jueves, 29 de octubre de 2009

Los países del IBSA

China se ha convertido en uno de los principales aliados comerciales del país africano, pero el rol comercial de Sudáfrica se ha puesto en discusión por la cooperación del país con otros aliados, India y Brasil, entorno al foro IBSA.

China en África y las relaciones económicas con Sudáfrica
En los últimos años, África ha emergido como macrorregión dominante sobre la política extranjera de China. Según algunos analistas, las manifestaciones que China, en torno al comercio y a las inversiones, mantiene con África, tendrán un fuerte impacto en el futuro desarrollo del continente. China tiene un superávit comercial significativo con África, se estima además, que la cantidad de intercambios alcanzará los 100 mil millones de dólares antes del 2010. Se trata en su mayoría, de petróleo, materias primas y productos agrícolas, el foro IBSA intercambia productos acabados, inversiones, infraestructuras y ayudas.Según datos del Banco Mundial, las inversiones financieras chinas en África han crecido de los mil millones de dólares al año, antes del 2004, a 7 mil millones de dólares en 2006 y 4,5 mil millones de dólares en 2007. Sin embargo, Pekín ha recibido numerosas críticas de diversos países africanos, acusándola de estar interesada sólo, en los recursos naturales y no en incentivar el desarrollo local del empresariado y del trabajo. En gran parte de África, sin embargo, las inversiones chinas son la única alternativa a falta de otros capitales extranjeros. Una situación común se sucede en Sudáfrica, donde las inversiones entre sudáfrica y china ascienden a 500 millones de dólares.Como consecuencia del crecimiento del número de intercambios comerciales entre los dos países, en 2006 el presidente sudafricano Thabo Mbeki ha remarcado la necesidad de crear un acuerdo de libre intercambio con China. Ésta, por su parte, se ha convertido en el quinto mercado más importante para el export sudafricano, dominado por el hierro, el acero y el metal y las piedras preciosas; al mismo tiempo, China a alcanzado el segundo puesto como fuente de import sudafricano, en particular en relación a los sectores de la mecánica y del textil.La cooperación entre Sudáfrica y China tiene grandes potenciales de desarrollo en diversas áreas. En primer lugar, en el intercambio de conocimientos y recursos humanos, como medio para atraer inversiones extranjeras, crear puestos de trabajo, desarrollar la agricultura e incrementar los conocimientos (intercambio que se desarrolla también a nivel político, entre los partidos del gobierno). En segundo lugar, a través de las inversiones que explotan las respectivas ventajas de los dos países, un enorme mercado interno fuerza el trabajo abundante y el clima de inversiones como mejoría para China; el excelente sector farmacéutico, minero y metalúrgico y el desarrollo digital para Sudáfrica. En tercer lugar, el comercio bilateral puede abastecer a cualquier país que lo precise, así como productos de manufactura procedentes de China y orientados hacia Sudáfrica; hierro, aluminio y productos metalúrgicos de Sudáfrica orientados hacia China.Sin embargo, aún existen ámbitos de fricción comercial, el más importante de hecho, es el export sudafricano que permanece marginado en el enorme mercado chino (sólo la lana sudafricana constituye una linea de import prevalente para el país), y algunos productos alimentarios podrían someter presión al mercado agrícola interno sudafricano. También el efecto de las barreras en torno a las tarifas para la importación, son diferentes: el 13,96% de la importación en China, contra el 6,79% de la importación en Sudáfrica. Desde este punto de vista, Sudáfrica, podría favorecerse de la apertura del mercado chino en algunos nichos agrícolas, actualmente protegidos.Un primer resultado ha llegado con la firma de 13 acuerdos comerciales sobre agricultura, minerales, energía, comercio y no proliferación nuclear, en junio de 2006, en el marco de la Ner African-Asia Strategic Partnership. Sudáfrica ha asegurado también, una reestricción de las exportaciones chinas en el sector textil, buscando fomentar la industria local.

China y el foro IBSA (India, Brasil, Sudáfrica)
La cooperación China-Sudáfrica se ha puesto en discusión debido a la creciente implicación del país africano en el foro de diálogo IBSA con India y Brasil. Tal iniciativa de cooperación Sur-Sur, nacida tras la mobilización para el bloqueo de los trabajos de la conferencia WTO de Cancún, sobre la liberalización agrícola y de la Declaración de Brasilia en 2003, tiene el objetivo de coordinar la política extranjera de los tres países emergentes y desarrollar la cooperación en los campos de la agricultura, comercio, energía, instrucción, tecnología y transportes. La cooperación entre los tres países tiene amplios márgenes de desarrollo, sobre todo, en el transferimento de las tecnología. India, que acumula históricas alianzas comerciales con toda la ladera sureste del continente africano, finalmente, se ha establecido como protagonista principal en el campo de la tecnología informática en África y apunta a abastecer la conectividad con 53 estados africanos con satélites y fribras ópticas, así como en la producción de farmacos antirretroviriales a bajo coste y software open-source en el sector medico-sanitario y en la ingeniería de precisión. El mercado automobilístico sudafricano ha visto el ingreso de empresas indianas como Tata Motors y Mahindra & Mahindra.Numerosos comentarios han girado en torno al esfuerzo que se debe realizar para una participación de sudáfrica en el grupo ISBA, dado a su peso económico, en contraposición con los otros dos miembros, y la opinión completa del grupo no se considera lo suficientemente representariva de los países en via de desarrollo debido a la ausencia de China y Rusia. Para este propósito, es oportuno recordar que el sur del mundo es un grupo heterogéneo de estados y que no se ha dicho, que China y los países IBSA comparten los mismos intereses fundamentales. Además, existen también importantes diferencias políticas pertinentes a los respectivos sistemas de gobierno y de participación. De hecho, lo que India, Brasil y Sudáfrica tienen en común el ser tres estados considerados como democracias cumplidas, mientras que China presenta aún grandes déficit democráticos así como implicaciones en otros procesos de cooperación Sur-Sur como la troika India-China-Rusia, el grupo BRIC (Brasil, Rusia, India, China) y la organización de Shangái para la cooperación. Son tres las razones fundamentales, según algunas opiniones, por las que China permanecerá fuera del grupo IBSA. En primer lugar, porque ésta ya posee un escaño permanente en el Consejo de Seguridad ONU, y el empujón para la c.d. “democratización” de las instituciones internacionales, de hecho, va en contra de sus intereses nacionales. En segundo lugar, China se considera un beneficiario para la globalización, mientras que la identidad común del grupo IBSA está basada en procesos democráticos compartidos, derechos humanos y libertades personales. En cualquier caso, el grupo IBSA no es ciertamente, un monolito: los tres países están divididos según los subsidios de exportación (al que sólo, Sudáfrica ha renunciado) y el crecimiento de los comercios trilaterales tiene como favorito sobre todo, India y Brasil. Los beneficios de los acuerdos comerciales IBSA, según sus criticos, serían muy eficaces, a través de acuerdos bilaterales.

El crecimiento de los comercios y de las inversiones chinas en África, representaría una tendencia constante también en los próximos años, sobre todo como modalidad de diversificación de los intercambios comerciales y financieros en África, así como de apertura a otros mercados además de aquellos con los países OCSE. Sin embargo, también China hará cuentas con otros concurrentes a nivel regional. En cuanto al caso sudafricano, la India, principalmente, aunque también Brasil, han puesto en práctica mecanismos de cooperación dirigidos a reforzar los intercambios recíprocos. La cooperación IBSA, basada no solo en los intereses comerciales, sino también en un común sentimiento político y de identidad democrática de los tres estados miembros, tiene los papeles en regla para construir una alternativa a las relaciones bilaterales Sudáfrica-China, proporcionando al país africano de un aumento en las diversificaciones de los intercambios y de las inversiones.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Los limites del AFPAK

La Administración Obama parece haberse apropiado de la idea de que Afganistán y Pakistán deben ser considerados como dos realidades de un mismo problema. Ésto puede sintetizarse con el término “AfPak”, que ensambla los nombres de los dos países. En realidad, un análisis más en profundidad demuestra que los dos países afrontan retos diferentes y, por lo tanto, considerarlos como si fueran una única cosa terminará siendo contraproducente, y no sólo para Estados Unidos.

La idea de AfPak
La política “AfPak”, concepto recientemente adoptado por la clase política y militar estadounidense, se basa en la idea de que Afganistán y Pakistán constituyen, por una serie de razones, si no una sola realidad, al menos dos escenarios fuertemente dependientes entre sí en lo que se refiere a la seguridad. Simplificando mucho, según este punto de vista, para Estados Unidos es mejor adoptar estrategias que afronten la situación, en concreto relacionado con la seguridad, de los dos paises como si se tratase de una única zona. Cuando en marzo de 2009 se hizo público el éxito de la política exterior en la zona, la Administración Obama reconoció la importancia de involucrar en el asunto del futuro de Afganistán a todos los Estados interesados.

Se ha dicho que esta teoría nació con finalidades puramente prácticas, sobre la base de una serie de experiencias que, sin embargo, no se han llevado a cabo. El objetivo que se persigue es el de poner fin a la guerrilla en Afganistán y estabilizar tanto el país como su vecino meridional. Pero el hecho de que la guerrilla de los talibanes activos en Afganistán haya sido (o según muchos analistas lo es aún) apoyada por Pakistán, se añade a la existencia de una serie de cuestiones internas independientes de la crisis afgana. Por lo tanto, suponer que al solucionar la crisis de Afganistán contriburá a resolver la de Pakistán es cuanto menos discutible. La complejidad de los factores de inestabilidad en el segundo es el que, si hipóteticamente se resolviera la crisis en Kabul, Islamabad lo mismo debería afrontar una crisis irreversible.

Sin embargo, el problema fundamental es que ninguno de los dos está de acuerdo en ser comparado con el otro, por razones culturales, políticas e históricas. En una entrevista para el Financial Times a primeros de septiembre, el Presidente pakistaní, Asif Ali Zardari, declaró que “Afganistán y Pakistán son naciones claramente diferentes y no pueden ser comparadas por ningún motivo”. Por otro lado, Islamabad reivindica la existencia de una estructura institucional sólida, de una economía desarrollada, además de que dispone de enormes fuerzas militares y armas atómicas. Por su parte, el Presidente afgano, Hamid Karzai, considera que su país es una nación (entendido como una comunidad unida por valores, ideas y por un sentimiento nacional), algo que, según él, no se puede decir de Pakistán. En conclusión, tanto los pakistaníes como los afganos piden que se sepa diferenciar cada situación.

¿Antiterrorismo o contrainsurgencia?
Para Obama, el principal objetivo de la intervención militar en Afganistán (la que ha definido durante la campaña electoral del 2008 como una “guerra de necesidades”) es la lucha contra la organización Al Qaeda y los grupos talibanes que la apoyan dándole asilo. Según algunas declaraciones, se interviene en Afganistán para impedir a Osama Bin Laden y a los suyos que organicen un atentado similar al del 11 de septiembre de 2001. Y para ésto también hay que tener en cuenta a Pakistán.

Si el objetivo es más o menos compartido por toda la clase política estadounidense, surgen divisiones en el modo en que llevarse a cabo.

La estategia que parece prevalecer por el momento es la llamada counter-insurgency (contrainsurgencia). A través de un compromiso militar consistente se intenta limpiar el terreno de la presencia de guerrilleros o milicianos de Al Qaeda, así como de otras formaciones subversivas (“clear”); mantener las posiciones conquistadas defendiendo la población de los ataques (“hold”); y construir o reconstruir las infraestructuras materiales o sociales del país para impedir a la guerrilla de tomar la delantera (“build”). En esta óptica hay quien, sobre todo en los altos cargos militares, propone un aumento de las tropas actuales en el territorio (alrededor de 68.000 soldados). El reciente informe presentado por el comandante de las tropas de EE.UU y de la ISAF en Afganistán, el General Stanley McChrystal, parece ir en esta dirección. En unas declaraciones al New York Times (publicadas el 8 de septiembre), Andrew J. Bacevich, profesor de relaciones internacionales, ha afirmado que Obama y los suyos en realidad están intentando hacer “con mayor empeño lo que ha hecho en los últimos ocho años” la Administración Bush.

Sin embargo, hay quien, por una serie de motivos, propone reducir la presencia de soldados estadounidenses en Afganistán y luchar contra el movimiento talibán y Al Qaeda con una serie de acciones antiterroristas y, por lo tanto, a través de un mayor empleo de aeronaves sin piloto, de ataques aéreos, operaciones dirigidas por las tropas especiales, y de un fomento de las capacidades del servicio de inteligencia. Tampoco se excluye el desembolso de dinero para convencer a los “señores de la guerra” locales a sublevarse contra los rebeldes. La idea de fondo es perseguir los mismos objetivos con un despliegue de hombres y medios más reducido, minimizando los costes en términos humanos y la presencia en el campo, que está comenzando a pesar demasiado sobre la población local.

En Washington son conscientes que está guerra no la ganará sólo Estados Unidos, ya que el apoyo de sus aliados está siendo fundamental.

Será necesario esperar el resultado de la segunda ronda de las Presidenciales, el próximo 7 de noviembre, para conocer quien será el nuevo líder afgano. Sea quien sea el ganador de los comicios, para Estados Unidos seguirá siendo un objetivo principal el consolidar las estructuras estatales de Afganistán. Y ésto prevé, en primer lugar, la afirmación de un liderazgo creible y acreditado que pueda cosechar el apoyo de la población en la lucha contra la guerrilla.

Pero ésto podría volverse contra Washington. Un líder elegido con una amplia y sólida mayoría podría desvincularse de la tutela de los estadounidenses y buscar otros aliados, como la India o China. Podría intentar, por ejemplo, un acuerdo con los líderes talibanes, incluso contra los intereses de Washington.

Indudablemente, todo lo sucedido a Hamid Karzai, que en los últimos años de su mandato ha perdido toda su credibilidad ante Estados Unidos, es algo que, gane quien gane, deberá tener en cuenta.

La “Kerry-Lugar Bill” y sus implicaciones
En la fase actual, la relaciones diplomáticas entre Washington e Islamabad se han centrado en la cuestión de la ayuda estadounidense al aliado asiático. Se calcula que durante la Administración Bush Pakistán recibió 11.800 millones de dólares desde Washington en forma de ayuda. Según el periodista pakistaní, Ahmed Rashid, el 80% de la ayuda ha acabado en manos de los militares, que han gastado 8.000 dólares en la compra de armamento para utilizarlo en caso de un posible conflicto con la India. Esta estimación parece ser confirmada por algunas recientes declaraciones del ex Presidente pakistaní, el General Pervez Musharraf, que asumió el poder mediante un colpe de Estado militar.

Para evitar que ésto se repita, los estadounidenses han creado un marco legislativo que los pakistaníes deben aceptar. El “Enhanced Partnership with Pakistan Act of 2009”, conocido como “Kerry-Lugar Bill” por el nombre de sus principales defensores (según algunos debería ser llamado “Kerry-Lugar-Berman Act”), constituye el texto legislativo que debería regular el flujo de financiaciones públicas aportadas por Estados Unidos al aliado. A grandes rasgos, prevé para los próximos cinco años 1.500 millones de dólares al año en ayuda para fines civiles en Pakistán. Como contrapartida, se les pide el poner en marcha toda una serie de medidas que garanticen un apoyo más convincente en la lucha contra el terrorismo internacional, la proliferación nuclear y la estabilidad de la zona. En realidad, la prioridad, según la prensa, se ha dado a un control más exhaustivo de los políticos sobre el Ejército y las Fuerzas Armadas.

Tanto en Pakistán como en Estados Unidos, la “Kerry-Lugar Bill” ha sido juzgada como un instrumento de Washington para hacer ingeniería política en la nación asiática, modificando el equilibrio de las fuerzas en favor de la dirigencia civil y en detrimento del peso que tienen los militares, sobre todo en la definición de la política extranjera y de seguridad. Éstos ya han dado a conocer de forma clara su opinión: para ellos la “Kerry-Lugar Bill” es sustancialmente inaceptable. Esta opinión se ha encontrado con el apoyo de algunos analistas norteamericanos, convencidos de que en esta fase de recrudecimiento de la guerrilla de los talibanes en Pakistán, no es oportuno desestabilizar la estructura institucional del país.

Desde hace tiempo el sentimiento anti-americano presente en la sociedad pakistaní en diferentes niveles, está aumentando de manera exponencial. La decisión de Estados Unidos de agrandar su Embajada en Islamabad y aumentar su personal ha sido visto por muchos como una prueba de la voluntad de predominio de Washington sobre Pakistán. En concreto la presencia en varias zonas del país de personal de las Fuerzas de Seguridad estadounidenses (específicamente de las Fuerzas Especiales, que actúan a menudo bajo protección) ha desencadenado un resentimiento que se alimenta con teorías conspiradoras.

Sin embargo, hay que decir que el Congreso de Estados Unidos emitió el pasado 14 de octubre de 2009 un “Nota explicativa” que atenua las peticiones de la Kerry-Lugar Bill, principalmente reduciendo la presión sobre los altos cargos militares de Pakistán. Hasta el momento no está claro que imposición prevalecerá. La historia nos dice que, en el pasado, medidas similares a las de la Kerry-Lugar Bill por parte de Estados Unidos, fueron retiradas o resultaron ineficaces por las protestas de los pakistaníes y por ésto Washington está convencido de que es necesario acceder a las peticiones de los militares de Islamabad.

Desde el punto de vista de la política exterior, Afganistán corre el riesgo de convertirse en el elemento distintivo de la política de Obama, como resultó Iraq para su predecesor. Y él parece tener la intención de evitar que esto suceda. De hecho, debe afrontar una creciente desconfianza de la opinión pública en relación a cómo está gestionando la crisis afgana. Algunos sondeos demuestran que los ciudadanos estadounidenses cada vez son más contrarios a un nuevo envío de tropas a Afganistán.
Las relaciones con Pakistán siguen siendo poblemáticas. Como afirma Rashid, una inyección de fondos no será suficiente para motivar a las autoridades de Islamabad en la lucha contra los talibanes afganos, apartando soldados y medios desplegados para combatir contra la India. Los militares pakistaníes han demostrado en el pasado una notable habilidad para convencer a algunos sectores de los altos cargos estadounidenses para aceptar sus peticiones y abandonar cualquier intento de apoyo a la democratización del país.
Algún analista estadounidense comienza a barajar la hipótesis de que Obama intente estabilizar la situación a corto plazo, aceptando las peticiones de los militares de enviar más tropas a la zona, procediendo a su retirada cuando sea políticamente conveniente. De hecho, la política extranjera del actual jefe del Ejecutivo estadounidense no está dejando ver las novedades que muchos se esperaban.

De todos modos, los dos países representan escenarios diferentes, aunque existen influencias recíprocas.
 

martes, 27 de octubre de 2009

Esta semana ...

Libia-Italia: institución de una zona de libre intercambio - Honduras: nuevo fracaso de las negociaciones entre Zelaya y Micheletti - East Asian Summit: los líderes asiáticos listos para la creación de una zona de libre intercambio – República Checa: Biden alienta a los aliados de la Europa centro-oriental – Irán: respuestas ambiguas sobre el acuerdo de enriquecimiento del uranio, Israel se prepara.

Libia-Italia: institución de una zona de libre intercambio
El gobierno italiano ha anunciado su ingreso en un área de libre intercambio con Libia en el puerto de Misurata, ya sede de una zona económica especial en el Noreste del país, a 210 km de la capital libia.

El proyecto de institución de una zona de libre intercambio está enmarcado dentro del proceso de acercamiento diplomático y de refuerzo comercial entre Roma y Trípoli. La constitución de un área fuera del régimen fiscal permitirá que los flujos de capitales y mercancías procedentes de Italia sean más fluídos, así como permitirá al gobierno libio aumentar las inversiones extranjeras y proyectos industriales con su principal socio comercial, hacia el que destina el 40% de sus exportaciones. El cuadro normativo presentado por Trípoli para la zona de libre intercambio también contiene medidas de estímulo a favor de los empresarios italianos a través de un fondo financiero para las inversiones y los costes ligados a la exposición de las empresas en el extranjero. La zona de Misurata podría aumentar el intercambio de Italia con Libia (alrededor de 20.000 millones de euros en el 2008) y fomentar la diversificación de la oferta industrial y empresarial italiana. Además, se trata de un elemento geoeconómico estratégico para la internacionalización de las empresas en África, dado que podría favorecer al apertura de los negocios italianos hacia otros países del Norte de África, y significar un punto de apoyo comercial rumbo al África subsahariana. En este sentido, la Gran Jamarihiya podría convertirse en la plataforma privilegiada de Italia de cara a aumentar el intercambio con los países africanos explotando, no sólo el canal económico libio ya establecido, sino también el político, a través de una posición de fuerza que el Coronel Muammar al-Gaddafi posee en los países africanos.

Con respecto a las otras zonas de libre intercambio presentes en el Magreb, y con las que los gobiernos del Norte de África intentan engancharse económicamente a Europa, la de Misurata representa para Italia, y su red empresarial, una oportunidad que va más allá de las buenas relaciones italo-libias y que le da la capacidad de consolidarse en su papel de potencia político-económica del Mediterráneo en dirección al continente africano.

Honduras: nuevo fracaso en las negociaciones entre Zelaya y Micheletti

En los últimos días se han retomado las negociaciones dirigidas por la Organización de los Estados Americanos (OEA) para encontrar una solución a la crisis hondureña a través de la mediación del presidente de Costa Rica, Óscar Arias, con la intención de llegar a un acuerdo entre el presidente destituído, Manuel Zelaya, y el presidente de facto, Roberto Micheletti. Sin embargo, el diálogo se rompió nuevamente el pasado viernes 23 de octubre.

Las negociaciones de las delegaciones a cargo de Zelaya y Micheletti se han paralizado una vez más en el punto principal de la conversacion, es decir, la readmisión en sus funciones del presidente cesado. Ambos reconocen que respetarán el resultado que salga de las urnas el próximo 21 de noviembre, cuando se celebrarán las elecciones presidenciales, pero los simpatizantes de Zelaya piden que éste vuelva a su cargo hasta la finalización natural de su mandato, el 27 de enero de 2010. Por el contrario, el bando de Micheletti no admite el retorno del ex presidente, que actualmente aún se encuentra en el interior de la embajada brasileña en Tegucigalpa. En concreto, Zelaya mantiene que debería ser el Parlamento quien decidiera su vuelta al poder, mientras que su adversario quiere dejar la decisión en manos de la Corte Suprema. Está claro que, mientras el primero pide que se pronuncie al respecto el órgano representativo del poder legislativo, expresión de la voluntad popular, por el contrario el segundo intenta ganar tiempo hasta que se desarrollen las elecciones. Sin embargo, es precisamente el tiempo el que parece jugar en contra de los dos rivales: mientras que para Zelaya un posible reconocimiento del resultado electoral por parte de los países extranjeros podría significar la renuncia a sus reivindicaciones, para Micheletti el progresivo aislamiento al que está llevando a Honduras puede que no sea sostenible por mucho más tiempo. En la última cumbre del ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América) sólo se permitió la admisión a la delegación del antiguo presidente Zelaya.

Es probable que ninguno de los dos rivales consiga prevalecer sobre el otro. Las elecciones se celebrarán con gran expectación por parte de las organizaciones regionales e internacionales, que intentarán garantizar su regularidad. Por lo tanto es posible que tanto Zelaya como Micheletti se vean obligados a renunciar a sus propósitos, siempre que no aumente el nivel de desencuentro político y que el presidente destituído no decida hacer uso de la fuerza a través del recurso de sus simpatizantes, que según algunas fuentes podrían recibir el apoyo de Venezuela.

East Asian Summit: los líderes asiáticos listos para la creación de una zona de libre intercabio
La pasada semana tuvo lugar la cuarta Cumbre del Este asiático en Cha-am (Tailandia), que contó con la participación de los líderes de los diez países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ANSA), además de China, Japón, Corea del Sur, la India, Australia y Nueva Zelanda. El objetivo principal del encuentro era buscar una solución que pudiera llevar al fin de la crisis económica en Asia, intentando nuevas vias que tomar para favorecer la recuperación de la economía y la disminución de la dependencia de las economías asiáticas del comercio de Estados Unidos y la Unión Europea. En el encuentro también se discutió la creación de una zona de libre comercio en el sureste asiático y la posibilidad de crear una comunidad similar a la Unión Europea entre los países miembro de la ANSA, que favorezca el desarrollo de la región y la formación de un bloque asiático que pueda equilibrar las principales potencias de la zona y obtener un papel de mayor relieve en el ámbito internacional. Los problemas ligados a la creación de una comunidad en el sureste asiático están principalmente relacionados con el papel que debería esperar a las superpotencias que tienen intereses particulares en la zona, en concreto China y Estados Unidos.

Japón y China son las principales potencias con intereses comunes. Ambas apoyan que la creación de una comunidad tiene que tener un objetivo a largo plazo. Sin embargo, Japón mantiene que es necesario la implicación de Estados Unidos, mientras que China afirma que es necesaria una mayor integración de los países asiáticos y se declara disponible para abastecer a los países de la ANSA quince mil millones de dólares para la financiación de las infraestructuras necesarias para el desarrollo de los sistemas de transporte y la recuperación del comercio de los países que se componen la organización. En las declaraciones finales que realizó el presidente de la ANSA, Abhisit Vejjajiva, afirmó que existen signos de recuperación de la crisis económica, pero que se necesita una mayor vigilancia por parte de los gobiernos.

Otros temas que se trataron en el encuentro fueron el impacto del cambio climático, la seguridad alimenticia y energética, la creación de una comisión sobre los derechos humanos en el sureste asiático y una mayor coordinación para la gestión de los desastres medioambientales y la prevención de la difusión de enfermedades pandémicas.

República Checa: Biden alienta a los aliados de la Europa centro-oriental

El nuevo programa estadounidense relacionado con el escudo antimisiles europeo está asumiendo pautas más precisas después de los recientes encuentros entre el Vicepresidente norteamericano, Joe Biden, y representantes de Polonia, la República Checa y Rumanía. En concreto, tras la reunión del pasado 23 de octubre con el Primer Ministro checo, Jan Fischer, Biden consiguió obtener un apoyo máximo de los checos para colaborar en el ABMD, Aegis Ballistic Missile Defense System, que modifica sensiblemente el plan elaborado por la anterior administración de George W. Bush, el GMD, Ground-Based Midcourse Defense. Aunque no se han firmado acuerdos específicos, las dos partes han fijado un nuevo encuentro para el próximo mes de noviembre, cuando un equipo norteamericano especializado viajará hasta la República Checa para tratar las modalidades de participación concretas de ésta en el nuevo sistema, siempre dentro de los márgenes de la OTAN.

El punto crucial de la cuestión versa sobre la decisión de la administración Obama de abandonar (a causa de una reconsideración de la actual capacidad iraní de misiles) la ya programada instalación (análoga a la existente en Fort Greely, Alaska) de diez sistemas antimisiles terrestres capaces de interceptar misiles balísticos de largo alcance, que originariamente debían ser desplegados en la población polaca de Redzikowo (Pomerania) y la instalación de un radar avanzado en la República Checa, en la cuidad de Brdy, al Sur de Praga, a favor de un sistema más flexible y mixto que se concentre principalmente en las amenazas a corto y medio alcance, basado en el empleo de sistemas antimisiles navales que utilizan el misil SM-3, el Standard Missile 3. El misil, que tiene un alcance de 500 km, se caracteriza por la falta de una cabeza explosiva, pero en virtud de la energía cinética desprendida, por el impacto de su LEAP, Lightweight Exo-Atmospheric Projectile, es capaz de destruir un potencial misil balístico de meido alcance durante su fase Midcourse (fuera de la atmósfera).

La Federación Rusa ha aplaudido públicamente (a través del Embajador, Nato Rogozin) el movimiento americano de abandonar el GMD, ya que veía el despliegue del sistema antimisiles de largo alcance como una amenaza directa al potencial estratégico ruso, que había anunciado con anterioridad la instalación de misiles tácticos Iskander en Kaliningrado si Estados Unidos no renunciaba al plan original.
Actualmente, Estados Unidos ha destinado 3 cruceros de la clase Ticonderoga y 15 buques de guerra de clase Burke al nuevo sistema ABMD.

Irán: respuestas ambiguas sobre el acuerdo de enriquecimiento del uranio, Israel se prepara.

La pasada semana, la prensa ha publicado, a distancia de pocas horas una de otra, noticias contradictorias sobre el comportamiento iraní respecto al acuerdo propuesto por Mohamed El Baradei, director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). La propuesta hecha circular el miércoles, por parte del OIEA, fruto de meses de mediación, es muy clara, la respuesta de Teherán lo es en menor medida. El OIEA, de acuerdo con el grupo del 5+1, ha propuesto a Teherán de transportar el 80% de los 1.500 kilos de uranio parcialmente rico, a Rusia, con el fin de que venga enriquecido y transformado en combustible nuclear y posteriormente, sea mandado a Irán para utilizarlo como alimento a un reactor para la búsqueda médica. Así, Irán obtendría su nuclear para uso civil pero, en contraposición, perdería los 1.000 kilos de uranio necesarios para crear mecanismos nucleares.

A mitad de semana, quizás por forzar las últimas resistencias, o bien, para sacar a la luz voluntariamente, las reales intenciones, El Baradei se declaró fuertemente posibilista sobre la voluntad iraní de aceptar el acuerdo, incluso se temía una posible firma durante la jornada del viernes pasado. En un primer momento, la televisión iraní ha anunciado un no a todo el compromiso en general, poco después, la misma emisora lo ha desmentido, anunciando la voluntad de la República Islámica de tomarse un tiempo (una semana, para ser precisos) para decidir. Así, matizando la opinión, anunciaba un definitivo no, pero acompañado por una no mejor precisada contra propuesta.

Es evidente que si el objetivo de Teherán es realmente el acreditarse como potencia atómica, el ceder el 80% de su uranio a un país extranjero, no es, ni será nunca de su interés. Hoy, la República Islámica sabe que tomarse su tiempo, significa jugar una partida, quizás complicada, que no queda exenta de riesgos (al menos del lado de las sanciones económicas), incluso en el caso de que resulte, parcialmente, vencedores, ya que intuyen con una alta seguridad, que los Estados Unidos, ya involucrado con Afganistán e Iraq, difícilmente en la era del “pacifista” Obama emprenderán una acción militar para desestimar las centrales de enriquecimiento de uranio. Queda la incógnita israelí que probablemente, ya ha elaborado un plan de ataque; no está excluido, tampoco que los EEUU estén pensando en dejar que sean los cazas del IAF (Israeli Air Force) a hacer el “trabajo sucio”.
 

Argentina y la ley de medios

La aprobación definitiva por parte del Senado de la nueva ley de telecomunicaciones, sucedida en estos últimos días, representa una importante victoria política para Cristina Kirchner. Sin embargo, el proyecto de ley elaborado por el gobierno el pasado agosto se presenta como centro de un debate todavía latente en el interior del país, que ha implicado tanto a los grupos de la oposición como a los principales grupos mediáticos, con Clarín alineado en primera linea. Estas polémicas se insertan en un contexto en el que el consenso alrededor del jefe del estado aparece más bien poco sólido, como demuestran los resultados de las elecciones desarrolladas el pasado junio en las que los kirchneristas han perdido la mayoría tanto a la Cámara de los Diputados como al Senado’y debido también al modo en el que el gobierno ha afrontado la difícil cuestión sobre las protestas de los agricultores.

Las protestas contra la nueva ley
El impacto que tendrá la nueva ley de telecomunicaciones, aprobada el pasado 10 de octubre, sobre los principales grupos mediáticos del país no es irrelevante. Interviene en sustitución de una normativa en vigor desde los tiempos de la última dictadura militar, y actúa sobre la concesión de licencias, para el abastecimiento de los servicios de televisión y de radio, que un simple propietario puede tener a nivel nacional, limitándose notablemente por la cantidad, ya que el máximo previsto para la nueva normativa es de 10 licencias. El objetivo de la nueva ley, según declaraciones del gobierno, será la de democratizar, definitivamente, la comunicación en Argentina a través del aumento de la competición, dando la posibilidad de accesos más frecuentes a aquellos actores menos conocidos. Estos últimos, hasta hoy, se concentraban en las manos de los cuatro grupos madiáticos más grandes del país que controlaban más del 80% de las licencias y que ahora, sufrirán fuertes repercusiones, en cuanto estarán obligados a vender parte de sus actividades en el tiempo de un año. Con la nueva ley se ha querido eliminar el precedente sistema oligopolístico, previendo que el 50% de las licencias se dirijan a los privados y la parte restante se subdivida entre el Estado y las organizaciones sin ánimo de lucro. No sorprende, entonces, que la aprobación del nuevo texto normativo, sea de todo menos pacífica. Las críticas son numerosas. Algunos sectores de la oposición ‒en particular la Unión Cívica Radical (UCR) ven en la nueva normativa, el instrumento a través del cual el gobierno adquirirá un mayor control sobre los medios.Particularmente criticados son los artículos 14 y 32. El primero prevé la institución de la Autoridad de Aplicación, que controlará la conceción de las licencias. La propuesta inicial, que establecía que el organismo estuviera compuesto por solo 5 miembros (3 nombrados por el gobierno y 2 por la oposición), ha sido rechazada por la oposición en cuanto que atribuía al ejecutivo una posición preponderante al interno de la comisión. Aunque la composición de la Autoridad se haya extendido a 7 miembros (2 nombrados por el gobierno, 3 por la oposición y 2 por el Consejo Federal de la Comunicación Audiovisual), los partidos de la oposición continúan a pedir mayor transparencia en el proceso de formación del organismo, rechazando la designación de los miembros hasta el 10 de diciembre, fecha en la que cambiará la composición del Congreso. El artículo 32 atribuye, por el contrario, al gobierno, la facultad de asignar las licencias en las ciudades con más de 500.000 habitantes.El procedimiento por el que ha sido aprobada la ley finalmente, ha suscitado dudas sobre su regularidad. El UCR, de hecho, ha denunciado tanto las presuntas presiones ejercidas por el gobierno sobre algunos diputados como el hecho de que el texto normativo haya sufrido correcciones después de haber sido publicado en el Boletín Oficial. En cualquier caso, la ley de telecomunicaciones constituye un importante instrumento para que los Kirchner puedan mantener su influencia política, sobre todo, en vista a la constitución de la nueva Cámara legislativa que se incorporará en dos meses y en la que el gobierno estará en minoría.

Las consecuencias del Telecom y de Telefónica
El texto definitivo de la ley de telecomunicaciones, excluye la posibilidad de que las compañías telefónicas del país, Telefónica y Telecom, puedan introducirse en el sector de los servicios video trámite cable telefónico. Se trata de una modificación al proyecto originario, elaborado por el gobierno, necesaria para los Kirchner para obtener un mayor apoyo del Congreso y que rechaza las acusasiones de las fuerzas de centroizquierda, que han sostenido que el proyecto de ley haya sido elaborado a propósito para Telecom Argentina. Por lo que parece que los Kirchner quieran tener tanto el control de la compañía de telecomunicaciones como la adquisición de sujetos cercanos a ellos, que pudieran obtener las acciones que Telecom Italia ha sido obligada a vender, tras la decisión de la autoridad antitrust argentina. La disputa entre esta última y la compañía telefónica italiana se mantiene ya, desde hace bastante tiempo. Ésta tiene mayores acciones que las que la sociedad española Telefónica pueda tener al interno de Telco Consortium, que a su vez, ha adquirido hace dos años, una cuota aproximada de 24,7% de Telecom Italia. Esta última ocupa una posición de mayoría en Sofora Telecomunicaciones, la holding que controla Telecom Argentina. Esta dura jerarquía de participaciones, en la que Telefónica contolaría indirectamente, Telecom Argentina, ha dado lugar a acusaciones de conflictos de intereses con Telefónica Argentina, compañía de telecomunicaicones de la propiedad del Grupo Telefónica y principal concurrente de Telecom Argentina, en el sector de la telefonía fija desde que, en los años 90, fue eliminado el monopolio estatal de las telecomunicaciones. A pesar de que Telecom Italia haya negado en más de una ocasión, la existencia de cualquier tipo de influencia de la sociedad española en su filial argentina, el grupo argentino Werthein, accionario de minoría de Sofora Comunicaciones, ha emprendido una batalla legal contra la compañía italiana, denunciando la situación de monopolio. La Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC) ya intervino el pasado mes de abril, imponiendo a los consejeros de Telecom Italia la revocación de todas las decisiones tomadas en el Cda de Telecom Argentina a partir del 9 de enero de 2009, para evitar distorsiones por parte de la concurrencia y produciendo, al mismo tiempo, la inebitable parálisis de la actividad de la sociedad italiana en Argentina, que deberá operar sobre una desinversión, cediendo todas las actividades y los derechos que mantiene sobre Sofora.

La cuestión de los agricultores
La nueva normativa, según las fuerzas de la oposición, respondería a la intención del gobierno de afectar los intereses del Clarín, el más grande grupo mediático argentino, quitándoles así, la influencia en el interior del país. Si durante su presidencia, Néstor Kirchner ha podido gozar del apoyo del Clarín, las relaciones entre este último y el gobierno han comenzado a deteriorarse a partir de marzo de 2008, a causa de los críticos avances del gran grupo mediático al kirchenerismo, en mérito a la difícil cuestión del encuentro con el sector agrícola. Para dar paso a las protestas, el pasado año, fue decisión del gobierno el incrementar los impuestos sobre las exportaciones de los cereales, provocando un aumento de los costes de la producción, con grandes consecuencias sobre los agricultores (se considera que Argentina está entre los mayores exportadores de cereales) agravada por la caída internacional de los precios de las materias primas que reduce ulteriormente, los márgenes de provecho. La oleada de huelgas que obligó al gobierno a abrir un difícil diálogo con los representantes del sector agrícola hasta que, en julio de 2008, tras algunas decisiones tomadas en el interior del mismo peronismo y la relajación de algunas alianzas, estuvo obligado a dar marcha atrás en el aumento de los impuestos. A pesar de esto, las protestas de los agricultores no han cesado. Estos piden una política agrícola coherente, se oponen a la prórroga por parte del legislativo, de la facultad que atribuye al gobierno el poder fijar los impuestos sobre las exportaciones y proponen una reducción de los impuestos sobre las exportaciones de soja, maís y trigo, hasta la eliminación de los productos que no superen las 1.000 toneladas. El pasado mes de agosto, tras la bajada de producción del sector agrícola, debido también, a los daños provocados por los fenómenos climáticos, el Senado ha aprobado un plan de emergencia que prevé ayudas económicas. Sin embargo, aún la cuestión permanece abierta y los dirigentes agrícolas parecen fiarse del nuevo Congreso, que se constituirá después del 10 de diciembre, más que del actual, para adoptar iniciativas que mejoren la situación del sector, recuperando la capacidad productiva.

La nueva ley de telecomunicaciones constituye una importante meta legislativa para el gobierno, ya que consentirá a los Kirchner mantener fuerte, su influencia política en el interior del país incluso después del próximo 10 de diciembre, no gozando de la mayoría en el Congreso. Así, los resultados de las elecciones han mostrado que el gobierno está atravesando una fase de fuertes erosiones del consenso, debida, probablemente, a la insatisfacción con respecto a las duras decisiones con las que los Kirchner han afrontado cuestiones espinosas. La crisis política acaecida con las protestas de los agricultores y las encendidas polémicas que han acompañado la aprobación del nuevo texto normativo de telecomunicaciones son la demostración de la actual debilidad del gobierno, cuya salvedad parece ser constituida, por el momento, por el aumento de alternativas creíbles, dada la fuerte asimetría con una oposición no compacta que no ocasionan protestas concretas para alcanzar el poder.

lunes, 26 de octubre de 2009

Yemen o la encrucijada geopolítica


Desde el punto de vista geopolítico Yemen es uno de los países más importantes del mundo gracias a su posición geográfica. El Estrecho de Bab el Mandeb, de 18 millas de longitud, es de paso obligatorio para los barcos que salen del Mar Rojo y los que se dirigen al Estrecho de Suez, y que separa la Península Arábiga del cuerno de África. Sin embargo, a pesar de su posición, Yemen es un país atrasado que no es capaz de diversificar su economía. Además, en el transporte de hidrocarburos via mar, constantemente sufre el ataque de la piratería. La lucha interna iniciada en 1994 y recientemente retomada entre el Gobierno de Ali Abdullah Saleh y los secesionistas del clan Zaydi hacen que el país no sea seguro. El peligro para el gobierno central llega también desde el Sur, y tanto Al Qaeda como Teherán podrían favorecer el desequilibrio. La presencia estadounidense, en forma de colaboración con el gobierno central, es y seguirá siendo indispensable para Ali Abdullah Saleh.

Continúa la inestabilidad política y económica
La República de Yemen, creada el 22 de mayo de 1990 tras la unificación de Yemen del Norte y Yemen del Sur, es el país más pobre de los Estados árabes. Afectado por una serie de problemas estructurales, entre los que se encuentra una alta deuda pública, elevados niveles de desempleo e inflación, corrupción en los órganos de gobierno, un rápido agotamiento de las reservas de hidrocarburos y la escasez de agua. Pero Ali Abdullah Saleh, Presidente de la República de Yemen desde 1990 y Presidente de Yemen del Norte desde 1978 a 1990, debe afrontar difíciles problemas políticos y económicos para salvaguardar la unidad del país, y debe mantener el orden en la lucha contra los rebeldes. Desde el punto de vista interno las protestas de la oposición son alimentadas por la incapacidad del gobierno para gestionar la economía, por discriminaciones en la distribución de los recursos y por la difundida corrupción. Sin embargo, el movimiento antigubernamental, estructurado de forma tribal, aún no tiene un representante que pueda llevarlo a la independencia. La próximas elecciones tendrán lugar en 2013, pero aún no se ha asignado la persona que se enfrentará a Ali Abdullah Saleh en la carrera hacia la presidencia. También hay que descartar un golpe de Estado ya que, aunque son numerosas las críticas sobre la colaboración con Estados Unidos, además de a la gestión económica del país, el gobierno no parece temer a otra cosa que no sean las organizaciones rebeldes.

Para el gobierno yemení aún es más importante la cuestión de la lucha armada contra los secesionistas. De hecho, en agosto de 2009, la zona comprendida entre las fronteras del norte con Arabia Saudí y la capital Saná fue zona de desequilibrios. El conflicto, iniciado en 2004, vió la formación de las tropas del gobierno y sus aliados tribales contra las tribus fieles a la Familia Houti, un clan del norte de inspiración chiíta perteneciente a la secta Zaydi que ha reinado durante siglos sobre las montañas de aquel territorio. Siendo eficaz la respuesta armada del Presidente Ali Abdullah Saleh contra los rebeldes en los meses de septiembre a octubre de 2009, no parece que su permanencia en el poder, al menos a corto plazo, se vea alterada. La defensa del territorio es eficaz y probablemente sea la supremacía militar la que marque la diferencia. Se descarta una victoria militar de los secesionistas a corto plazo, pero se prevé una larga guerrilla armada que llevará a un desgaste de ambas partes.

El Gobierno y los rebeldes entre acuerdos y desencuentros
Los grupos antigubernamentales se encuentran activos tanto en el Norte como en el Sur del país y la constante presión que ejercen en las áreas periféricas hace más débil la presencia del poder central. Además, recientemente se han unido las células de Al Qaeda, con diferentes acercamientos a la guerrilla contra el gobierno central. En el Norte de la provincia de Saná se encuentran activas, sobre todo, las fuerzas de la secta Zaydi, lideradas por Abd al-Maliki (Houti), con las que el Presidente Saleh ha intentado tanto la vía del acuerdo como la dura represión, pero con escasos resultados. En el Sur de las provincias de Adan y Abyan se encuentra la franja secesionista, que pretende el regreso a la República Popular de Yemen, de rasgos socialistas, donde está muy difundido un descontento popular que se expresa en manifestaciones, a menudo reprimidas con violencia. La franja secesionista del Sur acusa al gobierno central de una desigualdad de tratamiento a la población. La presión del gobierno central se remonta a 1994, año en el que terminó la guerra civil. Desde entonces, el gobierno de Saná habría mantenido una política discriminatoria excluyendo del sistema institucional a los funcionarios y oficiales del Sur, para sustituírlos por otros del Norte. Las injusticias también comprenderían forzadas expropiaciones de terrenos y propiedades posteriormente otorgadas a oficiales del Norte leales al Presidente Saleh.

A esta situación también se añade la presencia en el territorio de actividades de Al Qaeda. Su presencia también se explica por la estructura tribal de la sociedad yemení, que favorece fuertes poderes regionales y conectados por sólidas relaciones tribales, separadas del gobierno central. Entre las acciones de Al Qaeda se encuentra el atentado del 2000 contra el barco estadounidense USS Cole y los ataques contra la embajada estadounidense en Saná en septiembre de 2008.

El Presidente Saleh, empujado por la presión del Norte a la que recientemente se ha añadido la apertura del frente del Sur, ha manifestado la necesidad de recurrir a medidas drásticas para acabar definitivamente con la resistencia chiíta. De todas formas, no han faltado en el pasado intentos de acuerdos que resultaron con breves ceses al fuego , pero que posteriormente se romperían por la reavivación de los conflictos. El primero tuvo lugar en 2007, cuando se logró una tregua por mediación de Qatar. Este acuerdo se rompió poco tiempo después, pero su estructura se utilizó como base de las sucesivas negociaciones. El esfuerzo del gobierno, que puede ser uno de los interlocutores más preparados para enfrentarse a los rebeldes de las tribus, no parece ser eficaz. Entre las recientes peticiones del gobierno está la retirada de todas las provincias ocupadas, el fin del bandolerismo en las montañas, la entrega de las armas y la liberación de los rehenes. Las excesivas condiciones no parecen adaptadas para mantenerse un margen de tiempo suficiente que garantice un diálogo entre las partes, sobre todo en lo que respecta a la liberación de prisioneros extranjeros, ajenos al conflicto, y que a menudo son asesinados tras ser secuestrados.

En este sentido las fiestas religiosas representan un buen momento para intentar calmar la situación. En septiembre de 2009 se anunció un cese al fuego durante las fiestas de fin del Ramandán, pero se rompió poco tiempo después. La relación con Al Qaeda es particularmente compleja porque aparece en escena un protagonista clave y determinante, Estados Unidos. Precisamente en Yemen, Al Qaeda encontraría un lugar para instalarse, sobre todo tras las medidas adoptadas por Arabia Saudí contra los terroristas que, expulsados del país, se refugiarían más allá de sus fronteras. El gobierno yemení también ha alcanzado acuerdos de no agresión con Al Qaeda para mantener provisionalmente el orden, pero las exigencias dictadas por la lucha contra el terrorismo y las ingentes ayudas económicas ofrecidas por Estados Unidos han provocado la inclinación por la opción opuesta.

Ante una política de intransigencia quizás el gobierno yemení habría preferido una mayor diplomacia, pero ésto no sería necesariamente una garantía de mayor éxito. El resultado a la intransigencia, de todas formas, ha sido el ataque terrorista de septiembre de 2008 contra la embajada estadounidense en Saná. Esta difícil, pero aparentemente obligada, inclinación hacia la protección estadounidense hace que el gobierno central pueda mantenerse amparado, al menos a corto plazo, de manifestaciones de fuerza de los rebeldes, encontrando un enemigo común (Al Qaeda) que sirva de unión entre Saná y Washington. Hasta que la organización de los rebeldes no sea lo suficientemente estructurada, y por lo tanto capaz de contraponer a sus adversarios una red cada vez más impenetrable y eficaz, el gobierno de Ali Abdullah Saleh encontrará la protección occidental. Pero la situación sería aún más ventajosa para Saleh si se pudiera demostar que el verdadero peligro en la zona es Al Qaeda, más que los rebeldes. De este modo Ali Abdullah Saleh podría beneficiarse de una situación contraria, en la que sería él quien apoyara a Estados Unidos contra Al Qaeda, mientras que las amenazas quedarían en segundo plano. Ésto le permitiría beneficiarse de la presencia estadounidense y de las ayudas económicas, respondiendo con más contundencia a las sospechas de filo-occidentalismo procedentes de la oposición interna. De cualquier manera, sea cual sea la amenaza predominante, Ali Abdullah Saleh no renunciará a su amistad con Estados Unidos, no podrá derrotar a los enemigos a corto plazo, ni tampoco podrá desvincularse de los conflictos internos.

¿Se encuentra Al Qaeda o Irán tras la acción de los rebeldes?
El gobierno central acusa a los rebeldes de tener como objetivo la instauración del poder bajo la secta Zaydi y su credo chiíta, pero éstos se defienden de las acusaciones declarando que están viviendo un problema político y quieren más autonomía de Saná. Además, el goberno yemení acusa a Irán de ayudar a los rebeldes. Si todo ésto fuera cierto, la situación podría complicarse bastante para el gobierno de Saleh, en caso de que el clan de los Houti estuviera dotado de armas similares a las de Hezbolá en el Líbano. En todo caso, que los motivos de los rebeldes sean exclusivamente religiosos o no, el apoyo dado por Teherán tiene un objetivo mucho más claro, que es el derrocamiento del gobierno para controlar el Golfo de Adén. Irán ha tenido buenas relaciones con Yemen en los últimos años. Los intercambios diplomáticos han sido frecuentes y también han abarcado el tema de la seguridad de Adén, para salvaguardar el transporte iraní del peligro de la piratería.

El apoyo a los Houti podría ser abastecido, teniendo en cuenta las acusaciones del gobierno yemení y de Estados Unidos, tanto por Teherán como por Al Qaeda. Pero la presencia de Al Qaeda en Yemen no es reciente. Las bases de Al Qaeda en el territorio ya existían en el 2000 cuando se reivindicó el ataque contra el USS Cole. Además, numerosos militantes en Iraq y Afganistán son ciudadanos yemeníes reclutados en las zonas pobres del país.
La colaboración entre Yemen y Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo ha conllevado duras acusaciones contra los dirigentes políticos. Saleh ha sido acusado de sumisión a Estados Unidos y, sometiendo el país a Occidente, habría favorecido indirectamente la intensificación de las células terroristas en el territorio.

El apoyo de Estados Unidos y de Arabia Saudí al gobierno yemení, podría no ser suficiente si se produjera un ataque de los rebeldes, coordinado y proveniente de numerosos frentes. Perder el control del país, significaría una grave derrota en la lucha contra el terrorismo. En primer lugar, el país, en el caso en el que se produjera un descontrol en el gobierno central, se transformaría en un fácil camino de entrada y salida para los terroristas. Desde el punto de vista geopolítico, el desenlace es esencial, y Estados Unidos no puede permitirse dejar el control en manos de Al Qaeda. A nivel regional, además, ocasionarían fuertes repercusiones negativas sobre la seguridad del Golfo de Adén. Recientemente, han aumentado las operaciones navales americanas en el Golfo de Adén y en el Océano Índico. Asimismo, el hecho de que las tensiones se hayan agudizado, hacen que Arabia Saudí deba intervenir contra la guerrilla de los Houti, en las fronteras meridionales. Sin embargo, no parece que detrás de la tipología de los ataques y del comportamiento adquirido tras los secuestros de los rehenes, exista una estrategia de conducta unitaria. Por lo tanto, los grupos rebeldes del norte y del sur, no tendrían que estar necesariamente coordinados, y Al Qaeda, podría conducir una maniobra disonante. Esta falta de coordinación, podría ser el elemento que mantuviera sostenible, todavía por un poco más de tiempo, el choque con el legítimo gobierno.

Ecuador, Venezuela y Bolivia: el nuevo tripartito sudamericano

El último encuentro bimestral entre los presidentes Correa y Chávez, que ha tenido lugar en Caracas, el pasado 7 de octubre, ha concluido con diez nuevos acuerdos que, sumándose a los 34 proyectos de cooperación ya existentes, reforzarán la alianza entre Ecuador y Venezuela. La cooperación bilateral entre los dos países se integra dentro de un proyecto más amplio, de integración política y economica de la América Latina. La aceleración de este proyecto dirigido, entre otros puntos, a poner fin a la intervención norteamericana en la región, constituye un objeto común no sólo para Ecuador y Venezuela sino también para la Bolivia de Morales. En estos días, en Cochabamba se ha desarrollado la VII cumbre del ALBA (Alianza Bolivariana para las Américas) en la que se ha decidido adoptar una moneda única (el Sucre) como medio de pagamento para las recíprocas transacciones comerciales a partir de 2010. Sin embargo, el proceso de integración parece proceder principalmente, a través de los acuerdos bilaterales que podrían ocultar la voluntad de Chávez a extender su influencia en el área.

Nuevos acuerdos entre Correa y Chávez
Los diez nuevos documentos fruto del último encuentro entre Correa y Chávez, se concentran principalmente, en el área social, en el área de las telecomunicaciones y los sectores alimentarios y mineros. Prevén también, el inicio de una cooperación técnico-militar que incluya la mutua prestación de servicios y el traslado de tecnología y de conocimiento ‒recientemente, Venezuela ha donado 6 áreas Mirag-50 al gobierno ecuatoriano‒ además de una involucración conjunta, entre los dos países, en la lucha contra el narcotráfico. Asímismo, se ha puesto de manifiesto la intención de crear un fondo común que financie proyectos bilaterales promovidos por Ecuador y Venezuela. Durante el encuentro, los dos jefes de estado han realizado también, una revisión de 34 proyectos de cooperación ya existentes, que concluyen principalmente, en materia energética. Actualmente, Ecuador provee de petroleo a Venezuela, con un coste menor respecto a cualquier otra compañía petrolífera y, a su vez, adquiere del gobierno venezolano, los derivados a precios preferenciales. Según declaraciones del presidente Correa, el proyecto de construcción de una refinería en el Océano Pacífico, en la provincia ecuatoriana de Manabí, confiado a las empresas estatales Petroecuador y a la PDVSA (Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima), se concluirá en 2010. La importancia del proyecto es enorme. El vasto complejo petroleoquímico, con una capacidad de trabajo de 300.000 barriles de petróleo al día, será el más importante de la costa sudamericana del Pacífico, ofreciendo la posibilidad a Ecuador de exportar el petróleo al resto de la América Latina y a Asia.El acuerdo entre Ecuador y Venezuela, iniciado el pasado año, continúa gozando, por el momento, de grandes perspectivas; parece proveer al proyecto de integración regional con un impulso mayor del proveniente de las diversas organizaciones ‒por ejemplo, el de Unasur‒ apoyado en los últimos años por el crecimiento económico y la instauración de un gobierno tendencialmente, de centroizquierda en el área latinoamericana. Correa y Chávez, que sostienen el socialismo del siglo XXI, han encontrado en el presidente Evo Morales, un fiel aliado con el que ya, desde finales de 2006, elaboran el proyecto común de “Trinidad socialista”. Diversos son los puntos de contacto entre los tres jefes de estado. La necesidad de que los estados sudamericanos, se apropien de las reservas naturales que poseen, gracias a las amplias intervenciones de nacionalización, así como de aceleración en el proceso de integración regional que les proporcionarían la posibilidad de salir de la crisis global, nacida en los países desarrollados, ocupa seguramente, una posición central. Otro elemento común es la fuerte oposición con respecto a los Estados Unidos y la influencia de éstos sobre America Latina. Partiendo de la idea de que no es aceptable que las decisiones relacionadas con los problemas de esta región, sean tomadas por Washington, Ecuador y Venezuela, con el beneplácito del presidente Morales, se han proclamado promotores de la creación de una nueva Organización de los Estados Latinoamericanos, alternativa a la actual OEA ‒con el que, entre otras cosas, el presidente Chávez, ha chocado más de una vez, sobre todo, en temas relacionados con los derechos humanos‒ viendo a Estados Unidos, como grande excluido. No sorprende, entonces, que los tres países se hayan declarado fuertemente contrarios al acuerdo zanjado recientemente entre Colombia y Estados Unidos, con el que el presidente Uribe ha concedido el uso de bases militares sobre su territorio, oficialmente con el fin de dar un nuevo impulso a la lucha contra el narcotráfico. Entre tanto, Correa negó a los Estados unidos la renovación del contrato relativo a la utilización de la base ecuatoriana de Manta. Tanto el presidente ecuatoriano, como Chávez y Morales, a pesar de las garantias de Washington, ven en el nuevo acuerdo la enésima convincción que el Departamento de estado haya jugado, un rol relevante en la organización del golpe de estado en Honduras con el que su aliado Zelaya, ha sido enviado al cargo de presidente.

La integración económica y las iniciativas del ALBA
La alianza estratégica entre Bolivia, Ecuador y Venezuela no puede prescindir obviamente, de la integración económica. Durante el último encuentro, Correa y Chávez, con el fin de crear un espacio económico común, han promovido la consolidación del Fondo común de Reservas de la América Latina y el Banco del Sur. Este último, cuya constitución ha sido promovida por el presidente Chávez, es un fondo monetario que hoy cuenta con la afiliación de siete países sudamericanos (Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Venezuela) y con un capital de 20.000 millones de dólares, obtenido gracias a la imposición de cuotas de diversas entidades de los países firmantes en el acuerdo. Esto debería financiar el desarrollo del área, teniendo como alternativa el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.Las propuestas sugeridas por los presidentes de Ecuador y Venezuela son coherentes con el proyecto de integración regional promovido en el seno del ALBA, la alianza iniciada por Hugo Chávez y Fidel Castro para promover la cooperación entre los países de América Latina y definida por el presidente Morales como “un sindicato de presidentes revolucionarios que luchan contra el imperialismo”, al que Ecuador se ha unido el pasado mes de junio. El 16 y el 17 de octubre tuvo lugar, en Bolivia, la VII cumbre de los jefes de los estados afiliados. La consolidación de los programas de lucha contra la pobreza y el refuerzo de la soberanía de los pueblos sudamericanos, son las prioridades fundamentales de la Alianza. Morales, de hecho, ha remarcado la necesidad de que los estados de la región, defiendan sus reservas naturales impidiendo así, que estas caigan en manos imperialistas, con una referencia directa a los Estados Unidos. La voluntad de alcanzar una supremacía en materia económica y política monetaria, ha sido aprobada por los jefes de estado presentes en Cochabamba, a través del Tratado Constitutivo del Sistema Unico de Compensación Regional (Sucre), que será introducido como medio de pagamento, a partir de 2010, para recíprocos intercambios comerciales, eliminando así el recurso del dólar y del euro. En realidad, el objetivo final será convertir al Sucre en la moneda única del bloque, por el mismo rasero que se ha establecido en el interior de la Unión Europea con la introducción del euro. Además, se discutirá sobre la estipulación del Tratado de Comercio de los Pueblos (TCP), como alternativa al Tratado de libre mercado. La propuesta, que mira hacia la posibilidad de instalar las bases para un comercio “justo” y “solidario”, ha sido ya adelantada por el presidente Morales que ha estipulado acuerdos con Venezuela y Cuba.

La alianza entre Venezuela, Ecuador y Bolivia procede y se hace cada vez más estrecha, en torno al proceso de integración regional en el que está participando América Latina en estos años. Tal proceso, que podría reorganizar decisivamente, el rol hegemónico históricamente asumido por los EEUU, ve en Chávez su principal líder. El acento puesto por el presidente venezolano sobre la importancia de la cooperación, podría, sin embargo, ocultar la voluntad de sustituir a los Estados Unidos y convertirse en un nuevo guía del área. El apoyo político y el sustento económico ofrecido por el presidente venezolano a los gobiernos que se encuentran cercanos a él, podría permitirle tejer una red de alianza a nivel regional que abasteciera de sustento necesario a sus propuestas, consolidando la posición de Venezuela, único y verdadero antagonista al liderazgo de Brasil.

jueves, 22 de octubre de 2009

La difícil negociación con Corea del Norte

Tras el encuentro celebrado en la primera semana de octubre entre el Primer Ministro chino Wen Jiabo y el presidente norcoreano Kim Jong Il en el curso del cual Corea del Norte declaraba estar dispuesta para la reapertura de las entrevistas a seis, el 12 de octubre la agencia de información surcoreana Yonhap, informaba que Corea del Norte lanzó cinco misiles de corto alcance a lo largo de sus costas orientales.

En la primera semana de octubre, el Primer Ministro chino Wen Jiabao visitó Pyongyan con motivo de la celebración del sesenta aniversario del as relaciones entre China y Corea del Norte, y para discutir algunos detalles relativos a las relaciones entre los dos países. Por esta visita, muchos esperaban señales de reapertura por parte de Corea del Norte hacia los encuentros a seis, a propósito de su proliferación de armas nucleares. Tales encuentros -en los cuales participan China, Corea del Sur, Japón, Rusia y Estados Unidos- han sido interrumpidos en abril por parte de la República Democrática Popular de Corea, tras las duras críticas recibidas por la comunidad internacional por los tests misilísticos realizados en abril, violando las resoluciones 1695 y 1718 del 1006 del Consejo de Seguridad de la ONU, que le prohibía cualquier actividad relativa a los programas de los misiles balísticos. Tras esta interrupción, Corea del Norte efectuó un nuevo test nuclear en mayo que llevó al endurecimiento de las sanciones citadas. Recientemente, el gobierno expresó su voluntad de retomar el diálogo, a pesar del anuncio, enviado a l ONU, a pesar de haber logrado el enriquecimiento de uranio. En encuentro entre el Primer Ministro chino y el Presidente norcoreano ha llevado a las declaraciones de la disponibilidad coreana a la reapertura de las negociaciones a seis, a cambio de que se abra un diálogo bilateral entre Corea del Norte y Estados Unidos, condición que los líderes coreanos piden desde hace años, pero que los norteamericanos siempre han rechazado. Estados Unidos, esta vez, se han mostrado favorables a sentarse de modo bilateral con Corea del Norte, declarando, de todos modos, que el fin último será convencer a Corea del Norte para que vuelva a las negociaciones multilaterales para la desnuclearización de la península coreana.Pero el 12 de octubre, Corea del Norte efectuó el lanzamiento de cinco misiles de corto alcance en us costas orientales, violando nuevamente las resoluciones 1695 y 1718 del 2006 y la 1874 del 2009, que reafirma la prohibición de efectuar pruebas misilísticas. A pesar de ello, no parece que estos últimos lanzamientos hayan interrumpido el proceso de reapertura norcoreano, más bien no se han considerado peligrosos. La interpretación es ambigua: no está claro si deben considerarse como una parte de los ejercicios militares normales o como reacción a la noticia del posible envío por parte estadounidense del portaaviones USS George Washington en el puerto surcoreano de Busan.

La petición de relaciones bilaterales con Estados Unidos
La condición puesta por la República Democrática Popular de Corea a la reapertura del diálogo a seis, tiene una importancia fundamental para el gobierno norcoreano, en cuanto que el inicio de encuentros dorectos con Estados Unidos representaría para el país una especie de reconocimiento y una garantía de seguridad. Corea del Norte sostiene que la cuestión solamente puede resolverse a través de las relaciones bilaterales directos con Estados Unidos, porque la voluntad norcoreana de convertirse en potencia nuclear deriva de la necesidad de defensa en los enfrentamientos de una política hostil practicada por estos desde la Guerra de Corea de los años '50. Ademá, la posesión de armas nucleares constituirá para Corea del Norte una forma de mantener la paz y la estabilidad en la península coreana y en toda Asia Oriental. Estados Unidos, en respuesta, están dispuestos al desarrollo de relaciones bilaterales en el contexto, y contemporáneamente, de la reanudación de los acuerdos a seis para poder consultar con sus socios. El objetivo principal estadounidense es el de la desnuclearización de lña península coreana, por lo que ve en las relaciones bilaterales un medio para sus objetivos. Hasta ahora no se han previsto acciones concretas por parte de Washington, pero se ha iniciado una serie de consultas con los socios de las negociaciones a seis. Corea del Norte, sin embargo, declara que la completa desnuclearización es un resultado imposble de lograr, ya que las armas nucleares son la única forma de defensa que puede usar. Una eventual desnuclearización podría venir, solamente, paralelo al completo desmantelamiento por parte de Estados Unidos y de todas las demás potencias nucleares.

Las reacciones de los otros socios de las negociaciones a seis
Los otros países que participan en las negociaciones a seis continúan manteniendo la línea dura de las sanciones y conservan una fuerte desconfianza hacia las declaraciones de apertura por parte norcoreana. Solo es una excepción China, a la cual Corea del Norte debe mucho por las continuas ayudas y el constante apoyo político que los líderes chinos han dispensado siempre. La República Popular China es su primer socio económico y juega el rol de principal mediador entre Corea del Norte y los restantes países. Es gracias a las presiones chinas que el gobierno norcoreano ha decidido reabrir las negociaciones multilaterales. El anuncio de la reapertura, por parte de Wen Jiabo tras los encuentros con los representantes de Pyongyang, puede ser interpretado como la prueba de que China se ocupa realmente de la cuestión, para contribuir al desarrollo de las relaciones internacionales pacíficas. China siempre ha sostenido el régimen norcoreano y sigue prestando atención a los desarrollos políticos del país limítrofe, que está dentro del área de sus intereses estratégicos, sabiendo que una eventual desestabilización podría representar un peligro para Pekín y que es esencial mantener el control político. El desarrollo de relaciones bilaterales entre Corea del Norte y Estados Unidos representa una fuente de preocupació, ya que podría empujar a un países de vital importancia estratégica para los intereses chinos a las manos de algún adversario que China quisiera ver lo más lejos posible del área del Pacífico.

En cuanto a los otros participantes en los encuentros a seis, todos están de acuerdo en sostener la línea dura y mantener las sanciones hasta que Pyongyang no tome acciones concretas hacia el desmantelamiento de su arsenal nuclear y de la central de Yongbyon. Rusia declara estar especialmente preocupada por los desarrollo de la política nuclear norcoreana que van en dirección opuesta a las declaraciones amistosas de sus líderes: permanece, sin embargo, convencida del uso de medidas diplomáticas. Los más intransigentes son Corea del Sur y Japón, que rechazan el envío de cualquier tipo de ayuda hasta que no vean pasos concretos hacia la desnuclearización. Además, considerando el desarrollo de las relaciones bilaterales con Estados Unidos como un medio para lograr los objetivos, creen necesario que las medidas y los resultados sean consensuados entre todos. Obviamente, Corea del Sur es la más interesada, en cuanto que los misiles de corto alcance podrían golpear su territorio nacional.

A pesar de ello, Seúl continúa manteniendo contactos con su vecino del norte, sobre todo en cuestiones no militares. En particular, en los últimos tiempos, las dos Coreas han decidido abrir un diálogo para favorecer la reunificación de las familias divididas en los años '50 con el inicio de la Guerra de Corea y para poner medidas para la prevención de inundaciones, en particular en las zonas confinantes sobre el río Imjin, donde la pasada semana murieron seis surcoreanos a causa del desbordamiento tras la apertura de los diques en la parte norcoreana tras las fuertes lluvias. Estas negociaciones entre ambas Coreas pueden considerarse un señal positivo de distensión.

Los continuos cambios de ruta por parte de Corea del Norte son el síntoma de su debilidad: Pyongyang no parece tener otros medios que la amenaza nuclear para captar la atención de la comunidad internacional. Este continuo “tira y afloja” permite a Corea sentirse a salvo de cualquier forma de ataque a su soberanía y, al mismo tiempo, hacer presión y hacer escuchar su voz. La alternancia de apertura y amenazas no es bien vista por los países con los que negocian, y siguen esperando acciones concretas para, primero, el desmantelamiento del reactor de la cental de Yongbyon. Mucho dependerá de la postura norteamericana, pero difícilmente Corea del Norte renunciará a su capacidad nuclear, que es su único medio de presión internacional. Queda por considerar los posibles desarrollos políticos internos, en particular la cuestión de las sucesión del Presidente Jong- Il, ya que el futuro líder podría cambiar la política exterior del país.
 

miércoles, 21 de octubre de 2009

Brasil: futura potencia

El país latinoamericano, durante este periodo de crisis económica, está recogiendo los frutos de las políticas llevabas a cabo en los años anteriores, con una producción petrolífera en aumento, así como las inversiones en recursos alternativos, que convierten a Brasil en un país con una fiabilidad económica en fuerte crecimiento. También por ésto el país se está confirmando en el ámbito internacional: goza de mayor aprobación del mundo financiero, participa en el G20 y tiene relaciones cada vez más estrechas con Estados Unidos.

A pesar de la crisis, Brasil se encuentra en crecimiento

Uno de los factores de crecimiento y de resistencia de Brasil ante la crisis económica es el continuo estímulo público, unido a las reducciones fiscales: el gobierno ha anunciado recientemente que desbloqueará 5.600 millones de reales para inversiones (unos 3.100 millones de dólares), llevando el gasto hasta los 14.000 millones, en vez de los 21 que congeló el gobierno al inicio de su mandato para tener la certeza de cumplir con los objetivos fiscales del año. Las desgravaciones fiscales han ayudado a Brasil a superar rápidamente la crisis económica mundial, pero también han reducido el avance primario del 3,8 al 2,5% del PIB; de este modo la deuda pública brasileña ha alcanzado el 44% del PIB, mientras que antes de la crisis era del 37%.

Aún así el gobierno ha declarado que no tiene intención de reducir el gasto público para aumentar el avance primario ni para controlar la deuda, decisión difíficil de tomar para muchos países pero no para Brasil, que goza de una reputación económica en crecimiento. Además, el gobierno ha afirmado que los impuestos volverán a subir cuando la recuperación de la crisis sea contundente, una declaración que crea dudas sobre las posibles reacciones de los contribuyentes, llamados a ahorrar sabiendo que en cierto momento los impuestos volverán a subir. Es posible que esta elección también sea atribuíble al hecho de que en 2010 se celebrarán elecciones presidenciales y el gobierno quiere aumentar su apoyo a favor de la coalición liderada por el Partido de los Trabajadors (PT), para aumentar las posibilidades de victoria de Dilma Roussef, candidata de Lula para ocupar su puesto.
Como otros muchos países, para responder a la crisis económica Brasil ha tenido que aumentar su deuda pública; sin embargo, ha sido en una medida menor con respecto a los otros países, y sobre todo con la perspectiva de reducirla rápidamente y hacerla aún menor que durante el periodo anterior a la crisis. La sociedad de gestión patrimonial Threadneedle prevé para Brasil una deuda pública del 35% del PIB en los próximos cinco años, y el aumento actual de esta deuda no está animando a los inversores: la agencia Moody's ha mejorado recientemente la clasificación en moneda extranjera y local de los bonos del gobierno de Ba1 a Baa3 (el nivel sigue siendo medio-bajo a causa de las elevadas tasas de interés). El mismo nivel es el que le asignan Standard & Poor's y Fitch (BBB-). Las perspectivas de crecimiento a corto plazo son buenas: el Ministro de Economía, Guido Mantega, ha afirmado que Brasil debería crecer en torno a 2 puntos porcentuales en el tercer cuatrimestre de 2009, y llegar al 5% el próximo año.

También en el ámbito del empleo Brasil se muestra postivo: a pesar de la ralentización de la economía brasileña, debido a la disminución de las exportaciones y a la caída de los precios de las materias primas, Brasil, según ha afirmado el Ministro Mantega, cerrará el 2009 con 700.000 puestos de trabajo más.

Brasil ha actuado mejor que otros países ante la crisis gracias a la reducción de las desigualdades en la distribución del débito y gracias a la ampliación de la clase media, de modo que durante la crisis la disminución en las exportaciones se ha visto cubierta por un aumento del consumo interno. En 2007, según un estudio difundido por CapGemini y Merril Linch, Brasil ha experimentado un crecimiento el 19% de la cantidad de personas con un patrimonio líquido superior al millón de dólares, con respecto al año anterior.

Para salir de la crisis económica los países desarrollados se están orientando hacia la mejora energética, mediante el aumento de la eficacia y de la explotación de las nuevas fuentes de energía. Brasil ya goza de ambas cosas: el sector energético es el que está llevando a Brasil al ámbito mundial a través de las enormes inversiones realizadas en energías renovables, y sobre todo gracias al aumento de la producción de petróleo.

Nuevas fuentes de energía para el desarrollo económico
Brasil, invirtiendo más que otros países en el sector de las energía renovables, ha logrado el suministro del 44% de la demanda de energía con fuentes renovables, siendo la media mundial del 13%.
En concreto, el país latinoamericano explota la energía hidroeléctrica y el etanol.

El sector hidroeléctrico se está convirtiendo en una fuente de energía cada vez más importante en Brasil, provocando muchas polémicas con los ecologistas por la construcción de presas. El último proyecto en orden cronológico, es el de la presa de Belo Monte, en el Estado de Parà, que contará con la participación de la francesa GDF Suez, y que costará alrededor de 17.000 millones de dólares.

El petróleo permanece como la principal fuente de energía, con el 38,6% de la oferta, pero el sector hidroeléctrico se está haciendo cada vez más espacio, cubriendo a día de hoy el 15% de la demanda interna.

Brasil es el segundo productor de etanol del mundo, y el primer exportador. Toda la gasolina presente en Brasil contiene etanol, y ya más de la mitad de los automóbiles del país son de combustible flexible “flex-fuel”, modelos que pueden funcionar con el 100% de etanol o con soluciones mixtas. La elección de apostar por el etanol parece dar sus frutos: alrededor del 80% de los coches brasileños funcionarán con etanol en 2020, según las previsiones de Petrobras, la empresa petrolífera brasileña, y las marcas automobilísticas de todo el mundo han iniciado a producir modelos especiales para el mercado brasileño. Entre ellas se encuentra también Fiat, que ha decidido comercializar un modelo especial del Fiat Nuova 500, compatible con el uso de etanol en el país sudamericano. Además de ésto, se destacan los crecientes beneficios derivados de la exportación de etanol. La producción de etanol está aumentando más que la demanda, aumentando también la cantidad de exportaciones, en concreto hacia Estados Unidos, convirtiéndose en el principal país importador de etanol desde Brasil, gracias a la nueva política del Presidente Obama referente a las energía renovables.

El petróleo brasileño: enormes cantidades difíciles de extraer
La creciente presencia de las energías renovables en el territorio brasileño ha hecho que el país dependa menos del petróleo. Al mismo tiempo la cantidad de petróleo producido en Brasil aumenta cada año, y en 2009 la producción ha superado al consumo interno, convirtiendo al país en exportador.

La EIA, agencia de estadística del Departamento de Energía estadounidense, prevé que para el 2010 Brasil pueda producir 2,8 millones de barriles al año, conviertiéndolo en uno de los mayores países productores del mundo. El crecimiento petrolífero de Brasil está haciendo competencia a la Venezuela de Chávez, otro gran productor mundial y el principal candidato para el liderazgo de Latinoamérica.

A nivel de extracción, el principal reto para Brasil, como para los demás países latinoamericanos, es que el petróleo debe extraerse de las profundidades marinas y se trata de petróleo “pesado”, que significa que para distribuirlo por los oleoductos necesita una preparación particular y costosa.
Hasta hoy, el petróleo extraído por Brasil se encontraba en las zonas por encima del estrato salino del mar, pero los recursos descubiertos recientemente están bajo el estrato salino (llamado “pre-sal”) y a 4 km bajo el fondo marítimo, haciendo difícil y costosa su extracción.

Petrobras es una de las empresas más especializadas del mundo en extracción submarina, pero para proceder a la extracción del petróleo que se encuentra bajo el estrato salino se necesitan tecnologias especiales, que podría suponer un coste de alrededor de 600.000 millones de dólares para la extracción en la zona de Tupi únicamente, que, sin embargo, según las previsiones tendría una capacidad de 5.000 a 8.000 millones de barriles. Además, hay una serie de imprevistos que harían aumentar aún más el coste de extracción. El precio del barril de patróleo ha vuelto a aumentar, tras las crisis económica, pero no lo suficiente como para convencer a las autoridades brasileñas de invertir en semejante trabajo, al menos a corto plazo, ya que, además, las necesidades petrolíferas de Brasil ya se encuentran cubiertas. Mientras tanto, el Presidente Lula está trabajando a nivel normativo: promover una nueva legislación para regular la explotación de los recursos petrolíferos de la franja pre-sal, con la creación de una sociedad que supervise la conclusión de los contratos de concesión para la explotación de estos recursos, la Petrosal. (véase: Brasil: un régimen de explotación para los yacimientos del pre-sal).

Las relaciones entre América del Norte y América del Sur
Estados Unidos ha sido tradicionalmente el principal socio comercial de Brasil, mientras que Brasil es el undécimo socio para EE.UU. La crisis económica, y sus consiguientes consecuencias comerciales en Estados Unidos, han provocado una caída de las exportaciones brasileñas hacia EE.UU de alrededor del 30%, y desde el mes de abril es China el nuevo mayor socio comercial de Brasil.

Pero los flujos comerciales entre los dos países aumentarán pronto, dada la posible asociación en lo que respecta a las energías renovables, ya que Brasil es uno de los países líderes en ese sector y Estados Unidos pretende serlo, a pesar de los desacuerdos de las dos potencias en relación a la subida de los aranceles por parte de EE.UU para el etanol brasileño (más competitivo y menos costoso). Además de ésto, Brasil posee 223.000 millones de dólares reservados, conseguidos a través de la emisión sobre el mercado de bonos del tesoro de larga duración, conviertiéndose en uno de los mayores países en posesión de moneda africana.

Pero la asociación entre los dos países no parece limitarse al ámbito económico. En Sudamérica se ha iniciado el reto por el liderazgo de la zona, entre Brasil y Venezuela, y Estados Unidos preferiría tener buenas relaciones con Brasil para mejorar las relaciones con toda la región. Brasil ha sabido demostrar en los últimos años una capacidad diplomática notable, tanto en sus esfuerzos para resolver la crisis en otros países latinoamericanos (el último, Honduras) como por su participación en el G20, por su compromiso contra el cambio climático o por la obtención de la organización del Mundial de Fútbol del 2014 y de las Olimpiadas de 2016.

Brasil y Estados Unidos podrían iniciar una nueva fase de colaboración en el sector económico, político y estratégico, con evidentes ventajas para ambos.

La crisis económica parece haber dañado levemente la economía brasileña, gracias a la elección de las políticas realizada en los años precedentes: redistribución de la renta, aumento de la clase media, inversión en recursos energéticos y alternativos. Además de ésto, Brasil se ha encontrado a disposición de enormes recursos petrolíferos, parte de ellos inmediatamente explotables, mientras que otra parte parece ser de más difícil extracción y aún no se sabe cuántos de estos “recursos” podrán ser traducidos en “reservas”. En vez de focalizarse exclusivamente en esta materia prima, como han hecho otros países sudamericanos, Brasil ha elegido invertir también en otros recursos energéticos para no ser excesivamente dependiente del oro negro, y así poderlo incluso exportar. El país sudamericano tiene óptimas prespectivas de crecimiento y aumento de su influencia en la economía (como señalan las principales agencias de clasificación) y en las relaciones internacionales. La crisis, que ha puesto en discusión la economía de los países desarrollados, podría acelerar el crecimiento a nivel mundial, y Brasil se encuentra entre las primeras de la fila.
 

martes, 20 de octubre de 2009

Estados Unidos-Irán


El estudio geopolítico de las áreas sensibles no puede dejar de lado los efectos derivados de los nuevos armamentos usado en guerras cada vez más tecnológicas. Guerras que, tal vez, como en el caso del Irán nuclear, ninguna de las dos partes quiere combatir en realidad. Mientras Ahmadineyad festeja el lanzamiento con éxito de los misiles de media alcance, Estados Unidos hace correr la noticia de la posible aplicación de bombas capaces de golpear objetivos subterráneo, dando a entender que los sitios nucleares iraníes no están seguros. No hay todavía elementos para prever un ataque militar, pero parecen haberse retomado conceptos como “first strike capability” y “ataques quirúrgicos”. La tensión podría levantarse posteriormente, pero las nuevas armas pueden evitar el despliegue de tropas?

El precio de una guerra convencional
Las guerras en Iraq y en Afganistán demandan de Estados Unidos un elevado número de efectivos en el campo: 130.000 unidades estadounidenses estaban presentes entre agosto y septiembre de 2009 en Iraq, y 50.000 en Afganistán, Las pérdidas suman 4.345 unidades en Iraq sin contar los contractors y a 870 unidades en Afganistán (dato de septiembre de 2009). La opinión pública está cansada de llo, y en el caso de un conflicto en Irán, un despliegue de fuerzas por parte del nuevo presidente Obama en un territorio hostil no estaría bien visto. Los planes de ataque de Estados Unidos para una guerra convencional. En la cual los soldados se emplean sobre el terreno, podrán estar preparados desde hace tiempo. Esta es un reflexión sobre el posible éxito de ese arma. Por tanto, se entremezclan diversos problemas que permanecen, pero necesarios para un correcto análisis estratégico y geopolítico. Existen obstáculos de tipo jurídico, como la legitimidad de un ataque preventivo en el caso de ausencia de armas de destrucción masiva en el caso de Irán; problemas humanitarios, como el desastroso efecto que tendría una guerra sobre la población que vive en las grandes ciudades cercanas a los búnker; y problemas económicos conectados a las consecuencias de una guerra sobre el precio del petróleo, más allá que a las eventuales retorsiones iraníes.(Ver: Iran: Humanitarian and Geopolitical Implications of Iran’s Pursuit of Nuclear Capacity).

Una solución en los nuevos instrumentos de penetración subterránea?
En octubre de 2009, el Pentágono obtuvo del Congreso el permiso para destinar fondos para las nuevas bombas de alta penetración subterránea. Los Massive Ordnance Penetrators (MOP) son unas bombas con cabeza no nuclear guiados por satélite, capaces de golpear blancos subterráneos. Como los búnker, de hasta 60 metros de profundidad. Miden 6 metros de largo y pesan unas 15 toneladas. Estas bombas no son nuevas. Ya se emplearon en Iraq, pero siguen perfeccionándose a grandes pasos. Como si su uso tuviese que ser urgente, y ello puede hacer pensar en una inmediata aplicación en los escenarios de guerra que puedan representar amenazas significativas. Los blancos por excelencia parecen se los sitios nucleares iraníes, para alcanzarlos con los stealth B-2, los celebres aviones dotados de tecnología que los hacen difícilmente perceptible a los radares. Los sitios nucleares se construyeron bao tierra, de modo que no pudiesen ser golpeados por los ataques aéreos y pos las bombas inteligentes. Desde un punto de vista estrictamente militar, el tipo de bomba hace pensar que la aplicación se destine precisamente a objetivos como los iraníes. Se excluye, de hecho, su utilización en Afganistán, donde el conflicto tiene unas características de “caza al hombre”, y se combate en superficie.
Se hipotiza que uno de los objetivos principales de una eventual guerra en Irán sea la destrucción de los sitios nucleares y que, al mismo tiempo, se debería impedir el lanzamiento de misiles iraníes contra Israel, que podría venir como respuesta tras el ataque estadounidense. Se intentará, además, analizar las posibilidades efectivas de un empleo de tropas de tierra mínimas, asociado a un eficaz bombardeo con las MOP, que resuelva rápidamente el conflicto. Si se considera la situación estática en la primera fase de la guerra, en la cual está a disposición de Estados Unidos el elemento MOP, se abriría la opción de un ataque con utilización de tales bombas para destruir de forma rápida los búnker iraníes.Si las nuevas armas permitiesen realizar un ataque sistemático contra los principales sitios nucleares, la destrucción del búnker podría excluir la necesidad de una operación masiva de limpieza final (teniendo en cuenta que una operación de control en el territorio golpeado será respondida). Este tipo de operación, por lo tanto, podría consentir actuar “quirúrgicamente” sobre sitios sensibles, evitando un vasto despliegue de hombre en el territorio. Dada la difícil situación creada en los escenarios de guerra iraquí y afgano, y dada la tampoco muy deseada perspectiva de posteriores pérdidas de este tipo, se necesitaría de un alto nivel no solamente desde el punto de vista cualitattivo, si no cuantitativo. La acción militar debería, de hecho golpear contemporáneamente con precisión extrema un elevado número de sitios secretos para poder llamarse eficaz, y la intervención de los hombres debería ser inmediatamente sucesivo. Ahora, dando una rápida ojeada al mapa de Irán, se comprende claramente que una acción simultánea sobre todo el territorio sensible, no es posible. Los territorios internos podrían ser difícilmente alcanzables desde las fronteras, con lo que una incursión rápida vía terrestre desde el Este y desde el Oeste es impensable. Las desventajas que los soldados deberían afrontar hacen pensar en una acción muy difícil. El territorio iraní es mucho más amplio que el iraquí, e inhóspito como el afgano. La resistencia de las guardias revolucionarias sería fuerte, sobre todo, en zonas cercanas a las más importantes ciudades en el Golfo, como Abadan, Ahvaz y Shah Bahar, o sobre los confines iraquíes, como Hamadan o Khorramshahr o en el confín afgano como Mashad, desde donde la logística y los apoyos podrían ser puestos en peligro. La alternativa podría ser, entonces, una intervención de los paracaidistas, violando el espacio aéreo iraní, pero exponiéndose a la espera de una defensa que tendría tiempo para organizarse.

Si el arma fuese utilizada con éxito en un eventual escenario de guerra iraní, se podría verificar la destrucción en un solo golpe de os más importantes sitios nucleares en los cuales se sospecha que se produce el enriquecimiento de uranio con fines bélicos o, incluso, la construcción de misiles nucleares. Frente a tal resultado, el régimen iraní se encontraría inmediatamente en crisis, y podría desincentivarse al combatir en una guerra en la cual Estados Unidos podría no estar dispuestos a aventurarse con el empleo ingente de tropas de tierra. Aunque la “first strike capability”, es decir, la capacidad de causar el máximo daño con la primera intervención, tuviese que acabar con la capacidad iraní para enriquecer uranio, sería muy difícil, en cualquier caso, se consiguiese acabar con todos los sitios nucleares. El sistema iaraní, estrecturado en red, prevé una pluralidad de centros y consiste en una ramificación de sitios distribuidos cerca de algunas de las ciudades más importantes del país, como Bushenr, Arak, Isfahan, Teherán, Bandar Abbas, Natanz y Qom.

Siempre teóricamente, estando así las cosas, el uso eficaz y coherente de las nuevas bombas MOP, en cuanto arma autónoma en la búsqueda de un significativo éxito militar, se podría tener en un contexto de “guerra relámpago”, es decir, con un mínimo y rapidísimo empleo de tropas de tierra. Los ataques aéreos contra los bunkers debería darse al mismo tiempo, y las tropas de tierra deberán intervenir rápido para controlar la eficacia de las operaciones e inmovilizar lo que quede del enemigo. Probablemente, sería necesario reducir los tiempos entre los bombardeos y la intervención sobre el campo, y no se puede excluir que este cálculo se haga no sobre semanas, si no sobre días. Una operación de guerra excesivamente larga significaría probablemente dificultades para salir. Los elementos geográficos, la conformación del territorio, la amplitud del desierto, el número de sitios para golpear, las dificultades para alcanzar ciudades lejanas de la frontera, como Natanz e Isfahan, el riesgo objetivo que unos misiles de medio alcance puedan golpear Israel, hacen pensar que esta solución no sea posible. Es difícil pensar en una guerra que se pueda vencer sin emplear hombres y controlar el territorio. El riesgo en Irán, según este análisis, parece,por tanto, excesivo.