganda).
  •     Ampliar las fuentes de información, potenciar el sistema de recogida de información y la capacidad analítica del CEWARN.
  •     Promover un sistema de relaciones públicas y de estrategias de comunicación para garantizar un mayor conocimiento del trabajo ofrecido por el CEWARN.
  •     Mejorar las funciones y la capacidad institucional del CEWARN.
  •     Implementar una estrategia a largo plazo, sostenible y que garantice el acceso a los recursos necesarios para perseguir los objetivos del CEWARN.

Sin embargo, todavía queda tiempo para conseguir los objetivos prefijados en 2006 y es posible hacer un balance parcial, ya que hasta hoy los resultados tangibles obtenidos por el CEWARN han sido pocos y, en su contra, debido a la cantidad de pasos en falso que han dado. La crisis somalí representa una causa perdida para la IGAD, que no ha sabido prever ni gestionar de forma eficaz los acontecimientos de los últimos años. Además ante la disputa entre las fronteras de Eitopia y Eritrea nunca pudo tomar un papel significativo y su mediación en el proceso de paz en Sudán resultó débil bajo muchos puntos de vista, puesto que no promovió la creación de una base sólida, para establecer la fiabilidad de las partes implicadas en el acuerdo de paz firmado en 2005.

Las dificultades en Somalia
El 20 de Mayo de 2009 tuvo lugar en Addis Abeba el primer encuentro extraordinario del Consejo de Ministros de la IGAD para discutir los desarrollos de la crisis somalí después de la pasada reunión del 27 de enero de 2009. El 29 de junio y el 10 de julio se desarrollaron, respectivamente, el segundo y tercer encuentro que concluyó con la Cumbre número 33. Durante estas citas se debatieron los mismos conceptos ya afirmandos en las anteriores ocasiones, la IGAD ratificó su propio apoyo al Gobierno Federal de Transición (GFT) somalí, condenando a su vez los grupos extremistas de ideología islámica como Al-Shabaab y Hizbul Islam que continuan desestabilizando el país. Afirmaciones similares se encuentran también en el comunicado perteneciente a la catorceava sesión extraordinaria de los Jefes de Estado y de Gobierno de la IGAD, que tuvo lugar el 2 de julio de 2009 al margen de la Cumbre de la Unión Africana (UA) en Sirte, Libia.El comunicado final de esta última cumbre ofrece cada vez más evidentes los grandes límites estructurales de la IGAD, sus estados miembros son incapaces de elaborar una estrategia operativa común o de tomar los procedimientos justos para poder ayudar eficazmente a Somalia en la salida de la crónica situación de crisis en la que se encuentra. Esta incapacidad deriva de las perdurables rivalidades históricas y de las tensiones que p ermanecen latentes estre estos estados, disidencias que no permiten a los órganos institucionales de esta organización regional a actuar eficazmente en los conflictos en curso en el Cuerno de África. Por este motivo, el simple sustento dado por los gobiernos de los estados participantes en la pacificación de los territorios en guerra como el Programa por la Paz y la Reconciliación en Somalia, disminuyen a menudo, los esfuerzos de la IGAD en la resolución de los conflictos o en el choque de las crisis políticas y humanas. Ya, tras la celebración, el 28 de octubre de 2008, de la treceava sesión extraordinaria de los jefes del estado y del gobierno, diversos medios han mostrado su perplejidad con respecto a las capacidades que presenta la IGAD, para restaurar el orden y la estabilidad en Somalia, a la vista, sobre todo, de las pérdidas que la organización ha sufrido en términos de legitimidad y respeto entre la mayor parte de los ciudadanos somalíes. Esta desconfianza no viene causada por la penuria de los resultados alcanzados por la organización sino que se encuentra estrechamente vinculada a la percepción del papel, cada vez más preponderante, que Etiopía está expandiendo dentro de la IGAD gracias a las grandes capacidades militares y a sus relaciones privilegiadas con la mayor parte de las diplomacías occidentales. El actual desequilibrio en las relaciones entre los estados de la organización no solo pone en discusión el principio de igualidad formal previsto en el artículo 6 de la Carta de la IGAD, sino que perjudica además, la capacidad de esta última en la toma de decisiones, ya que van más alla de los intereses particulares de los estados participantes.En los últimos meses, diversos miembros del Parlamento Federal de Transición (PFT) somalí, han además, criticado a la IGAD por haber pedido la suspensión de la resolución 1725 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que prohiben a los estados limítrofes intervenir directamente en Somalia, preservando, de esta manera, la soberanidad territorial del país. La resolución está, con todo, en perfecta sintonía con otro principio fundado en la Carta de la IGAD, o bien en relación al principio que evita la interferencia en los asuntos internos de los estados miembros.En Somalia todavía está latente el recuerdo de la intervención que las tropas etíopes protagonizaron en 2006, un episodio sobre el que la IGAD aún no se ha declarado y que según muchos, representa una clara violación del principio de interferencia. Detrás de la propuesta de la IGAD, los somalíes ven la figura de Addis Abeba y, temen que, aboliendo la resolución ONU, Somalia se transformará en un lugar donde cualquier estado, Etiopía principalmente, podría intervenir sin encontrar ningún tipo de obstáculo en cuanto a conseguir sus propios intereses. La IGAD debe dar prueba de no ser una organización.

Situación crítica y limitada de la IGAD y del CEWARN
Diversos son los límites, estructurales y no estructuales, que impiden a la IGAD y a su mecanismo de “Early Warning and Response” de actuar eficazmente en el ámbito de la prevención y resolución de los conflictos:

  •  El sistema de “early warining ha alcanzado un satisfactorio nivel de desarrollo, mientras no exista aún un mecanismo de respuesta realmente válido, la sinergia y la coordinación entre los dos dispositivos deben ser los aspectos a desarrollar a corto plazo.
  •  El proceso por el cual los varios estados miembros comparten las informaciones, las comunicaciones y la cooperación es muy débil. Faltan mecanismos adecuados de consulta tanto a nivel local como regional.
  •  El actual mecanismo de monitorización está basado exclusivamente sobre el Field Monitors, presentes activos, y sobre los conocimientos individuales de Country Coordinators. Es necesario que tales instrumentos sean integrados con datos suplementarios en grado de abastecer de informaciones, que se puedan vincular a las relativas étnicas, a la cultura, a la afiliación, todos indicadores esenciales para interpretar y contextualizar correctamente las informaciones recogidas sobre el campo.Además de estos límites de naturaleza estructural, se hace necesario considerar también el difícil contexto regional sobre el que opera la IGAD: la guerra civil en Sudán, la crisis en la región del Darfur, los roces entre Etiopía y Eritrea, y los violentos encuentros entre las tropas guvernativas ugandesas y el Lord's Resistance Army que impiden a la IGAD de crear una estructura eficaz en grado de gestionar efectivamente tales conflictos.

El CEWARN no es unicamente un mecanismo que sufre limitaciones operativas. Según un estudio del Parlamento Europeo publicado en 2008, el Continental Early Warning System (CEWS) de la Unión Africana, no estaría dotado ni de personal especializado ni de fondos necesarios para lograr, con éxito, sus acciones de prevención y de gestión de conflictos, reduciendose así a un mecanismo que aún debe desarrollarse. Un similar discurso se puede presentar en relación al Regional Early Warning System (REWS) della Southern Africa Development Community (SADC). El Warning and Response Network de los estados del África Occidental (ECOWARN), en cambio, ha dado prueba de ser un sólido instrumento para la integración política y la seguridad regional, cuya prevención está garantizada también a través de la Standby Brigade, contingente de 6500 soldados instituido en 2006.El grado de desarrollo de los mecanismos del “early warning and response” de estas organizaciones regionales parece, aún demasiado bajo para poder pensar en dejar operativa durante el 2010, el African Standby Force (ASF), la fuerza militar continental que se alinea en contextos regionales de crisis y que está sostenida por la Unión Africana.

Para garantizar la paz y la seguridad en las áreas de interés, la IGAD deberá actuar de modo que los países miembros adopten un comportamiento más adecuado con respecto a todÁfrios los problemas vinculados con sus capacidades de respuesta preventiva. Es esencial que estos estados comprendan que una mayor cooperación en el ámbito del CEWARN es para su interés en cuanto promover un contexto regional más estable favorecería tanto el crecimiento económico que el desarrollo interno.Con todo, el mayor obstáculo para la realización de los objetivos de seguridad y de conflict resolution de la IGAD deriva de los aún, existentes conflictos entre los estados miembros. Estos conflictos no parecen ser prioridad para los organismos internos de la IGAD dado que ésta se resiente de las decisiones de los estados miembros y de las disputas. Por el estado de los hechos y considerando los escenarios de crisis en el área IGAD, por lo tanto, parece evidente que esta institución no pueda actuar con más eficacia, sin recurrir a su particular aparato, sino que pueda, por el contrario, recibir un nuevo apoyo para mejorar las relaciones bilaterales entre sus miembros.
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EEUU y AL: momentos de tensión

La relación de EEUU con América Latina no atraviesa por un buen momento y Brasil juega un rol clave en ello. La Administración Obama continuó la política de Bush de dar a este país el rol de potencia regional y, de hecho, delegar en Brasil el rol de líder o por lo menos de moderador. A las lógicas diferencias por los temas comerciales -que son una constante en la relación bilateral entre los dos países-, se han agregado tres cuestiones políticas: el uso de bases en Colombia, la crisis de Honduras y las relaciones con Irán. Pero es este último punto el que marca la diferencia más relevante en términos estratégicos. Brasil está comenzando a actuar como potencia global y es en este campo donde se marca la diferencia. La Secretaria de Estado de los EEUU, Hillary Clinton, advirtió con severidad a Bolivia y Venezuela por sus vínculos con Irán. Chávez dio una respuesta agresiva al estilo de las que suele dar y Morales la rechazó con énfasis. Por su parte, el gobierno iraní respondió también a Washington. Pero el canciller brasileño (Amorim) también lo hizo, aunque su país no fue mencionado por la Secretaria de Estado, y o señalando que Brasil busca una solución pacífica para el problema del desarrollo nuclear iraní. Para remarcar un hecho en el campo diplomático: al visitar el país el Subsecretario de Estado para América Latina (Valenzuela), no lo recibe el canciller, sino el asesor de Lula para política exterior, Marco Aurelio García. Pero de este encuentro surgió una aproximación de posiciones respecto a Honduras: que Micheletti permita la salida de Zelaya del país y que no sea quien entregue el poder al nuevo Presidente. 

La Cumbre del MERCOSUR, reunida en Montevideo, desconoció el resultado de la elección de Honduras, casi al mismo tiempo que Hillary Clinton felicitaba a Lobo por su triunfo. La posición de Brasil frente a la elección de dicho país centro-americano es compartida por Uruguay y Paraguay y también por Argentina, que tiene incluso una postura algo más fuerte que la brasileña. La reunión del bloque no pudo avanzar en sus temas propios, pero fue el desconocimiento de la elección hondureña el tema en el cual mostró su unidad. De los países asociados, sólo concurrió Venezuela. Chávez aprovechó para denunciar en la Cumbre que EEUU tiene un plan de guerra para América del Sur, criticando a Colombia y México por su cooperación con Washington en materia de seguridad y lucha contra la droga. Pero Chávez sigue sin obtener la incorporación de su país al MERCOSUR por la actitud del Senado en ambos países de demorar su aprobación. De los países asociados a este grupo regional, no comparten el no reconocimiento de la elección hondureña Chile y Perú -que avanza en un TLC con China y acaba de ser invitado por Lula a integrarse como miembro pleno. La gira regional del Subsecretario de EEUU para América Latina comprende los cuatro países del MERCOSUR. En Argentina, Cristina Kirchner recibía al Subsecretario de Obama (Shannon), pero ahora no lo hace con el de Obama. La visita de Arturo Valenzuela -la primera que realiza fuera de EEUU- servirá, como sucedió en Brasil, para crear un mejor clima en la relación del grupo regional con Washington. 

En la Cumbre de los países del ALBA realizada en Cuba, la condena a los EEUU por su posición en la crisis de Honduras fue enfática y se denunció que EEUU puede crear otro Vietnam en la región. Chávez, Correa, Morales, Ortega y Raúl Castro fueron claros y elocuentes. Incluso el presidente cubano aprovechó para criticar el otorgamiento a Obama del Premio Nobel de la Paz, con argumentos similares a los que utiliza su hermano Fidel en los artículos que publica periódicamente. La condena a EEUU se amplió también al uso de bases en Colombia y su eventual utilización para realizar operaciones militares en la región. La reunión confirmó que este grupo, cuyos países suman casi 80 millones de habitantes, ha crecido en el Caribe, habiendo sumado ya tres países: Dominica, Saint Vicent y las Granadinas, y Antigua y Barbuda, en una parte de la región que históricamente se ha mantenido bajo la influencia de Washington. Paralelamente, el gobierno de Ecuador acusó a los EEUU de haber participado en el ataque contra la base de las FARC en su país en marzo de 2008, quizás buscando sumar un argumento contra el uso de las bases colombianas -la que se denunció como tendiente a crear otro Vietnam en la región. Pero es poco lo que el ALBA puede hacer por Zelaya, que vio frustrada la posibilidad de encontrarse con el Presidente electo en Santo Domingo, al impedir el gobierno de facto su salida del país. Por su parte, Brasil está intimando al Presidente depuesto a que deje su embajada, pese al apoyo público que le sigue dando.

La primera vuelta de la elección chilena confirmó el triunfo de la derecha y pone en evidencia el éxito de los políticos no tradicionales en la región. Tras cuatro períodos presidenciales de la Concertación, parece lógico el triunfo de la derecha, que hoy representa la renovación política. Piñera obtiene casi el 45% de los votos, con cerca de casi 15 puntos de ventaja sobre el candidato oficialista (Frei). Si bien los tres candidatos que lo siguen se unen en la segunda vuelta y la suma de votos supera al primero, la diferencia no es fácil de revertir, sobre todo porque el voto por el tercero (Ominami) tuvo un alto componente de búsqueda de cambio, y el candidato opositor lo representa más que el oficialista. Bachelet termina con casi 80% de aprobación, lo que resulta excepcional en Chile y en el resto del mundo. Pero es un fenómeno hoy común en América Latina y en particular en América del Sur, donde están los presidentes más populares del mundo. Lula, Tabaré, Uribe y Morales -este último reelecto- terminan también sus mandatos con una popularidad inédita. Quizás una hipótesis explicativa pueda ser que se trata de la región en la cual los políticos tradicionales han retrocedido más. El Presidente de Brasil es un dirigente obrero; el de Bolivia un líder indigenista; en Venezuela gobierna un militar; en Paraguay un obispo; en Ecuador un economista; en Uruguay llega al poder un ex guerrillero y en Chile puede hacerlo un empresario. En el resto de América del Sur, si bien Uribe proviene de la política, no es un político tradicional y los únicos dos que tienen trayectoria política tradicional -Alan García y Cristina Kirchner- están entre los más impopulares.

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Los retos occidentales en Somalia


El reciente atentado producido en Mogadiscio ha sumido de nuevo en el caos a la capital de Somalia. Los milicianos de Al-Shaabab cada día refuerzan su presencia en los distritos meriodionales y en la ciudad situada a lo largo de la frontera con Kenia, que advierte el aumento de posibles conflictos a pocos kilómentros de su frontera. La comunidad internacional parece afrontar la crisis somalí limitándose a conceder su apoyo político al gobierno central pero el nuevo plan de adiestramiento de la UE y los últimos avances en la cuestión de la piratería podrían representar un incentivo para movilizar una mayor implicación.

Nuevos conflictos en la capital y en la frontera con Kenia
El nuevo atentado presenciado recientemente en Mogadiscio, en el cual han perdido la vida 19 personas, incluidos tres ministros del Gobierno Federal de Transición (GFT), afirma indudablemente que la crisis somalí se encuentra lejos de obtener una mejora. Según los profesionales internacionales presentes, el acto terrorista del pasado 3 de diciembre representa la explosión de violenza más aguda desde junio y demuestra como, sin embargo el apoyo de la comunidad internacional, el GFT no está preparado para contener los ataques de las milicias islámicas de Al-Shaabab y del resto de grupos armados antigubernamentales. El gobierno central no tiene el control de la mayor parte de los distritos de la capital y no posee los recursos económicos necesarios para potenciar la seguridad. La incapacidad política y la ausencia de medios financieros pone en riesgo la posible paralización del gobierno de Sheik Sharif Ahmed Sharif, que lo dejaría desarmado ante el avance de los islamistas radicales. No es por lo tanto Mogadiscio la única que puede ser asediada por los milicianos de Al-Shaabab. Los grupos rebeldes controlan de hecho casi todos los barrios de Somalia meridional y los últimos acontecimientos han visto caer también la provincia entera de Lower Juba.La región de Jubaland es particularmente significativa desde el punto de vista estratégico, asomándose al Océano Índico por el sureste garantiza una salida directa al mar y la posibilidad de ser utilizado como base terrestre de coordinación para el tráfico ligado a la piratería. La frontera al oeste con Kenia ofrece a Al-Shaabab nuevas propuestas de expansión en un país donde sólo el 11% de la población cree en la fe islámica. Después del avance de las Cortes islámicas en 2006, el gobierno keniata decide cerrar las fronteras con Somalia ya sea por intentar limitar el incalculable número de prófugos a la fuga que desde los conflictos, cada día, atravesaban las fronteras, como por evitar que el enfrentamiento llegará hasta su territorio. Hoy Nairobi se ocupa de afrontar la misma problemática que desde hace tres años, a finales de noviembre, después de la toma de ciudadanos en la frontera de Dobley por parte de los milicianos islamistas, se dispone a incrementar la vigilancia sobre el límite entre Somalia y Kenia. La elección de la autoridad keniata de reforzar las medidas de seguridad habría sido dictada también por los recientes conflictos relacionados con el control de territorios meridionales somalíes entre Al-Shaabab y el grupo islamista rival, Hizbul Islam, algunos integrantes de este último consiguieron sobrepasar las fronteras y refugiarse en los asentamientos urbanos del distrito keniata de Garissa.

La violación de las fronteras por parte de los milicianos, representa una amenaza para el gobierno de Nairobi y pone en riesgo de desplazar el conflicto activo de Somalia a nivel regional. Hizbul Islam, en principio aliado con Al-Shaabab en la lucha contral el GFT, está perdiendo lentamente su capacidad de control sobre la región de Jubaland y podría por lo tanto adoptar una táctica territorial, con la intención de penetrar Kenia y dejando prácticamente Somalia en manos de Al-Shaabab. Según recientes declaraciones, esta última no tendría ninguna intención de llevar el conflicto a territorio keniata, aunque en el pasado intimó con el gobierno, en varias ocasiones, para reducir el número de soldados alineados en las fronteras, amenazando con posibles represalias a la ciudad fronteriza. Desde el territorio keniata Hizbul Islam podría reorganizar su base mas sólida para retomar el terreno perdido en Somalia y además tendría posibilidades para financiar a la guerrilla con acciones de atraco en los distritos noroccidentales de Kenia. Las autoridades de Nairobi, están de alguna manera obligadas a reaccionar y prefigurar, con el objetivo de devolver a los milicianos islamicos a su territorio, un aumento militar en Somalia con la intervención del ejército nacional.

La consolidación del apoyo internacional y el plan de adiestramiento de la Unión Europea
Los recientes episodios de violencia han puesto en evidencia la extrema vulnerabilidad del gobierno somalí. Sufre falta de autoridad, así como del reconocimiento necesario para ejercer un poder fuerte y centralizado que imponga el control en el país, hecho imposible sin el apoyo de la comunidad internacional. Bajo este propósito el GFT cuenta con recibir por parte de los donantes occidentales cerca de 80 millones de dólares que, a partir de 2010, deberían estar destinados a reforzar el sector de seguridad y a la imposición de la piratería. En esta fase del conflicto, la comunidad internacional no puedo limitarse a matener la defensa política, aunque es fundamental que el gobierno central reciba una estabilidad en el ámbito financiero y militar. Sobre estos hechos se incluye el plan propuesto en noviembre por la Unión Europea, se ha completado el adiestramiento de cerca de 2.000 soldados somalíes en una base de Uganda, localidad elegida para evitar posibles ataques por parte de los grupos islamistas durante las jornadas de entrenamiento. El plan representa en primer lugar la implicación militar de forma indirecta de la UE en Somalia, sin embargo la ampliación de los sectores en los cuales Bruselas apoyaría al gobierno de Sheik Sharif, se ha limitado a la asistencia humanitaria y a la ayuda al desarrollo. La misión necesita todavía la aprobación final pero podría iniciarse en los primeros meses de 2010 bajo la guía política española, que a partir de enero asumirá la presidencia de la Uni&oac ute;n Europea. Una preparación militar muy metódica podría consentir al ejército regular somalí restablecer el control de la capital y de otros puntos estratégicos como el puerto de Kismaayo en el suroeste del país, articulaciones esenciales para desarrollar una ofensiva eficaz contra los grupos rebeldes y reconquistar consecutivamente los distritos meridionales. La elección tomada en Bruselas lanza una mensaje preciso al resto de actores internacionales, en primer lugar a los Estados Unidos que colaboran en la lucha del terrorismo internacional, hasta ahora muy prevenidos en cuanto a la hipótesis de incrementar su participación en el conflicto. Somalia se sitúa en una posición clave para convertirse, como en cierto modo está ocurriendo, en el nuevo objeto de atracción para la milicia islámica y, en el caso de que la comunidad internacional no contribuyera con total eficacia a resolver la crisis actual, corre el riesgo de que a corto plazo la situación degenere hacia un escenario similar al afgano. Los dos países presentan importantes analogías ante la crisis, ambas sufren la inexistente figura de un gobierno capaz de detener el monopolio del uso legítimo de la fuerza y de un sistema de bienestar, capaz de garantizar a la población condiciones de vida dignas y esenciales servicios públicos. Estos hechos han dirigido tanto a Afganistán como a Somalia a deslegitimar la autoridad constituida y a fortalecer progresivamente los grupos religiosos fundamentalistas y las organizaciones criminales. Respecto a Afganistán, el escenario somalí es todavía más crítico a causa del escaso e indirecto apoyo militar procedente de la comunidad internacional. Por lo tanto, parece más difícil la recuperación institucional del país y el restablecimiento del control sobre el territorio nacional por parte de las autoridades centrales. El plan de la UE podría llevar a una reconstrucción inicial gracias al avance adoptado hasta ahora a nivel internacional en el conflicto somalí, siguiendo la estela trazada por la administración de Barack H. Obama. Aunque los Estados Unidos han modificado parcialmente las medidas operacionales establecidas en Somalia durante los dos mandatos presidenciales de George W. Bush que se basaba exclusivamente en la lucha contra el terrorismo islámico, inaugurando por lo tanto una serie de actividades que tienen la finalidad de asumir un papel más activo en la asistencia al GFT. Durante los pasados meses, fuentes gubernamentales americanas enviaron cerca de 40 toneladas de armas y municiones al gobierno central somalí, además de desarrollar cursos de adiestramiento para el ejército regular. Los EEUU continuan manteniendo un perfil intervencionista demasiado bajo y fuertemente condicionado por la piratería.

Continua la lucha contra la pirateria
Desde 2008 la Unión Europea se ocupa de la piratería a lo largo de las costas somalíes y recientemente el Consejo de la Unión Europea, con el apoyo del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas decidió dilatar la operación naval EUNAVFOR Somalia (operación “Atalanta”) hasta finales de 2010. La noticia llegó contemporaneamente con el anuncio del nacimiento de una asociación criminal para la gestión y el refuerzo de las operaciones de secuestro y extorsión seguidas por los piratas somalíes. La nueva organización debería reunir cerca de 72 barcos pirata y establecer su sede en Haradhere, ciudad costera que vive de las rentas procedente de las actividades ilícitas realizadas en el mar y donde su gobierno desde hace tiempo no está en condiciones de ejercitar ningún tipo de autoridad. La evolución del fenómeno de la piratería en Somalia se desarrolla con la extensión del ángulo de acción hacia el sur en dirección a las islas Seychelles y la consecuente institución de una estructura centralizada compuesta por delegaciones dependientes que refuerzan el negocio ligado a la piratería y los secuestros por mar. La fragmentación de los centro de poder y la total ausencia de un estado fuerte y centralizado han fomentado la proliferación descontrolada de múltiples criminales dedicados a la piratería. El nacimiento de esta asociación en Haradhere, representa el camino hacia un grado de criminalidad superior, donde las organizaciones centralizadas son una señal de alarma, no solo para la UE sino también para la comunidad internacional. La correlación entre el conflicto actual sobre tierra firme y el fenómeno de la piratería es evidente, alcanzar una cierta estabilidad política dentro del estado somalí contribuiría a disminuir los ataques de los piratas contra las naves mercantiles extranjeras, en cuanto a que vendría restaurado el mínimo nivel de legalidad necesaria para interrumpir la cadena de ilícitos que se han cometido por mar. Para contribuir de forma efectiva a la resolución de la crisis, la comunidad internacional debería tratar el problema de la piratería como una variable ligada a la consolidación del poder de los grupos islamistas bajo territorio somalí, trabajando en este sentido para promover un avance operativo que tenga en cuenta la profunda relación entre ellos.

La ampliación del soporte internacional a nivel político, diplomático y militar indirecto al gobierno central somalí es esencial para obtener una solución en un conflicto que parace estar destinado a prolongarse aún más. Sheik Sharif y sus nuevos ministros, viven en una condición de aislamineto y no tienen la capacidad ni los instrumentos necesarios para combatir a los grupos rebeldes. Sólo a través de una mayor implicación de la comunidad internacional, sobre todo en relación a la defensa interna, Somalia podrá salir de la condición de estado fragmentado en la que está sumido desde hace casi 20 años, razón que condiciona su desarrollo.

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viernes, 11 de diciembre de 2009

Turquía y su presencia en los Balcanes

Aunque el proceso de adhesión a la Unión Europea no se ha parado nunca, Turquía ve cada vez más lejos la fecha de su posible admisión plena en la organización. El país cada vez es más esceptico: el proceso dura más de veinte años sin avances sustanciales. Lo cierto es que Turquía no se acontentará con ser un miembro de Segunda División, ni le bastará la «relación privilegiada» propuesta por Francia y Alemania. También es seguro que non quiere renunciar a su prestigio internacional, aprovechándose de su estratégica posición entre Oriente y Occidente. De hecho, Turquía está reorganizando su posición estratégica. Por un lado, quiere ponerse a la cabeza y servir de puente para el mundo árabe musulmán de Oriente Medio. Por otro lado, quiere tener un papel predominante en los Balcanes, región a la que está ligada histórica y culturalmente desde hace siglos y de la que pretende ser su principal defensor: invirtiendo en los mercados, promoviendo la creación y consolidación de estructuras democráticas y apoyando las candidaturas euro-atlánticas.

Como es bien sabido, los Balcanes han estado expuestos a devastantes guerras y conflictos étnicos. Ésto naturalmente ha influido en la capacidad de las nuevas entidades estatales para reestructurarse y conformarse como Estados. Turquía siempre ha mantenido una relación histórica, económica, política y cultural con los Balcanes, fortificada por profundas uniones entre los pueblos. Ésto quiere decir que la estabilidad turca se traduce en estabilidad balcánica. De manera contraria, también la crisis ha repercutido el territorio turco. Por esta razón, los Balcanes siempre han sido, y todavía son, una prioridad para Turquía. Ésto es lo que siempre ha empujado a Turquía a formar parte de las iniciativas internacionales dirigidas a la estabilización y la pacificación de la zona. En la intención de contribuir a la estabilización de la zona, Turquía recientemente ha intensificado los acuerdos y las relaciones con los países balcánicos. El respeto de independencia, soberanía e integridad territorial, así como la no intromisión en los asuntos internos son, desde el punto de vista turco, los presupuestos básicos para mantener una buena relación con los países vecinos.

La asociación estratégica con Serbia
Turquía tiene un particular interés en mejorar sus relaciones diplomáticas con Serbia. De hecho, lo considera uno de los países más importantes de los Balcanes. Sin fronteras comunes, aún siendo vecinos, siempre se han considerado como tales y sobre esta premisan han basado sus relaciones. Los acuerdos y las interacciones entre ellos se han hecho cada vez más frecuentes e importantes, tanto que se puede hablar de una asociación estratégica. Serbia representa para la península de Anatolia la vía más rápida para llegar a Europa occidental. Ésto significa que los acuerdos comerciales tienen prioridad absoluta sobre los políticos. Turquía fue uno de los primeros países en reconocer la independencia de Kosovo tras su proclamación unilateral en febrero de 2008, iniciando incluso relaciones diplomáticas y comerciales con ella. Como era de esperar, a Serbia no le ha gustado la reacción turca, declarando abiertamente que no garantiza cumplir los acuerdos entre los dos. Sin embargo, Turquía siempre ha mantenido que la “cuestión Kosovo” no debe ser un obstáculo en las relaciones serbio-turcas. Y, sobre todo, Turquía siempre ha afirmado que los acuerdos y los compromisos realizados con el nuevo Estado kosovar nunca han estado pensados para dañar a Serbia. A pesar de todo ésto, las protestas serbias continuaron y las relaciones han vuelto a la normalidad solo en los últimos meses. El acuerdo entre los dos países de mayo del 2009, para la cooperación en el ámbito de la defensa, ha sido lo que ha ratificado esta vuelta a la normalidad. El acuerdo, firmando por el Ministro de Defensa turco, Vecdi Gönül, y su homólogo serbio, Dragan Šutanovac, recoge normas comunes para el intercambio de información clasificada y proyectos para la producción conjunta de material. Otro importante paso hacia adelante en la relación turco-serbia ha sido el acuerdo firmado en el mes de junio: los representantes de los dos gobiernos estipularon un acuerdo de libre intercambio. El texto del acuerdo prevé un proceso de tres fases que llevará a la completa liberalización de los intercambios comerciales entre los dos países para el 2015. El acuerdo se realizó sobre un modelo de liberalización asimétrico. En primer lugar porque se encuentra en línea con los objetivos económico-estratégicos de Serbia, que pretende llegar a acuerdos de este tipo con el mayor número posible de países. En segundo lugar porque Serbia tiene la oportunidad de llegar hasta el enorme mercado turco sin los costes añadidos de la aduana. Obviamente también Turquía se ha beneficiado de la estipulación de este acuerdo, ya que le permite desarrollar y promover actividades comerciales e inversiones en Serbia.

Su objetivo principal está en explotar completamente el corredor paneuropeo 10. Bajo estos hechos deben reflejarse los acuerdos bilaterales terminados en octubre. Con la visita del presidente Gül, el primer presidente turco que visita Serbia, se han firmado cinco acuerdos de cooperación bilateral entre Turquía y Serbia. Entre ellos el más importante es quizás el que se ocupa de la cooperación en el sector de los transportes y de otras infraestructuras a nivel local, regional y nacional. Este texto prevé de hecho que la turca Eksim bank financie el proyecto con un 85%, distribuyendo además un crédito de 30 millones de USD. Además, Turquía tendrá que asumir subcontratistas, adquirir materias primas y equipamiento en Serbia. Mientras tanto, el restante 15% del valor del proyecto será financiado por cuenta de Serbia. Además de la cooperación en el sector de la infraestructura, el resto de acuerdos han influido en la cooperación técnica, financiaria, económica e incluso en el campo de la seguridad social. Aportan una particular atención a Serbia, concretando una serie de acuerdos relevantes que abren las puertas a futuras colaboraciones, presumiblemente más estrechas.

Invertir para establecerse
Aunque Serbia es su aliado más importante en la región de los balcanes, Turquía dialoga de forma intensa también con Kosovo y Bosnia Herzegovina.Las relaciones entre Turquía y Kosovo han sido siempre excelentes, gracias a la unión histórica y cultural. Esto se demostró también cuando Turquía fue uno de los primeros países en reconocer Kosovo. Desde el momento de la identificación, Turquía aseguró el apoyo en este desafio por el reconocimiento internacional, defendiéndolo como un proceso irreversible. Desde aquel día y hasta el momento, los intercambios, las relaciones y los acuerdos entre estos dos sujetos no han hecho otra cosa que intensificarse. Para comprender entonces la visión holística y omnicomprensiva que los dos estados quieren aportar a su relación necesitamos mencionar la “Strategy document on the cooperation between Republic of Turkey and Republic of Kosovo”, del 13 de enero de 2009. Es un documento enfocado a definir el comportamiento en el que los dos aliados quieren mantener sus relaciones bilaterales. El texto prevé en primer lugar que los representantes de los dos países se encuentren de forma regular, ya se por intercambios comerciales como por la toma de iniciativas que operen sobre las cuestiones locales, además de un amplio respiro. La unión no se limita solo a la esfera teórico-política. Gracias al documento estratégico, se han multiplicado las reuniones y las negociaciones para redactar nuevos acuerdos de cooperación en diversos ámbitos. Entre ellos, tienen particular importancia los proyectos de cooperación comercial, dirigidos a aumentar exponencialmente el volumen de los intercambios bilaterales. El objetivo es pasar de 73,1 millones de dólares en 2006 a una magnitud aproximada a los mil millones de dólares. Todavía, antes de firmar compromisos precisos ante este objetivo, Turquía ha incrementado sus exportaciones en Kosovo, pasado de 71,4 millones de USD en 2006 a un valor de 95 millones de dólares en un año. De hecho, Turquía es el tercer país que más abastece el mercado kosovar, después de Serbiay Macedonia. Se ha dado mucha importancia también al sector de la sanidad y de las infraestructuras, no solo para desarrollar y promover financiación si no también para colaborar en el intercambio de “saber hacer”.  Así como para Kosovo, Turquía está invirtiendo mucho en Bosnia Herzegovina. También ha contribuido sustancialmente en la reconstrucción de Bosnia, soportando el comportamiento ante los acuerdos de Dayton, tanto en los aspectos civiles como en los militares. La inversión en ambos casos, no se considera solamente referida a lo económico, si no también se dirige a mantener el papel de pacificador regional. En el caso de estos dos países, es Turquía quien tiene la iniciativa de financiamiento de mayor importancia. Por lo que contribuir, también con inversiones e iniciativas comerciales, a completar las estructuras estatales es parte del proceso de consolidación de la región.

Donde hay relaciones comerciales no se entrometen los ejércitos. Turquía ha obtenido definitivamente el papel de pacificador. Ha conseguido dicho papel a través de notables inversiones dirigidas al crecimiento económico de la región, comprometiéndose incluso en el plano político. Además sostiene los procesos de adhesión a las organizaciones internacionales, como la OTAN o la UE, de los países balcánicos. De esta forma Turquía tiene nuevos y estrechos aliados. La integración de estos países permitirá disminuir el baricentro de la Unión Europea, con posible recompensas para Turquía. En primer lugar por los países balcánicos, una vez hayan entrado a formar parte de la organización podrán apoyar el proceso de adhesión turco. Secundariamente, permitiría a Turquía no ser excluida de los acontecimientos europeos. Las nuevas políticas europeas podrían ser cada vez más interesantes para Turquía, y a su vez apoyarían a políticas externas que le podrían beneficiar.
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miércoles, 9 de diciembre de 2009

Nuevas tensiones entre Rusia y Polonia

La exacerbación en las relaciones, desde hace tiempo suavizadas, entre Polonia y Rusia han vuelto a aparecer en septiembre, tras el simulacro de un ataque de tropas bielorrusas y rusas contra Polonia y Lituania. Si bien el hecho ha sido clasificado como “defensivo”, no ha conseguido tranquilizar al gobierno polaco, que se ha mostrado fuertemente preocupado por las intenciones reales del Kremlin. Esta demostración de fuerza no confirma sólo las difíciles relaciones entre los dos estados, sino que también implica a los EEUU y a la UE, en particular a la OTAN. La expansión de la OTAN hacia el este, firmemente apoyado por Polonia; la creación de una base militar en Bulgaria y Rumanía, la guerra en Georgia, han dejado los acuerdos con la Rusia en estado crítico. Ni siquiera la decisión de Obama de frenar el proyecto de construcción del escudo misilístico en Polonia y República Checa han conseguido rebatir la agresiva política rusa. Esta situación ha dado aún más urgencia a la estrategia común entre UE y EEUU en la relación con Rusia, ésta última se hace cada vez más imponente en la escena política internacional.

Enfriamiento en las relaciones entre Rusia y Polonia
El 18 de septiembre ha sido el día en el que se ha iniciado el mayor ejercicio militar ruso de los últimos 30 años. Ha contado con la participación de tropas bielorrusas, un despliegue de cerca 13.000 tropas, 200 carros armados, 100 helicópteros y numerosos misiles nucleares. Los interesados se sitúan en la parte occidental del territorio bielorruso y en la región rusa de Kaliningrado, que se asoma por el mar Báltico. El simulacro ha sido denominado “Zapad”, o bien Ovest, 2009 y ha sido clasificado como “defensiva”.En particular las maniobras militares han respondido a un escenario visto como improbable, el ataque de minoría polaca en Bielorrusia del oeste y de terroristas lituanos en la región rusa de Kaliningrado. El objetivo del ejercicio ha sido, según las declaraciones del presidente ruso Medvedev, tomar medidas en los progresos de las fuerzas militares rusas y probar un nuevo sistema común de defensa contra Bielorrusia, para el mantenimiento de la seguridad nacional y regional. El “war game” ha alarmado al gobierno polaco que lo ha interpretado como un acto hostil ante el país mismo. Todo esto ha coincidio con el 70 aniversario de la invasión soviética en Polonia, dotando al caso de una simbólica relevancia. Las relaciones entre Polonia y Rusia no han estado nunca muy separadas, en estos años algunas cuestiones de relevancia internacional han acentuado la frialdad. En 2007 Polonia puso el veto al inicio de las negociaciones para el nuevo acuerdo de Partnership entre UE y Rusia, en reacción a un bloqueo injustificado de las importaciones de carne polaca, decidido por las autoridades rusas. Putin acompañó con otros actos de intimidación hacia Lituania y Estonia sobre lo que la UE no ha podido hacer nada. El acto ruso es parte de una estrategia de “divide et impera” que mira a dividir los países europeos entre ellos, con el aliado americano, haciendo referencia sobretodo a la alarma energética. Varsovia, blqueando el acuerdo de Asociación, ha tenido que hacer frente a las iras de muchos de los estados miembros, sobre todo Alemania, que en materia de energía, habría obtenido muchos beneficios. Otro punto de desencuentro ha sido la candidatura de Georgia y Ucrania a entrar en la OTAN, firmemente apoyado por Polonia, que va, en cambio, en dirección opuesta a la política de Putin de restabilizar una cierta influencia sobre sus vecinos del este europeo. Por el momento, la guerra en Georgia ha obstaculizado el progreso de este proceso de integración en la alianza atlántica y ha dejado latente la agresividad de la política externa rusa, que no excluye el uso de la fuerza militar. Con el crecimiento de las contraposiciones entre Rusia y Polonia, se ha sucedido también el apoyo de la misma al proyecto de Bush de construir un escudo misilístico sobre su territorio. Si bien el escudo anti-misil era inadecuado para afrontar el enorme arsenal ruso y el objetivo declarado fue la de defender Europa del arsenal iraní, Moscú lo había interpretado como una amenaza a su disuasivo nuclear y una tentativa de acercamiento americano y de expansión de su influencia hacia el este. En respuesta a este proyecto americano, el presidente Medvedev anunció la formación de numerosos misiles de corto alcance en el enclave ruso de Kaliningrado, situada entre Polonia y Lituania, para poder eventualmente, neutralizar la eficacia de las instalaciones antimisilísticas estadounidenses. La reciente declaración de Obama de no participar en la completación del proyecto del escudo misilístico ha llevado a Moscú ha retirar la propuesta del despliegue de misiles en Kaliningrado, pero no suavizado la política rusa que se enfrenta con el este europeo; el “war game” de septiembre lo demuestra.

EEUU y UE carentes de estrategias
Algunas iniciativas promovidas por los Estados Unidos, como la expansión de la OTAN hacia la Europa oriental, la creación de bases militares en Bulgaria y Rumanía y el proyecto de instalación de un sistema de defensa antimisil en Polonia y República Checa, por el momento revocado, muestran como América está conduciendo una política de expansión de su influencia hacia Europa oriental, a menudo a través de la OTAN. Sin embargo, la alianza atlántica que incorpora a gran parte del territorio ex soviético y extiende su influencia hasta los confines rusos, ha generado fuertes protestas por parte del Cremlino. De hecho, Moscú convenciéndose del diseño expansionístico estadounidense que va en contra suyo, ha presentado una política aún más agresiva que no rechaza el uso de la fuerza, como confirma el caso de Georgia. Si bien las dificultades en las que se encuentran las relaciones entre EEUU y Rusia, tienen en realidad, todo el interés para una distensión de sus acuerdos, sea para reprender las negociaciones sobre el tratado de limitación de las armas convencionales en Europa, suspendido a causa del escudo misilístico, sea para otras cuestiones fundamentales como lo es la lucha contra el terrorismo, la proliferación de las armas de destrucción masiva, las crisis nucleares con Irán y Corea del norte. En cuanto respecta a la UE, la independencia con Rusia es aún más clara y por esto las relaciones tienden a ser menos conflicivas, aunque en ciertos temas los desencuentros se suman a la orden del día. Como ya hemos visto, el uso político de los recursos energéticos ha sido a menudo, la causa de tensiones no solo con Rusia sino también en el interior de la Unión Europea. La estrategia rusa apunta a alimentar y a servirse de las disidencias internas europeas para salir vencedora. Desde las divisiones trae su poder disuasorio con el que favorece sus propios intereses nacionales, exacerbando así las relaciones con el Occidente. La capacidad rusa de hacer esto, tiene su base en la falta de actuación, por parte de Occidente, de responder en modo unitario a las presiones rusas, dosificando las aperturas y los cierres en modo de defender la posición común. Los intereses nacionales continúan, con una temática relevante, a anteponerse a las comunes exigencias europeas, sosteniendo así la estrategia rusa del “divide et impera”.

Implicaciones
El simulacro del ataque militar contra Polonia ha puesto en vilo la deriva a la que las relaciones entre los dos estados confluyen. Rusia tiene muchos problemas de seguridad en el interior de sus confines y sus fuerzas armadas necesitan una remodelación, por esto es difícil creer que prepararse para un improbable ataque de las fuerzas occidentales (ocupadas en otros contextos, como Afganistán) sea una prioridad para el ejército ruso. Así el “war game” debe ser interpretado como una señal de la agresividad con la que cuenta la política rusa en ese área. Su objetivo es el de marginar a sus ex satélites en el interior de la UE en modo que pueda continuar practicando acuerdos bilaterales con sus aliados europeos. Rusia, dando importancia a su dependencia, sobre todo, en el campo energético con países como Italia, Francia, Alemania, podrá neutralizar el poder contractual de un frente común europeo y maximizar sus intereses. Polonia, en cambio, junto a Estonia y Lituania busca obtener un cambio de dirección en la política europea en la línea con Rusia, que aún parece ser directa a las políticas nacionales de los países miembros más influyentes. Este ejercicio, que ha hecho aumentar las tensiones, particularmente con Polonia y los otros estados de Europa oriental, ha tenido el efecto de entorpecerla en sus posiciones de oposición contra Rusia, dejando a Europa aún más dividida y confundida. Ha tenido además el efecto de incrementar el estrecho acuerdo cooperativo entre Rusia y Bielorrusia y de alejar así los ex satélites soviéticos de una posible futura integración en la UE.

El enfriamento entre Polonia y Rusia en los últimos años influye en las difíciles relaciones de cooperación existentes entre Rusia, la UE y los EEUU, sobre todo, en cuestiones vinculadas a la OTAN. El ataque simulado, preparado contra Polonia, evoca al espectro de la guerra de Georgia, precedida de una serie de enormes ejercicios militares. Si bien la explosión de una guerra es improbable, es cierto que Rusia, a través de estos últimos acontecimientos, quiera mantener abierta la posibilidad de encuentros locales en Europa oriental, que asustan por su parte, a Polonia y a los países bálticos y dividen a Europa. Ante una política rusa agresiva y segura de sus movimientos, se siente la falta de una compleja respuesta del frente occidental. Una coherente línea común en la gestión de las relaciones con Moscú, implicaría algunos requisitos pero obligaría a Rusia, por una parte, a mantenerse sobre el camino de la cooperación y a actuar contra su política agresiva, por otra parte, a tener que ceder sobre algunas cuestiones en el frente transatlántico. Una política de contemporización, aconsejada porque tendría más el efecto de quitar coraje a Rusia ante la estrategia de amenaza a los países vecinos que a aumentar el precio de una cooperación por todos anhelada.
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La importancia de las materias primas en Sudamérica

Latinoamérica puede obtener una enorme riqueza gracias a las materias primas. Sin embargo la recesión global ha impuesto la suspensión al proceso de fuerte expansión económica y desarrollo social que ha llevado a cabo la región en los últimos años, la presencia de importantes recursos parece garantizar a los estados sudamericanos un papel más relevante en la escena política y económica mundial. Diversos gobiernos intentan explotar las reservas de las que disponen para el desarrollo nacional, impidiendo o limitando la intervención de los inversores extranjeros. La nueva frontera constituida por el desarrollo de la energía renovable tiene como protagonista al litio – indispensable para el funcionamiento de los coches eléctricos – donde su demanda está en contínuo crecimiento. Si Bolivia, que posee cerca del 50% de las reservas mundiales de explotación, ha iniciado planes de producción y extracción del metal alcalino, en lo referente a las exportaciones de carbonato de litio, Chile es considerado el líder mundial. El país, que disfruta de una de las economías más dinámicas del sur de América, es también el mayor productor y exportador mundial de cobre. Venezuela destaca como el mayor productor de petróleo en la región y los nuevos yacimientos descubiertos en Brasil, que ya han obtenido la autosuficiencia energética, podrían aumentar la capacidad de exportación del coloso carioca. Sin embargo, el peso que las exportaciones de dichos recursos representan en las economias sudamericanas les hace extremadamente vulnerables a las variaciones de los precios.

La importancia estratégica del litio como fuente energética del futuro
Hoy, un cuarto de la cantidad de litio extraído está destinado a la producción de baterias con iones de litio, utilizadas para la alimentación de teléfonos móviles, ordenadores y otros dispositivos electrónicos portátiles. Este metal alcalíno, muy importante también en el sector farmacéutico, gracias a sus propiedades, está destinado a ocupar un papel de mayor importancia en el sector energético, sobre todo en perspectiva de la lucha contra el sobrecalentamiento global. Por ser el metal más ligero en el mundo, presenta una gran capacidad para almacenar energía, razón por la cual el carbonato de litio es utilizado para la alimentación de los coches eléctricos. Muchos gobiernos están desarrollando ambiciosos proyectos en el sector de la energía alternativa y de la industria automovilística, para enfrentarse al agotamiento de los combustibles fósiles, además se han preparado para invertir en la producción de coches híbridos o completamente eléctricos. La demanda de litio, que ya presenta una tasa de crecimiento anual del 7%, está destinada a incrementarse aun más con el aumento de la fabricación de vehículos ecológicos. El precio del metal por tonelada ha aumentado un 238% respecto a los datos de 1998. Esto explica el valor estratégico de las reservas, que comprenden aproximandamente cerca de 11 millones de toneladas, de las cuales 9 millones se encuentran entre Bolivia, Chile y Argentina. Estos dos últimos países, actualmente, se establecen como los principales proveedores del mercado mundial de litio y sobre todo aventajan a los Estados Unidos.

Chile, en particular, ocupa el papel principal en la extracción y exportación del metal, con una producción que, en el 2008, se ha certificado en torno a las 12.000 tonaladas. La explotación de los enormes yacimientos del Salar de Atacama están controlados por la SQM (Sociedad Química y Minera de Chile), sociedad presidida por Julio Ponce Leoru, yerno de Pinochet, privatizada en un 99,9% entre el 1983 y el 1988, pero la concesión que permite la extracción vencerá en 2030. Sin embargo, al frente de la creciente importancia que está asumiendo el litio, están aumentando las presiones para que el estado retome el control.

El 50% de las reservas mundiales de litio están situadas en Bolivia. El Salar de Uyuni que, con una superficie de 12.000 km², representa el mayor lago salado del mundo, dispone de cerca de 5,4 millones de toneladas analizadas que, si se explotaran, permitirían el funcionamiento de vehículos eléctricos durante décadas. El descubrimiento de los grandes yacimientos ha despertado inmediatamente los intereses de numerosas compañías (entre las cuales destaca la japonesa Mitsubishi y Sumitomo, la francesa Bollorè, la coreana LG y, pero no última, General Motors) que han intentado adjudicarse la explotación de las reservas del preciado mineral. Sin embargo, el presidente Morales, por un lado no descarta los acuerdos de colaboración con los inversores extranjeros, pero por otro parece convencido de mantener estos recursos bajo el control estatal para utilizar sus ganancias y redistribuirlas, excluyendo la posibilidad de que Bolivia exporte el metal en estado natural. Las condiciones que ha puesto el gobierno a las empresas extranjeras que quieran intervenir en el yacimiento boliviano pronostican, de hecho, la obligación de construir las fábricas en la zona adyacente a la extracción, de forma que la materia prima pueda ser elaborada. En caso contrario, el gobierno rechazará los financiamientos externos. Bolivia, a diferencia de Chile y de Argentina, no exporta todavía carbonato de litio pero el gobierno, en abril de 2008, inició junto a Comibol (Corporación Minera de Bolivia) un proyecto piloto en la ciudad de Río Grande que preve la construcción de una instalación para la extracción y la elaboración del litio, desde la cual se espera una producción aproximada de 480 toneladas al año. El objetivo es comenzar la producción comercial de carbonato de litio a partir de 2013. Aunque la explotación de los yacimientos pueda representar una ocasión importante para la economía boliviana, existen dudas sobre la capacidad del país para afrontar los gastos derivados de la construcción de las instalaciones y la dificultad para extraer el metal (dados los fuertes depósitos de magnesio que han sido econtrados en los yacimientos) sin el apoyo de socios extranjeros.

La producción de cobre en Chile
Chile constituye una de las economías más dinámicas de Latino América que ha prestado desde siempre mayor atención al libre comercio, estableciendo densas relaciones comerciales con numerosos países, normalmente reguladas por acuerdos bilaterales. La producción y la exportación de cobre constituye un importante pilar del presupuesto del país, correspondiente a una tercera parte de los fondos del gobierno (Codelco – Corporación Nacional del Cobre – es la empresa estatal constituida en 1976 para explotar el cobre nacionalizado en 1971). Chile representada, de hecho, como líder también en este sector, con una producción que, en 2007 era el 36,5% de la producción mundial por valor de 32.700 millones de dólares, correspondientes al 20% del PIB nacional. El valor total de las exportaciones de cobre, en el mismo año, ha sido de 38.000 millones de dólares. El precio del cobre, después de haber sufrido fuertes oscilaciones en los últimos dos años, está actualmente integrado en un contexto alcista, donde el descenso en la demanda de parte de Estados Unidos y la Unión Europea ha sido compensado por el aumento de las importaciones sobre todo por parte de China, con el fin de reconstruir las reservas estratégicas estatales. Sin embargo, la fuerte dependencia de la economía chilena sobre las exportaciones de cobre, la vuelve extremadamente vulnerable a los cambios de precios, como se ha demostrado en el derrumbamiento del 70% registrado en el balance comercial el pasado mes de enero (respecto a enero de 2008), debido principalmente a la disminución de los precios de la materia prima.

La explotación de los recursos petrolíferos en Venezuela y Brasil
Venezuela, se encuentra hoy entre los principales productores mundiales de petróleo. El país ocupa el décimo puesto en cuanto a reservas verificadas (99.300 millones de barriles estimados en 2009) y establece relación con todas las grandes potencias mundiales, es uno de los principales distribuidores de los Estados Unidos (a pesar de la política anti-americana representada por Chávez) pero también ha mantenido acuerdos con Irán, China, Rusia y Japón. La compañía petrolífera estatal, Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA), reviste un importante papel en el mercado del crudo. La cual produce el 70% de la producción nacional de petróleo, ocupando una posición de mayoría en una empresa conjunta creada con los inversores extranjeros. El país es el quinto exportador mundial de petróleo, que representa la principal voz de la exportación venezolana. El buen camino que traza la economía del país está estrechamente relacionado con las ganancias derivadas del crudo. Estos últimos, de hecho, el año pasado representaron el 30% del PIB, el 90% de los beneficios provenientes de las exportaciones y cerca del 50% del balance federal. El gobierno supo encontrar enormes ventajas al aumento del precio del petróleo, que en julio de 2008 alcanzó el record de 147 dólares americanos por barril. Ha comenzado a llevar a cabo una serie de nacionalizaciones gracias a las cuales el estado domina casi completamente la economía del país, las importaciones y los gastos públicos han aumentado de manera significativa, así como los consumos (generando por otra parte también un boom en la inflación que ha llegado hasta el 30%). Sin embargo, el descenso de los precios del crudo observados a finales del año pasado, puso en evidencia la extrema vulnerabilidad de la economía venezolana. Según las previsiones, la tasa de crecimiento del país, que desde el 4,9% de 2008 ha bajado 6 puntos en el porcentaje y será negativo también en 2010. Un crecimiento sostenido de los precios del crudo, iniciado después de la crisis mundial y que, según el vicepresidente de la PDVSA, aumentará como consecuencia del crack de Dubai, es necesario para evitar el estallido o una posible contracción de la economía del país después de años de gran expansión.

Con una suma de reservas verificadas de 12.200 millones de barriles en 2007, Brasil posee los yacimientos más extenso de Latino Amércia después de los venezolanos. El país produce 2,422 millones de barriles al día, que lo colocan en el décimotercero puesto de la clasificación de los principales productores mundiales. Aunque Brasil satisface casi la mitad de la demanda nacional de energía sirviéndose de fuentes renovables, la producción petrolífera está en constante crecimiento, de tal forma que en 2010 el coloso carioca pueda competir con Venezuela. De hecho, el reciente descubrimiento de yacimientos en la banda del pre-sal (bajo la capa marina, sobre una superficie de cerca 150.000 km²), con una consistencia estimada de 100.000 millones de barriles, podría convertir Brasil en exportador de petróleo y, según las previsiones más optimistas, alcanzar uno de los primeros puestos de la clasificación de las principales potencias petrolíferas mundiales. Sin embargo, la profundidad a la que están situados los recursos (7.000 metros bajo en nivel del mar) mete en gran dificultad, sobre todo relativamente a las teconologías a utilizar, convirtiendo la extracción difícil y costosa. Petrobras (la compañía petrolífera en la cual el estado posee el 33,2% de las acciones) está altamente especializada en la extracción submarina y los precios del petróleo están aumentando, las inversiones que deberían afrontar son enormes y arriesgadas. Por lo tanto, el gobierno de Lula prometió intervenciones normativas que podrían modificar la regulamentación relativa a la explotación de los recursos petrolíferos, intuyendo un régimen de participación con las sociedades privadas (también extranjeras) y el estado. Este último sería representado por una nueva sociedad pública, Petrosal, que gestionaría los contratos con los inversores extranjeros. Estos, a su vez, estarían obligados a establecer una empresa conjunta con Petrobras, que ocuparía un papel privilegiado porque tendría una cuota de participación de al menos el 30%. El plan normativo propuesto por el presidente Lula prevé, además, la creación de un Fondo Social, hacía el cual deberían desembocar las ganancias derivadas de la explotación de recursos, con el fin de financiar programas de desarrollo para el país.

La explotación de las materias primas juega un papel muy importante para las economías de los países latinoamericanos y constituye el primer factor para sostener el crecimiento. Si Chile abastece desde hace mucho tiempo el mercado mundial a través de acuerdos bilaterales, países como Bolivia tendrán próximamente planes de explotación para sus recursos. En cada caso, es común la voluntad de llevar a cabo esta explotación de forma nacional, esta elección puede ser tomada como una reacción a la explotación de compañías extranjeras que históricamente no han aportado grandes beneficios a la población local, pero por otro lado esta decisión podría penalizar las inversiones extranjeras y no garantizar los capitales necesarios. Sin embargo, si las riquezas naturales del área latinoamericana constituyen el punto de fuerza para la economía nacional, al mismo tiempo representan un exponente débil e inestable. De hecho, los balances estatales, incluso el de los países económicamente más desarrollados, aparecen dependientes a las oscilaciones de los precios, como se demostró el año pasado a consecuencia de la caída de los precios de cobre y petróleo sobre las economías venezolanas y chilenas.
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viernes, 4 de diciembre de 2009

Panaroma turbio en Venezuela

El presidente Hugo Chávez, en vista de las próximas elecciones legislativas que tendrán lugar el 26 de septiembre de 2010, ha sufrido una caída de su popularidad, en parte debido a la actual crisis económica. El Presidente ha promulgado en estos meses algunas leyes nuevas, entre las que se encuentran la de Ley de Urbanismo y una reforma parcial de la composición de las Fuerzas Armadas.

La política interna de Venezuela
La política interna de Venezuela se ha caracterizado en los últimos meses por nuevas reformas propuestas por el presidente Chávez. Las nuevas leyes son reformas de la ley Orgánica de las Fuerzas Armadas, la ley de Reclutamiento Militar y la ley de la Juventud. En lo que respecta a las dos primeras, la reforma se basa en la voluntad de involucrar mayormente a la población en la defensa del territorio incentivando el reclutamiento de voluntarios, regulando la composición y el funcionamiento de las milicias populares y de los reservas, que estarán bajo la tutela del Ministro de Defensa. El Gobierno venezolano también ha promulgado la nueva ley de Urbanismo que “está orientada a identificar los terrenos sin utilizar dentro de la ciudad, con el objetivo de desarrollar infraestructuras destinadas al bienestar social”, como ha explicado la Agencia Bolivariana de Noticias (ABN). Para terminar, Hugo Chávez también ha firmado una reforma de la ley de la Juventud, que tiene la intención de favorecer la plena integración y participación de los jóvenes en la sociedad, a través de mecanismos que les faciliten su inserción en el mundo laboral.

Con el referéndum popular que se llevó a cabo en noviembre de 2008, el pueblo venezolano decidió cambiar la ley electoral que dió al líder venezolano la posibilidad de presentarse de manera ilimitada como candidato a la Presidencia de la República. Tras el referéndum, la mayoría y la oposición comenzaron una campaña electoral en vista del voto para el renuevo de la Asamblea Nacional, que se desarrollará el 26 de septiembre de 2010. Los últimos sondeos de Datanálisis sobre la popularidad de Chávez han revelado una caída (46,2%). Se trata de una importante caída con respecto al anterior porcentaje de apoyo que alcanzaba el 61%. Según Luis Vicente León, el Presidente de Datanálisis, la disminución de la popularidad, la falta de un discurso alternativo y los problemas de la vida diaria del pueblo constituyen un “terreno fértil” para la oposición que todavía se encuentra “paralizada” y sin nuevas ideas tanto para un nuevo líder como para un plan gobernativo. El analista ha revelado que también ha caído la popularidad de la oposición y que todos los partidos de la oposición reúnen el apoyo de apenas el 9,3% de la población entrevistada, lo que a su juicio les llevará a presentarse de manera conjunta en las próximas elecciones legislativas.

El CNE (Consejo Nacional Electoral) ha decidido la fecha de las próximas elecciones para el renuevo de la Asamblea Nacional, las cuales se celebrarán el 26 de septiembre de 2010. El presidente del CNE, Tibisay Lucena, ha ofrecido su colaboración a todos los partidos que quieran convocar elecciones primarias, entre abril y junio de 2010, con el objetivo de seleccionar sus candidatos para la Asamblea Nacional. En las últimas elecciones legislativas de diciembre de 2005, la oposición retiró a sus candidatos: este boicot fue reconocido por la misma oposición política como un “error político”. De hecho, en los últimos cinco años, la Asamblea Nacional ha estado dominada por las fuerzas gobernativas hasta el punto de ser acusada de ser un apéndice del Ejecutivo. Sólo un grupo de parlamentarios (poco más de una decena), a mitad de la legislatura, formaron una corriente separatista que pasó a representar los intereses de algunos sectores de la oposición.

El presidente Chávez ha definido las próximas elecciones de “vitales” para mantener la marcha de su proyecto en el ámbito del “Socialismo del siglo XXI”, y ha reconocido como necesario el conservar la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional. Esta necesidad deriva del hecho de que mientras las leyes ordinarias se pueden aprobar por mayoría relativa, las leyes especiales necesitan la aprobación de 2/3 de los votos. Sin embargo, la oposición, para lograr el objetivo mínimo de impedir al partido del gobierno el obtener esta mayoría absoluta, deberá lograr presentarse de manera compacta, condición indispensable para conseguir el mayor número de votos.

La situación de la economía
A pesar de que Venezuela sea el quinto exportador mundial de petróleo, el líder de Caracas debe hacer cuentas con las crisis financiera mundial y en concreto con la caída del precio del petróleo, además de con la elevada inflación causada sobre todo por el hecho de que el país está obligado a importar la mayor parte de los bienes de consumo, sobre todo alimenticios. El PIB ha sufrido en el tercer trimestre del año una contracción del 4,5% y hasta este momento ha acumulado una caída total del 2%. Se trata de un dato a contracorriente con el resto de países sudamericanos, que aún habiendo sido afectados por la crisis, habrían evitado la recesión.

La BCV (Banco Central de Venezuela) ha registrado, a finales del tercer trimestre de 2009, un saldo positivo de 5,064 millones de dólares en las cuentas corrientes, y un déficit de 1,725 millones de dólares en los flujos financieros, que han producido un aumento del nivel de las reservas internacionales netas del país a finales de septiembre, de 33,330 millones de dólares.

La BCV ha registado un superávit menor en relación al registrado en el tercer trimestre del año anterior (17,273 millones de dólares) a causa de la disminución de la balanza comercial de los bienes materiales, que ha pasado de 19,335 millones de dólares a 7,550 millones de dólares por la disminución del valor de las exportaciones totales (48,5 %), e incluso las exportaciones han disminuido un 29%. Las importaciones del periodo, estimadas en 16,372 millones de dólares han sido decisivas en el volumen total de los negocios (13%) y en los precios internacionales (40%) del sector petrolífero, así como en la reducción del 47,1% del valor de las exportaciones de los bienes no petrolíferos, debido principalmente a la disminución del volumen comercial de productos vinculados a impresas productoras de hierro, aluminio y productos químicos. Las importaciones han registrado un nivel de 8,822 millones de dólares por trimestre, reflejándose la disminución sobre todo en el sector privado (35,5%) en concreto en los productos relacionados con actividades ligadas a maquinarias y equipamiento, alimentos y bebidas, agricultura, cría y caza de animales, productos textiles y sustancias químicas.

Las importaciones públicas han disminuido un 2,7%, sobre todo en los productos y servicios relacionados con los alimentos y las bebidas. Sin embargo, la industria petrolífera ha aumentado la compra externa de maquinarias y equipamiento, sustancias y productos químicos, metales comunes y productos refinados de petróleo. Los datos más preocupantes son los relativos a la inflación, que continúa manteniéndose en niveles muy elevados: el BCV ha indicado que en el mes de octubre de este año la tasa del IPC era de 1,9%. Este dato ha emergido como consecuencia de la inflación anual (20,7%); la variación anual (octubre 2008-2009) ha sido del 26,7%.

La disminución de la actividad petrolífera se ha encontrado con recortes de la producción del crudo acordados por la OPEP a finales de 2008. Estos recortes se han llevado a cabo para poder estabilizar los mercados energéticos y recuperar los precios del petróleo, lo que se traduce en una disminución del nivel de ventas extrajeras. El BCV también ha explicado que la contracción del PIB no depende sólo del sector petrolífero sino también de otros sectores de la economía venezolana. La industria manufacturera privada mantiene la contracción causada por la disminución del volumen de producción. El sector del automóvil ha sufrido una contracción del 23,7%, el sector químico del 5,3% y la industria alimentaria del 7,3%. Los sectores productivos que han supuesto la excepción a esta tendencia recesiva han sido el de las telecomunicaciones, con un crecimiento del 11,4 % y el de la construcción, con un crecimiento del 4,3%.

El Gobierno venezolano mantiene sus previsiones de inflación para el 2009 en torno al 26%, mientras que las previsiones para los primeros meses del 2010, con la esperada disminución de los precios, deberían ser de entre el 20 y el 22%. El presidente del BCV, Nelson Merentes, ha explicado que el gobierno venezolano está trabajando para que la inflación se sitúe por debajo del 10% antes de 2012. El presidente Chávez, en estos días, como consecuencia de los datos publicados por el BCV, ha afirmado que es el momento de modificar el método de medición de la economía, afirmando que el cálculo tradicional del PIB es engañoso ya que, según su opinión, no tiene suficientemente en cuenta el peso de la producción pública. De todas formas, tal afirmación parece más bien un intento de esconder, a través de la retórica, las dificultades que está atravesando el país. La pérdida de apoyo sufrida por el Gobierno abre un escenario incierto sobre las elecciones legislativas programadas para el próximo y es probable que Chávez intente consolidar su poder de manera autoritaria. Las amenazas verbales de desencadenar un conflicto con Colombia pueden interpretarse como un intento populista de desviar la atención de la población de la difícil situación económica interna y de orientar el apoyo popular al gobierno.

jueves, 3 de diciembre de 2009

EEUU y China: la disputa por el control de África

El compromiso militar de Estados Unidos en el Magreb se encuentra en continuo crecimiento. Tras la creación de la Asociación Transahariana de Contraterrorismo y del AFRICOM, los Departamentos de Estado y de Defensa continúan abasteciendo de armas, tecnología y adiestramiento de excelencia a los Estados del Norte de África. Esta política se enmarca en el cuadro de un renuevo estratégico del continente africano, iniciado el día después del 11 de septiembre, pero también se trata de un contraste a la creciente influencia ejercitada en la región por parte de Pekín y la poseída hasta ahora por Europa.

El redescubrimiento estratégico de África
El pasado mes de octubre Mali recibió del Departamento de Estado estadounidense medios de transporte militares, dispositivos de comunicación de última generación y otros equipamientos por un valor de 5 millones de dólares. La importante donación es el último ejemplo de cómo el continente africano ha ido adquiriendo un espacio mayor en la planificación estratégica de muchos países, sobre todo en Estados Unidos y China. El día después del 11 de septiembre, las regiones del Magreb, del Sahel y del Cuerno de África, se convirtieron en una encrucijada de varios intereses: por una parte la cuestión de la seguridad, con la proliferación de grupos terroristas islámicos y la permanencia de situaciones de inestabilidad en varios Estados; por otra, la cuestión energética y económica, sobre todo por las ingentes reservas de hidrocarburos y el enorme potencial que África representa para los inversiones de todo el mundo. En este contexto, muchos países han redefinido o potenciado sus intereses en el continente, dando el visto bueno a diferentes proyectos de cooperación en cada sector. Una de las colaboraciones más importantes, y en continua expansión, es sin duda la de Estados Unidos en el ámbito de la seguridad y antiterrorismo.

Los proyectos militares estadounidenses en el África septentrional
Desde el punto de vista militar, Washington se encuentra muy activa en el Norte de África: desde hace ya algunos años permanecen activos varios proyectos de colaboración “military-to-military” organizados por estructuras militares estadounidenses y dirigidos a ejércitos extranjeros. Entre éstos destaca la Asociación Transahariana de Contraterrorismo, un programa del Departamento de Estado que involucra a países del Magreb y del Sahel. El programa está orientado al desarraigo del terrorismo internacional, en concreto el ligado a Al-Qaeda, a través de una acción militar y diplomática. El programa está materialmente coordinado por el Comando África de Estados Unidos (AFRICOM), y está integrado por la operación Enduring Freedom – Trans Sahara (OEF-TS), organizada por el Departamento de Defensa, de la que dependen todos los aspectos estrechamente militares, desde el adiestramiento de los departamentos especiales de los países africanos a las maniobras conjuntas sobre el terreno. El presupuesto total del programa, de base quinquenal, es de 500 millones de dólares. La AFRICOM gestiona muchos otros programas: la International Military Education and Training (IMET) pone a disposición del personal militar de 49 países africanos fondos para llevar a cabo programas de adiestramiento profesional del ejército estadounidense, con un presupuesto de alrededor de 18 millones de dólares para el 2009. La Partnership for Integrated Logistic Operations and Tactics (PILOT) tiene la finalidad de aumentar la capacidad logística y organizativa de las fuerzas de rápida intervención de la Unión Africana, mientras que el African Contingency Operations Training and Assistance (ACOTA), bajo la supervisión del Departamento de Estado, es un programa de amplio espectro: junto al adiestramiento de las tropas africanas en sectores que van desde la gestión de los refugiados a las técnicas de combate para pequeñas unidades, a través de la ACOTA, se garantiza el abastecimiento de equipamiento militar a los países que forman parte y, sobre todo, se forman a los que serán futuros adiestradores africanos. La cobertura financiera de este programa está garantizada en cierto modo por el Foreign Military Financing (FMF), programa esencial en el cuadro estratégico africano, que proporciona equipamiento y servicios militares estadounidenses a los países miembros, con un presupuesto anual de cerca de 19 millones de dólares. A través del Foreign Military Sales (FMS), además, los ejércitos extranjeros pueden adquirir material militar (medios terrestres, aéreos, navales y equipamiento) que cuenta normalmente con la misma calidad que el usado por el ejército estadounidense, o recibir artículos militares excedentes. Por lo tanto, el compromiso militar estadounidense en África, que se desarrolla en varias plataformas militares y dicha inversión está justificada en el panorama de la lucha global contra el terrorismo, tiene el objetivo de potenciar la seguridad en África, sobre todo en las regiones septentrionales y orientales con mayor exposición al proselitismo ideológico y a la penetración islámica armada a causa de los precedentes históricos y de la crónica debilidad socio-económica, es concebido como una de las claves para garantizar los intereses y la seguridad de los Estados Unidos.

Diplomacia militar y penetración de China
La responsabilidad militar estadounidense en el norte de África no es debida solamente a su deseo de seguridad principalmente antiterrorista, la cooperación militar es un pilar importante en el plano de las relaciones entre el continente africano y los gobiernos anteriormente mencionados que, sobre todo en esta región, tienen numerosos intereses, la mayoría económicos, que salvaguardar. Entre otros sujetos a comprometerse en el continente africano, se distinguen por importancia, además de los Estados Unidos, Europa y China. La primera está activa en África, sobre todo desde el punto de vista económico, más que como Unión Europea, los países del viejo continente prefieren actuar individualmente. La influencia cultural francesa en la zona, conectada desde la época colonial, se mantiene viva en París y despreciada en algunas regiones africanas, mientras otros actores como Italia han firmado contratos destinados sobre todo a explotar las reservas de hidrocarburos al norte de África. Existen también proyectos y acuerdos entre los estados del Magreb y la Unión Europea con su complejidad (como por ejemplo el Proceso de Barcelona o el proyecto de un área de libre mercado entre Europa y el norte de África) que implican varios ámbitos de cooperación, incluso sin alcanzar todo su rendimiento. Es, sin embargo China la que tiene el papel más importante en la zona de operaciones del Magreb. En general en el continente africano el gigante asiático lleva a cabo desde hace tiempo una estrategia de penetración económica y diplomática, construida sobre instrumentos económicos-diplomáticos como ayuda al desarrollo, prestamos, adquisiciones empresariales y financieras, influencia cultural y cooperación. Desde los años 60, Pekin exporta mano de obra especializada, personal médico, profesores y organiza programas de escolarización con diversos niveles para los jóvenes africanos además de garantiar préstamos industriales con bajos intereses. El IV Forum sobre Cooperación China – África (FOCAC) del pasado noviembre es uno de los principales vehículos de la prenetación china en África, desde el punto de vista económico, cultural y político. La presencia china se hace notar también en el ámbito social (incluso China está investigando en torno a una vacuna contra la malaria que el gobierno de Pekín introducirá en el mercado africano) y económico, a través de financiamientos particularmente sustanciosos destinados al sector de infraestructura y al de tecnología (basta con saber que a principios de 2009, los intercambios entre China y África alcanzaron una cifra record de 80 mil millones de euros), con una presencia masiva en el mercado de los hidrocarburos, pero también a través de la distribución de aportaciones para el desarrollo desvinculado respecto estándares democráticos, según la estrategia china de “no intervención” en las cuestiones internas de otros estados. A causa de la eficacia de la estrategia china que incluso se ha extendido a otra subregión, la región del Magreb, hasta ahora al margen de la ofensiva política y económica de Pekín, el activismo militar estadounidense se explica también como una suerte de contención diplomática, de acercar la acción económica y cultural evidentemente vistas como insuficientes. Ofreciendo a los gobiernos africanos mayor seguridad a través de la tecnología, medios y competencias militares, los EEUU se aseguran la importante alianza de estados-clave desde el punto de vista estratégico, como Algeria o Marruecos. No es casualidad, que muchos de los programas descritos anteriormente, a pesar de su naturaleza predominantemente militar, estén administrados (y financiados) por el Departamento del Estado, uno de los centros de la diplomacia y de la política extranjera estadounidense. Así, tampoco es una casualidad que hayan sido, propio los Estados Unidos, la primera potencia a enviar a un embajador a la Unión Africana, y que numerosos grupos de expertos americanos se hayan ocupado profundamente de la competición económica, cultural y militar entre EEUU y China en el continente africano. El AFRICOM, nacido a partir del U.S. Europe Command, ha sido fomentado bajo la administración Bush jr. con el objetivo de fungir tanto como trámite diplomático con los estados africanos, cosolidando los ya existentes vínculos que Washington tiene en el continente, como un medio para extender en África la influencia económica y comercial de los Estados Unidos, así como cualquier acción que sirva para asegurar la disponibilidad de los ricos yacimientos de hidrocarburos de la región.

Los varios programas militares americanos en el continente africano, en particular en la parte septentrional, responden a una serie de intereses: por una parte, la cuestión de la seguridad que no puede ser ignorada dada la inestabilidad del continente y la existencia de varios grupos armados, entre los que se encuentran algunos en la línea de Al-Qaeda, como el Al-Qaeda en el Magreb Islámico, activo sobretodo en Algeria y Mali. Por otra partte, es imposible ignorar el aspecto diplomático y económico de la cuestión, la estrategia redescubierta en África ha fomentado una mayor atención por parte de Washington si se concentrara tanto en la necesidad de mantener buenas relaciones con los principales países africanos, considerados aliados clave en lo relacionado con la situación posterior al 11 de septiembre, como en la importancia de los recursos naturales y de potencial económico del continente. El gran éxito de los programas militares de Washington en Magreb y Sahel, verá sus frutos solo a medio o largo plazo, y dependerá también del comportamiento de la administración Obama con respecto a esta estrategia, inaugurada con presupuestos políticos muy diferentes a aquellos que mantenía el presidente Bush. La continua dotación de competencias hacia los militares africanos responde a la exigencia de aportar a los ejércitos nacionales una plena independencia en el sector de la seguridad. En los próximos años se asistirá a una competición cada vez más dura entre EEUU y China para el control económico, cultural, energético y militar del continente africano, y en particular de la parte septentrional. En esta región, además, Europa también tiene sus políticas de refuerzos y un peso diplomático y económico específico que no cederá a ninguno de los dos colosos extramediterráneos. África del norte, en su totalidad y dados los grandes intereses internacionales que se encuentran en el área, posee una importante estrategia para alinearse entre las competencias dadas por EEUU, China y Europa.